El blog de Hildy Johnson

Simplemente, un blog "de cine"

El blog de Hildy Johnson

Una película alemana y su remake. Muchachas de uniforme (Mädchen in Uniform, 1931) de Leontine Sagan, Carl Froelich/Corrupción en el internado (Mädchen in Uniform, 1958) de Géza von Radványi

Muchachas de uniforme (Mädchen in Uniform, 1931) de Leontine Sagan, Carl Froelich

Muchachas de uniforme

El momento del beso en 1931.

El aire de libertad y rebeldía que se siente y se muestra en el duro y represivo internado de Muchachas de uniforme… no es locura decir que estallaría dos años después en Francia en el estricto colegio donde viven los muchachos de Cero en conducta de Jean Vigo. Sí, sin duda es una buena sesión doble. En Muchachas de uniforme está la semilla de la rebelión… en Cero en conducta la rebelión no hay quien la pare. Y uno de los máximos atractivos de esta película alemana es sin duda, su ambiente, su atmósfera. Pese a la educación prusiana que quiere ejecutar la directora del colegio, donde hasta las hace pasar hambre, quiere convertirlas en chicas duras sin emociones, meras reproductoras de soldados…, las chicas se comportan como adolescentes libres, que en la clandestinidad, descubren su sensualidad, se interesan por el sexo, unen férreos lazos de amistad, crean su propio universo femenino y dan rienda suelta a sus sentimientos y pasiones.

Y todo este ambiente afecta más a una nueva alumna, la sensible Manuela (Hertha Thiele), que llevará su rebeldía hasta las últimas consecuencias. Manuela, huérfana de madre, llega con ansia de cariño, pero también de curiosidad. Y en su camino no solo se cruzan sus compañeras sino también esa profesora de la que todas se enamoran platónicamente, Elizabeth Von Bernburg (Dorothea Wieck). Una profesora que cree en la educación y en la disciplina, pero también en la comprensión y el cariño… Una mezcla explosiva dentro de un sistema educativo rígido y cerrado. Esa sensualidad evidente y mundo inexplorado que descubre Manuela choca con la rígida educación que impone la directora del centro y las demás profesoras. La alumna en su intento de rebeldía total, de tocar la ansiada libertad emocional, de expresar sus sentimientos y emociones, choca contra la autoridad y, a punto, está de perder la cordura y la vida. De caer al abismo. Su rebeldía será un golpe para el autoritario mundo de la directora, que siente grietas peligrosas en sus muros.

Muchachas de uniforme es una interesante película rodada en plena república de Weimar donde eclosiona un fascinante universo femenino cerrado donde no hay ni rastro de la masculinidad. La película está codirigida por una mujer, Leontine Sagan, y escrita por otra, Christa Winsloe. Y todas las intérpretes son mujeres. Su universo y descubrimiento de la sensualidad rebosa naturalidad entre las alumnas y choca con el mundo rígido de una especie de Bernarda Alba con un ejército de señoritas Rottenmeier también uniformadas. El puente o el nexo de unión entre los dos mundos, y la que tiene por tanto papel más complejo y ambiguo, será Elizabeth Von Bernburg.

Son varios momentos los que tiene esta película que deslumbran por su fascinación. Una es el recorrido de Elizabeth Von Bernburg por el dormitorio de sus alumnas dando a cada una un beso de buenas noches, donde dará un dulce beso en la boca a Manuela. Y la otra, la fiesta desbocada de las alumnas después de la representación de Don Carlos de Friedrich Schiller. Pero toda la película mantiene esa atmósfera de libertad contenida a punto de estallar en una institución represiva: la vida íntima de las alumnas en las clases, en los dormitorios, en las duchas… Las reuniones de las profesoras, la visita de la princesa…, los uniformes, sus carreras por el internado, las cocinas, el propio edificio… Una película que despierta aires de libertad entre mujeres en un mundo cerrado, rígido.

Corrupción en el internado (Mädchen in Uniform, 1958) de Géza von Radványi

Corrupción en el internado

El momento del beso en la de 1958.

