Into the woods no es una obra cinematográfica perfecta (sobre todo porque Rob Marshall no se desmelena visualmente con el material de partida tan potente que tenía entre sus manos para dar paso a un mundo maravilloso) pero asume varios retos y sale victoriosa. Su análisis se convierte en apasionante. El material de partida es un musical de Broadway de Stephen Sondheim y James Lapine que se estrenó en 1987. Y a su vez este musical crea un espacio fantástico-metafórico, el bosque, donde van a parar varios personajes. Personajes del mundo de los cuentos tradicionales recopilados por los hermanos Grimm.
Rob Marshall pone en pie un musical que realiza una lectura de estos cuentos y no elude la visión dura y cruel que los hermanos Grimm imprimían a sus historias. Así se nota la firma del Stephen Sondheim más oscuro, como ya mostró en su mítica Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet, quien conoció recientemente una buena versión cinematográfica por parte de Tim Burton.
Uno de los aspectos más llamativos es que tras esta versión cinematográfica de Into the woods está Disney, que fue sin duda la firma que dulcificó (¡y cómo los disfrutamos!) varios de los cuentos de Grimm (y otros). Sin embargo, aquí apuesta por recuperar la esencia de esos cuentos, fundirlos y crear una reinterpretación (todo esto está en el musical de origen) y además sigue la estela de innovación temática en sus últimas obras cinematográficas: la ruptura radical del estereotipo del príncipe azul. No hay más que recordar los argumentos de Brave, Rapunzel, Frozen, Maléfica… y recordar el papel del príncipe azul (o es el malo, o no tiene cerebro, o es absolutamente anodino o directamente es eliminado como personaje).
Los personajes ficticios (y creados para este musical) que unifican a todos los personajes de estos cuentos tradicionales son una pareja humilde de panaderos que desean tener un bebé y se enteran a través de la hechicera, que es una vecina, de que tienen que romper una maldición que ella les echó hace tiempo (a la familia del panadero). Para ello deben conseguir en un plazo de tres días cuatro ingredientes para una pócima especial: una vaca blanca, un zapato dorado, una capa roja y una melena rubia como el trigo…
El musical (y por tanto la película) cuenta con dos partes muy claras: en la primera se recupera no solo la esencia de los cuentos de Grimm sino que además todos sus personajes consiguen cumplir sus deseos. Rob Marshall abre la película con la canción I wish que sirve para presentar de forma coral a los personajes y además presenta las motivaciones que llevarán a todos a cruzar el bosque, espacio mítico y transformador. Y una segunda parte, donde muestra que la consecución de los deseos no supone el final de los obstáculos, muros y miedos de cada uno de los personajes. Todos vuelven al bosque en un momento de amenaza y desolación descubriendo que realmente la felicidad no es tan fácil y que la vida siempre va a ser dura, que siempre vamos a equivocarnos, a sufrir las ausencias, a repetir nuestros miedos, a enfrentarnos a las mezquindades pero también a superar problemas, obstáculos y mejor si es en compañía de otros, a veces de los que menos esperas… Y que los sueños y los deseos sirven para combatir el miedo, para atreverse a avanzar, a experimentar, a seguir viviendo…
Los cuentos de los hermanos Grimm que recuperan vida en Into the woods son Cenicienta, Rapunzel, Caperucita Roja y, por último otro cuento tradicional Jack y las habichuelas mágicas. Toda la crueldad, violencia y dureza de estos cuentos se mantiene en la película. Así las hermanastras de Cenicienta se cortan un dedo y el talón para que el zapatito dorado les sirva. O no oculta la dura vida de Jack y su madre así como la maduración, a través de los golpes, de la inocencia de Jack. El lobo se zampa sin pudor a la abuela y a caperucita roja (que no es una niña deliciosa sino bastante compleja) y el príncipe de Rapunzel pierde la vista por las zarzas… Y así un montón de detalles más.
