Universo western (II). Solo el valiente (Only the Valiant, 1951) de Gordon Douglas / Hud, el más salvaje entre mil (Hud, 1963) de Martin Ritt

Solo el valiente (Only the Valiant, 1951) de Gordon Douglas

Gregory Peck en Solo el valiente, un western oscuro.

Gregory Peck protagonizó varios westerns y uno quizá más desconocido que Duelo al sol, La conquista del Oeste o La noche de los gigantes es, sin duda, Solo el valiente. Esta última está dirigida por Gordon Douglas, un realizador que visitó varias veces dicho género, además de muchos otros. Este largometraje tiene varios elementos que llaman la atención. Por una parte, tiene varias características comunes de las historias cinematográficas del Oeste, pero también peculiaridades que la hacen especial.

En Solo el valiente llama poderosamente la atención la violencia explícita. Empieza la historia con un ataque feroz de los indios a un fuerte militar. Y la primera imagen es la de un soldado crucificado con flechas en una pared. Tan solo es la primera imagen, pero habrá muchas más que chocan: uno de los militares en otro ataque recibe un hachazo en el cuello, las peleas sin concesiones entre los hombres cuerpo a cuerpo…

La peculiaridad del fuerte atacado al principio de esta historia es que está junto a un desfiladero, un lugar clave, pues al otro lado están los indios. El protagonista es el capitán Richard Lance (Gregory Peck), un hombre que cumple a rajatabla el ordenamiento militar, ecuánime, que cumple con sus responsabilidades, que asume sus decisiones y con dotes de mando. Cuando llega con sus hombres al fuerte, ya es demasiado tarde para salvar a los que allí estaban. Sin embargo, logran detener al astuto jefe indio Tucsos (Michael Ansara).

Pese a que Joe Harmony (Jeff Corey), el rastreador de la compañía y conocedor de la forma de actuar de los indios, le recomienda matarlo ahí mismo, Lance decide que es un prisionero y que tiene que llevarlo a su fuerte ante los altos mandos. Y juzgarlo allí. Muchos de los hombres piensan que es una decisión equivocada. A partir de este momento, parece que Richard Lance no hace nada al derecho o que reciba la aprobación de nadie, ni siquiera de su prometida. Además, acatando una orden, envía a un militar muy querido, William Holloway (Gig Young), para que lleve a Tucsos a otro fuerte, pues temen que con el jefe apache allí, el ataque de los indios no se haga esperar. Holloway muere en la misión, donde además Tucsos es liberado por los suyos.

Varios malentendidos hacen que todos culpabilicen a Lance de dicho fallecimiento en Solo el valiente. Para más inri, el ataque de Tucsos es inminente. Así que Richard decide reunir una patrulla, con hombres que son lo peor del fuerte y que además por distintos motivos tienen rencillas personales entre ellos y un odio nada disimulado hacia el capitán, para ir hacia el fuerte del acantilado, ahora solitario y abandonado, para ver si pueden rechazar el ataque de los apaches, mientras llega el refuerzo. Lance está solo ante el peligro, nunca mejor dicho. Sus únicos enemigos no son los indios.

Lo interesante de este western es tanto la atmósfera y la espera en el fuerte abandonado. La psicología compleja del grupo: hombres plagados de defectos y miserias. No les falta nada: el que no bebe en exceso, es un desertor, o un cobarde, o un egoísta, o un amargado que todo lo odia… Muchos tienen más ganas de ajustar las cuentas entre ellos o con el capitán e incluso eliminarlo que de enfrentarse a los indios. Pero ante la situación límite y de supervivencia, surge lo peor y lo mejor del grupo. Lance demuestra no solo que controla la situación y que sabe lo que hace, sino que también logra que todo lo que está en su contra le sirva para reprimir el ataque.

Todo este ambiente enrarecido se ve más remarcado por ese fuerte peculiar, fantasmal, abandonado y terrorífico, y ese desfiladero que siempre denota amenaza. Gordon Douglas además refleja hasta límites insospechados el mal ambiente y la violencia contenida de los soldados. Una de las secuencias más duras es cómo dos de ellos son hechos prisioneros por los indios, y cuando estos les desatan para matarlos, los dos hombres no lo dudan un instante y se ponen a luchar entre ellos a muerte, y los indios terminan asistiendo impasibles a la brutal pelea.

