Hay películas que las ves una y otra vez y como si tuvieran algún resorte mágico siempre tienen algo nuevo que mostrarte. Así nunca te cansas de visitarlas. Así pasa con muchas de cine negro y entre ellas Retorno al pasado. Se podría escribir sobre ella una y otra vez y siempre crear un texto diferente porque es rica en matices y miradas. Así ahora de este teclear surgirán unas palabras que quizá otro día sean totalmente diferentes.
Ayer por la noche no tenía sueño y mirando todas las películas posibles, Retorno al pasado fue la elegida y lo primero que me ocurrió fue que me vino a la cabeza una de mis películas favoritas del género, Forajidos de Robert Siodmak (rodada un año antes). Por su estructura, su ambigüedad moral, el destino, el héroe trágico y la femme fatale… pero sobre todo porque tanto al El Sueco (adorado Burt Lancaster) como a Jeff Bailey (impresionante Robert Mitchum) les viene a visitar el pasado cuando tratan de reconstruir su vida alejados de lo urbano como hombres misteriosos y silenciosos encargados de una gasolinera en una pequeña localidad perdida.
Uno es un muerto en vida (El Sueco), el otro se está aferrando a poder alcanzar la felicidad con una chica del pueblo, Ann (Virginia Huston). A uno el pasado le atrapa para eliminarle de golpe, sin ofrecer resistencia y Forajidos está construida a base de flashbacks de distintos personajes para tratar de entender por qué El Sueco se dejó matar. Al otro el pasado se le presenta y no le deja construir una nueva vida y es un héroe activo que trata de poner remedio y labrarse un futuro pero el destino no se lo permite. Un único flashback ocupa toda la segunda parte de la película y es la narración del propio protagonista (un antiguo detective) a su novia actual de por qué es un hombre misterioso que huye…
Retorno al pasado irremediablemente atrapa al espectador en un ambiente de ensueño y pesadilla. Todos sus personajes muestran la ambigüedad moral habitual en el cine negro pero además encierra un romanticismo trágico. Realizada para la RKO y dirigida por el artesano-artista Jacques Tourneur los años han ido forjando un halo mítico alrededor de esta obra oscura que en un principio no fue muy entendida.
Jacques Tourneur no sólo muestra su habilidad en contar con imágenes sino que se rodea de un acertado reparto y de un guion perfectamente construido por el novelista y guionista Daniel Mainwaring (aunque como era habitual en el sistema de estudios hubo más manos en dicho guion). Como novelista firmaba con el pseudónimo Geoffrey Homes y precisamente fue el autor de Build My Gallows High que es el texto de fondo de Retorno al pasado que él mismo adaptó para el cine. Como guionista sería también el artífice de La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel. De su hueco en la literatura poco puedo añadir pues nada he leído pero de su labor como guionista se denota que sabía construir sólidas estructuras.
En Retorno al pasado está cuidado hasta el último detalle y todo personaje tiene su función bien designada: El matón Joe Stefanos, el chico sordomudo, el detective desencantado y misterioso, el guía mexicano, los padres de Ann, Ann la buena novia, el otro enamorado de Ann, el mafioso Whit (Kirk Douglas abriéndose camino en Hollywood), el abogado Eels, la secretaria oscura (la pelirroja Rhonda Fleming en uno de sus papeles turbios)… pero si hay un personaje que siempre es recordado al rememorar esta película es el de la femme fatale, Kathie Moffat. Desde su aparición hasta su desaparición la película, ese retorno al pasado, gira alrededor de ella. Porque ella es la que altera la vida de todos los personajes protagonistas. Y Kathie tiene el rostro de Jane Greer. Y por este papel alcanzaría el recuerdo imperecedero en las mentes cinéfilas.
Alrededor de Kathie pululan el mafioso, el detective, el matón y sus vidas se ven alteradas por sus tejemanejes, mentiras y por su falta de escrúpulos a la hora de con su rostro angelical empuñar una pistola. Y desde su primera aparición el protagonista, el detective, sabe que caerá en sus redes. La encuentra en Acapulco y la persigue porque ha disparado al mafioso cuatro tiros (uno le ha herido) y ha robado cuarenta mil dólares. Y la sigue para devolverla de nuevo al mafioso que no quiere acabar con ella, la quiere a su lado. Pero cuando Jeff encuentra a Kathie toda vestida de blanco con la luz del sol en su rostro entrará en un estado de hipnosis. Así vemos cómo se va enamorando de la joven que le enreda con lamentos de lo que odia al mafioso y asegurando que ella no robó ese dinero. Con su dulzura y sensualidad Jeff queda atrapado entre las redes de los pescadores de Acapulco y el ensueño de encontrarse en los brazos de una hermosa mujer que surge siempre como una aparición en la playa cuando anochece. Y ambos se convierten en fugitivos para poder vivir su amor. Y es increíble como la dulce Kathie se va transformando ante nuestros ojos y los de Jeff en una peligrosa mantis religiosa. Kathie no dejará escapar a Jeff, condenados los dos a un fatal destino. En las últimas escenas ella vestirá de oscuro.
