Anna Karenina (Anna Karenina, 2012) de John Wright

annakarerina

¿Cómo enfocar una nueva versión cinematográfica de una novela de dimensiones gigantescas ya llevada varias veces al cine? ¿Cómo ser fiel al espíritu decimonónico de Tolstoi y a su heroína romántica? ¿Cómo realizar una adaptación adecuada? John Wright se tira por el precipicio, arriesga y para la que esto escribe gana. Aunque el acercamiento y mirada de John Wright y el dramaturgo y guionista Tom Stoppard al universo de Anna Karerina a algunos espectadores les choque e incluso a otros les horrorice a mí me atrapa irremediablemente… desde el primer instante. He leído varias veces la novela (siempre he dicho que ante la Regenta, Madame Bovary y Anna Karenina… la que mejor me cae de las tres es Anna) y esta adaptación me ha cautivado.

¿Cómo es Anna Karenina de John Wright? El director decide presentarnos la historia desde una ‘representación’ en un escenario teatral… pero un escenario teatral vivo que se transforma ante los ojos del espectador. Siempre se dice que la magia del teatro es cuando te metes tanto en la obra que olvidas el escenario… pero sin embargo ahí estás en una ‘representación’ en que todo lo crees aunque sabes que no es cierto… En Anna Karenina todo es posible. En un escenario, entre bambalinas, focos, tramoyas y cambio de decorados transcurre un manantial de emociones y el espectador danza en un melodrama trágico sobre el amor romántico en una Rusia que desaparece, una Rusia aristocrática que se desvanece. Y esa Rusia aristocrática, con sus costumbres, protocolos, modales y miserias, es ‘representada’ en un escenario que se transforma continuamente.

Así nos vemos inmersos en el amor romántico y sus consecuencias… según el momento, el lugar, el espacio, las costumbres, los rumores. Hay tres historias, como en la novela, que se cuentan paralelamente (y las distintas formas en las que se manifiesta este amor). Stiva (hermano de Anna Karenina) y Dolly, amor, matrimonio y conformidad. Levin y Kitty, desencanto y luego amor y más tarde espiritualidad. Y el triángulo que forman Anna, su marido Karenin y su amante Vronsky, desamor, aburrimiento, pasión, autodestrucción y muerte. Hay un personaje (absolutamente maravilloso en la novela), el hermano comunista y moribundo de Levin, Nikolai, que pronuncia una frase clave para entender este acercamiento cinematográfico, expresa algo así como que el amor romántico es el último vestigio del viejo orden capitalista… y entonces Wright y Stoppar deciden representarlo, lo suben a un escenario. Y Anna Karenina regresa con toda su fuerza… ese amor romántico decimonónico que se entiende (y nos es revelado) con toda su artificiosidad y estilo recargado, exagerado y exultante, hermoso… pero todos los espectadores sabemos que al final sólo quedará un escenario vacío. Para así preguntarnos de nuevo ¿sigue en boga el amor romántico? ¿Sigue dando sus coletazos por el mundo? ¿Siguen existiendo heroínas como Anna Karenina (con el rostro moderno cubierto por un tocado de Keira Knightley, musa de Wright)?

De nuevo hemos vivido la catarsis de Anna, lo que la va hundiendo y llevando a la autodestrucción. Volvemos a vivir esa premonición de un tren helado que se convierte en una máquina de matar… Y todas las partes culminantes de la novela no faltan. Son representadas. El tren helado y el primer encuentro. Ese baile en el que los destinos de los personajes quedan sellados. La carrera de caballos decisiva donde Anna desnuda delante de todos sus sentimientos. La soledad de Anna y su camino hacia las vías del tren…

