Parece que la humanidad necesita que vengan de las estrellas para darnos un toque de atención. Y en momentos convulsos Robert Wise dirigió Ultimátum a la tierra (1951); y ahora que todo está revuelto, Denis Villeneuve dirige La llegada. Y en ambos films no son muy bien recibidos los seres del más allá, son percibidos como amenaza. Y en ambas hay que entender un mensaje. Y en las dos hay algún que otro ser humano que trata de arriesgarse, acercarse y comprender. La primera era sencilla e inocente… La segunda sofisticada dentro de la sencillez, y continúa con una cierta inocencia. Denis Villeneuve, director con una visión pesimista de la humanidad, lanza un rayo de luz. Pero sigue siendo perturbador y maravilloso en la consecución de atmósferas y ambientes.
Así la protagonista de La llegada es una prestigiosa lingüista (Amy Adams) que trata de descifrar el lenguaje del más allá. Y es otra de las claves de La llegada: la importancia de la comunicación y del empleo de las lenguas. Cómo entendemos los mensajes, cómo empleamos las palabras. Cómo depende nuestro mundo y nuestra comprensión de él del lenguaje. Cómo un concepto puede cambiar la percepción de lo que nos rodea y aportar más conocimientos. De esta manera se avanza en la comprensión del otro. Y en el caso de los extraterrestres se logra mucho más con el trabajo conjunto de una lingüista y un científico (Jeremy Renner) dispuesto a creer en la comunicación. Y todo es más sencillo de lo que aparenta un complejo engranaje, tan sencillo como entender qué es un palíndromo.
Y Villeneuve logra crear una atmósfera para envolver toda la historia. Y construir belleza de esos extraños objetos no identificables, como medias esferas, que se posan en distintas partes del planeta. Así como que la historia vaya avanzando a pesar de no dejar claro al espectador los conceptos del tiempo y el espacio, para luego ir encajando las piezas.
Tras un prólogo demoledor que tendrá un significado vital, empieza el extrañamiento. Una joven profesora acude a su clase, pero el espectador percibe que algo ocurre, hasta que una alumna le pide que ponga las noticias… Y el que mira empieza a intuir que algo extraño y confuso está ocurriendo en el mundo. A partir de ese momento comienza la andadura de esta lingüista con una sensibilidad especial para lograr comunicarse y descifrar códigos y nuevos lenguajes.
Hay momentos bellísimos y perturbadores. Como la comunicación y los símbolos de los entes del más allá (bautizados por la lingüista y el científico como Abbott y Costello). Así como el espacio interior de los objetos voladores no identificados que hace dudar al espectador de sus conocimientos sobre el espacio y la gravedad. La blancura, como la niebla, que envuelve a Abbott y Costello y que también lo hace, en una escena clave, con la protagonista. Un pajarillo en una jaula, la reinterpretación de la memoria, de los recuerdos… y siempre lo extraño, lo lejano, lo incomprensible… que se va difuminando.
La llegada de Denis Villeneuve es ciencia ficción pero con un halo de belleza, extrañamiento, humanismo y un poso suave de poesía visual.
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Esta sí que la tengo pendiente. Me gusta mucho el escritor de ciencia ficción Ted Chiang, sombre todo su libro recopilatorio La historia de mi vida, de cuyo título se basa esta película. Te recomiendo este libro editado por Alamunt. Todos sus grandes relatos están a la altura de La historia de tu vida. Fascinante, reflexivo, donde lo maravilloso en la ciencia ficción brillaba por su ausencia después de la muerte de Arthur C. Clarke. Según cuentas además de otras fuentes, la estructura es muy diferente al relato cuando esa estructura es la principal fuente de la historia. El contacto (en el relato) produce a la protagonista un efecto tal que se comunica con su hija (todavía no nacida) en diferentes espacios temporales. Tengo previsto ir el domingo. Ya te contaré.
Besos extraterrestres.
Sí, mi querido Francisco, esa es la estructura y el quid de la cuestión también en la película. Ya me contarás cuando vayas qué te parece. A mí me ha gustado mucho. Cada vez disfruto más con Denis Villeuve. Me parece un gran creador de atmósferas. Y por supuesto me apunto el libro de cuentos de Ted Chiang del cuál nada he leído.
