Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, 2019) de Céline Sciamma

Retrato de una mujer en llamas

Una mujer frente al mar…

Retrato de una mujer en llamas es un relato de mujeres que durante unos días construyen una habitación propia. Un espacio íntimo que solo habitan ellas y que solo ellas conocen todos sus códigos. Durante unos días todo el mundo exterior desaparece, son libres. Luego lo que queda es ese recuerdo… Y también las claves para descifrarlo: el número 28, el mito de Orfeo y Eurídice, El Verano de Vivaldi y los retratos y cuadros como mensajes que descifrar y como reflejos de realidades que se ocultan.

Las protagonistas de la nueva película de Céline Sciamma (Tomboy) viven en el siglo XVIII. En ese siglo, como en los anteriores, vivieron muchas mujeres silenciadas para la Historia. Sin una habitación propia, sin capacidad de intimidad ni de decisión. Algunas están cerca de conseguir ese espacio (aunque tienen que sacrificar muchas facetas de su vida y vivir en silencio), otras lo tienen más difícil. Céline Sciamma utiliza la cámara como pincel y articula con cuidado un hermoso cuadro. Con trazos finos y detallados. Y cuenta una historia de mujeres, una historia de amor. Retrato de una mujer en llamas es un cuadro para mirar despacio y desvelar todos sus secretos. La mirada es otra de las claves para comprender este cuadro fílmico. Poco a poco surge la emoción.

El relato cinematográfico empieza en una clase de retratos de una maestra a sus pupilas. Ella es la modelo. La profesora se queda mirando un cuadro y pregunta que quién lo ha colocado ahí. Una de las alumnas dice que lo subió del sótano. La maestra les dice el nombre del cuadro: Retrato de una mujer en llamas. Lo pinto ella. En el cuadro hay una mujer en un paisaje nocturno en la playa y con su vestido ardiendo. Empieza entonces un largo flash back. Hay que entender por qué ese cuadro perturba a esa mujer, una maestra que sentimos solitaria.

En las costas de Bretaña, en un espacio que parece remoto, al que se llega por mar, va a parar una pintora, Marianne (Noémie Merlant), para llevar a cabo un encargo. Un retrato de boda de una joven: Héloïse (Adèle Haenel). Su madre (Valeria Golino) le dice que su hija no debe enterarse de que va a ser retratada, pues pintores anteriores han fracasado en la misión. Héloïse acaba de salir del convento para seguir el destino frustrado de su hermana: una boda de provecho, pactada. Su hermana no llegó al matrimonio, antes se tiró por un acantilado. Marianne y Héloïse van intercambiando palabras y miradas, compartiendo sus mundos. Y durante unos días, después de un primer retrato frustrado, se quedarán solas en la casa, junto a la joven sirvienta Sophie (Luàna Bajrami), para realizar el retrato definitivo. En ese espacio de tiempo, las tres conseguirán esa habitación propia. No para mantenerla, sino para recordarla. «Gírate».

Retrato de una mujer en llamas está plagada de momentos íntimos. Y algunos tienen una doble lectura para articular una historia de amor prohibido, íntimo y libre. Presente y recuerdo. Héloïse le pide a Marianne que le explique una composición musical que le guste. Y esta con un piano y con palabras trata de transmitirle y descifrarle una pieza musical. Héloïse disfruta de ese momento. Entiende el secreto de esa melodía. Al final de la película Marianne ve por última vez a Héloïse en un concierto. Y la mira como si fuera a pintar un retrato. Héloïse está sola, escuchando una composición musical. Emocionándose en cada nota. Porque es esa melodía que disfrutaron frente a un viejo piano. Notas de Verano de Vivaldi. Y Marianne capta a lo lejos cada una de las emociones del rostro amado.

Una noche Héloïse lee en la cocina, en esa habitación propia (casi mágica y mística), delante de Sophie y de Marianne el mito de Orfeo y Eurídice. Y cada una comparte una visión muy diferente del momento en que Orfeo se gira para mirar a Eurídice. Sophie no puede entender el error de Orfeo, cuando eran muy claras las premisas. Marianne se queda con que es una reacción con poesía de fondo, de alguien con un alma de poeta. Y Héloïse cree que fue Eurídice quien pidió a Orfeo que se girara, convertirse en un recuerdo. Así es. En el momento de la despedida definitiva de Héloïse y Marianne, Héloïse pide a Marianne que se gire, que la mire, que se quede grabada en su mirada.