Dos décadas después, el realizador Géza von Radványi se pone al frente del remake. Y da color a Muchachas de uniforme, pule puntos del argumento, y da los papeles principales a dos actrices bastante populares en aquel momento: Manuela es una bellísima Romy Scheneider (después de Sissi) y Elizabeth Von Bernburg es una atractiva Lilli Palmer. Pese a ser una versión bastante fiel, y estar más cuidado el argumento, sin embargo, pierde esa atmósfera rebosante, libre, natural y sensual de la versión de 1931. El remake cuenta con un academicismo en lo formal y un aire místico más estático y encorsetado, pero con una cierta y extraña belleza en su atmósfera.

Así la versión de Géza von Radványi construye más el personaje de Elizabeth Von Bernburg, pero le resta ambigüedad y misterio. La profesora queda representada como una mujer que lucha contra el sistema educativo rígido que impone la directora y las demás profesoras, sobre todo la segunda de a bordo. Y ese aire de rebeldía en una atmósfera opresora de la anterior versión queda diluido en esta en un conflicto entre Bernarda Alba y una Adela rebelde, que volverá a su regazo… y una Von Bernburg que se retira de su camino y deja de ser puente misterioso.

Los momentos más libres e importantes de la película de Leontine Sagan quedan más matizados en esta versión, y por tanto menos espontáneos y rebeldes. El momento del beso en la boca no será en la secuencia de las buenas noches en presencia de todas las alumnas, sino en la soledad e intimidad de un aula mientras ensayan la obra de teatro. Y la fiesta después de la representación no es un canto a la libertad emocional del personaje de Manuela y su rebeldía, sino una pérdida de papeles por la bebida. De hecho, en esta versión se humaniza más al personaje de la directora, y no marcha solitaria y aislada como en la de 1931, sino que antes hay una especie de redención y arrepentimiento de que no ha hecho las cosas bien ante Manuela y Elisabeth. Otro matiz distinto es que la obra representada por las niñas en vez de ser el Don Carlos de Friedrich Schiller, que canta a la libertad de las emociones y los amores imposibles, en la versión de los años 50 será Romeo y Julieta de William Shakespeare, que se queda en una buena historia de amores imposibles y rivalidades familiares.

No obstante Corrupción en el internado no carece de interés, de una fría y atrayente belleza y de un buen trabajo de las actrices principales.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Una película alemana y su remake. Muchachas de uniforme (Mädchen in Uniform, 1931) de Leontine Sagan, Carl Froelich/Corrupción en el internado (Mädchen in Uniform, 1958) de Géza von Radványi

  1. Si me permites un momento volver a «Cold War», película que no he visto, querría decir a mí «Ida» no me pareció tan buena como se dijo. Tres estrellas, bueno. Pero cuatro o cinco, como muchos apuntaron, para mí son excesivas.
    En mi opinión, pecaba de ciertos mecanismos de la, digamos, «qualité» y le faltaba audacia en sus decisiones de montaje y puesta en escena, con su director más bien guiado por una estética bella y rutinaria que, en efecto, «funcionaba» bien y nos hacía retrotraernos a aquellos años en los que el cine de los países del bloque comunista era exitoso en los cine-clubs y las salas de arte y ensayo en nuestro país.
    Insisto, la consideré una película interesante, en cierta forma estimulante, pero pienso que los halagos han sido excesivos por parte de casi toda la crítica.
    En cuanto a algo que comentas en concreto sobre «Cold War», hay que congratularse de que se hagan más y más películas sobre la vida en los países socialistas, o comunistas, de la segunda mitad del siglo XX. Era una asignatura pendiente, pienso. Aunque si uno acude a parte del cine que Kieslowski, Skolimowski o Wajda realizaban en los setenta y ochenta, puede dar ya ahí con pistas abundantes de la democracia realmente existente en aquellos paraísos. Unos paraísos, entre comillas, que por entonces, y hasta bien entrado el siglo XXI, fueron y han sido tan admirados por buena parte de la intelligentsia izquierdista europea que, obviamente, jamás había ni ha visto gobernar en sus países, por fortuna, a ningún partido comunista.
    Un saludo.

