Centenario de Orson Welles (1). Sed de mal (Touch of devil, 1958) de Orson Welles

seddemal

Una de las constantes de la obra cinematográfica de Welles (y una de sus tragedias) es que salvo contadas ocasiones sus películas no pudo llevarlas a cabo tal como él quería por distintos motivos (no conseguir los medios económicos suficientes para ponerlas en pie o hacerlas tal y como estaban en su cabeza o imposiciones drásticas de los estudios). Lo conseguido en Ciudadano Kane (la absoluta libertad de creación) se convirtió en un triste espejismo para un creador peculiar… que siguió el rastro de aquellos cineastas malditos fuera de los circuitos del cine clásico y el sistema de estudios, aquellos como, por ejemplo, Erich von Stroheim.

La obra de Orson Welles sigue siendo de extremos. Alabado como un genio o menospreciado. Su obra sigue creando pasiones y odios. Lo cierto es que tan interesante es él como personaje histórico (su vida es una película que no acaba) que es una auténtica gozada analizar cada una de sus obras para entender por qué era un cineasta especial (y un actor con un carisma que le hacía diferente). Y es que sin duda poseía una mirada y un universo visual que vomitaba en cada una de sus películas.

Ya estaba empezando a rodar su obra en otros países, fuera de EEUU, cuando tuvo la oportunidad de volver al sistema de estudios en la Universal tanto como actor como director y guionista (parece ser que Heston, una de las estrellas del momento, al enterarse de la presencia de Welles en la película dio por sentado también que sería el director y el estudio así lo hizo). La película era Sed de mal, el argumento partía de una novela de Whit Masterson (seudónimo de dos novelistas que escribían algunas obras literarias juntos). Un título interesante para estudiar el cine negro como género y su evolución. Si Welles pensó que volvería con toda la gloria, le hicieron ver que regresaba con toda la pena (ya había empezado a rodar en Europa). El estudio no quedó nada contento con el resultado y manipularon la obra del creador (cortaron, modificaron, añadieron otras escenas sin el visto bueno de Welles) además de no realizar un estreno a lo grande sino como una más, del montón, como de segunda categoría. Orson Welles, cuando vio el desaguisado, escribió unas notas en las que pedía que no se destrozara su película y en la que explicaba cómo tenía que ser. Como este documento no se había perdido en 1998 se realizó una versión aproximada de lo que hubiese querido Welles (y ese es el dvd que se ha visionado para este post).

¿Por qué Sed de mal puede considerarse una película distinta, distinguida y especial… independientemente de que guste o no guste? Lo primero destacar su atmósfera asfixiante, decadente y oscura que precipita a los personajes a un destino fatal desde el primer fotograma. Cine negro en vena. Y la presencia continua de la ambigüedad… Una película de frontera donde el bien y el mal se mezclan, sin saber muy bien dónde se encuentran los límites. Violencia y sexualidad, comportamientos irracionales. En esa frontera entre México y EEUU… nada es lo que parece, los héroes y los antihéroes se confunden. Todo además envuelto con ecos de tragedia shakesperiana, tono tan querido por Welles. La pianola se une con notas de jazz y melodías que traen aires nuevos de rock and roll… con un Mancini creador.

Welles es de esos cineastas con una imaginería barroca, un mundo visual recargado y una manera de filmar que no solo confiere un ritmo especial sino unas composiciones que se quedan en la retina. Planos picados, contrapicados, plano secuencia, primeros planos, muchas personas en un mismo plano, o una persona en espacio inmenso, profundidad de campo, luces y sombras… todo entra en Sed de mal.

Extrañamiento y aires de pesadilla. Sed de mal es como vivir dentro de una pesadilla, despertar de un mal sueño. Conviven en sus fotogramas el inconsciente, la irracionalidad, los comportamientos incomprensibles de los personajes: esa esposa sensual (Janet Leight como extraña heroína, cuya Susan Vargas sería el precedente de otros personajes de la actriz en Psicosis o en El mensajero del miedo) que va a la deriva, como una marioneta, y siempre acaba a manos de personas que pretenden hundirla y corromperla o ese portero extraño de noche al borde de la locura en un motel solitario. Ese grupo de jóvenes matones con pinta de rockeros que parece que tienen la premisa de sexo, drogas y alcohol cada día de su vida. Uno de esos matones que trata de asustar a Mike Vargas tirándole ácido a la cara. Esa pitonisa ¿también prostituta? del pasado (Marlene Dietrich) en un local de frontera con una pianola de fondo, que parece ser guardiana de la memoria de uno de los protagonistas.