Y cada uno de los personajes está perfectamente caracterizado, como en una buena representación teatral, para que los reconozcamos en el momento. No sólo su vestuario sino también su forma de actuar. Así Karenin es un hombre recto, intelectual, de ropas oscuras, austeras… al igual que sus movimientos (Jude Law que demuestra una vez más cómo puede ser un gran actor), de pocas palabras… pero que expresa con el rostro todo lo que no revela. Y su rival el coronel Vronsky (Aaron Taylor Johnson) que es presentado como una especie de hombre ensueño-ideal: joven, de cuerpo perfecto, rubio con rizos, bigotillo, de maneras elegantes y extremadamente galantes… pero que denota su parte oscura (cómo se deja llevar por las convenciones sociales y la buena vida, cómo influye en él su madre… pero a pesar de todo termina enamorado de la torturada Anna, primero como ‘trofeo’ inalcanzable, después como mujer capaz de arruinar su posición y vida sólo por su entrega total a él… aunque se le termina quedando demasiado grande la historia…). El espiritual Levin (Domhnall Gleeson), hombre incontaminado, que viene del campo y es azotado por los modales y la aristocracia de Moscú, por las apariencias y la superficialidad, que también sufre el desencanto de su hermano ante la situación de su Rusia… al que rompen el corazón. Al principio parece hombre desubicado pero cuando vuelve a la naturaleza se encuentra de nuevo hasta alcanzar de nuevo a la mujer que ama, Kitty (una cada vez más prometedora Alicia Vikander, maravillosa en la película danesa Un asunto real), desde la espiritualidad, la calma y la entrega a los demás.

Los espectadores asisten sorprendidos a cada una de las escenas importantes con toda ‘su teatralidad’. Así no podemos sino disfrutar de la escena del baile. Donde una Anna de negro y hermosísima contrasta con una Kitty de blanco… y donde todos los invitados como si fueran muñecos de cuerda bailan al compás mientras nos centramos en los protagonistas del triángulo (a veces incluso desaparecen) y sólo vemos los movimientos de brazos de Kitty, Vronsky y Anna… que termina mirándose en un espejo que le devuelve una premonición de un tren helado porque el drama ya está servido… O esa prodigiosa y teatral carrera de caballos donde Anna grita de desesperación ante todos y con su esposo de testigo cuando su amante cae con su caballo…

Joe Wright es un hombre de dúos. Así realiza su tercera película con una de sus musas Keira Knightley. También es fiel al compositor Dario Marianelli que crea la banda sonora adecuada para esta Anna Karenina. Y tampoco falta el director de fotografía Seamus McGarvey. Me gusta la forma de contar de este director. Creo que toma caminos y arriesga e incluso cuando se equivoca merece la pena porque siempre hay una escena o una secuencia rescatable, una forma de mirar que lo redime y salva. Desde Orgullo y prejuicio he visto cada una de sus películas. Su trilogía con Keira me fascina (Orgullo y prejuicio, Expiación y Anna Karerina). E incluso en las menos conseguidas y entendidas me dio un momento o varios en los que me hizo ver que merecía la pena estar en la sala de cine (me refiero a El solista y Hanna).

… Ahora yo sigo reteniendo imágenes en la retina de ese amor romántico y desatado en el escenario. Me sigue esa Anna Karenina que de pronto mira al cielo y ve estallar fuegos artificiales…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Anna Karenina (Anna Karenina, 2012) de John Wright

  1. Ya que acabo de aterrizar aprovecho tu última entrada. Deliciosa como el film. Esta versión del británico Wright me encandiló. Una de la mejores del 2012. La vi antes de su estreno en España, gracias a una colega que me paso un copy en inglés nativo. Arriesgada y ambiciosa. Técnicamente fantástica. Fotografiada con el estilazo habitual del norirlandés McGarvey; exquisito. Una dirección artística de Oscar, que me hizo ganar 200 euros en una apuesta. Solvente, Keira. Es la dueña de la pantalla cuando le dejan. Adoro a esa criatura. Resumiendo, una revisión de Tolstoi con envoltura postmoderna, que hace las delicias de nuestros afortunados ojos y oídos. Banda sonora, bajo la batuta de unos de mejores músicos actuales de Soundtracks, el ítalo-británico D. Marianelli. Besos y un vodka nuestra salud.