  2. La primera, sin duda. Es un peliculón. En su remake se perciben los engranajes de la «evolución conservadora» producto de los modos y maneras de Hollywood. Es una película capada, en comparación con la anterior, cuya evocación llega a poseer aires míticos por lo que de relación guarda con lo que habría de venir en Alemania, entre otras cosas.

    Besos

  3. ¡Luis, hacía un montón que no te pasabas por aquí! Espero que estés bien. Y, claro, que puedes volver a Cold War.
    Tu opinión sobre Ida coincide totalmente con la de un amigo mío, que da más importancia a la forma que al fondo, y que es más un ejercicio de estilismo. A mí, sin embargo, Pawel Pawlikowski me ha atrapado por lo que cuenta y cómo lo cuenta. Sus personajes, sus ambientes, sus historias. Me gusta cómo me cuenta. Tanto en Ida como en Cold War. Ya me contarás qué te parece. Me interesa.

    También los nombres que rescatas del cine polaco me parecen muy interesantes: Kieslowski, Skolimowski o Wajda. Y dan forma a un cine con personalidad propia. Es buen momento para visionar y repasar la cinematografía polaca. Siempre me interesa la relación del cine con la historia y cómo se refleja. Así como las miradas que aporta. Aporta no solo análisis interesantes, sino temas de debate y reflexión. Y también de tratar de entender qué pasó, cómo y por qué.

    Beso
    Hildy

  4. Sí, mi querido Alfredo, la primera me fascinó. La segunda es menos libre, más atada, menos espontánea…, pero la sesión doble es un disfrute sin duda.

    Beso
    Hildy

  5. hola Hildy. Es curioso porque vi la versión del 58 (por cierto, menudo título efectista y de claro sesgo homofóbico que le pusieron en España “Corrupción en el internado”, ahí es nada) en mi ya lejana preadolescencia y la recuerdo mejor que la del 31 que vi hace mucho menos tiempo en un ciclo en la filmoteca sobre el cine de la república de Weimar. De todas las del ciclo (que me dio un motivo más para detestar a los nazis por acabar con un cine estimulante, innovador y muy variado) me pareció la más floja. Entiendo que tenga una consideración especial y pueda ser un referente al ser una película dirigida por una mujer en una época en que había pocas dirigiendo (aunque durante el mudo había más mujeres directoras de las que nos han contado) y de temática lésbica, pero hablando en términos estrictamente cinematográficos, no la recuerdo como una gran obra. Tendría que revisarla. Lo más interesante para mi es su tesis sobre como los regímenes autoritarios (representados en este caso por el internado) persiguen y destruyen no solo a la libertad sino también a la sensibilidad representadas en la pobre Manuela. Una chica hipersensible, de gran imaginación, enferma de soledad y hambrienta de cariño. De hecho, a mi juicio, el film más (o no tan solo) que un enamoramiento lésbico, sino que explica la devoción que siente una chica solitaria por la primera persona que le muestra afecto y comprensión. La profesora podría ser también una figura materna para la huérfana Manuela. Y nunca sabremos si corresponde a los inflamados sentimientos de su pupila o solo le provoca ternura. En cambio con “Corrrupción en el internado” fue la primera o de las primeras veces que fui consciente de un enamoramiento entre mujeres. Y no solo entre las protagonistas. Las pasiones y los enamoramientos, inocentes pero intensos, corrían por ese internado. En la película de Sagan todo es demasiado lánguido (empezando por las actrices) para mi gusto, en cambio en la de los von Radványi se percibe el deseo, la pasión contenida con ganas de desbocarse. O simplemente la recuerdo así. No percibo esa evidencia como algo negativo ni mucho menos hollywoodiense coma alguien ha escrito. La película es una coproducción francoalemana y se nota. Hollywood aún tardaría en enfrentarse a historias de amor y deseo entre mujeres…Otro motivo por el que sí creo que gana por goleada “Corrupción en el internado” sobre “Muchachas de uniforme” es el de las interpretaciones. Lili Palmer y Romy Schneider están espléndidas. Y además son grandes presencias. Las interpretaciones del film del 31 pecan de ese histrionismo tan propio de los inicios del sonoro. Ni recuerdo a la pálida actriz que interpreta a la profesora pero sí que me costaba entender la fascinación que provocaba entre sus alumnas. Por el contrario, si lo entiendo en el caso de Lili Palmer cuyo personaje aquí sí que creo que corresponde al personaje de Schneider aunque intente evitarlo. Pero repito que no tengo nada fresca la película. Con todo siempre me ha parecido que es una película que parte de una anomalía. Es un tanto increíble ese universo donde no hay presencia masculina alguna.