¿Dos policías opuestos o dos policías espejo? Dos personajes potentes enfrentados: el policía corrupto y racista Hank Quinlan (Orson Welles), totalmente decadente, desencantado y desgarrado, que arrastra una cojera, un pasado que le pesa y le destroza, un alcoholismo que vuelve y unos métodos poco ortodoxos para imponer la ley en la frontera. Mike Vargas (Charlton Heston), policía héroe que lucha contra el narcotráfico, recto y honrado, que se convierte en denunciante de los métodos de Quinlan. De nuevo ambigüedad en ambos personajes. Nada es lo que parece. A Quinlan, a pesar de su decadencia nos lo pintan con un pasado en el que pudo ser un hombre diferente y en el que se explica su decadencia presente. Así como la mirada que lanzan sobre él, la pitonisa de frontera, Tanya, y su fiel compañero de profesión (un increíble Joseph Calleia). A Vargas, nos lo pintan a punto de sucumbir a un pasado parecido al de su antagonista Quinlan, le vemos al borde del extremo, sentimos la fragilidad de su rectitud. Y en ambos uno de los motivos de la caída (además de la dificultad de su trabajo, de las presiones, del día a día) puede ser el amor hacia una mujer (uno la pierde de manera horrible, el otro a punto está a punto de perderla).

Una vez que se entra en el universo de Sed de mal es imposible olvidar varios de sus momentos increíblemente filmados: el famosísimo plano secuencia que abre la película y que expone el conflicto. La fiesta salvaje y orgía involuntaria de sexo y drogas a la que someten en un aislado motel a Susan Vargas. El horrible asesinato de uno de los Grandi (familia de narcotraficantes a los que persigue Vargas) en una habitación decadente de hotel con una Susan adormilada bajo los efectos de las drogas de fondo…, el shakesperiano y trágico final de Quinlan así como su último diálogo con su compañero de hazañas (un triste y patético Calleia, el gran secundario de la película)…

Todo hace de Sed de mal una película a tener en cuenta en el rico y complejo universo de Orson Welles. Como curiosidad, el director hizo que participaran amigos actores en cameos a lo largo de la película así podemos localizar a Joseph Cotten o a Mercedes McCambridge.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

13 comentarios en “Centenario de Orson Welles (1). Sed de mal (Touch of devil, 1958) de Orson Welles

  1. Querida Hildy, no he visto esta peli aún pero creo que es cuestión de tiempo… Me pasa algo extraño con Welles y es que QUIERO que me guste y de verdad lo intento, pero no siempre le encuentro la vuelta. Sí me intriga muchísimo su vida artística, me apena que todas esas promesas en su juventud se hayan visto frustradas y ese es el motivo por el cual sigo insistiendo en volver a él, porque cuento con encontrar la genialidad de «El ciudadano» a la vuelta de cada fotograma. El otro día, a propósito de «La dama de Shangai» estuve hojeando un libro precioso que tuve la suerte de poder conseguir «Orson Welles en acción» y volví a leer sobre lo que señalás, los problemas que Welles tuvo siempre para controlar sus películas y creo que tal vez allí esté la clave de porqué sus obras parecen siempre inacabadas o no del todo redondas. Quién sabe lo que nos estamos perdiendo…
    Te mando un beso grande, Bet.-

  2. Mi querida Bet, a mí con Welles me ha pasado algo parecido a ti, curiosamente con Ciudadano Kane, que es además de las pocas películas que pudo crear de arriba abajo con toda su libertad creativa. Era una película que me gustaba pero que no vibraba con ella. No entendía que aparecía en tantas listas, me parecía buena película pero… Y se puede decir que, así como a otros directores o películas no les doy tanta oportunidad, no me preguntes por qué a Ciudadano Kane sí se la di… quizá por la cantidad de libros, artículos, reportajes que hay sobre ellas, la cantidad de análisis escuchados…, el punto culminante fue una clase de cine, cuando ya me enganché y vibré con la película (podemos decir que ahora la disfruto y me gusta analizarla… pero no sé si la pondría en una lista de mis imprescindibles). Luego a Welles le quería como intérprete y me seducía por sus adaptaciones cinematográficas a Shakespeare, un tema que me obsesionó durante una buena temporada. Todavía me falta filmografía suya por ver (tanto como director como actor) y voy a intentar con motivo de su centenario ver alguna de las que no he visto y repasar otras que me gustaban bastante como, por ejemplo, Sed de mal (ya sabes que me fascina el cine negro). Que, por cierto, hablando de los personajes secundarios la primera vez que la vi me quedé atrapada por el extraño personaje de la Dietrich pero ahora quien me ha seducido totalmente es el compañero que va siempre con Quinlan, cuyo papel lo hace Joseph Calleia.

