El discurso del rey de Tom Hooper

Voy a ser breve. Muy breve. El discurso del rey de Tom Hooper me ha parecido tan sólo una película correcta sustentada, eso sí, por una buena recreación de un personaje histórico y su interpretación por parte de Colin Firth (al que tengo gran cariño). Y punto. No se busque más.

No me he dejado llevar por la emoción como por otras películas de corte clásico que tan sólo pretenden contar bien una historia y lo consiguen (recuerdo sin más este año la emocionante La última estación).

Sí me resulta una película interesante para poder charlar de varios asuntos. Primero lo que supone para el personaje su problema: el tartamudeo. Y los logros que pueden conseguirse a través de un logopeda que no sólo se ocupa de ese problema supuestamente físico sino también vinculado a lo emocional.

Lo segundo a través de este problema que tiene el personaje y sus distintos esfuerzos para solucionarlos cómo se va contando un periodo de la historia de Gran Bretaña y cómo el clímax es el discurso final que tiene proyectar el rey ante un micrófono para que sea oído por radio por los ciudadanos británicos ante la inminente entrada del país a la segunda guerra mundial y su posicionmamiento como país alidado contra el avance de Hitler.

Lo tercero la narración de una amistad especial entre dos hombres diferentes en todos los aspectos. Entre el logopeda y el rey. Entre el ciudadano corriente y ese hombre que fue rey a su pesar…, y como esa amistad pasa por todos los momentos que cimentan una relación (encuentro, desarrollo, ruptura y desilusión, confirmación de esa relación, y entrega incondicional del uno con el otro y el otro con el uno).

Y estos tres puntos siempre correctamente llevados a pantalla, con una ambientación correcta y un guión bien construido por David Seidler. No deja de ser un biopic bien armado (con su propia interpretación y variaciones de la realidad histórica).

Lo que hace agradable su visionado es la presencia de un Colin Firth que se empapa de su personaje y lo dota de personalidad, ese Jorge VI que sí provoca en numerosas ocasiones un sentimiento de cariño, empatía y entendimiento con el espectador que ve su historia.

Y no está mal acompañado (aunque sus personajes no están tan bien construidos) por su logopeda Lionel Logue, interpretado por el estrafalario Geoffrey Rush, y por su señora esposa por una correctísima Helena Bonham Carter que recrea su personaje con cariño y simpatía. También en el papel de su hermano, el rey Eduardo VIII, que abdicó para casarse con una mujer divorciada y con evidentes simpatías hacia Hitler, nos encontramos con Guy Pearce (un actor que van construyéndose una carrera interesante… y le pedimos un protagonista ya…).

Por supuesto sabemos que hay varias fórmulas que siempre van a funcionar y que si están bien armadas (como es el caso pero con un acceso de corrección) van a llevar a los espectadores a disfrutar de una historia en la pantalla grande. Y son esas historias de superación, esas historias de pobre hombre rico y poderoso que en el fondo es infeliz y que ha tenido muchos problemas en su vida y que se muestra como personaje humano y vulnerable y frágil y esas historias donde hay un pigmalión que logra sacar a la luz todas las virtudes ocultas de una persona.

El discurso del rey es una película para pasar una tarde agradable.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.    

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