Invierno en Europa es una llamada. También una bofetada. Un montón de rostros nos miran al otro lado del muro. Y deja una última imagen-puñetazo… A un lado un grupo de hombres que a pesar de que llevan tiempo indefinido sin apenas dormir…, en espera…, siguen mirando los fuegos artificiales de esos países con los que soñaban para, quizá, volver a reconstruir sus vidas. Y con ese título real, pero también metafórico, el documental de Polo Menárguez dialoga con The Square, una película sueca de ficción actualmente en cartelera. The Square, de Ruben Östlund, realiza una inteligente reflexión sobre Europa y deja una secuencia y una metáfora… que refleja esa llamada y ese invierno perpetuo en el que Europa se hunde. Por una parte, una chica de una ONG en un país como Suecia grita: “¿Quieres salvar una vida?” y un montón de ciudadanos que salen del metro para dirigirse a sus trabajos pasan a su lado, pasivos, ensimismados, sin salir del letargo, sin un mínimo de curiosidad, sin reacción alguna… Por otro, The Square es una instalación artística de un cuadrado con la siguiente leyenda: “El Cuadrado es un santuario de confianza y cuidado. En su interior todos compartimos los mismos derechos y obligaciones”… Y ese cuadrado puede ser una Europa que pone continuamente en duda esa premisa ideal. Un cuadrado helado, que cierra sus fronteras, pero a la vez en su interior contradice los términos de confianza, cuidado, derechos y obligaciones…
Polo Menárguez con su documental, y con la mirada fotográfica de Jose Martín Rosete, grita y remueve, muestra una realidad que se niega que caiga en el olvido y en la indiferencia. Imágenes y palabras para despertar del letargo. Capta lo que hay fuera del cuadrado, pero también alerta de que lo que hay dentro (… a no ser que haya un despertar u otra manera de hacer las cosas) no es lo esperado. Invierno en Europa es un documental inteligente que construye un discurso a través de las imágenes que atrapa y con los testimonios y discursos oficiales que deja escuchar.
En enero de 2017 el director viaja a Serbia para captar el día a día de miles de refugiados afganos, sirios y paquistaníes que se encuentran en un periodo eterno de espera para poder cruzar a Hungría. El documental mueve su cámara en una estación de trenes abandonada en Belgrado, donde viven varios hombres al límite. Como los que se refugian en una antigua fábrica de ladrillos, junto a la frontera, en Sobótica; o los que se esconden en los bosques huyendo de la policía. Después capta la vida en un campo de refugiados donde hay alojamiento y comida y donde principalmente se encuentran mujeres y niños, pero sus posibilidades de entrada son lejanas.
Mientras los discursos oficiales los presentan como una amenaza o incluso se les anuncia que no van a ser bien recibidos (es impresionante un vídeo de un alcalde húngaro), Polo Menárguez muestra la realidad de unos hombres, que ya han vivido lo suyo hasta llegar ahí, y ahora se consumen en la espera. No solo está el frío, las malas condiciones del día a día, la amenaza de enfermedad y pérdida de salud, las barreras y obstáculos cada vez mayores (los impedimentos que han puesto a las ONG para que repartan comida y ropa)… sino la desesperanza, el no desear que otros pasen lo que ellos están sufriendo, el darse cuenta de que Europa no es una puerta y el expresar que ellos no querrían huir de sus países si no fuera por las circunstancias (quieren dejar claro que allí eran felices, trabajaban, tenían a sus familias, sus amigos…). Algunos hablan de que llevan años sin dormir, otros que solo desean ser ciudadanos normales, otros que querían estudiar, el de más allá relata cómo ha sido tratado al otro lado y devuelto… Pero no lo cuentan con odio, alguno deja escapar una sonrisa, otro agotamiento y el de más allá sigue en la lucha. Ahora no saben qué hay después de la espera. Y la nostalgia rompe más todavía.
Polo Menárguez y su director de fotografía dejan sentir el frío, la neblina, pero también un mundo al margen, casi apocalíptico. Con ese humo tóxico, por la madera de los raíles que emplean para calentarse, o la luz de la mañana que entra en una fábrica abandonada. O esa hoguera nocturna donde un grupo canta y baila. O esa noche eterna donde al otro lado del muro pueden ver los fuegos artificiales de un país donde no pueden entrar. Pero también Invierno en Europa es un mapa de rostros que miran a los ojos y voces que cuentan historias. El documental es un grito, una llamada, un recordatorio… y uno se remueve en el asiento. Y, sí, es invierno en Europa. Y mientras no cambien las cosas, no haya otro rumbo, otros aires…, viene a la cabeza una viñeta de Mafalda que dice: que se pare el mundo, que quiero bajarme. O también otra posibilidad, gestos como este documental que muestra y no olvida. Y contar…
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Ni idea de esta película, mi querida Hildy. The Square creo que se me va a escapar, pero la apunto.
Besos
Mi querido Alfredo, es un documental que merece llegar a más sitios. Es una bofetada. Y The Square es una película que no deja indiferente y que días después de verla, se sigue con ella en la cabeza.
Beso
Hildy
No sabía ni que existía esta película. Gracias por el descubrimiento. Este asunto debería tener toda la visibilidad posible.
Gracias.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Querido Alberto, tienes razón, es un asunto que debe ser visible. Es un documental que se está movimiento poco a poco, con el boca a boca, en distintos circuitos. Y, sí, verlo es bueno para no olvidar ciertas situaciones que están ocurriendo día a día.
Beso y gracias mil
Hildy