Otro elemento diferente y chocante, está relacionado con el refuerzo de hombres que esperan. El alto mando del fuerte, gravemente enfermo (otra dificultad para Lance), le dice al capitán que van a ser unos cuatrocientos soldados, pero posteriormente se enteran con preocupación que apenas van a ser una treintena. No entienden esa decisión, y cómo van a lograr reprimir el ataque indio.

La incógnita se resuelve cuando llega el refuerzo. Efectivamente son pocos, pero llevan una ametralladora que aniquila sin miramientos a los indios. Se muestra de manera dura cómo el avance en la tecnología de las armas recrudece la masacre de los indios. Es una película con toda su ambigüedad a cuestas: los héroes blancos son de una dudosa moralidad, incluso Richard Lance muestra sus claroscuros. Y los malos, los indios, son masacrados sin ningún miramiento con unas armas cada vez más sofisticadas, donde de poco sirven la astucia, las hachas, las flechas y los caballos.

Solo el valiente llama la atención por ser un western tremendamente oscuro, que incluso su aparente y abrupto final feliz deja un mal sabor de boca, pues preludia y muestra que nada es sencillo en el salvaje oeste…, que todo es una falsa calma.

Hud, el más salvaje entre mil (Hud, 1963) de Martin Ritt

Tres hombres con formas diferentes de enfrentarse al final de una forma de vida en Hud.

Los westerns crepusculares son casi un género más. La representación de un mundo que cambia y otro que desaparece. Los vaqueros ya no son nómadas. El tren ya no es el transporte estrella. Ya existen las carreteras y los coches. A los rancheros ya les preocupan otras cosas, la economía les aprieta. El capitalismo sin miramientos campa por las localidades. No obstante, tratan de guardar ciertas costumbres, cierta forma de vida. Los sombreros de cowboy nunca pasan de moda, no dejan de montar a caballo de vez en cuando.

Los viejos vaqueros son hombres duros, pero ven que su modo de vida acaba. Las vacas ya no son lo más importante, menos todavía si bajo las tierras puede haber petróleo. Las nuevas generaciones están desencantadas, y tratan de buscar un camino. De amoldarse al cambio.

Hud, el más salvaje entre mil es el relato duro de una familia que vive un largo proceso de desintegración. La puntilla final es una enfermedad de sus vacas, que supone no solo su sacrificio, sino la total ruina.

En el rancho familiar solo quedan Homer Bannon (maravilloso Melvyn Douglas), un viejo ranchero, acostumbrado a la dura vida del pasado, que trata de vivir en el nuevo mundo que le rodea, pero que se niega a ciertos cambios. Un hombre con una fuerte moralidad y honradez, que cree en el trabajo en equipo. Le cuesta expresar sus sentimientos y demuestra su desencanto ante aquellos seres queridos que no cumplen con sus expectativas. Es consciente de que cada vez tiene menos fuerza, aunque intenta por todos los medios enfrentarse día a día a los problemas de la mejor forma posible.

Su hijo Hud, un antihéroe autodestructivo con cara de Paul Newman, un personaje que el actor clavaba. Un hombre joven y atormentado, egoísta e independiente, cansado de la vida en el rancho y de la pequeña localidad donde habitan, que ve una salida económica en el petróleo… Un hombre errante y perdido que, sin embargo, es admirado por todos por su manera de relacionarse, su belleza y su madera de líder. Siempre parece que no respeta absolutamente nada: ni a las mujeres ni a los hombres. Tan solo, a veces, con el alcohol o la desesperación, deja ver su vulnerabilidad y su capacidad de querer. En esos momentos, asoma un hombre herido.

Entre los dos está el sobrino y nieto de ambos: el adolescente Lon (Brando De Wilde, el que fue el niño inolvidable de Raíces profundas), que quiere y admira a los dos. Que trata de encontrar las herramientas para enfrentarse a la vida. Que no sabe por cuál de los dos decantarse, aunque lo que desea es no tener que elegir, sino que hubiese armonía entre los tres.