Beso
Hildy
Pues haré por verla. Es un director muy interesante, con algún altibajo (Prisioneros y Enemy me gustaron menos) pero en el panorama actual es de lo que merece atención obligatoria. Aunque el tufo a Encuentros en la tercera fase me llega hasta aquí…
Besos
Nada, mi querido Alfredo, ya me dirás… Jajajaja, no, hombre, no es tufo… es un lejanísimo aroma.
Sí, Villeuve es muy interesante. Yo saco jugo de todas, por ahora. También de Prisioneros y Enemy. Y crea atmósferas increíbles, no me extraña que él sea el que se ha puesto al frente de la secuela de Blade Runner, que no remake.
Beso
Hildy
¿Ves? Tienes más sensibilidad para apreciar detalles que yo no capto. A lo mejor un día vuelvo a ella…
Besos.
Mi querido crítico abúlico, ¡me ha encantado el artículo de Jot Down! Qué interesante (por cierto, se estrena una peli sobre los últimos de Filipinas) y también me ha encantado tu crítica sobre La llegada, aunque nuestras miradas sean distintas. Pero yo siempre digo que las miradas distintas son una riqueza total. Yo me lo paso de miedo en el debate constructivo y también las críticas negativas de películas que a mí me han gustado mucho me hacen pensar un montón.
Y a mí me gusta mucho bromear…, jajaja.
Beso
Hildy
PD: Hablando de Maupassant y el cine. Seguro que sabes que ni más ni menos que La diligencia de Ford tiene como referencia Bola de sebo de Maupassant, que es un relato que me entusiasma. Y que hay una maravilla de Max Ophüls que se llama El placer que son tres adaptaciones de tres relatos de este autor (y donde se encuentra uno de mis favoritos La casa Tellier). Pero una de las adaptaciones que más me gusta se encuentra en Boccaccio 70, el fragmento de Visconti. Otro beso gigante.
A mí me ha gustado la idea de que en contacto con una inteligencia alienígena nuestra capacidad de percepción se vea modificada o podría decirse aumentada. Aunque la idea de contemplar el tiempo de manera no lineal, y poder ver imágenes del futuro, sea quizás difícil de asimilar para nuestro cerebro humano, y para la lógica a la que estamos acostumbrados. Creo que la película cuenta y desarrolla sus ideas de forma hábil e interesante. Con una puesta en escena que en algunos tramos, cuando vemos a su futura hija, recuerda al cine de Terrence Malick. Por eso, cómo la buena ciencia ficción, la historia es emotiva y al mismo tiempo especula sobre ideas y cuestiones importantes. Principalmente la comunicación y la dificultad que a veces entraña, y el esfuerzo que requiere, entendernos unos con otros.
Un beso.
Ahí has dado con una de las claves de la película, querido Luis, lo de la modificación de la capacidad de percepción con el contacto alienígena. Sí, creo que desarrolla algo complejo de manera muy sencilla (al contrario por ejemplo de Interstellar, que también hubo muchas cosas de aquella que me agradaron, la verdad). Sí, me gusta esa referencia a Terrence Malick. Y sí es emotiva pero a la vez filosofa sobre la comunicación y el lenguaje. Yo la disfruté mucho.
Beso
Hildy
Interstellar me pareció que manejaba conceptos bastante complejos para el espectador no muy aficionado a la ciencia ficción, pero lo hacía de manera brillante en mi opinión, aunque a algunos les pareció excesivamente didáctica. Ahora esperamos con curiosidad próximos proyectos; cómo «Blade runner 2049» o la nueva versión del manga «Ghost in the shell», ahora en imagen real. O parcialmente real sería mejor decir.
Un beso.
Sí, querido Luis, además la secuela de Blade Runner va a ser dirigida por Denis Villeneuve.
Beso
Hildy
La vi ayer, mi querida Hildy: un truño importante, siento decirlo.
