Miedo súbito (Sudden fear, 1952) de David Miller

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Miedo súbito muestra un mecanismo perfecto, como un reloj (protagonista fundamental de la trama… el paso del tiempo, las horas), donde el suspense logra mantener al espectador en vilo. Película eficaz que encierra un buen funcionamiento del lenguaje cinematográfico capaz de mantener durante los minutos finales una tensión especial sin apenas emplear la palabra… Cuenta además con trío de actores excepcional: Joan Crawford, Jack Palance y Gloria Grahame.

La dirección corre de la mano del irregular David Miller que sin embargo se mostró eficaz las dos veces que empleó la intriga con dos esposas atemorizadas (este tipo de intriga que protagonizan esposas al borde del pánico es un subgénero de lo más interesante). Primero fue Miedo súbito (que curiosamente reposa en el más absoluto olvido) y después con una de sus obras más recordadas, Grito en la niebla.

La película está dividida perfectamente en dos partes. Primero narra con buenos aciertos una historia de romanticismo exacerbado y después va convirtiéndose en una historia de intriga y terror que roza la pesadilla. Y la fórmula funciona a pesar de lo inverosímil y lo enrevesado de la trama…, todo encaja a la perfección, como las piezas de un reloj. El suspense, la tensión, el ritmo, la intriga y la perfecta interpretación así como el carisma de los tres protagonistas convierten Miedo súbito en una película a reivindicar.

Miedo súbito empieza con un ensayo teatral donde el actor principal con rostro de Jack Palance está interpretando un monólogo de romanticismo extremo. El magnetismo y el carisma de Palance son evidentes. Su interpretación está siendo vista por la autora de éxito de la obra (Joan Crawford), por el director, el productor… Todos están entusiasmados con la interpretación menos la dramaturga. Ella expone que no es un mal actor pero que su físico es extraño, no es un galán y su obra puede no funcionar porque los espectadores tienen que sentir el magnetismo, la atracción y la belleza del actor principal. Así que exige su despido y que se la culpe a ella. Cuando le despiden, Palance muestra su enfado desde el escenario, y le dice a la autora que vaya a ver un cuadro de Casanova y descubrirá que no es el retrato de un hombre bello… Y se marcha enfadadísimo y dejando con la palabra en la boca a la protagonista.

Esta primera escena es clave para entender cómo está contada la trama (y que no extrañen los momentos inverosímiles y lo enrevesado de la trama, como antes he señalado). Da perfectamente con el tono de esta obra cinematográfica que juega con las ‘apariencias’, con la ficción y la realidad (la realidad y la ficción)… con la vida como puro teatro donde todos nos vemos obligados a actuar, con la sensación de que nada es lo que parece, con que en la vida parece que hay alguien manejando los hilos y el destino de cada personaje está ya escrito (como la dramaturga escribe sobre sus personajes)…

De manera ‘casual’, la protagonista (que además de dramaturga de éxito es una millonaria heredera soltera) se encuentra al actor que ha despedido en un tren rumbo a su hogar de San Francisco. Así empieza un juego de seducción y una trama de romanticismo extremo que culmina en una escena crucial: en el hogar de la millonaria, ésta le está mostrando el funcionamiento de una grabadora en su despacho (otro objeto importantísimo para el avance de la trama) y le conmina a que diga algo para luego volver a escucharlo. Ella ya está absolutamente enamorada…, entonces Jack Palance vuelve a recitar el monólogo del principio y la tensión sexual va creciendo… hasta llegar a la culminación, cuando ella vuelve a dar al play y escuchan de nuevo el monólogo en silencio, mirándose. El actor demuestra su poder de atracción así como su carisma y se funden en un apasionado beso. Le demuestra que poseía ese magnetismo para ‘representar’ el papel adecuadamente.

Ambos se casan: el actor humilde y la dramaturga millonaria. Y en una elipsis narrativa (no vemos la boda), nos muestra ya a la feliz pareja de luna de miel en una casa veraniega de la autora… empezando así la segunda parte de la película. Y donde entra el tercer personaje con fuerza. Lo ‘idílico’ y el ‘romanticismo’ que ha logrado construir el actor con rostro siniestro (un Jack Palance que merece un párrafo aparte) que ya anuncia sombras… queda totalmente fracturado-quebrado cuando se presenta en una fiesta el personaje de Gloria Grahame. Una mujer seductora que aparece acompañada de uno de los abogados de la famosa dramaturga… Y entonces descubrimos que Palance arrastra un pasado y que Grahame forma parte de él. Son amantes, fríos, manipuladores y calculadores… que no desean ningún bien a la rica heredera. Las sombras de la trama acechan toda la narración que va transformándose en una pesadilla.