Como testigo principal de las cuitas entre los tres, además de cuidarlos como necesita cada uno y conocerlos mejor que nadie está Alma (precioso personaje de Patricia Neal), una superviviente que se busca la vida y logra trabajo en el rancho de los Bannon. Una mujer que pese el desencanto, trata de levantarse cada día y creer. Siempre busca un camino, aunque la hieran. Sabe mirar y escuchar, y sobre todo comprende.

Hud, el más salvaje entre mil es un drama familiar y generacional donde el outsider representado por Paul Newman va de cabeza a la soledad, perdiendo en el camino a todos aquellos que alguna vez lo amaron o pudieron amar. Martin Ritt ofrece un melancólico pasaje sobre un modo de vida que llega a su fin… Los Bannon muestran tres salidas posibles a un mundo que cambia: la muerte, la soledad y la búsqueda de otro horizonte.

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18 comentarios en “Universo western (II). Solo el valiente (Only the Valiant, 1951) de Gordon Douglas / Hud, el más salvaje entre mil (Hud, 1963) de Martin Ritt

  1. Querida Hildy cada día me sorprendes más. Tienes una gran capacidad de comunicar lo que hay en el fondo de las películas, esas películas que algunas personas hemos visto y creído entender ..pero que, cuando te leemos, nos damos cuenta de que casi no hemos entendido nada. Tú penetras hasta el fondo del argumento y sobre todo hasta el fondo del corazón de sus protagonistas y entonces te das cuenta de que tienes que volver a ver la película.
    Sigue siempre por favor descubriendo la razón de cada película y el corazón de sus protagonistas.

  2. Mi querida Hildy, otro excelso programa doble. Qué bien que recuperes a Gordon Douglas, un cineasta a reivindicar. No solo tiene westerns que aparentemente son convencionales y luego se destapan como películas estupendas, repletas de acción y de subtexto muy complejo (Río Conchos, Los forajidos de Río Bravo, por ejemplo), sino que tiene otros títulos en el noir o incluso comedias bastante interesantes. Una película de Gordon Douglas merece siempre una oportunidad.

    En cuanto a Hud, Patricia Neal está inconmensurable. Excelente fotografía, magnífico tema principal, sobrecogedora secuencia la del sacrificio de los caballos. Uno de los más bellos y terribles retratos de la muerte del western, no ya como género, sino como época, como mentalidad, como forma de vida y de mirar el mundo.

    Besos

  3. Queridísima Maria Rosa, gracias por un comentario tan bonito. ¡Me encantaría intentar llegar al corazón de una película y transmitir lo que me llega de ella! Si con algún texto logro animar a ver una película o volver a revisarla, me sentiría feliz y satisfecha. ¡Estos cuatro western que llevamos de momento con el ciclo Universo western bien merecen un visionado!

    Beso enorme
    Hildy

  4. Mi querido Alfredo, sí, Gordon Douglas tiene títulos muy interesantes en su filmografía, aunque me faltan todavía bastantes por descubrir. Por mi interés de películas de cine dentro del cine, quiero ver la de Harlow. Y de las de cine negro, además de algunas con Sinatra, no hay que olvidar una con Cagney, «Corazón de hielo».
    Sí, Hud tiene momentos impresionantes. Y la del sacrificio de las vacas te deja sin respiración. Esos disparos… El personaje de Patricia Neal es precioso. Efectivamente es una película bella y tremendamente triste y desesperanzada. Crepuscular como dices en todos los sentidos.

    Beso
    Hildy

  5. Hi Hildy
    Otra vez que escoges una de cada década; y la distancia entre la conquista, el «Go West», y la civilización.
    Por época, por localización y por el elemento Adan-Caín-Abel, Hud podría ser Gigante (Stevens, 1956) venido a menos.
    Por tu tratamiento sobre gente encerrada en un fuerte con situación apurada, he recordado doce meses vestido de verde oliva de cuyo nombre no quiero acordarme ejem, ejem… No recuerdo ningún oficial remotamente parecido a Mr. Peck ¡Será problema de memoria!
    Un saludo, Manuel.

