Zapatilla de cristal, cenizas, un hada especial… y felices fiestas

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… Estos días por distintos motivos he visitado varias veces los fotogramas de dos Cenicientas. Por una parte La Cenicienta de Walt Disney y por otro La zapatilla de cristal de Charles Walters. Y varios asuntos han venido a mi cabeza y por eso quería con este cuento (y estas dos versiones cinematográficas) acompañar mis felicitaciones.

Me encanta este cuento porque el elemento ‘extraño’…, el zapatito de cristal, es fruto de una errata. Los zapatitos de Cenicienta eran de cuero, un material mucho más normal para un calzado. Pero una errata hizo que el significado de la palabra cambiara… y se convirtiera en un material extraño, mágico. Hermoso. Unos zapatitos de cristal.

… Así espero que un año que quizá no ha podido ser el mejor de los años (no hace falta más que escuchar a gente muy cercana o mirarse uno mismo o ver todos los días el telediario…)… pase al siguiente… y con una cualidad mágica, una errata de la que todos seamos responsables… que de pronto vivamos un año extraño y mágico. Extraño porque decidamos mirar, escuchar, quitarnos los miedos, echar una mano o dos (dejar que también nos la echen a nosotros), encontrar significado a palabras pasadas de moda o con mala fama (solidaridad, justicia, oportunidad, derechos, deberes, sueños, esperanza, análisis, crítica constructiva, mejora, pensamiento, cultura…). Y mágico porque de pronto deseemos, de corazón, otro mundo mejor y posible… (aunque el camino es largo y arduo, aunque sea fruto del esfuerzo y del trabajo, aunque no sea fácil porque somos muchos y todos muy diferentes…).

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De la película de Charles Walters me quedo con un personaje maravilloso. De nuevo nos encontramos frente a un hada madrina muy especial. No es un hada de cuento. Es una mujer anciana, ‘la loca’ del lugar donde vive nuestra Cenicienta. Una anciana que ha perdido la cordura, es otra marginada, como la joven cubierta de cenizas. Una anciana excéntrica que además es cleptómana, ella todo lo toma prestado y a todo le saca una utilidad. De lo inútil consigue lo hermoso. Nuestra hada madrina se llama Madame Toquet (magnífica Estelle Winwood) y le gustan las palabras bonitas como alféizar o tarta de manzana. Y solo cuando lo necesitas te deleita con filosofía casera. Ella, así como si nada y sin pedir nada a cambio…, consigue, de manera práctica, que Cenicienta logre su sueño.

Así que ¿por qué no? Convertirnos todos uno poco en Madame Toquet. Ser hadas y hados madrinos en lo que podamos y con quien podamos. Tener la suficiente locura como para intentar no sólo cumplir nuestros sueños sino ir un poco más allá. Aunque nos miremos a un espejo (que en Cenicienta hay varios) y digamos… pero ¿qué pretendo hacer? ¿Qué puedo hacer? ¿No tengo suficiente con lo que arrastro…? Compartir palabras bonitas y cuidarlas. Transmitirlas. Contar lo bueno que hayamos descubierto: un cuadro, un libro, un alimento, una charla, una canción, una película… Y tratar de buscar en un mundo gris, triste y oscuro, lo bello y hermoso. Y no solo buscarlo sino tratar de que salga a la superficie. No está mal ‘imitar’ un poco a Madame Toquet.

Y por último siempre me fascinó de La Cenicienta de Walt Disney, que fueran los ratones y los pájaros más pequeños los colaboradores de la protagonista a la hora de soportar el día a día. Que fueran ellos, los más insignificantes, los que quisieran ayudar más a Cenicienta para que lograra sus sueños. Que en una cadena lograran hacer grandes cosas. Como coser un bonito vestido para una fiesta.

Pues eso, aunque a veces nos veamos pequeños e insignificantes… hay ciertas cadenas (u ondas) posibles. Igual que hay cadenas para la corrupción o para transmitir todo lo malo… se pueden crear cadenas inversas de las cosas bien hechas, de poner toda la carne en el asador para que un buen proyecto salga adelante (aunque un grupo de personas sea muy distinto puede existir un buen objetivo común y quizá cada uno aportar el grano suficiente para que pueda llevarse a cabo… ¿así ha avanzado el mundo, no?).

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Bueno… he desbarrado un poco con Cenicienta de fondo. En realidad mi única intención era desearos una Feliz Navidad… con unas gotitas de magia.

Voy a quitarme la ceniza del rostro (como lo hace Leslie Caron).

Y busco dos ratones y una calabaza…

A las doce puede que empiece un nuevo día… o un nuevo año.

… Puede que aparezca una máquina de escribir… y continúe tecleando… sin descanso.

Besos a todos.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Zapatilla de cristal, cenizas, un hada especial… y felices fiestas

  1. Yo me quedo con ese chiste que dice: «érase un príncipe tan feo, tan feo, tan feo, que la Cenicienta se fue a las nueve y media».
    Felices fiestas, mi querida Hildy.
    Besos

  2. Querida Hildy,

    Un precioso texto.

    Desearte unas muy felices Nochebuena y Navidad en compañía de los tuyos (y de alguna buena película por supuesto…).