Y es esa maravillosa transformación del personaje (más que transformación ese retiro continuo de máscaras) uno de los elementos que atrapa para siempre al espectador. Y a pesar de que Jeff sabe que es dañina (y traicionera) y que descubre continuamente su rostro oscuro, todos sabemos que está unida a ella con un nudo que le resulta imposible de desatar. Un nudo que le arrastrará a un destino fatal junto a ella y le negará todo atisbo de felicidad… Pero a mí siempre me gusta dar una vuelta de tuerca a esas femme fatales y señalar que no hacen más que ser supervivientes en un mundo de hombres que se devora. Y no hacen más que usar las mismas armas que los mafiosos o los detectives de los que se enamoran. También quieren dinero, poder y son ambiguas pero igual que sus antagonistas. Son igual de corrompibles. Y también pueden llegar a enamorarse pero si no les es útil para su carrera hacia al poder no tiemblan (como han hecho durante siglos muchos hombres…). Nos son más fatales que los hombres a los que enamoran. La mujer fatal establece relaciones de igualdad con los hombres, relaciones horizontales. No son sumisas ni quieren ser aplastadas. Y luchan hasta al final para conseguir sus metas… con todas sus armas. Como sus enamorados.
Y, por último, si por algo enamora este cine negro es por cómo maestros como en este caso Tourneaur con todo un equipo técnico detrás contaban estas historias y las plasmaban en imágenes. Retorno al pasado cuenta con tugurios, casas diversas y mortíferas, rostros en sombras, violencia y sensualidad por partes iguales, diálogos para no olvidar, persecuciones, escenas con dosis elevadas de sensualidad, una música especial que acompaña a los amantes malditos, fuera de campos excepcionales… Y es tanto lo que cuenta como lo que no cuenta y se intuye… el subtexto de la película, lo simbólico. Así como señala Antonio Santamaría en su estupendo libro sobre cine negro (El cine negro en 100 películas. Cine y comunicación. Alianza editorial, 2006) es una película que no deja cabo suelto y donde recobra una importancia en la narración cinematográfica el número tres: los triángulos entre los personajes, los tres asesinatos que comete Kathie, las tres partes diferenciadas para estructurar la película… Así como es maravilloso el empleo del vestuario de Kathie para definir su personalidad o cómo se narra de diferente manera el enamoramiento casi de ensoñación con Kathie (y esas secuencias en Acapulco… no olvidemos que se encuentran en un garito que está al lado de un cine) y el amor rodeado de misterio y tragedia y de futuro incierto entre Jeff y Ann.
Retorno al pasado está esperando a ser otra vez mirada y en otra parte suena el tecleo de una máquina que está creando un texto totalmente distinto. Es lo que tienen estas películas, que tienen vida propia cada vez que son miradas por unos ojos diferentes…
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Creo que esta película está,a mi juicio,entre las diez primera películas del género negro más grande de todos los tiempos,amiga Hildy.Y ahora que desaparece el celuloide quedará estas películas como una proeza del ingenio de los grandes maestros del cine en todos los hábitos.Mira te paso un enlace de un texto que escribí hace ya unos años respecto a esta película técnicamente hablando.Retorno al pasado ha sido un referente en la historia del cine y llena de remakes jamás igualados.Basada en una novela de Geoffrey Holmes y titulada Eleven mi horca,hoy totalmente inencontrable si no has tenido la suerte de realizar la colección Club del Misterio por allá principios de los ochenta.Una maravilla.Y te diré más,amiga Hildy,existe una pena de película protagonizada por Mel Gibson titulada Dos pájaros a tiro que bebe de la misma historia.Cuántas cosas de qué hablar cuando se trata de una gran película,jolines.