  6. Queridísimo Manuel, tus comentarios son apasionantes juegos cinéfilos y de palabras, con un punto siempre acertado de ironía. Cómo me ha gustado tu comparación de los personajes de Hud con Adán, Caín y Abel, ¡es buenísimo! La lectura de la película se completa de manera genial.
    Los personajes de mister Douglas creo, fíjate, que llegan a ser más oscuros y salen de ellos menos luces que de los hombres de mister Aldrich, si se refiere usted al grupo también ambiguo y tremendo de Doce del patíbulo.

    Beso
    Hildy

  7. Hola, Hildy. De la anterior entrega del ciclo vi El árbol del ahorcado que me gustó mucho, y esta semana tengo pensado ver estas dos que nos presentas ahora. Ya las he conseguido.
    Esta segunda entrega parece también atractiva.

    Un beso.

  8. Querido Luis, cómo me alegro que te gustase El árbol del ahorcado. ¡Tiene momentos tan íntimos y un final tan emocionante!
    La de Gordon Douglas, Solo el valiente, es una propuesta cinéfila muy atractiva. La atmósfera de la película atrapa y la complejidad del grupo también (además con unos secundarios muy buenos), con su ambigüedad moral, como los personajes del cine negro. Hasta la chica que tiene un rol secundario, pero no es un personaje plano. Además está interpretado por Barbara Payton, una actriz que tuvo un vida muy complicada.
    Y Hud a mí me gusta mucho. Es melancólica, dura y triste. Crepuscular cien por cien. Y los cuatro personajes principales están magníficamente construidos.
    ¡Espero que disfrutes de las dos!

    Beso
    Hildy

  9. Querida Hildy,
    qué bueno que te hayas enfocado en profundiad y con tu sabiduría al género del western.
    De la 4 que has comentado ,sólo he visto HUD…pero que cinta tan extraordinaria, a la altura de LOS VALIENTES ANDAN SOLOS pero más intimista y dura.
    Todo es impresionante,desde la cristalina foto grafía en b/n,la música de Elmer Berstein,hasta la brillante actuación del cuarteto principal(Patricia Neal ganó el Oscar secundario con solo 20 minutos en pantalla)
    Un argumento magistral basado en una novela de Larry McMurtry,a quien también le debemos LA ULTIMA PELICULA y LA FUERZA DEL CARIÑO,realizado maravillosamente por Martin Ritt.
    Hay secuencias inolvidables como la matanza del ganado y la violación de Patricia Neal,pero hay una escena que me marcóa dentro de lo absurda y tivial que parece a primera vista:cuando abuelo y nieto van al cine y cantan con todo el público «Oh my darling Clementine» siguiendo las instrucciones de una gallina animada en una especie de karaoke primitivo, Es un momento de relajación dentro de la angustia de la trama,deunión familiar y una sorprendente mezcla de tradición y modernidad.
    En fin ,una joya.
    Besos,IVÁN

  10. Que tal Hildy!
    Estupenda sesión doble la que nos propones. Este genero y sus películas me traen recuerdos de la infancia, te plantabas delante de la tele, luego bajabas al barrio y en aquellos descampado tratabas de rememorar las escenas vistas….jeje
    Besos;)

  11. ¡Querido Iván, cómo me gustó «Los valientes andan solos»! Cómo me conmovió el vaquero con cara de Kirk Douglas.
    Sí, Hud tiene momentos inolvidables. ¡Ay, yo también me fijé y me conmovió ese karaoke en el cine entre el abuelo y el nieto…! Es un momento realmente entrañable, donde ambos están disfrutando.
    ¡Espero que si te animas a ver los demás títulos los disfrutes tanto como yo!

    Beso
    Hildy

  12. Querido, querido Fran, me encantaría que disfrutaras de estas sesiones dobles. Y rememoraras a ese niño que jugaba en los descampados a vaqueros e indios.
    A mí me traen recuerdos de la infancia, pero es un género que siempre me hace descubrir buenas películas. Además de hacerme pensar, ese universo no es plano. Y con el paso de los años va teniendo vida propia y propone distintas miradas. Y es interesante ir descubriéndolas.

