Karoo es una novela póstuma de un guionista de cine y ha sido toda una sorpresa para la que escribe estas líneas. Steve Tesich crea un personaje que navega por un humor cínico, desencantado y negro para contar una tragedia que congela la sonrisa. Karoo es la Odisea interior de un personaje que camina hacia una redención imposible pero que no se da por vencido.
Saul Karoo es un reescritor de guiones (y a veces también vuelve a montar películas) en Hollywood. Sabe que a lo largo de su carrera ha ‘destrozado’ buenas obras cinematográficas y con otras ha hecho lo que ha podido… Él es millonario, alcohólico, mentiroso compulsivo y su vida emocional y personal es un auténtico desastre. Tiene unos cincuenta años, un hijo adoptivo al que no puede evitar hacer daño y una mujer de la que se está separando. Un productor al cual odia le hace un encargo: tiene que volver a montar entera una película de un prestigioso director que se está muriendo. Karoo sabe que es una obra maestra… pero mientras la está viendo escucha la risa de un personaje secundario, una camarera… Y entonces un recuerdo regresa a su mente. Ahí arranca esta novela que engancha desde las primeras páginas y que cuya trama es mejor no desvelar… pero está ¡tan bien contada!
… Saul Karoo es el narrador pero una cosa es lo que él nos va contando… y otra es la historia ‘oculta’ que el lector va descubriendo entre líneas. Y esa doble lectura es desgarradora y ahí se va construyendo una tragedia humana y personal que abofetea. Tras la risa, la bofetada. La sonrisa se va congelando. La dimensión que van alcanzando todos los personajes, que en esa doble mirada, se van humanizando dolorosamente (como le ocurre al propio Karoo) convierten la lectura de la novela en una buena experiencia. El lector descubre cómo ante un personaje con un humor cínico, a veces cruel, se va desvelando otra historia que te hace emocionarte y llegar a una catarsis desoladora donde nos enfrentamos a una soledad y un desarraigo brutal, a una búsqueda de un sentido de la vida con angustia… y a unas páginas finales que te dejan mudo porque te rompen. Porque Karoo además es un ‘canto de sirena’ al acto doloroso y maravilloso de la creación, del arte de contar historias, de entender la vida, de cómo actuamos, de cómo amamos y nos relacionamos.
Y se nota cómo Steve Tesich sabía construir personajes, crear historias y cómo conocía el mundo del cine, de Hollywood, del que también ofrece un retrato entre divertido y amargo en Karoo… Tesich ganó un Oscar al mejor guion en 1979 con una película de Peter Yates, ahora olvidada (yo no la he visto), El relevo. Otro de sus guiones fue el El mundo según Garp, una adaptación de la novela de John Irving. Y dejó una novela que te sumerge en el arte de crear buenas historias con buenos personajes, historias que llevan a la cartarsis, que te hacen sentir…
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Caramba. Pues, con tanto entusiasmo, habrá que leerla.
Ya te contaré…
Besos
… Creo (y creo que no me voy a equivocar) que esta novela la vas a disfrutar bastante.
Sí, cuéntame.
Besos
Hildy
Mi querida Hildy, mira lo que he leído por ahí…:
«Tesich hace verdaderamente los deberes a la hora de presentarnos a su personaje. Las primeras 280 páginas de Karoo son un espectáculo literario de ingenio, humor socarrón y frescura. Nos las hemos bebido. Pero, tristemente, al igual que Karoo con el alcohol, no nos hemos emborrachado ni un poquito porque el resto del libro es un completo desastre. Y es que lo que pretendía ser una odisea vital, al más puro estilo de la de Ulises, termina siendo una paparrucha más cercana al Ulises 31 que a La Odisea de Homero (y ya entenderán esta metáfora tan rara si algún día consiguen acabar la lectura de Karoo).»
Fran G. Matute. Estado Crítico.