Y esa pesadilla llega a su culminación con el descubrimiento de la feliz esposa de la trama que pone en peligro su vida… Despierta de golpe de su sueño de mujer enamorada por la grabadora…, encendida cuando no debe. La dama escucha una conversación de enamorados que nunca debería haber oído… Y entonces transcurren los últimos casi treinta minutos de la película donde la esposa asustada toma las riendas y emplea toda la astucia de una dramaturga precisa. Crea toda una obra teatral perfecta. La millonaria construye un mecanismo exacto como un reloj, no solo para salvarse la vida sino para ejecutar una venganza perfecta. La intriga, el suspense, el miedo y el terror está servido y no decaé ni un solo segundo…, con los giros necesarios (recordemos la premisa de nada es lo que parece), para mostrar un final impecable (sin apenas diálogos solo tensión, miradas y persecución) donde el destino juega con sus personajes. Como en el teatro, la vida es puro teatro.

Pero me gustaría señalar en un párrafo la presencia de un Jack Palance que empezaba a destacar en el mundo del cine…, hacía dos años que había debutado con Elia Kazan y le faltaba uno para realizar su mítico malvado en Raíces profundas. Cada vez es un actor que me apasiona más aunque me faltan un montón de películas de una filmografía irregular y extraña (como su físico) pero a la vez con joyas (El gran cuchillo, Los profesionales, El desprecio, Bagdad Café…) que muestran su versatilidad y su carisma especial.

En Miedo súbito, Jack Palance se convierte en un actor de teatro de origen humilde que quiere subir escalones en la vida social a costa de su millonaria esposa. Lo maravilloso es que el personaje representado (y lleno de matices) por Palance, muestra rasgos y elementos de su propia biografía. Enseñando así, de nuevo, ese juego de ficción y realidad en el que se mueve toda la película. Cuando el personaje de Palance le cuenta a la dramaturga sus orígenes…, coinciden en muchos elementos con los suyos. Su procedencia de una familia humilde, su padre minero…, su trabajo en la mina (y otros muchos oficios), su paso por el ejército, su pasión por la interpretación y su lucha hasta conseguir llegar a ser actor… Además la película, emplea su físico y extraño rostro para dotar de personalidad al personaje. Un rostro curtido que tiene las huellas del pasado como boxeador de Palance así como de su paso por la Segunda Guerra Mundial que dejó secuelas graves en su cara (que fueron corregidas por múltiples operaciones). No olvidar que además está magníficamente acompañado por los ojos de Joan Crawford que traspasan la pantalla y transmiten además de terror muchos otros sentimientos y la sensualidad extraña con aires de mujer fatal de Gloria Grahame.

Miedo súbito es una buena película para rescatar del olvido. Su empleo del suspense, del miedo y la tensión crea imágenes potentes para no olvidar… como ese perrito mecánico que avanza por una habitación hasta un armario semiabierto y en penumbra donde un personaje aterrorizado se esconde…

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12 comentarios en “Miedo súbito (Sudden fear, 1952) de David Miller

  1. Caramba!! Pues esta me falta. Tomo nota, mi querida Hildy, que un buen miedo súbito de vez en cuando no viene mal…
    La otra de Miller sí que la he visto, y ya sabes qué es lo que no me termina de gustar de ella…
    Besos súbitos

  2. … Sí, acabo de pasarme por Grito en la niebla y he recordado todito todo, mi querido Alfredo. Te diré que estoy segura, segurísima de que te va a gustar más MIEDO SÚBITO como me ha ocurrido a mí (teniendo mucho cariño a Grito en la niebla y a los miedos de Doris Day, modelitos incluidos) porque su uso del tempo y del suspense es bastante mejor (dando imágenes muy pero que muy potentes). Porque su puesta en escena y el tratamiento del cine y teatro, teatro y cine, ficción y realidad, realidad y ficción presenta una película mucho más rica en matices… Y porque está un trío de actores de quitarse el sombrero creando personajes, buenos personajes. ¡Jack Palance dando sorpresas…! Cada día me gusta más.

    Besos
    Hildy

  3. Que rescates esta magnífica película del olvido me parece genial,amiga Hildy. Dos años después de que Hitch realizara Pánico en la escena y diez antes de ¿Qué fue de Baby Jane? y doce de Canción de cuna para un cadáver. Te menciono estas maravillas porque para mí son de la misma órbita cinematográfica de un tema, un estilo y unos actores determinados. En la primera tenemos a la Marlene Dietrich y a la Jane Wyman;la primera puede ser malísima pero no la segunda. En la que tú rescatas (solo por eso te invito a un café)tenemos al feo de Jack Palance, mi novia de siempre Gloria Graham,y Joan Drawford,que siempre está bien como víctima.Su físico en bello pero cuando frunce el ceño se puede comparar en maldad a la gran Bette Davis. Y aquí llego a ¿Qué fue de Baby Jane? Pero fíjate tú que la malévola Bette Davis de ésta película se convierte en víctima en Canción de cuna para un cadáver. ¿Por qué te cuento todo esto? Porque ese cine ya desaparecido con sus directores, sus guionistas, sus directores de fotografía y sus actores; esos actores como Jack Palance que parece que no puedan hacer papeles de bueno lo hacen como en Los profesionales,magnífico enamorado y revolucionario.Y Joseph Cotten,maravilloso siempre,tierno, víctima (Ciudadano Kane, El tercer hombre,etc.)Y luego lo ves en Canción de cuna para un cadáver…

    Tú tienes la culpa de que me explaye tanto,amiga.Pero sigue sacando del baúl estas maravillas para poder seguir departiendo de cine hasta la muerte.