  6. Querida Lilapop, ¡cómo me ha gustado leerte! Y qué interesante resulta lo que cambia la visión de una película según el contexto. Es decir, Muchachas de uniforme la viste en un ciclo con otras películas dentro del periodo de la república de Weimar y en comparación con las otras proyecciones te pasó desapercibida. Yo me hice una sesión doble, primero una y luego la otra: y me entusiasmó la de 1931 y tan solo me gustó la de los 50. Me resultaba más atractiva la de los 30, sin dejar de interesarme la de los 50, que en muchos sentido es más perfecta formalmente, pero menos espontánea. De la de los 30 me fascinó la atmósfera que irradia y ese sentido de la libertad y las ganas de rebelión dentro de la opresión. Sentí algo parecido a la de Cero en conducta de Jean Vigo. Y una de las cosas que me parece más atractivas de la película ¡es la anomalía!… Un universo sin hombres… Tan solo unas fotografías en un armario. También tienes razón en lo que dices, me parece más que Manuela, y las demás alumnas, sienten devoción por una persona que es recta, pero a la vez cariñosa (y que pasaría exactamente igual si fuera hombre o mujer).
    No sé si los habrás visto, pero hay dos documentales interesantísimos sobre el cine alemán en el periodo de Weimar y luego a partir de la subida de Hitler al poder. Se titulan así: De Caligari a Hitler y El Hollywood de Hitler. Los dos de Rüdiger Suchsland.

    Beso desde el internado
    Hildy

  7. Gracias Hildy por las recomendaciones ¿»De Caligari a Hitler» está basado en el libro de Kracauer?
    A mi, por lo general, no me suelen gustar las películas donde solo hay personajes masculinos o femeninos. En cambio surgen conflictos interesantes cuando, en esos entornos anómalos, llega alguien del otro sexo…
    Como anécdota personal, recuerdo el visionado de «Corrupción en el internado»con una amiga a la que encantaban las películas de Sissi (yo no podía con ellas) y lo estupefacta y disgustada que se quedó viendo los derroteros que tomaba la historia…Muchos espectadores de la época del estreno se debieron sentir igual. Eran unos tiempos donde la homosexualidad estaba poco y mal visibilizada en el cine. Me parece valiente por parte de Romy Schneider hacer un papel tan atrevido para el momento y que, sin duda, iba en contra de lo que sus fans esperaban de ella.
    A Chicho Ibáñez Serrador le debió gustar también la peli de von Radványi porque contó con Lili Palmer para «La residencia», película que, por cierto, revisioné gracias a «Historia de nuestro cine» y que me decepcionó. Creo que aguanta mejor «¿Quién puede matar a un niño?».

  8. Sí, Kracauer y su libro son importantes en el documental.
    … ¿Te acuerdas de la maravillosa El Seductor de Don Siegel? En ese ambiente de mujeres, entra un hombre y… O cómo afecta la presencia de os hombres en 7 mujeres de John Ford…
    Me gusta mucho Romy Schneider y cómo evolucionó su imagen y su carrera. Cómo fue una actriz que arriesgó. Poco tiene que ver la Sissi de su juventud con la que creó años después en la película de Visconti.
    ¿Sabes donde recuerdo yo a Lili Palmer? En una película con mi adorado William Holden: Espía por mandato de George Seaton.

