El cine negro de Robert Wise: Nacido para matar (Born to kill, 1947) / Apuestas contra el mañana (Odds against tomorrow, 1959)

Robert Wise tiene una filmografía plagada de sorpresas. De nuevo un artesano con una obra llena de recovecos y sorpresa. Wise es recordado sobre todo por su firma en films míticos del cine musical. Nadie olvida su rubrica en West side story o Sonrisas y lágrimas. Sin embargo si se rasca en su legado hay pequeñas perlas y otros trabajos cinematográficos que directamente han caído al olvido. Y en esa senda del olvido pulula su contribución al cine negro. Tan sólo una muestra de dos de sus películas adscritas al género. Dos obras peculiares y valiosas a tener en cuenta en el mundo del noir. En la primera por su presentación muy especial de un hombre y una mujer fatales. Y la segunda por un retrato descarnado de tres perdedores.

Nacido para matar (Born to kill, 1947)

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Decididamente una de las actrices más injustamente olvidadas y que merece un buen rescate es sin ninguna duda Claire Trevor. Aunque todavía me queda filmografía que descubrir todavía no la he visto en un papel que no muestre su versatilidad y su madera de buena actriz. El hallazgo interesante de Nacido para matar (a parte de mostrar a un Robert Wise que sabe emplear el lenguaje cinematográfico y que sabe filmar más que correctamente una historia de este género) es cómo se enfoca un amor fou con cierta tradición en el cine negro. La unión de dos almas que se sienten atraídas sexualmente ante la explosión de la violencia. Esta vez la violencia la ejerce él (Lawrence Tierney, un hombre duro con cara de gánster  —sin mover un músculo a no ser que sea un amago de sonrisa— que ejerció su rol hasta llegar a Reservoir Dogs) y ella es la mujer fría y calculadora que pierde los estribos ante un hombre impulsivo que mata ante el primer arrebato.

Y este amor fou termina siendo como en casi todas estas historias (como El cartero siempre llama dos veces, El demonio de las armas, Bonnie and Clyde…), un amor con destino fatal. Así Claire Trevor compone a la perfección el alma de una mujer compleja y oscura, fría y calculadora, que cae en las garras de un hombre fatal que la conduce irremediablemente a la destrucción… Nacido para matar refleja a la perfección la dicotomía del personaje de Trevor que se encuentra entre dos hombres: uno que saca lo peor de ella y la empuja a la corrupción de su espíritu y otro que le daría seguridad y paz en el alma. Curiosamente muestra la lucha de clases de manera especial: son los ricos (los que siempre han tenido dinero) los personajes más inocentes (y planos y peor dibujados) y los que luchan día a día por su supervivencia, los que vienen de los bajos fondos, son los que muestran luces y sombras, los más complejos, los más ricos en matices y los  más atractivos.

Claire Trevor se acompaña por una galería de secundarios que crean un universo de sombras, desgarro, decadencia y oscuridad. A parte del asesino por el que se siente atraída desde el primer momento que lo ve en la sala de juegos (Lawrence Tierney) tejiendo una compleja relación, su mundo entre la luz y la sombra se encuentra habitado por Elisha Cook (un buen secundario y actor de carácter) que actúa como el mejor amigo del protagonista que vive para protegerle hasta las últimas consecuencias; un detective que sabe de corrupción y otros trapos sucios con el rostro de Walter Slezak o una dama patética y alcohólica que quiere vengar a su mejor amiga con la cara de Esther Howard (estupenda en su papel).

A Robert Wise se le ve capaz para filmar puro cine negro en varias escenas de esta película. Pero sobre todo en cómo plantea el primer asesinato que comete el protagonista en una cocina donde mata a un hombre y a una mujer y en el posterior descubrimiento de los cuerpos que realiza el personaje de Claire Trevor. También en cómo resuelve los encuentros y la tensión sexual entre Trevor y Tierney. Y la secuencia más impresionante es el intento de asesinato de la anciana alcohólica por parte del mejor amigo del protagonista en un lugar absolutamente aislado y el giro que pega la escena así como el encuentro sórdido en el hotel entre la anciana a la que casi acaban de asesinar y una fría y calculadora Claire Trevor.

Apuestas contra el mañana (Odds against tomorrow, 1959)

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Una perla y una sorpresa (que descubrí gracias a la recomendación de JC Alonso del blog El inquietante bypass) es sin duda Odds against tomorrow. No sólo sorprende Robert Wise como director que domina el lenguaje cinematográfico y propone una puesta en escena que llama la atención desde el primer fotograma sino por el retrato crudo que ofrece de tres perdedores con los rostros de Robert Ryan (que ya trabajó con él en otra película de cine negro y boxeo que estoy deseando ver, The set up en 1949), Harry Belafonte y Ed Begley.

