Actrices durante el periodo pre-code

O actrices que llenaron con sus rostros y sus historias las pantallas de cine, las salas oscuras, durante 1929 hasta 1934 cuando el código Hays se puso realmente en marcha, es decir, fue obligatorio por las productoras el seguirlo punto por punto. Este código no era otra cosa que censura… a partir de 1934 todo guion antes de ser filmado tenía que ser revisado para ver si lo cumplía y conseguir un sello para poder seguir adelante con la producción cinematográfica…

Pero durante esos años donde el código era voluntario surgió una pléyade de actrices con unos papeles complejos y ricos en matices que mostraban una nueva expresión de la feminidad donde desde la pantalla blanca se veía a mujeres que decidían sobre su vida profesional, sentimental y sexual. Y protagonizaron películas que planteaban cuestiones interesantes sobre la identidad femenina (no fue sólo una libertad mayor para mostrar la sexualidad sino que iba más allá), ya no primaba el estereotipo que funcionó bien durante el periodo silente (la ingenua, la vampiresa, la buena madre, la chica de campo, la chica de la ciudad…) sino que estas actrices y sus personajes se saltaron las fronteras de este estereotipo.

Algunas de ellas siguieron su carrera deslumbrante después de 1934 y se adaptaron a los nuevos tiempos. Otras no pudieron seguir adelante y se quedaron en promesas o pasaron al olvido. No hay mejor manera de entender este rico periodo que viendo sus películas pero no es fácil (aunque no imposible, cada vez se están editando más dvd de películas de este periodo).

Siempre vienen a la cabeza los siguientes nombres cuando se habla de este periodo pero no fueron las únicas: Jean Harlow, Joan Crawford, Greta Garbo, Marlene Dietrich, Barbara Stanwyck, Bette Davis, Katherine Hepburn, Mae West (cuyas películas precipitaron la aplicación obligatoria del código)… Y de todas recordamos alguna película de este periodo. Si pensamos en Jean Harlow recordamos sus mujeres de vida alegre en Tierra de pasión y Cena a las ocho. A Crawford la vemos como esa taquígrafa que trabaja también como modelo en Grand Hotel, como prostituta indomable en Lluvia o como esa millonaria de vida loca a la que se le complica la existencia y encuentra trabajo como periodista intrépida en Danzad, locos, danzad. O, por ejemplo, recordamos a una Barbara Stanwyck ya con sus mujeres fuertes y sensuales en sus primeros papeles con Frank Capra… pero también protagonizó una película que ya se ha topado varias veces en mi camino pero no he podido verla y siempre la ponen como ejemplo de película pre-code, Carita de ángel (Baby face, 1933) de Alfred E. Green. Aquí Barbara es una mujer que irá subiendo puestos en una gran empresa porque utiliza  a los hombres que se cruzan por su camino.  Pero también hubo otras actrices tremendamente populares en ese momento que cayeron instantáneamente en olvido…

Durante estos días he podido descubrir un interesante documental, narrado por Jane Fonda, que habla precisamente de una manera clara (y con entrevistas y trozos de películas muy interesantes) de estas actrices y cómo fueron los personajes que interpretaron durante este periodo: Mujeres liberadas (Complicated women, 1993) de Hugh Munro Nelly. Lo he disfrutado muchísimo y me ha mostrado un montón de películas, me ha recordado a ciertas actrices y me ha hecho conocer a otras.

Para entender qué es lo que se estaba cociendo durante estos años, en el documental se explica cómo dos actrices al empezar el sonoro dieron otra dimensión a sus personajes, se saltaron el estereotipo. Y a partir de ellas, surgió un grupo de actrices que quisieron personajes ricos y con matices en sus carreras. Una fue Norma Shearer, que normalmente ejercía de ingenua, sin embargo, luchó por conseguir el papel de La divorciada (The devorcee, 1930) de Robert Z. Leonard. Ahí era una mujer que descubría la infidelidad de su marido y decidía comportarse igual. Mientras él dice que en su caso fue una tonteria, no admite la actitud de su esposa y pide el divorcio. Ella no se amilana y como mujer independiente continua con sus aventuras. La otra, Greta Garbo en Anna Christie (Anna Christie, 1930) de Clarence Brown. A su personaje de vampiresa destroza hombres le regala un fondo de moralidad, un halo de vulnerabilidad, sufrimiento y sacrificio… convierte el estereotipo de vampiresa en algo mucho más complejo.

Así podemos empezar a nombrar a las más olvidadas pero que durante este periodo tuvieron una carrera rica con personajes llenos de matices. Ya he hablado en varios post (porque estoy pudiendo ver algunas de sus películas) de la prometedora Karen Morley. Durante los 30 tuvo papeles maravillosos como los que ya he comentado recientemente, Inspiración (su debú) de Clarence Brown o Carne de John Ford. En el primero era una joven modelo y mantenida que lleva su situación alegremente pero que no puede aguantar el abandono. Y en la segunda es una delincuente que se cruza en su camino con un hombre muy bueno. Cuando hace apenas unos días escribí sobre Joel McCrea, escribí que estuvo casado toda su vida con Frances Dee, ella fue una de estas mujeres pre-code. En el documental, ella misma cuenta que tuvo un papel de cleptómana y ninfómana en Blood Money (1933) de Rowland Brown y que se lo pasó estupendamente sobre todo después de haber encarnado a una de las mujercitas de George Cukor, personaje totalmente opuesto.