Besos a lo film noir
http://fmaesteban.blogspot.com.es/search?q=Retorno+al+pasado
Arggg, conozco esa peli de la que habla Paco: Mel Gibson, Goldie Hawn, David Carradine, y la frase más estelar del guión: «¿desde cuándo llevas bragas?».
En fin, para mí «Retorno al pasado» es una película-compendio de todo lo que significa el cine negro, efectivamente, tal como cuentas, junto a «Forajidos», «La jungla de asfalto» y «Laura». Puede que alguna más. Y qué fenómeno el Kirk: el año anterior debutó con «El extraño amor de Martha Ivers», y luego ésta. Eso es empezar por arriba, sí señor.
Puede que sea posible mirar la película de otra forma, pero en tu estupendo texto lo cuentas todo muy bien contado. Ah, y suscribo al cien por cien tu digresión sobre las mujeres fatales: no son más que un uso refinado y más malicioso, menos en bruto, de las mismas armas que los hombres, y por los mismos objetivos. Por eso resultan tan irresistibles: el pardillo de turno reconoce en ellas su alma gemela.
Besos fatales
Querido Francisco, genial leer tu enlace. Como digo un teclear en otro tiempo y un texto diferente sobre una misma película. Retorno al pasado, como otras… es una película viva capaz de generar distintas miradas, distintas letras.
¡Ya sabía yo que ibas a conocer la novela que sirve de fuente e inspiración de Retorno al pasado! Qué lujo, Francisco.
Ja, ja, ja… la película de Mel no recuerdo si la vi en su día o no. Lo que sí estoy segura es que no vi el remake de retorno al pasado que protagonizaron en los 80 Jeff Bridges y James Woods… e incluso tenía un papel Jane Greer y se tituló CONTRA TODO RIESGO.
Besos
Hildy
¡Qué maravilla EL EXTRAÑO AMOR DE MARTHA IVERS! Es una película que me encanta. Los primeros pasos de Kirk son muy interesantes.EL ÍDOLO DE BARRO o EL TROMPETISTA son una maravilla y me encantaría poder ver EL ZOO DE CRISTAL…
Sí, las mujeres fatales son personajes maravillosamente construidos y muy interesantes para analizar. Yo las tengo mucho cariño… son rebeldes porque el mundo las ha hecho así… y hay que tratar de entenderlas (que no es lo mismo que justificarlas).
Besos con sabor a gin tonic mientras me pongo sombrero y gabardina
Hildy
Contra todo riesgo no esta mal…si no sabes o no has visto la obra maestra de Tourneur. En tu caso que la has visto muchas veces te decepcionará. Como no podía ser de otra manera, por otra parte.
Yo es que para algunas cosas creo que estoy equivocado. Estas obras cumbre las dejo a propósito reposar varios años intentando incluso olvidarlas para cuando la vuelva a ver disfrutarla casi como la primera vez.
Pero igual es mejor ponerla más a menudo. Tego que reconsiderarlo. Te diré que igual hace como siete u ocho años que no la veo. Pero permanecen en el recuerdo esos aromas noir. Un abrazo
Mi querido Victor, creo que es una manera muy inteligente de amar el cine. No perder esa primera vez que te enfrentas a una obra cinematográfica. No perder esas sensaciones y atesorar esas imágenes que se te quedan en la cabeza para siempre.
Yo hay películas que no sé explicarte muy bien por qué necesito verlas una y otra vez. Y no me canso con su visionado. Con otras me ocurre lo que a ti dejo pasar mucho tiempo hasta que vuelvo a ellas.
Y tengo épocas. Por ejemplo hubo un tiempo en que me veía WEST SIDE STORY o LA LEY DEL SILENCIO tropecientas veces y de manera incontrolada. Ahora las he dejado reposar. Llevo tiempo sin verlas. Pero sé que cuando un día no pueda evitarlo volveré a disfrutarlas… cada fotograma. Otras películas las vi una vez y quizá no vuelva otra vez a mirarlas… pero las recuerdo vívidamente.
Planteas un tema muy pero que muy interesante. Me quedo aquí reflexionando.
Besos pensativos
Hidly
Besos
Hildy
Lo que yo intento en el fondo es un tyanto iluso:recuperar en la medida de lo posible la potencia del primer visionado. Y creo de forma ilusa que el paso de cierto tiempo puede ayudar.
El problema está en que aunque hace tres o cuatro años que no la veo, las imágenes imborrables de la película de Kazan están ahí.