Desde que muestra al principio unas calles desoladas y solitarias hasta el patetismo del plano final, toda la película respira fracaso. Harry Belafonte (la gran sorpresa del film), el personaje más amable de los tres perdedores, y el más consciente de que se dirigen al suicidio durante toda la película habla de su caída al abismo sin poder evitarlo. Lo único que tiene claro es que quiere proteger de su mala suerte a su hija pequeña y su ex esposa. Los tres personajes principales no tienen nada que perder y se embarcan en un atraco que de salir bien podría cambiar sus vidas. Robert Ryan lleva a cabo el papel más complejo pues siendo un tipo violento, duro, racista… logra que el espectador le contemple con compasión pues es un desgraciado infeliz que muestra su desvalimiento en algún gesto hacia la mujer que le ama (magnífica Shelley Winters). Y el secundario Ed Begley muestra su valía en otro personaje duro como el policía retirado y cerebro del plan que trata de lograr de nuevo la tranquilidad económica buscando a dos compinches tan desesperados como él para que se tiren  a la piscina.

Odds against tomorrow es una película sobria, oscura y angustiosa porque desde el principio te envuelve en un ambiente desolador y sabes que los tres protagonistas se van a hundir en el abismo. No dejan de tener señales a lo largo del metraje, sobre todo, el personaje de Harry Belafonte que sabe que cae por el tobogán pero no ve otra salida a su situación (es un jugador que debe dinero a un mafioso que le amenaza con irrumpir en la tranquilidad de la casa de su hija pequeña y su ex esposa). Durante toda la película se trata de contener la violencia que estalla al final ante un atraco que no sale como debiera… Además refleja de una manera realista, dura y directa el conflicto racial.

Y Robert Wise se muestra poderoso en el reflejo de esta historia. Tanto en los encuentros de los personajes en la habitación del policía retirado que ya define a cada uno de los personajes como en la maravillosa secuencia donde los tres hombres ‘pasan el tiempo’ en soledad antes de dar el golpe al banco. También logra plasmar muchísima tensión durante la ejecución del atraco y en el brutal desenlace final. Otro acierto es el triángulo que crea entre Robert Ryan, Shelley Winters y Gloria Grahame. Además de la tristeza que sobrevuela, Shelley Winters saca lo mejor de Ryan (aunque le cuesta) y lo más tierno pero irremediablemente se intuye el fracaso en el terreno sentimental. Sin embargo Ryan puede quitarse las caretas con ella y confesarle sus miedos. Con la vecina, Gloria Grahame, protagoniza una escena de gran tensión sexual donde él todavía trata de comportarse como un hombre seductor y dominante. O cómo refleja el estado de ánimo del personaje de Belafonte durante sus actuaciones en el local donde trabaja… Odds against tomorrow es una joya oscura a reivindicar.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

11 comentarios en “El cine negro de Robert Wise: Nacido para matar (Born to kill, 1947) / Apuestas contra el mañana (Odds against tomorrow, 1959)

  1. Sólo he visto la segunda, pero Wise para mí está entre los grandes. Bueno, y los grandes también lo consideraban así (no te pierdas «El banquete de los genios», de Manuel Hidalgo).
    Este dominio del cine negro a Wise le viene por su trabajo con Val Lewton y Jacques Tourneur como montador y guionista en la RKO, y de dirigir alguna de ellas («El ladrón de cadáveres» o la secuela de «Cat people»). A mí me encantan «Marcado por el odio» y «¡Quiero vivir!», y, claro, «West side story», que es de los pocos musicales que tolero.
    Y también «El Yang-Tsé en llamas», con S. McQueen.
    Pero su salto a la ciencia-ficción, tela marinera…
    Besos

  2. Solo he visto la primera y hace mucho tiempo. Pero resulta todo un placer redescubrirla de tu mano. Ante todo, ya que no puedo resistir más ¡pero que elegante y guapa esta Claire! y cuanta razón tienes respecto de ella y su tibia consideración como actriz con el paso del tiempo.
    Lo dices tu misma. Atrapada entre dos hombres muy distintos. Estas películas, de gran nivel, eran moneda corriente en aquellos años. Y muchas de ellas conviene rescatarlas de ese aparente olvido. Y en el campo del noir y el melodrama hay títulos como este que deben salir del baul cuanto antes. Por tanto agradecido.
    Nada puedo decir de la segunda que no he visto, pero que anoto con celeridad. No dudo de tu buen criterio y habrá que buscarla cuanto antes. Un abrazo.