  2. Mi querido JC, me alegro que te haya gustado tanto como a mí. Sí, pienso que la apuesta de Wright es arriesgada y creo que ha merecido la pena. Keira no sólo lo hace bien sino que hay en primeros planos, sobre todo esos en que los tocados le cubren la cara, en los que está bellísima…

    Un beso dentro de otro y de otro y de otro… como las matrioskas…
    Hildy

  3. Uf, no sé. A la amiga Keira, que será muy musa y todo eso, le faltan un par de cocidos bien cargados de morcilla y chorizo. Pero bueno, eso es lo de menos. Los interrogantes que introduces al principio son precisamente los que me echan para atrás. Y también que, después de «Orgullo y prejuicio», nada de lo que ha hecho Wright, tampoco «Expiación», me ha interesado realmente. Creo que, tras varios fiascos, vuelve al cine de época, a su «fórmula», a ver si así cuela. No sé. Son de esas cosas que veo por casualidad, pero no de propio.
    Como no la he visto, te pregunto: el tema teatral, ¿dirías que va en la línea del «Vania» de Malle? Si tirara por ahí, igual me animaba…
    Besos

  4. De esta versión del clásico de Tólstoi pensaba que cualquier parecido con el libro era pura coincidencia. Por lo que leo, habrá que ir a verla. Tenía claro que la fotografía y el ambiente me iban a gustar, pero dudaba del contenido. Y ahora tengo que verla. Después de leer tu reseña tan entusiasta no me queda otra opción. Y también, porque no, por ver a Keira Knightley, que es una de mis debilidades confesables. Besos.

  5. … Ja, ja, ja… no me imagino yo a Keira tomando un buen cocido… pero quién sabe, lo mismo le entusiasma. Pero, de verdad, está bellísima como Anna.

    Mi querido Alfredo, no se parece nada a VANIA (que para mí es una de las joyas donde cine y teatro se dan la mano de forma maravillosa). No, es otra cosa. Sólo te puedo decir que el escenario de Wright es un escenario imposible… donde los personajes danzan (pero nunca ‘juega’ a que son actores actuando) sino que es como un retablo maravilloso donde las figuras toman vida y cambian de escenarios… pero un escenario puede ser un campo abierto… no sé si me explico…

    Besos
    Hildy

  6. Me pillas en ello. Por tanto dudo si leer antes o después de terminar. Me resulta muy dificil pasar a toda velocidad y leer después. Y aunque he captado a vuela pluma tu entusiasmo y tu disfrute (al final no he podido evitar disfrutar de tu texto)la respuesta en este caso la encontrarás en forma de entrada, si es que la termino…De todas formas, apuntas cosas interesantísimas, como de costumbre. A ver si termino y lo coloco…soy muy vago. Un abrazo

  7. Pero ¡amigo Manel si Keira es una de tus debilidades Anna Karerina tienes que ir a verla! En cuanto la adaptación me parece arriesgada y creo que la mirada del director y el guionista es acertada. A mí me ha convencido (teniendo en cuenta que es una mirada… ya sabes que el universo de Tolstoi y de su Anna Karenina es prácticamente imposible llevarlo a la pantalla con absoluta fidelidad… se sacrifican asuntos y personajes por el camino). Aquí además tiene bastante relevancia el personaje de Levin en contraposición con Anna. Este personaje es sacrificado en las versiones antiguas de Anna Karerina (en la de Greta Garbo hablada y en la de de Vivien).

    Te leeré cuando vayas a verla…

    Besos
    Hildy

  8. … Mi querídisimo Victor ¡qué ganas de leerte! Por favor, por favor… quiero leerte ya (ja, ja, ja… ¿no sientes ya presión?)… Y seguro que tú la diseccionas de manera maravillosa y tu mirada me descubre un montón de cosas… Quedamos en tu entrada para charlar sobre Karenina…