    En estos días alguna película de ambientación navideña habrá que revisar, yo de momento estoy entre “Plácido” y “Remember the night”.

    Un beso y lo dicho, ¡Feliz Navidad!,
    Javier

  3. ¡Felices fiestas, Hildy! Estas fechas son muy dadas a las películas dirigidas al público infantil, aunque con los canales temáticos para niños, el asunto está muy repartido todo el año. Ya se sabe que los niños son los reyes del mambo,… digo del mando.

  4. Querido Javier… cómo me gusta REMEMBER THE NIGHT. La verdad es que la pareja cinematográfica Barbara Stanwyck-Fred McMurray funciona de maravilla. Tanto en drama, en comedia como en melodrama…

    Felices fiestas, buenos banquetes y te deseo el mejor de los años… lleno de sueños cumplidos…

    Feliz Navidad… y el beso
    Hildy

  5. ¡Querido Antonio! Un placer para mí descubrir también tu magnífico Diccineario. ¡Seguiremos en contacto en el ciberespacio y compartiendo nuestra pasión por el cine!

    Felices fiestas.

    Un beso
    Hildy

  6. Dos excusas excelentes para felicitar las fiestas Hildy. Y las dos hace tiempo que no las veo…me has puesto los dientes largos….y no quiero atragantarme que estoy comiendo un polvorón.
    Te deseo todo eso que tan bien rescatas tu de esas películas y que nunca debieramos olvidar. ¡Felices Fiestas!.

  7. ¡Ja, ja, ja, querido Licantropunk!, tienes razón… los niños son los reyes del cine durante estas fechas… ¿A qué no sabes que volví a ver ayer? Cenicienta de Walt Disney. Ha sido el descubrimiento de una de mis sobris y quiere verla una y otra vez. Y, bueno, en breve, la llevo a ver FROZEN, la Reina de las Nieves… je, je, je (a mí ya sabes que el cine de animación me suele gustar bastante… así que encantada de la vida). Pero también quiere Lluvia de Albondigas 2 y una de Dinosaurios (aquí mi encantamiento disminuye… pero qué se le va a hacer: le gustan las princesas y los dinosaurios).

    Beso y felices fiestas
    Hildy

  8. Mi querido Victor, si es que Cenicienta y sus versiones dan para muchas reflexiones… Mira me acuerdo de una de Jerry Lewis que se llamaba El Ceniciento… tengo que recuperarla.

    ¡Felices fiestas, querido, y cuidado con el polvorón… qué rico está!

    Besos con sabor de turrón de chocolate
    Hildy

  9. Siempre me han gustado las películas de Disney, pero las de Disney, lo que vino después ni caso. Tienen magia y ese arte del dibujo que tanto me gusta y no ahora con los gráficos informáticos. En fin. Que tengas unas felices fiestas. Hoy las chicas ya no llevan zapatos o zapaticos de charol ni tan siquiera esas merceditas que llevaba Alicia. Las veo con esas botas de montaña compradas en Decathlon o zapatillas deportivas. Y cuando se las quitan…

    Besos desde la pista de baile y consternado porque Hildy ya se ha ido a una hora temprana…¡a las doce!

  10. ¡Es que con las botas de montaña del Rastro o de Decathlon o las pisamierdas de toda la vida vamos muy abrigaditas!¡Pienso en zapatillas de cristal o rojas… y me entra un frío! Aunque no niego que son hermosas. Me temo además que mi pie no es delicado y pequeño para una manoletina… Mi tamaño de pie se acerca al de las hermanastras, un número 40 se merece una buena bota… hasta con falda… ja,ja,ja.
    ¿Insinuas que nos huelen los pies…? Je, je, je…

    Besos bailando con botas hasta las doce
    Hildy

  11. Estoy escribiendo un post y no dejo de postergarlo por tu culpa, porque entro en tu blog y me respondes de una manera que debo volver a responder. ¡Que calzas un 40! ¿Llevas botas y faldas? Te estoy imaginando como una niña de esas que salen en las ilustraciones de cuentos. Piernas de alambre, zapatones, una falda raída y unos cabellos siempre despeinados porque siempre hace viento en esos dibujos. Y claro y me dices que bailas con las botas hasta las doce. Ya decía yo…

    Besos de nuevo, Hildy.

  12. … Ja, ja, ja… zapatones, faldilla o pantalón (más esta prenda)… y en los cabellos despeinados no andas desacertado, despeinados y largos… ahora en invierno con una boina que me tapa las orejas (¡vaya pintas!, me estoy dando cuenta mientras escribo!… sí, un poco cómic)… bailando con botas hasta las doce… y sí, hijo, depende del fabricante, 39 o 40, así que pies pequeños y delicados… lo justo… je, je, je…

    Besos
    Hildy

  13. Ah, Hildy, ya un poco atrasada, pero ¡¡muy felices fiestas también!! Espero que todos se la estén pasando muy pero que muy bien. (Por cierto, Hildy, ¿te conté que ya por fin vi Luna Nueva? ¡Me encantó!)

  14. … Viste las trastadas que me hace Walter… pero ¡yo me río tanto con él! Y cómo me gusta teclear y teclear…, mi máquina de escribir está siempre lista.

    Felices fiestas, preciosa

    Besos
    Hildy

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