  3. Digo lo mismo que el amigo Alfredo.Robert Wise tocó muchos géneros y como cualquier otro director,tuvo sus pifias.Marcado por el odio es excelente.West side story es una película extraordinaria en todos los sentidos.Quiero vivir es estupenda.Siempre recuerdo que cuando murio Sergio Leone en el sofá de su casa estaba viendo,precisamente esta película, ironías del destino.El Yang-Tsé en llamas sigue siendo una obra maestra.Y bueno,las que comentas,siempre,tan bien,querida Hildy.
    Respecto a la ciencia ficción puedo decir que Ultimatum a la tierra es todo un clásico.En su concepto no ha envejecido,pero en la técnica,es evidente,pero sigue resultando una excelente película.Fíjate el remake del año 2008 con Keanu Reeves,fue tan desastroso que el tipo no ha vuelto a realizar ninguna película.El remake es malísimo porque falla en el concepto y pone ojo en los efectos especiales.

    ¿No escuchas unos silbidos,amiga Hildy? ¿No escuchas el chasqueo de los dedos? Debo irme.Mis amigos del West side me están esperando para el enfrentamiento.Te aseguro que la coreografía saldrá bien.No veas los graffitis que hay por las calles.Besos y besos.

  4. … A mí, querido Alfredo, además de las que nombras (¡qué buena es Marcado por el odio, qué ganas de volver a verla!), recuerdo con cariño y como un descubrimiento una película íntima de un romanticismo triste que me fascina (es la adaptación de una obra de teatro) y está protagonizada por Robert Mitchum y Shirley McLaine: Cualquier día, en cualquier esquina (Two for the seesaw). Por supuesto ya sabes y conoces mi amor por el cine musical así que te diré que West side story está entre mis favoritos.

    En cuanto el cine negro, otro de mis géneros favoritos, me ha gustado descubrirle y aún me quedan sorpresas como The set up (cine negro y boxeo). En estas dos películas que he visto, lo he disfrutado muchísimo como realizador. Todavía seguiré indagando en su filmografía pues me falta bastante por ver.

    Besos
    Hildy

    PD: me apunto el libro de El banquete de los genios de Manuel Hidalgo.

  5. Querido Victor, ole, ole y ole… qué bella está Claire Trevor en esta película como mujer fría y calculadora pero que quiere que aflore lo mejor de sí misma y el cruzarse con un hombre fatal será su definitiva perdición… Y qué buena actriz es. No sólo fue la gloriosa prostituta Dallas de La diligencia sino que dejó otras interpretaciones que no merecen olvido.

    La segunda, Apuestas contra el mañana, la he visto ya dos veces y me sorprende en cada nuevo visionado. Me parece buenísima y muy dura, es un retrato demoledor sobre perdedores.

    Besos
    Hildy

  6. ¡Querido Francisco, estoy segura de que la coreagrafía va a salir estupenda! Te espero con los Jets en el gimnasio, que ya sabes que este viernes toca baile.

    Por cierto mira que los Sharks me están empezando a caer fenomenal, la verdad es que sus grafitis de tiburones me parecen monísimos. Y el otro día en la panadería hablé con Anita y nos reímos un montón. Quedé que el próximo día iba a su tienda de ropa para que me hiciera un vestido para día de fiesta y que cantaríamos todas I feel pretty…

    Besos
    Hildy

    PD: No te creas que también tarareo Sonrisas y Lágrimas y canto ¡¡¡¡Edelweiss, Edelweiss, blanca flor de los Alpes…!!!!!

  7. ¡¡Sí, sí!! Es una película de esas que hoy los cenutrios llamarían «comedia romántica», pero que tiene amargura a puñados y también esperanza. Es una joyita de verdad, pero madura, nada de tonterías para cuarentones que hacen de treintañeros que se comportan como quinceañeros.
    Qué bien que me la hayas recordado…
    Besos tiburonescos

    PD: A Julie Andrews, que le den…

  8. Hildy, no te hago la ola porque me he vuelto a fastidiar mi maltrecho tobillo (antaño cabalgando en las dos ruedas). Ya me las tienen prohibidas…Te acostumbras a todo. C´est la vie. Me quito el sombrero, porque tienes un gusto exquisitooo. Me encantan las dos. Tú, sabes muy bien, cuál, más que la otra…Noir, noir y sobre todo novela pulp. Sin estos novelistas como William P. McGivern and Cia, no tendríamos guión y sin guión no hay historia que dirigir. ¡Alucino! con esas pequeñas novelitas de 120-150 páginas la vida que le han dado a eso que amamos tanto el buen cine de género. Besos, apoyándome en mi bastón de Dr.House

  9. ¡Mi JC… cuídate mucho ese tobillo, por favor! Y gracias por la recomendación. Me encantó descubrir Apuestas contra el mañana. Y por una bonita casualidad llegué a Nacido para matar.

    Me encanta lo que aprendo leyéndoos a todos.

    Besos solidarios con bastón de dama venerable
    Hildy

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