Y por otra parte tengo un miedo que no debiera tener: pensar que si la veo dos veces o tres en un año puede acabar agotandose la historia por conocida. No es cierto. Ese es el auténtico valor de la obra maestra. Del clásico. No se agota nunca. Por eso pienso quue tal vez deba reconsiderar esa forma de ver ciertas películas.
Es mejor no complicarse la vida y darle gusto al cuerpo y a la afición, creo. Un abrazo
… «recuperar en la medida de lo posible la potencia del primer visionado»… a mí con ciertas películas me ha pasado. Que apenas las recordaba y era como si las viera por primera vez.
Con otras esa potencia no es posible porque las he visto tantas veces que aunque pasen años las recuerdo perfectamente. Por ejemplo la trilogía de EL PADRINO me acuerdo de detalles mínimos. Pero siempre es una ‘fiesta’ cuando vuelvo a repasar la trilogía.
Es curioso aunque me sepa la historia de memoria, nunca me agoto. Porque de pronto en un nuevo visionado toma más importancia un personaje o reparo en un objeto o en una subtrama o en el simple placer de volver a disfrutar de una historia que me gusta.
Son distintas e intensas maneras de ‘vivir’ el cine. Y las dos fórmulas quedarse con el recuerdo del primer visionado o repetir la visión muchas veces me parecen igual de válidas.
A mí hay películas que el cuerpo me pide no verlas más y otras que el cuerpo me dice que necesita verlas más de una vez en la vida… Hasta eso se convierte en un misterio.
Besos
Hildy
Tras la triste noticia de hace apenas unas horas. Una manera de volver a ponerse en marcha -la manida canción- de nuevo, de los británicos Queen…Es leer esta entrada, amiga Hildy. Todo lo que pasa en este film es indescriptible, la ves, la hueles, la vuelves a ver…Pausas el lector digital y sigues viendo atisbos de magia; detalles pluscuamperfectos. La femme fatale (Jane Greer) que le gana la partida al más duro del Noir, aquí convertido en homme fatale. El tío más cercano al ángulo recto; Mitchum. En ese instante, el cine pasa a un estado mayestático, exultante y demoledor. «Out of the Past» (1947) es magia pura. Gracias Sr. Tourneur y gracias a ti, Hildy por este festín. Un beso muy Noir
… Ya sé mi querido JC que te referías a la muerte de Alfredo Landa, un actor dotado para la tragedia y la comedia y tragicomedia… y con títulos muy interesantes en su filmografía. Y me alegra que de alguna manera te pareciera interesante el texto que hice con cariño a Retorno al pasado, esa película que tan bien describes como magia pura. Del festín sobre todo darle las gracias a Tourneur, a Greer, a Mitchum y compañía. Por eso ahora tú y yo en el ciberespacio podemos compartir los distintos sabores del festín.
Besos de femme fatale (un poco cómica a ser posible)
Hildy
Que bien me siento leyendo sus comentarios! Creí que era el único que veía algunas maravillas del cine clásico una y otra vez sin aburrirme. Dentro de ese lugar de honor tengo: «Double Indemnity» la joya del noir, «The Big Sleep» cuyos diálogos hacen que quiera abordar una máquina del tiempo y viajar a esa época para lograr hablar así (¡soñar es gratis!); «Mr. Deeds Goes To Town» de 1936, que es para mí la mejor obra de Capra; y por supuesto las joyas del precódigo «Footlight Parade» y «Picture Snatcher» ambas de 1933 y con mi actor favorito de todos los tiempos: James Cagney.
Por otro lado, hay una película que es una verdadera obra maestra, pero sólo la vi una vez y no pretendo verla de nuevo que es «Make Way for Tomorrow» de 1937. Filmada por el experto en cine cómico Leo McCarey que curiosamente es por sobre todas la más triste que me ha tocado ver. Y lo peor de todo es que su historia es válida hasta el día de hoy.
Saludos Hildy! haré un brindis por ti desde mi Speakeasy.
Querido Orlando… me has puesto en la pista de una película que no he visto de James Cagney y parece super interesante, Picture Snatcher.
Ay, y qué hermosa es Make way for tomorrow y como bien dices es muy válida hoy en día. Toda su escena final, la despedida, es una verdadera joya.
Perdición me fascina… Y El sueño eterno permanece en mi memoria pero hace tiempo que no la he vuelto a ver.