Pero curiosamente el personaje más anodino, el que menos se atreve a soñar, el más real y humano, el que arrastra más problemas y cargas psicológicas y familiares, el personaje más débil, con más miedo, con menos esperanza, el panadero, se convertirá en la segunda parte en el personaje clave para la resolución de la historia.
La película Into the wood cuenta con un reparto redondo que no solo ejecuta sus canciones perfectamente sino que además crean personajes llenos de posibilidades. Desde la bruja con una Meryl Streep que ya no tiene miedo a nada, a la maravillosa composición que realiza Emily Blunt de la panadera, pasando por su marido el panadero lleno de matices con rostro de James Corden (nunca olvidaré su escalofriante interpretación como adolescente obeso y problemático en la dura Todo o nada de Mike Leigh), sobrevolando por una Cenicienta de carne y hueso con el rostro de Anna Kendrick o con un príncipe azul infiel, Chris Pine, con una frase genial, “Me educaron para ser encantador, no sincero”; hasta llegar al cameo de un lobo con forma de Johnny Depp. La lástima es que Rob Marshall (que se está convirtiendo en realizador habitual de cine musical) se limita a ser correcto y no volar con la imaginación en una obra cinematográfica que podría haber hecho levitar a los amantes del cine musical… pero está muy cerca de conseguirlo. Es tan bueno el material de partida y los intérpretes que se enfrentan al reto, que su correcta pero no atrevida realización no perturba que el espectador pueda inmiscuirse en un bosque mágico.
Hay una breve conversación entre el príncipe azul y cenicienta, cuando ambos se dan cuenta de que no son la pareja ideal ni la deseada y soñada, en que se despiden: “Nunca olvidaré a la princesa que huía”, “Ni yo al príncipe lejano”, que define muy bien la reinterpretación de estos cuentos. El desear, el adentrarse en el bosque, el atreverse a dar pasos… les ha hecho simplemente conocerse mejor así mismos y asumir quiénes son y qué es lo quieren… aunque el resultado final no tenga nada que ver con lo soñado.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
A ver…..salen Emily y Anna Kendrick…..vale, tb Meryl y Johnny Deep….pero espero que a estos dos ùltimos Rob les haya atado en corto, ya que si se les deja campar libres por el bosque pueden tender a la sobreactuaciòn….
No la he visto, pero te añadirè que la principal razòn no son los actores….me encantan los simbolismos y la mitologìa de los cuentos populares clàsicos….yo he visto hasta la blancanieves de Julia Roberts, y para eso hay que tener valor. Por tanto, esta miscelanea me interesa mucho….y como tu la recomiendas màs….aunque pueda dar mas de si. Un abrazo
¡Mi querido Victor… y te digo que Emily está fantástica y con personaje precioso! Ilumina la película cuando aparece… ¡Y además también canta bien! La Cenicienta de Anna Kendrick es como me imaginaría a dicho personaje. Johnny sale unos minutos y su cometido de lobo (canción incluida) lo borda. Y Meryl ¡no importa que sobreactúe!… ¡es la bruja mala del cuento, una mujer infeliz! Y está espléndida. Ja,ja,ja. Como a ti también me apasionan los simbolismos y la mitología de los cuentos populares clásico ¡y yo también he visto la Blancanieves de Julia Roberts! Me gustó adentrarme en el bosque… aunque pueda dar más de sí.
Beso
Hildy
Aquí se estrena la próxima semana y no la he visto. Pero yo conocía el musical de Broadway desde hace unos años (que afortunadamente está grabado en su producción original) y me gusta muchísimo. Por eso tengo expectativas altas, pero tampoco he sabido qué esperar. En primera, yo pensaba que Disney la habría dulcificado. Pero por lo que tu dices, no tanto. No sé cómo plantean para niños que la esposa del panadero se deja seducir por el príncipe de Cenicienta, después de lo cual el cínicamente se va sin más, o que Rapunzel tiene crisis nerviosas y acaba prácticamente suicidándose… ya me dirás.