    Besos
    Hildy

  9. Creo que Tolstói es uno de los más grandes escritores de todos los tiempos.Dudo que sea leído ya sea Ana Karenina o Guerra y paz.Son novelas tan grandes que el cine,a mi juicio,no le han hecho justicia,es más, creo que es imposible porque estas dos grandes obras tienen de importantes las cosas que no se pueden filmar y por eso se pierde.No soy muy fan de las películas de época.El diágolo es lo que marca a una época,entre otras cosas.Vestuario de vestuario.Rostros que son rostros de la actualidad.Por dios Jude Law que también interpretó al Watson de Holmes.Y la Keira Knightley que a fuerza de estar encasillada en pelis de época ya la veo haciendo siempre el mismo papel.Esta carencia,amiga mía,quizá sea culpa mía y no de las películas y obras teatrales realizadas hasta la fecha.Simplemente que no entro y no te digo nada de todas esas películas de los cuarenta y cincuenta de época;cine acartonado y tipos de se tiran viajando durante meses y no le crecen la barba ni se ensucian la ropa.

    Besos con una barba de tres días.

  10. Me da a mí, mi querido Francisco, que no vas a ir a ver Anna Karenina… je, je, je… Lo intuyo por tus palabras… (chica lista, eh…).

    Por lo menos, si la película consigue más lectores de Anna Karenina… ¡bienvenida sea! ¿no? Mirémoslo desde el lado más positivo…

    A mí Los Miserables me decepcionó bastante (algo que no me ha pasado con Anna Karenina) y sin embargo (nunca lei a Victor Hugo) por varios motivos y sobre todo algunos personajes me entraron unas ganas enormes de leerla… y la leeré.

    Por supuesto que hay mucho del universo de Anna y Tolstoi casi imposibles de plasmar en una película… pero la mirada conseguida no me decepcionó en absoluto…

    Besos y más besos ¡sin barba de tres días! (¡imáginate qué espantosa estaría!)
    Hildy

  11. Acabo de leer tu comentario en el post del amigo Alfredo y preguntas sobre mi encuentro con Javier Bardem.No creas,fue de terror.He mirado en tu blog y veo que no tienes mail,es una lástima,porque estaba decidido a contártelo y también esa noche aciaga donde me fui a cenar con un cangrejo gigante.Por cieto,no tomo drogas.

    Besos,Hildy

  12. Ja, ja, ja… me dejas con todo el misterio…

    Voy a ver si en tu blog sí hay mail y te escribo. De todas formas me recuerdas que es algo que tengo que hacer en el mío.

    Besos
    Hildy

  13. ¡Hola Hildy! Después de esperar mucho más de un año, finalmente pude ver «Anna Karenina» (lo reafirmo, las pelis llegan tarde al sur argentino si no estás en la piratería). Tuve que verla dos veces para dar crédito a mis ojos… es tan nueva, tan sorprendente, tanto de todo. Me costó un poco, es verdad, adaptarme al estilo de la película, pero una vez que entrás en el juego que propone el director, resulta que es perfecto para la historia, que justamente transcurre en un contexto de apariencias, artificios y engaños varios.-
    Como a vos, me encanta Joe Wright. Desde «Orgullo y Prejuicio» no le perdí pisada, aunque a veces llegue tarde a los estrenos. Sólo falté a la cita de «Hanna», todavía no quiero verla porque temo que no me guste… Y en esta nueva película con Keira Knightley se ve claramente cómo actriz y director han crecido juntos desde que se encontraran por primera vez.-
    Muchos cariños, Bet.-

  14. ¡Bet, qué bueno que compartas la emoción que me produjo esta propuesta cinematográfica de Joe Wright y Ana Karerina! Por cierto a mí Hanna me sorprendió más de lo que me esperaba. Me pasaba un poco lo que a ti. Temía que me decepcionara totalmente… y aunque es una película bastante irregular tiene ‘algo’ que la convierte en especial.

    Sí, es bonita la relación profesional que se ha establecido entre Wright y Keira. Su trilogía merece totalmente la pena…

    Beso
    Hildy

  15. Querida Hildy, estoy preparando una entrada sobre esta película (esta vez va con receta, a ver cómo me sale, que va a ser la primera vez que la prepare), ¿puedo robarte una frase de tu texto?
    Un beso grande, Bet.-

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