    Beso
    Hildy

  9. La evolución de Romy Schneider es una de las más interesantes del cine europeo.
    Qué bien que menciones «Espía por mandato». No la tengo fresca pero recuerdo que me gustó, sobre todo la historia de amor entre William Holden y Lili Palmer. Me pareció una historia de amor diferente. Un amor que, por parte de él, nacía desde la admiración ética y no desde la atracción física. Y ella no era quince o veinte años más joven, como solían ser las «partenaires» de los actores una vez estos entraban en la cuarentena. Lili Palmer era cuatro años mayor que Holden.
    Reivindico una comedia del autor de «Espía por mandato», el guionista y director George Seaton: «Enséñame a querer», con un Clark Gable divertidísimo y una Doris Day fantástica. Una estupenda comedia romántica ambientada en el mundo periodístico. El reportero formado en la calle frente a la profesora de periodismo. Y aquí no me importa la diferencia de edad porque están espléndidos y con una química enorme.

  10. Querida Lilalulapop, ¡todavía no he visto Enséñame a querer y tengo muchas ganas! Y eso que he defendido varias veces en este blog a una intérprete que suelo reivindicar: Doris Day.

    Beso
    Hildy

  11. Me he pasado de sílabas pero la de la recomendación de “Enséñame a querer” era yo. También reivindico a Doris Day. Una buena actriz y excelente cantante. Se la ha tildado de cursi, ñoña, puritana y no sé cuantas tonterías más, cuando en sus películas suele interpretar a mujeres independientes, con carreras profesionales de éxito o por ejemplo en “La indómita y el millonario” (título idiota para “It happened to Jane”) a una viuda joven con dos hijos que saca adelante su pequeña empresa. Cuanto tópico lleno de prejuicios y pereza analítica que arrastran algunas estrellas y películas.

  12. Sabía que eras tú, querida Lilapop, pero como habías añadido (y yo soy muy cumplida, jajaja) más sílabas, pensé que preferías que te nombrara así.
    ¡Dos reivindicadoras de Doris Day! Vivvvaaaaa.
    Tomo nota también de La indómita y el millonario.

    A mí me gusta mucho en Un grito en la oscuridad, Juego de pijamas, El trompetista o Aviso de tormenta. ¡Y por supuesto en sus tres comedias con Rock Hudson!

    Beso
    Hildy

  13. Querida Hildy ¡con lo que me gustan las sesiones dobles, esta me la apunto! Había leído algo de las dos películas pero tu post me anima aún más a conocerlas, máxime ahora que acabo de comprobar que ambas están disponibles en Filmin. Descubro también que antes del remake de 1958, se rodó otro en México en 1951 asimismo titulado «Muchachas de uniforme», dirigido por Alfredo B. Crevenna, que -subrayando las conexiones- nació precisamente en 1914 en Alemania, que abandonó tras la ascensión del régimen nazi para nacionalizarse mexicano, pero este creo que va a ser más complicado verlo… Largometrajes que son todo un hito en representar unas relaciones ninguneadas por el cine en general, al margen de los tratamientos peyorativos que se les añadiesen posteriormente, como ya se ha comentado, por ejemplo, en el nombre dado en España a la versión de Géza von Radványi (toda una negativa declaración de intenciones).

    De Lilly Palmer acabo de disfrutar hace poco «Los amantes de Montparnasse» (también de 1958), donde su personaje secundario brilla a la altura del protágonico femenino de Anouk Aimée.

    Besos cinéfilos.

  14. Mi querida Ana, es una sesión doble apasionante. Ya verás y ya me contarás. Sí, leí sobre esa versión mexicana, pero no, no la he visto (aunque no me importaría nada conseguirla). Ay, sí, que interesante es Los amantes de Montparnasse, tengo que volver a revisarla de nuevo, pero me dejó un buen recuerdo.

    Beso
    Hildy

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