Héloïse y Marianne han llegado a la culminación del amor. Ambas se quieren, pero saben que están condenadas a un amor imposible. En la última noche, Marianne pinta un camafeo con el rostro de la amada. Héloïse dice que es injusto que ella no tenga retrato de Marianne. Esta le dice que cómo la quiere y esta dice que así como está ahora, desnuda, en la cama. Marianne se pone frente al espejo y en la página 28 de un libro que prestó a Héloïse realiza su autorretrato. Años después, cuando ya no pueden verse, los cuadros son portadores de mensajes. Y en una exposición Marianne corre a mirar otro retrato que han realizado de su amada. Héloïse lleva un libro entreabierto… por la página 28.

Toda la película está repleta de mensajes, símbolos, mensajes… Es una película para ser mirada, como los cuadros. Es un relato también sobre la comunión y solidaridad entre mujeres silenciadas y la creación de espacios íntimos, de habitaciones propias, donde poder ser ellas mismas. Donde una canción en la playa puede crear un ambiente mágico, fantasmagórico, imposible (y que de ese momento surja un cuadro, ese retrato de una mujer en llamas). La pintura se convierte en reflejo, en lenguaje secreto, de momentos y prácticas prohibidas, pero también en una forma de dejar una verdad de fondo, un testimonio (la historia de amor prohibida entre Marianne y Héloïse o el relato del aborto de Sophie).

Céline Sciamma se convierte en pintora detallista en Retrato de una mujer en llamas. Elabora el cuadro con delicadeza, y deja una bella obra terminada. Hasta la última pincelada. Deja emerger toda la emoción posible en ese lienzo que cuenta una historia secreta, esa que ocurre en una habitación propia.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

20 comentarios en “Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, 2019) de Céline Sciamma

  1. Querida Hildy, has escrito un texto precioso. No sé qué tal será la película pero tal y como la describes, me estás incitando a verla pero ya. Me hablas de mitos, música clásica y pintura y para mí son reclamos suficientes para perderme en una sala de cine y, tal como están los tiempos en cuanto a carestía de creatividad cinematográfica, no están estas cosas para despreciarlas.

    Ya te contaré.

    Un abrazo.

  2. ¡Querida Isis, me encantará que me cuentes qué te parece! A mí me pareció muy bella, de verdad. Y me gustó cómo me contaba la directora esta historia.

    Beso
    Hildy

  3. Querida Hildy, me ha encantado volver a revivir el largometraje gracias a tus siempre certeras palabras. Una historia plena de referencias artísticas y míticas que envuelven una preciosa trama de amor y sororidad. El prólogo y ese doble epílogo que la enmarcan potencian ese retrato que, como tan hermosamente dices, pinta la directora con su cámara. Y si Virginia Woolf acertó de lleno cuando escribió «Una habitación propia» haciendo reflexionar sobre la importancia de la independencia económica y personal de la mujer para desplegar todo su potencial, Céline Sciamma (ya con una notable filmografía detrás sobre la necesidad de defender nuestra identidad) colocando a sus tres mujeres protagonistas en un plano de relación igualitaria, enfatiza cómo esa independencia, de poder ser sostenida, sería una liberación para todas las implicadas. Aunque quede como un episodio en las vidas de Marianne, Héloïse y Sophie, sin duda la experiencia compartida las habrá transformado. Sutileza, lirismo, magia, late en la forma de contarlo en imágenes… Gracias por tu sentido y emotivo retrato de una película ejemplar en demostrar que lo que importa no es el qué sino el cómo.

  4. Querida Ana, me pareció una belleza de película. Me encantó cómo me cuentan esta historia. Últimamente estoy obsesionada con el ensayo de Woolf «Una habitación propia», que además de ser una belleza literariamente, es tan certero. Y lo vi todo el rato de fondo en la película de Sciamma. Sí, ese recuerdo es transformador.

    Beso
    Hildy

  5. Bellísimo texto el que te ha sugerido el film de Sciamma. Si la película esta a la altura de tus apasionadas palabras ha de ser una maravilla.
    A veces los directores son los peores defensores de sus películas. En una entrevista en Cannes, Sciamma dijo que había filmado una relación amorosa entre mujeres porque quería mostrar una relación igualitaria…Me hubiera gustado que el periodista le hubiese preguntado a la directora y guionista qué entiende ella por relación igualitaria ¿El que la pareja comparta el mismo sexo ya la hace igualitaria? ¿No cuentan otros aspectos como la edad, el origen, la cultura, la situación económica, ,,?
    En fin, parece que es una película que participa plenamente del espíritu romántico, incluso sucede en esa época. Y eso me lleva a una reflexión: ¿puede ser que el actual y más auténtico romanticismo cinematográfico (no esa ñoñería que nos venden por romanticismo algunos) se manifieste desde hace unos con más fuerza en las historias de amor homosexual? Lo hasta hace poco oculto o negado emerge con fuerza.
    Un abrazo y hasta la próxima película.