    Besos en clásico.

  4. Sí, mi querido Francisco, ha sido un buen rescate porque además Jack Palance está maravilloso…, seductor y manipulador… con ese rostro extraño.

    Y hablas de una galería de películas en las que yo diría que también es difícil definir el papel de VERDUGO y de VÍCTIMA. Los límites no están tan claros.

    Por ejemplo, Qué fue de Baby Jane… ¿quién es más víctima el personaje de Joan Crawford o el de Bette Davis?

    O en Miedo súbito… ¿la víctima es Joan? ¿Los verdugos Palance y Grahame? O los papeles se intercambian…

    Recuerdo la maravillosa VOCES DE MUERTE donde esos límites seguían sin estar claros… entre los personajes de Barbara Stanwyck y Burt Lancaster…

    ¡Expláyate, querido amigo, que seguiremos en el séptimo cielo departiendo, debatiendo, reflexionando y comentando cine y más cine!

    Besos súbitos
    Hildy

  5. Eso si que es un choque de trnes a alta velocidad. Y no son precisamente dos mercancías, Crawford y Palance son dos auténticos expresos. El duelo tiene que dar mucho de si, dinamita pura aunque ella esté al borde del peligro.
    La película no la he visto…pero dejas algunas pinceladas que me gustan mucho como ese reloj implacable o ese impetu por ascender socialmente. Habrá que ponerse con ella. Un abrazo

  6. ¡Mi querido Victor…! Miedo súbito es una película para rescatar. De verdad. Merece la pena. Como dices trenes de alta velocidad… que chocan en pantalla. Un trío de actores en una historia muy bien contada.

    Cómo maneja el suspense sobre todo en los últimos minutos es una gozada.

    Y el personaje de Palance, todo un lujazo… Y ya sabemos con los ojos de la Crawford y la sensualidad extraña de Grahame… ¿qué más pedir para pasar una hora y media de tensión?

    Ya me contarás qué tal el rescate…

    Besos
    Hildy

  7. Una delicia ha sido ver esta película una noche aún fría de primavera en una casita silenciosa donde cada media hora se oyen las campanas de la iglesia marcando los tiempos…¡¡vamos que es otra puesta en escena!!… Desconocía totalmente la película…tan diferente de la de «Gritos en la niebla» (que me encantó en su día y cuando la he visto después… con modelitos y todo)… Me ha parecido una gran pelicula muy injustamente olvidada que, como siempre, te agradezco mucho que nos la hayas «resucitado». Un blanco y negro impecable con sus juegos de sombras y luces (¡ese pañuelo blanco corriendo en la noche!) una atención constante mantenida todo el tiempo a su trama como un gran puzzle, y una magnífica interpretación de Jack y de Joan.

  8. … Cómo influye también cómo veamos y dónde veamos una película… el escenario que describes es perfectooo. Mi querida Maria Rosa, es verdad que es un buen puzzle construido que mantiene el ritmo y la tensión además de una pareja de protagonistas muy pero que muy carismática.
    Miedo súbito y Grito en la niebla forman una buena sesión doble de David Miller.

    Beso
    Hildy

  9. La vi hace tiempo. Joan Crawford me pareció algo histriónica pero la película es bastante convincente. Pero prefiero «Grito en la niebla», por supuesto. Ese Rex Harrison es inolvidable.

  10. ¡¡¡Querido Marcos… qué ojos los de la Crawford!!! Se salen de sus órbitas del miedo súbito que pasan. A mí Joan me encanta… y aquí su actuación la convierte en reina melodramática por excelencia, con unos matices que me entusiasman. Ay, esas mujeres independientes y fuertes pero vulnerables en los sentimientos…, sobre todo si se enamora de un tipo tan extraño como Jack Palance, qué grande está.

    Pero te diré que también siento gran cariño, ya lo sabes, por Grito en la niebla. Y de nuevo la pareja protagonista conquista tanto Doris Day y Rex Harrison. Como he dicho antes ¡qué sesión doble de lujo!

    Beso
    Hildy

  11. Hola Hildy, tienes idea de donde puedo conseguir esta peli en México? Es una favorita de mi mama y se la quiero regalar de cumpleaños. Ojalá me puedas referir con algún cinéfilo mexicano que me pueda orientar. Mil gracias!

  12. Estimada Maressi, creo que lo más seguro es conseguirla a través de tiendas on-line tipo Amazon. Espero que tengas suerte y se la puedas regalar a tu madre. Seguro que vuelve a disfrutarla.

    Mil gracias a ti
    Hildy

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