Y muchas películas de Capra, entre ellas la que nombras, son buenas películas-medicina para superar tristezas. Por eso son buenas verlas varias veces sobre todo en días grises.
Besos
Hidly
Magnífica película, decisiva a la hora de construir el estereotipo de Mitchum, uno de esos actores que son un género en sí mismo. De Tourneur hay que mencionar tres clásicos tremendos del cine de terror, tres de mis preferidas en ese campo, además: «La mujer pantera», «El hombre leopardo» y «Yo anduve con un zombie». Un cine muy original, un maestro de la luz y la sombra.
Saludos.
… Tienes razón, querido Licantropunk, Mitchum es un género en sí mismo. Me encanta. Y en esta película está soberbio.
Tourneur me interesa mucho, mucho voy descubriendo títulos y títulos. De las tres que nombras de cine de terror nunca he podido ver EL HOMBRE LEOPARDO, la tengo en mi rebosante baúl de películas pendientes.
Besos
Hildy
Querida Hildy, qué maravilla encontrar un texto tuyo para cada nueva película que descubro. Recién terminé de ver esta película y antes de escuchar el audio comentario me puse a leer tu artículo y los comentarios de tus otros lectores. Qué interesante el tema que ha surgido respecto a las películas que uno ve una y mil veces. Yo quisiera creer que uno puede recuperar la sorpresa y el entusiasmo de la primera vez que ves una gran película, pero no estoy segura de que sea posible. En todo caso, muchas veces sentí envidia de quien descubre una película que yo ya conozco de memoria cuando comparto el visionado con un «recién llegado» a ella…
Tomo nota del libro que mencionas sobre cine negro. Ahora que salí de mi fase de musicales me gustaría interiorizarme un poco más sobre este género (me he ido al otro extremo, jaja, justamente mientras miraba Out of the Past pensé «qué increíble que esta película sea contemporánea – año más, año menos – de, digamos, Desfile de Pascua o El Pirata»).-
Había escrito un comentario más extenso pero toqué el botón equivocado en mi teléfono, se me borró y me da mucha pereza intentar reconstruirlo. De todos modos, no eran más que tonterías…
Un beso enorme, sin cargas del pasado, Bet.-
¡Ay, mi querida Bet, yo adoro el cine negro… y apuntas algo interesantísimo y es el contraste de mundos que ofrece el cine musical y el cine negro! Lástima que se te haya borrado el comentario extenso porque estoy segura de que en él no había absolutamente ninguna tontería. Pero este también es interesante y lleno de apuntes a tener en cuenta. Yo a veces vuelvo a disfrutar un montón de una película, cuando vuelvo a verla, quizá no tengo esa sorpresa primigenia, pero sí el descubrimiento de matices que se me habían escapado u otras miradas posibles.
Retorno al pasado es una manera maravillosa de empaparse de cine negro y de entrar de lleno en la filmografía de Jacques Tourneur. Pero es que hay directores de cine negro que me atrapan en sus redes como Fritz Lang o Robert Siodmak… pero es tan rico este género y aporta tantas satisfacciones…
Volveremos a encontrarnos en las brumas del cine negro.
Beso de mujer fatal
Hildy
Creo haber encontrado la respuesta a por qué nos fascina tanto el cine negro en general y esta película en particular. Básicamente porque es lo más parecido, visto en una pantalla, a la vida real proyectado a 24 fotogramas por segundo. ¿Quién no ha sentido alguna vez en su vida una pasión? ¿O los fantasmas del pasado acechando en su mente y corazón? ¿O quién no se ha visto en algún momento de su vida en el mismo filo del abismo? ¿Sometido a manipulaciones, espejismos, engaños, tentaciones? Es la mitología griega traída al presente, Shakespeare trasladado al celuloide, literatura universal filmada en celuloide de oro puro. Como el primer amor, la primera canción grabada a fuego en la memoria, los versos de nuestro poema favorito acariciando nuestra alma o, simplemente, imágenes que un cineasta pone para nuestro deleite y remodelar nuestra visión del mundo. Es el horizonte inagotable del conocimiento, el manantial del que mana nuestra incansable ansia por conocer, amar, sufrir, reír y llorar.
Un abrazo.
Querídisima Isis, qué alegría me da leerte, cómo me gusta cuando apareces de nuevo… y más cuando dejas un comentario tan absolutamente precioso sobre la fascinación que nos provoca el cine negro. Es para enmarcarlo.
Beso
Hildy