  6. La reflexión completa es ¿puede ser que el actual y más auténtico romanticismo cinematográfico (no esa ñoñería que nos venden por romanticismo algunos) se manifieste desde hace unos años con más fuerza en las historias de amor homosexual?
    Me va más rápido el cerebro que el dedo…

  7. Querídisima Lilapop, me encantó esta película: lo que cuenta y cómo lo cuenta. Pues acabas de hacer una reflexión que me hace pensar un montón: lo de que últimamente el romanticismo cinematográfico se encuentra con fuerza en las historias de amor homosexual. Qué buen planteamiento has hecho. Hace poco vi también una miniserie romántica (dos capítulos) de una historia de amor homosexual preciosa: Man in an orange shirt. Y también me emocionó 120 pulsaciones por minutos. O una película de Ira Sachs entrañable, sobre las vicisitudes de una pareja de homosexuales maduros…

    Beso
    Hildy

  8. En el romanticismo las historias de amor siempre son pasionales y absolutas. El amor se plantea como una manifestación de libertad que resulta transgresora porque cuestiona las normas sociales, familiares, religiosas y morales. Los románticos a través del amor reivindicaban, de forma exaltada, la libertad y la subjetividad. Las historias de amor casi siempre acaban trágicamente. Tenían una intención moral: explicar que el mundo no era lo suficientemente libre para aceptarlas. Las historias de amor homosexual actuales conectan, por su naturaleza aún furtiva en ciertos ambientes, por lo que tiene de descubrimiento personal desafiante con la norma, con ese espíritu.
    Es una pena que ese romanticismo se perciba cada vez menos en las historias de amor heterosexual, que, con excepciones por supuesto, suelen ser menos potentes.

  9. Una película extraordaria. Qué efectividad la de estas historias de índole emocional cuando evitan los subrayados y los melodramatismos absurdos. No queda libre del todo de ellos, pero se compensa con esa mirada limpia y sensible, con ese gusto por el detalle y esa capacidad para mostrar sin hablar…

    Besos

  10. Querido Alfredo, qué bueno que te haya gustado esta película. Sí, es cierto es una mirada sensible y detallista, que muestra mucho sin apenas palabras.

    Beso
    Hildy

  11. ¡No te la pierdas, querido Alberto! Es una película muy hermosa y además permite un análisis muy interesante.
    Gracias por seguir pasándote por aquí.

    Beso
    Hildy

  12. Me encanta la primera frase del texto, que para los lectores de Virginia ya dice mucho y además lo clavas Hildy. Notable película, intima, repleta de esos pequeños detalles que nos descubren a una directora sensual y muy atenta a los matices. y pensar que estuve a punto de perdermela.Un abrazo

  13. Sí, mi querido Víctor, es que viendo la película no hacía más que acordarme de ese maravilloso ensayo de Virgina Woolf. Sí, es una película con una sensualidad muy especial y repleta de lecturas y matices. Además me pareció tan hermosa…

    Beso
    Hildy

    PD: qué alegría, de verdad, que te hayas pasado por aquí de nuevo.

  14. hermoso lo q escribiste. Considero a esta pelicula como una de las mejores peliculas q vi en mi vida, y ahi permanecera+

  15. Bienvenida Lorena, me alegra que te hayas pasado por aquí y hayas disfrutado del texto.
    Sí, lo has dicho muy bien. Hay películas que permanecen con nosotros para siempre.

    Beso
    Hildy

  16. Después de quedar absolutamente deslumbrado por esta maravilla de película y de disfrutar con tu extraordinaria crónica sobre la misma, llena de la profundidad y la elegancia que te caracteriza; no puedo entender que no aparezca en tu lista de las mejores películas de la década en el blog DICCINEARIO. Quita de la selección a la última de Tarantino y sustitúyela por esta. Me harás profundamente feliz, jajaja. Besos y siempre mi afecto.

  17. Jajaja,querido Altaica, qué alegría leerte. Es una película hermosísima. De esas que no se olvida y que siempre hay alguna imagen rondando en la cabeza cuando lees o te nombran su título.
    El mundo de las listas me fascina y yo soy muy anárquica. Las hago en el momento y lo que me surge en ese instante, como un vómito de pasiones…, espontáneas. En nuestro querido DICCINEARIO surgió así. A lo mejor dentro de unos años… Retrato de una mujer en llamas nace en otra lista. Seguro.

    Beso
    Hildy

  18. Total que no me haces ni puñetero caso. Como diría un castizo «ya te vale niña».

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