    Beso
    Hildy

  13. He visto Hud y me ha parecido muy bella y triste. Al final Hud se queda solo, y su futuro resulta incierto, igual que el de su sobrino y el de la cocinera, que se alejan de él y deciden buscar su futuro en otro lugar. Cómo tu comentabas los cuatro personajes principales están muy logrados y terminamos por cogerles cariño antes de despedirnos de ellos. Alguien ha mencionado que el guionista era el mismo de La última película de Bogdanovich, y lo cierto es que yo había pensado en esta película mientras veía Hud. Creo que también tiene cierto aire a los dramas de Tennnessee Williams; ese tipo de drama familiar donde observamos las relaciones íntimas de los personajes. Pequeños dramas en apariencia, pero que muestran la dureza, la crueldad y la indiferencia de la vida con sus sufridos protagonistas. También es dura y cruel la escena del sacrificio del ganado; para los animales y para las personas involucradas.
    Un bonito western para añadir a tu interesante ciclo.

    Un beso.

  14. Querido Luis, qué mirada más bonita has posado sobre la película. Cómo me alegra que la hayas visto y te haya parecido bella. Sí, es verdad lo de un aire a los dramas familiares de Tennnessee Williams. La escena del sacrificio del ganado es estremecedora. Y los personajes efectivamente están tan logrados, les acompañas durante su periplo vital… y sufres con ellos.

    Beso
    Hildy

  15. Ya he visto «Solo el valiente», y vuelto a leer con interés tu interesante comentario de la película. Es cierto que es una historia bastante oscura que muestra a una patrulla bastante mediocre, cómo tú dices, con casi todos los defectos posibles. El capitán tiene que lidiar con ese grupo de dudosa reputación donde el enemigo, además de los indios, parece estar a nuestro lado, entre los propios compañeros a nuestro mando.
    Me ha gustado ese aire algo fantasmal que adquiere ese fuerte; también algo claustrofóbico, con ese desfiladero por donde esperan el inminente ataque enemigo. Parecen encerrados sin escapatoria posible.
    Al final llega al rescate ese grupo pequeño en poder de una nueva y sofisticada tecnología para la época; la sofisticada ametralladora con la que aniquilan a los indios.
    Y luego, el final, con el capitán besando a su amada, es tan repentino que queda un poco tonto, después de lo que hemos visto hasta entonces; pero nos da igual y se lo perdonamos, porque hemos pasado un rato muy entretenidos.

    Después de ver Hud el otro día, me entraron ganas de ver otra película que recordaba de Martin Ritt. Se trata de otro western; «Un hombre», también con Paul Newman de protagonista. Lo vi hace años pero recuerdo que me gustó.
    Espero disfrutarla uno de estos días.
    Ya ves que tu ciclo de western me esta incitando incluso a ver otros distintos.

    Un beso.

  16. Ay, querido Luis, cómo me alegra que te esté apeteciendo ver las películas de este ciclo. Sí, de lo mejor de Solo el valiente es la atmósfera, el ambiente, ese aire fantasmal y la extraña psicología del grupo. Lo de la ametralladora es brutal.
    Sí, Un hombre, también con Paul Newman, otro western psicológico que merece la pena. Yo también lo vi hace tiempo y tengo ganas de refrescarlo.

    Beso y gracias
    Hildy

  17. Queridísima Hildy, vengo retrasada con tu serie maravillosa que me abre una ventana probable a los paisajes del Oeste. Estas dos películas suenan fascinantes y tal vez no sean la entrada más evidente para el género, siendo como son dos películas olvidadas que no figuran entre los grandes títulos del western. Pero, quién te dice, tal vez sean las que me conviertan en una aficionada… voy a ponerlas en la lista junto con El árbol del ahorcado de la entrada anterior, para buscarlas y hacer mi propia serie de vaqueros.-
    Un beso enorme, Bet.-

  18. Queridísima Bet, qué bien suena eso de tu propia serie de vaqueros. Ojalá alguna de estas pelis te anime a tu enganche con las películas del Oeste. Me encanta cuando dices lo de paisajes del Oeste…Y es que efectivamente las miradas son diversas. ¡Me encantará que me cuentes si ves alguna y te gusta!

    Beso
    Hildy

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