Como concepto es interesante, incluso audaz, y el planteamiento no es malo, al contrario, me parece brillante. ¿Cuál es, para mí, el elemento fallido? Son cuatro: 1) la manía de ligar, al estilo de la penosa Interestelar, cuestiones emocionales particulares a presuntos grandes acontecimientos colectivos, en clave, además, de lo más horrendo que tenía Gravity de Cuarón, la idea de maternidad, la vuelta al útero, etc., etc.; 2) el hecho de que el guion no cuente lo que puede provocar la historia hasta las últimas consecuencias, sino lo que le conviene al guion: los cabos sueltos son tantos como chorros de tinta escupen los percebes esos; 3) todo el elemento geopolítico (la supuesta crisis internacional bélico-económico-política, con todo lo que conlleva y podría conllevar) está pésimamente tratada, y el uso de imágenes y pantallas de informativos me parece un recurso pésimo para retratarlo; 4) la pretenciosidad, no soporto ya a los directores, tipo Fincher, Nolan o ahora Villeneuve, que da la impresión de que construyen una película pensando únicamente en cómo despistar al público lo suficiente para que un presuntamente brillante giro final los deje con el culo torcido. Me tienen harto, porque además en La llegada el final se prevé prácticamente desde el principio. Eso es justamente lo que no esperaba: saber desde el primer momento lo que iba a pasar y acertar.
La peor película de Villeneuve hasta la fecha. Una decepción.
Hala. Besos marcianos.
Bueno, al menos no me he quedado solo… Que por ahora en mi blog son todo respuestas positivas frente a mi crítica desencantada.
Pero mi querido Alfredo, ¿un truño?¿Categoría truño, truño?
Respecto lo emocional creo que es siempre lo que me ha gustado de la ciencia ficción. Siempre hay un componente emocional. Qué sería de Blade Runner, 12 monos o Ex machina sin ese componente. Sí, Gravity, Interestelar o La llegada ponen lo emocional en los lazos familiares o en el tema nacimiento (o la vida es un círculo, y no es el concepto de tiempo y espacio que abarcamos). Pero no son las únicas. Ahí está el feto de 2001 o la importancia de la continuidad en Hijos de los hombres. O la familia en Señales, La guerra de los mundos (versión Spielberg), Inteligencia Artificial… Me parece inevitable lo emocional, particular y concreto…
Yo no he vivido tantos cabos sueltos o no los he percibido como tales. Al final toda la estructura es palíndromo o eterno retorno. Qué monos los percebes, Abbott y Costello.
Creo que hay la misma inocencia en la crisis internacional bélico-económico-política que en Ultimátum en la tierra. Pienso que da más importancia al tema del lenguaje, la comunicación y el entendimiento. Lo presenta de manera concisa (la crisis) y a mi parecer contundente.
Precisamente no veo pretenciosidad en La llegada, sino sencillez. Creo que desde el principio nos está contando claramente la historia y no quiere giro de guion. Da las claves desde el principio.
Jejejeje, la he disfrutado mucho. Sigo queriendo ver películas de Villeneuve.
Beso y placer maravilloso debatir con usted
Hildy
Mi querido, querido crítico abúlico, creo que La llegada tiene algo interesante, porque es de esas películas que provocan polos opuestos: personas que se decepcionan y se desencantan, y otras que la disfrutan de veras. Y eso me gusta, porque lo que está claro es que no deja indiferente.
¡No estás solo! y como ves Alfredo no solo está desencantado, sino que la pone en categoría de truño… jejeje.
Beso
Hildy
Ayer vi la película y me gustó mucho, amiga Hildy. Creo que junto a Interestellar son de las grandes películas de ciencia ficción de los últimos tiempos, sobre todo Interestellar, que está basada en el texto de un astrofísico que es una maravilla. Estas películas no son demasiado aclamadas quizá por la poca falta de entendimiento de un género superior donde el espectador acostumbra a conocer desde otros factores más comerciales. La llegada es un estupendo tratado sobre la incomunicación del ser humano, y casi diría de lo poco capaces que somos de comunicar algo. Creo que todo se centra en esa conversación que tienen ambos cuando están contemplando el paisaje. Ella dice: «Puedes saber comunicarte y estar solo.» Esta frase hay que analizarla en profundidad y si llegas a ello, se comprende muchas cosas de este desdichado mundo.