La obra original (¿tú la has visto?) no es precisamente para niños. Es una parodia que aunque es oscura y realista, se inclina mucho más a la comedia que al drama (a excepción de algunas partes). Los personajes son complejos y lejos de perfectos, supongo que como en la película, y no dejan de sacarte bastantes risas. Lo que más me intriga de la película es si mantuvieron el tono cómico o si la hicieron seria. Por el trailer, me da la impresión que la segunda, porque no sería la primera vez. La película de Sweeney Todd es bastante más seria que el musical de Broadway. ¿Tú qué dices?
Creo que de cualquier modo la voy a disfrutar mucho, y ya tengo mucha curiosidad para ver cómo quedó traducida a la pantalla grande.
Si nunca has visto el musical original, te lo recomiendo muchísimo. Es una producción divertidísima, y todas las interpretaciones son buenísimas, especialmente la de la bruja, y la esposa del panadero.
Ya te comentaré qué pensé cuando la vea. Saludos Hildy. 😉
Rob Marshall, musical, Disney y cuentos infantiles: lo tiene todo para que no la vea. Y esta vez, a pesar de tu encomiable labor, voy a hacer caso a mi instinto. Echo de menos el cine de para adultos. Y no me refiero al X, precisamente, sino a aquel que estaba pensado por y para gente que había cumplido los 18, o al menos los 21, y cuya edad cerebral encajaba con la física.
Besos
Querida Carmen, no, no he visto el original pero sí me han contado, cómo tú has hecho. La película lo ha respetado bastante. No dulcifica. La escena de la panadera y el príncipe está. Lo de Ranpunzel no está tan claro pero está. La película también es oscura. Digamos que la comedia está sobre todo en el primer acto y la seriedad con toques de humor en el segundo acto. La panadera, Emily Blunt, es divertida y tierna, y también los príncipes azules, y la bruja de Streep. Las canciones me encantaron. Y, sí, debe ser precioso poder ver los musicales originales tanto INTO THE WOOD como Sweeney Todd.
Me encantará saber, como amante del musical original, lo que opinas de esta película.
Besos
Hildy
Lo sé, querido Alfredo, lo sé. INTO THE WOODS no sería la película que te recomendaría nunca pero es bastante más adulta de lo que piensas y cómo emplea los cuentos populares una gozada… Tiene su encanto pero… ja, ja, ja, no te imagino en un cine viéndola…
Los cuentos infantiles tienen todos un componente oscuro, duro, cruel (que no se elude en la película), al fin y al cabo proporcionan claves para enfrentarse a un vida compleja. Distan mucho de ser dulces, y esta vez Disney se ha portado… no ha proporcionado gotas de almíbar.
Besos
Hildy
Jajajaja estoy con 39 escalones.
Lagarto, lagarto, pensaba mientras te leía, un cóctel de todos mis horrores: Disney, musical, cine dirigido al niño que se supone que todo adulto lleva dentro… ufff, salvo al mío, mi adulto debe llevar una niña con mu mala follá porque estas cosas me ponen de los nervios, jajajaja.
Existe una serie de cómics, «Fábulas» de Bill Willingham, que pone en practica este «desmontaje» de los personajes desde hace unos años. Y ahora parece ponerse de moda en el mundo audivisual (no hay una serie acerca de los mismo?). En fin, nada nuevo bajo el sol… por cierto, los cómics no están nada mal si eres amante del género y tienen la ventaja de que no cantan, jeje.
Lo sé, soy una bruja, jajaja.
Besos y escoba
Ja,ja,ja, querida Marga, pero las brujas tenéis un corazón de oro, como nos dice Maléfica. Si es que a mí me caen bien. Anda que no disfrutaba yo con la bruja novata o con la serie de la bruja que movía la nariz…
Si el musical no es de tu agrado, como le digo a Alfredo, entonces no te imagino en la sala de cine viendo INTO THE WOODS porque se pasan la película cantando. En cuanto a Disney está cambiando de rumbo y aquí se muestra oscuro, es bastante fiel al original. No evita lo oscuro, lo tenebroso, lo cruel… El musical original de Broadway es de 1987 y triunfó entre otras cosas por hacer una lectura especial de los cuentos tradicionales (en este caso de Grimm) y además recuperar las versiones literarias originales que eran bastante más oscuras a como se nos presentó en Disney (que conste, que esos dibujos formaron parte de mi infancia y les guardo gran cariño).