Dime que no es cierto, plis, porque si no, con la cola de libros que tengo pendiente, le van a dar mucha morcilla… No, en serio, dime si el final es para renegar tanto. Si me dices que no, te hago caso y me lo leo y luego te cuento.
Más besos
Querido Alfredo… ¡menuda responsabilidad me dejas! Fuera de broma, yo me la leería. De principio a fin. Yo sí me emborraché… y con el final también. Todo lleva a ese final…
… Aquí está la decisión de Alfredo… ¿guiarse por las palabras y visión de Fran G. Matute o guiarse por las palabras y visión de Hildy Johnson?
… Quizá ya no me cuentes…
Besos
Hildy
Hombre, si lo planteas así, me fío mucho más de Hildy Johnson, por motivos múltiples, que de un individuo que se llama como el policía de Don Gato, Matute, como comprenderás.
Bueno, me lo pienso… Pero ten en cuenta que hacerte caso también tiene sus riesgos, porque como me lo lea y luego esté de acuerdo con Matute, te la cargas…
Más besos
Ya lo tengooooooo… No sé cuándo le hincaré el diente porque tengo mucho material en cola (sin chistes fáciles, por favor), pero ya está en la fila.
Me va a oír el Matute ese…
Besos
Hola, Hildy, buenas noches; pues no me vendría mal una lectura de este tipo, aunque solo fuera por desengancharme un poco del género negro, que últimamente no leo más que novela de ese tipo (la verdad es que me encanta, y, ya sabes, aquello de sarna con gusto, y tal y tal…). Así que me la apunto, que a Matute, con todos mis respetos, no tengo el gusto de ciberconocerlo, y a tí, sí…
Un fuerte abrazo y hasta pronto.
No conocía el libro, pero se oye particular como para leerlo, me suena a pulp o algo así, como una impresión, mientras tu entusiasmo se pega. Actualmente estoy leyendo 7 libros, pero voy ¡más lento!, como tortuga. Uno de ellos me esta gustando mucho, la invención de Morel que dicen que a Resnais y Rivette ha inspirado, aunque no lo admitan, y espero verlas luego. Un beso.
¡Bravo, querido Alfredo!… pero estoy pendiente de tu advertencia… Preparada para tu conclusión final… je, je, je. Yo creo que no te va a decepcionar. Y si te decepciona, seguro que realizas también un texto o comentario brillante… Así que no hay problema.
Besos
Hildy
Mi querido Manuel… si es que la novela negra tira mucho y hay muy buena. Karoo está muy bien escrita, no es novela negra pero también tiene cierto suspense y sobre todo unos personajes perfectamente construidos. Yo creo que merece mucho la pena.
Besos
Hildy
¡Madre mía, querido Mario, siete libros! ¿La invención de Morel es de Bioy Casares? Nunca me la he leido pero me la apunto. Uff, veo que a mí también me aumenta el baúl de libros pendientes.
Karoo ha supuesto una sorpresa y me parece una novela muy bien escrita con unos personajes que logran contar, llegar y expresar…
Me alegro de que te hayas pasado por aquí.
Beso
Hildy
Sí, es del argentino Adolfo Bioy Casares, hace años atrás leí un artículo en un blog y me enamoré de lo que se escribía del libro, pero recién me anime hace poco por la influencia en ciertas películas que quiero estudiarlas a esa vera. Es cortito y está bastante simpático. Lo leo de a pocos, que se acaba enseguida, y quiero captarle en toda gracia. Un beso.
Siempre es interesante una historia que retrate algún aspecto del cine, por dentro. El personaje del guionista ha sido empleado en numerosas ocasiones pero me has despertado las ganas de leerla Hildy. Ya te contaré. Besos.
Querido Marcos… es una novela que merece la pena y creo que cuenta una buena historia y que guste o no, es imposible que deje indiferente. Entre otras cosas habla de que el acto de creación, de crear, es tremendamente hermoso y puede dar sentido a una vida pero también se convierte en un acto que puede ser doloroso, muy doloroso.
Me encantará que me cuentes.
Besos
Hildy