Besos estelares.
Mi querida Hildy. Una cosa es introducir un elemento emocional, y otra particularizar un fenómeno universal en el caso particular de una persona individual, con nombre y apellidos. Aquí no se trata de alumbrar a un Mesías (Hijos de los hombres), ni de analizar las relaciones entre hombres y máquinas (Blade Runner o A.I.) o con los extraterrestres (Señales, La guerra de los mundos), o del ser humano con su propio futuro apocalíptico (12 monos). Aquí, como en la bochornosa Interestelar (la búsqueda del Planeta Amor como solución, el horror…, en el salón de casa de un señor), no se trata de analizar un fenómeno global (aspecto penosamente tratado), sino de plantear esa cuestión del eterno retorno constreñido a un caso particular, al de «iluminados», «elegidos» o «iniciados» muy concretos. Una sola, en realidad, y al caso concreto de su maternidad, y nada más. Insisto, igual que, en ese aspecto, penosa Gravity. Es cierto que la lectura de conjunto, como apunta Paco, acerca de la incomunicación está ahí, pero pronto la película se va por otros derroteros menos importantes, más «mainstream».
Y por eso, porque abandona el tema más importante y se dedica a vender un humo con el que el propio guion no es consecuente (el eterno retorno pero no tan eterno: concentrado en un único personaje y solo en un punto concreto de su vida y en ninguno más: no se trata del eterno retorno, se trata del retorno puntual de su problema personal) es por lo que la califico de pretenciosa. Y de previsible. Y, como te decía, toda la cuestión de la crisis internacional me parece desperdiciada, encajada porque se trataría de una laguna demasiado difícil de hacer colar al público, pero pésimamente resuelta.
Besos
Mi querido Francisco, ¡gran frase!, «Puedes saber comunicarte y estar solo». Sí, de lo que más me gustó de la película fue esa importancia del lenguaje y su entendimiento para el avance del mundo.
Beso
Hildy
Jejejeje, Mi querido Alfredo, nada, no hay manera de convencerte…
Beso
Hildy
Vamos a ver…que todo tiene su término medio. Creo que estamos ante una película muy potente visualmente hablando, sugerente, que seduce e intriga con esa fotografía tenebrosa cargada de incógnitas, las cuales se multiplican hacia el interior del ser humano, su ser más intimo, y se expanden hacia una atmósfera indescifrable. En ese aspecto la película me parece muy interesante y conseguida. Sus imágenes no dejan indiferente y este tipo sabe narrar visualmente, cosa que hoy no abunda. Su mirada hacia lo indescifrable y lo ignoto es de buena ley.
Peeero, y es una lástima, existen serios problemas de guión. El principal y básico lo apunta Alfredo…es una pena que el guión este cosido desde las primeras escenas y que el espectador intuye que como el nombre de la niña todo acabará ahí de nuevo. No existiría problema si la película respirase por si misma, pero en mi opinión las costuras de un guión prefabricado para conducir al espectador en una dirección que «arrive» a ese climax final se notan demasiado. Y es una lástima.
Estamos ante una película que en ese aspecto saldrá beneficiada y pèrjudicada al mismo tiempo en una segunda visión…se podrá disfrutar del hermoso magnetismo de sus imágenes…pero los giros de guión van en su contra, el efecto sorpresa queda anulado y…prefiero no entrar en esa llamada telefónica piticlin piticlin…un abrazo
Mi querido Victor, qué placer leerte. Jejejeje, poniendo las cosas en su justo medio, como buen discípulo de Aristóteles. Me agrada que reconozcas su belleza formal, y como este director sabe seducir y «hablar» con las imágenes.
En cuanto al contenido, sí, me esperaré a un segundo o tercer visionado, pero me pareció bien cerrado, que no quería giros, sino que deja un mensaje inocente. Sí, tan inocente y optimista como Ultimátum a la tierra, por eso comparo ambas películas. Y La llegada me parece la película más luminosa de este director, hasta ahora bastante pesimista. Qué lindos Abbott y Costello.
Beso enorme… y me da una alegría cada vez que te leo
Hildy