Por cierto me apunto los cómics de FÁBULAS. No soy lectora habitual de cómics pero me atraen bastante y de vez en cuando devoro alguno que otro.
Besos… montada en una escoba (estoy ensayando… ¡no la domino todavía!)
Hildy
Bueno, hay musicales y musicales… pero para que me gusten o son del todo inocentes, Cantando bajo la Lluvia y My Fair Lady, por ejemplo, o canallas y oscuros como Cabaret (El personaje de Sally me fascina desde la primera que vez que vi la peli, allá con 15 años. Imagino que como a ti si a tu gata le pusiste ese nombre, jajaja. La mía se llama Naná, en honor a Zola y su obra). Pero si se quedan en medias tintas, un sí pero no… ufff, no puedo con ellos.
Y tengo uno inconfesable, ays, algún trauma o algún golpe o yo qué sé: Sonrisas y lágrimas. Pero este no se lo digo a nadie, va en contra de todos mis principios, jajajaja.
Y es que las brujas también tenemos un corazoncito y sus contradicciones locas. Mardita sea!
Ja,ja,ja, querida Marga, qué bueno. Y efectivamente mi gata se llama Sally por el personaje de Cabaret y también me fascina ese musical. Me encanta el nombre de tu gata. Los secretos inconfesables son lo mejor de lo mejor… si es que Sonrisas y lágrimas tiene su aquel, por cierto, hace siglos que no lo veo. Ahí va uno inconfesable: Patrick Swayze con su melena a los ochenta me hacía mucho tilín (sí, es horrible pero cierto).
Beso
Hildy
Ahora regreso a comentarte después de verla este fin de semana… jejeje.
Pues sí, me gustó. Yo fui a disfrutarla y lo hice. Tenías razón, está mucho menos dulcificada de lo que yo me había imaginado, y qué bueno. Creo que en general los detalles cambiados fueron de tono más que de trama. La obra es más picarona, pero creo que la película se balanceó muy bien, considerando que le apunta al público infantil.
Las interpretaciones me gustaron bastante (Johnny Depp no incluido, no le vi nada ni de lobo ni de cantante, jajajaja). Los príncipes son de mis personajes favoritos, y la verdad me encantaron en la película. Son unos patanes… jajaja. Meryl Streep y Emily Blunt llenaron perfectamente los zapatos que les tocaban, creo yo. Todos, en general.
Sin ninguna intención de sonar pretenciosa, definitivamente me gusta más la obra, aunque claro que estoy prejuiciada porque le tengo cariño desde hace tiempo, jeje. De verdad te la recomiendo muchísimo si disfrutaste la película, porque inevitablemente omitieron algunas cosas, entre ellas un par de canciones que me encantan, por ejemplo una segunda parte de la de los príncipes que es fantástica, y una de la panadera que tiene una letra súper ingeniosa. Te gustaría mucho, y no es nada difícil de encontrar. Creo que hasta en YouTube está completita.
Pero bueno, como amante del musical original, apruebo, apruebo. 🙂
¡Mi querida Carmen, gracias por volver a pasarte y darme tu completa e interesante visión sobre Into the wood! Y me alegro un montón de que la apruebes. Sí, los príncipes son unos patanes y están divertidísimos. Y efectivamente Blunt y Streep a mí me fascinaron. ¡Pobre Johnny y su su lobo… con lo mal que acaba!, je,je,je. Y es normal que siendo una amante de la obra original y conociéndola tan bien, sientas mucho más apego a su representación en los escenarios que será siempre más íntegra y completa a como la pensaron sus creadores.
Un beso enorme
Hildy