    Besos
    Hildy

  3. ¡Qué viaje parecido al mío, el tuyo con El Ciudadano! Yo la ví por primera vez en VHS y luego en pantalla grande durante un ciclo de proyecciones que organizamos con mi clase en mi breve paso por la carrera de artes audiovisuales, pero nada… Más tarde la compré en DVD en una edición excelente con dos audio comentarios (uno de Bogdanovich) y un documental sobre la peli y recién ahí me fascinó. Yo creo que sí la pondría en mi lista de imprescindibles, me encantan los trucos técnicos de iluminación, sonido, montaje (todo, en definitiva, jaja) y ¡las actuaciones! También me gusta mucho una peli que se llama RKO 218, y que recrea la etapa de producción de El Ciudadano.-
    Más besos, Bet.-

  4. A mí me parece un genio absoluto, y esta película, para mí, la mejor de todas las suyas, a pesar de estar troceada, no contar con la música y los efectos sonoros que él pretendía, o de que algunas de las imágenes y secuencias del montaje final no sean suyas. Todo el mundo recuerda el plano-secuencia inicial; a mí la secuencia que me impacta es la del registro de la casa del sospechoso, cómo tantos personajes y técnicos se mueven en un espacio tan estrecho e incómodo (tres habitaciones colocadas en línea) durante una secuencia colectiva tan larga y compleja, en la que se repite el paso por idénticas perspectivas. Pura genialidad.
    Una maravilla, mi querida Hildy.
    Besos

  5. Sí, querido Alfredo, la escena que comentas, la del registro de la casa del sospechoso, es buenísima. Yo de las vistas hasta ahora de Orson Welles no sabría decirte con cuál me quedo. Algunas tengo que volver a visitarlas. Pero sí sé que siempre que la veo disfruto muchísimo y cada vez más con El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons).

    Beso
    Hildy

  6. Uffff disfruto con la forma de mostrar y ver de Welles, con su rebeldía y tozudez a la hora de llevar a cabo sus proyectos (qué diferencia con el adocenamiento actual, con el ni se me muevan y oye, nadie se mueve, las líneas tan marcaditas) sumergirme en un mundo que me resulta extraño pero que me fascina y descoloca y por encima de todo él como personaje de sí mismo… ufff, me encanta, se nota? jajaja- pero Sed de mal es una de mis preferidas. No sabría describirlo pero tiene algo que me remueve desde que empieza la peli hasta que termina. Sujetita como una niña me quedo cada vez que la veo… jajaja.

    Presiento que me lo voy a pasar genial con esta serie tuya!

    Besote.

  7. … Sí, mi querida Marga, la película Sed de mal remueve, fascina, descoloca… y conmueve. Sí, Orson Welles como personaje histórico es de lo más interesante. No me extraña que te encante. Welles forma parte además de esos directores que crearon fuera del sistema de estudios (no encontró un hueco o un estudio que aguantara su personalidad y libertad creativa) y eso a la vez fue tragedia para su obra pero también pintó un personaje mucho más complejo y una obra incompleta también mucho más compleja y rica.

    A lo largo del verano y a intervalos continuaremos con esta serie… Welles es inagotable.

    Beso
    Hildy

  8. A mí me pasaba lo mismo y tenía muchas ganas de volver a verla y ha sido una experiencia genial, mi querido crítico abúlico. Sí, Orson Welles es de esos personajes que hacen que se viertan páginas y páginas sobre él y siempre surge una faceta nueva a descubrir.

    Besos
    Hildy

  9. Sin duda, es una pasada de película. De todos modos, el punto más álgido de la filmografía wellesiana (al menos con el que yo más disfruto) es con su majestuosa trilogía shakespeariana, integrada por «Macbeth», «Otelo» (mi preferida) y «Campanadas a medianoche». Resulta asombroso observar la fuerza que consiguió imprimir a esas películas ante la escasez de medios y los múltiples inconvenientes que tuvo que sortear. Un abrazo, Hildy.

  10. Sí, querido Antonio, a mí su manera de mirar a Shakespeare también me atrae muchísimo. Orson Welles se sentía atraído por el espíritu trágico del dramaturgo y supo captarlo en las tres obras que mencionas. Es otro de los aspectos interesantes que se puede analizar de su obra: Shakespeare y Welles.

    Beso
    Hildy

  11. la he visto….yyy…jo es que no se que decir…bueno ya lo vas diciendo tu estupendamente bien…yo es que con personajes como este en ocasiones me bloqueo. No le tengo por un gran cineasta ni muchísimo menos, lo suyo va mucho más allá…su genialidad desborda cuando aflora el genio y patina estrepitosamente cuando no, que también lo hay…esta en concreto es celuloide vivo…no la considero una película, creo que Welles estaba de copas por la frontera y rodó lo que vió….es muy intensa y muy dificil para mi de concretar…pero es muy grande, como la vida misma. Un abrazo

  12. Sí, Orson Welles tiene tantas facetas y todas tan interesantes… y luego su cine. Orson Welles y Shakespeare, Orson Welles y sus montajes teatrales, Orson Welles y su relación con España, Orson Welles y la Guerra de los mundos, Orson Welles y la radio… Orson Welles, director de cine; Orson Welles, actor… En fin, que es cierto, mi querido Victor… abruma y bloquea. Me oculto con él y un gato en un portal, solo se nos ve en la sombra… o subimos a la noria de El tercer hombre.

    Beso
    Hildy

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