Otras tres actrices que nadie recuerda ya son: Joan Blondell que fue muy prolífica durante estos años del pre code con diversos papeles de mujeres más allá del estereotipo. Tan sólo he logrado verla en El enemigo público y en Vampiresas 1933 (que ya habla de su versatilidad, saltaba de película de gánster a musicales. De los brazos de James Cagney a los de Dick Powell). De Ruth Chatterton sólo he tenido oportunidad de ver, después del periodo pre-code, la interesantísima Desengaño (1936) de William Wyler donde interpretaba a una mujer madura que se negaba a envejecer pero también fue una de esas actrices que se prodigaron durante los primeros años treinta con personajes variopintos y con caracter como en Barrio chino (1932) y Hembra (1933). En la primera era una prostituta en apuros, en la segunda una dura empresaria. Y la tercera una de las hermanas Bennett, Constance. Desde 1931 recreó a mujeres liberadas que asumían los errores de su vida como en Tentación (1932) o Lecho de rosas (1933). Una artista de vida loca o una prostituta que trataba de sobrevivir.

Otra actriz muy activa durante estos años fue Miriam Hopkins. Para tener idea de su importante carrera y de sus ‘mujeres liberadas’ señalaremos algunas películas punteras de su filmografía. En Una mujer para dos (Design for living, 1933) de Ernst Lubitsch nos plantea una divertida y despreocupada relación a tres bandas: ella, Gary Cooper y Fredrich March. Anteriormente con el mismo director, en 1931, está absolutamente cautivadora en El teniente seductor donde pasa de princesa reprimida a vampiresa picarona. También, el documental me descubre una película que quiero ver ya, donde Hopkins se convierte en la protagonista de una adaptación cinematográfica de una escandalosa novela de Faulkner, Santuario. La película se tituló Secuestro (The story of Temple Drake, 1933) de Stephen Roberts. Ahí Hopkins era una mujer sureña violada que además se convertía en asesina…  Y en su filmografía se puede ver cómo tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos después del código cuando en la versión cinematográfica que realizó Wyler sobre la obra teatral de Lilliam Hellman (La hora de los niños) no pudo hablarse de lesbianismo (Esos tres, 1936).

… Durante este periodo era normal ver a las actrices en ropa interior o con vestidos muy sugerentes pero también hubo desnudos. Los más recordados son los de Maureen O’Sullivan en las dos primeras películas de la serie de Tarzán. En concreto el de Tarzan y su compañera, que al ser de 1934 y empezar ya el código la secuencia completa fue censurada. Sin embargo puede verse ahora y muestra una secuencia acuática muy hermosa donde Sullivan está totalmente desnuda. Pero tampoco olvidar a Claudette Colbert en una película poco conocida donde también se pega un baño desnuda en una playa, A la sombra de los muelles (I cover the waterfront, 1933) de James Cruze. Y nadie olvida como desde Checoslovaquia llegó una mujer que corría desnuda por los bosques tras su vestido que se llevaba galopando su caballo… Fue en Extasis, 1933 y supuso la puerta de entrada para Hedy Lamarr en el firmamento de Hollywood.

Durante estos años estas actrices contaban con un abanico amplio y versátil de personajes: una reina bisexual, una alegre divorciada, una esposa que para poder cuidar a su marido se vuelve prostituta, una prostituta que sale de la cárcel y tiene que sobrevivir, una madre soltera, una empresaria dura, una aviadora tenaz, una muy buena doctora, una artista que busca buenos papeles, una buscavidas, una millonaria insatisfecha, una mujer pobre que quiere llegar a lo más alto y usa a los hombres que conoce, una mujer que quiere ser amada y deseada, una madre que no quiere serlo, una alocada, otra muy responsable, una asesina, una artista bohemia que ama a dos hombres a la vez, la chica del gánster que quiere dejar de serlo, una ama de casa que se convierte en delicuente para ayudar a su amado acusado injustamente… Papeles que no podrían volver a representar con toda libertad (y sin castigo del personaje) y naturalidad hasta aproximadamente los años sesenta cuando el código Hays dio sus últimos coletazos.

Toda una galeria de actrices que o bien cayeron en olvido o bien no pudieron reivindicar sus primeras obras (porque eran muy difíciles de ver), ahora, pueden resurgir y forman parte de un periodo interesante de la historia del cine que sigue dándome buenas sorpresas… Seguiremos indagando en el tema a través de otro documental: Hollywood prohibido: sexo, pecado y censura (Thou Shalt Not: Sex, Sin and Censorship in Pre-Code Hollywood, 2008).

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons 

17 comentarios en “Actrices durante el periodo pre-code

  1. ¡¡Qué espléndido!! Maravilloso texto, muy didáctico, estupendamente documentado e importantísimo para recoger un perioro fascinante, mutilado por lo que fue lo peor de la mejor época del cine, ese Código maldito que nos privó de una buena cantidad de historias, de personajes y de giros de guión adultos, enriquecidos, que hubieran obligado al cine a ir mucho más lejos mucho antes, y que nos habrían legado, por fuerza, una posteridad mejor, más atrevida, más inteligente, más adulta. Hoy ese Código sigue vigente, ha ganado la partida, al menos en Hollywood. Y lo que es peor, se trata de una autocensura, generalmente económica. Lamentable.
    Besos

  2. ¡Y si sintieras lo que he disfrutado escribiéndolo!

    Apuntas tema interesantisímo como el de la autocensura por tema económico en la actualidad.

    Sí sería un buen ejercicio imaginar hacia dónde hubiese avanzado el cine sin la censura de por medio, ¿qué hubiese ocurrido?¿Cuál hubiese sido la evolución?

    Cada vez que puedo ver una de las películas pre-code me envuelve la ilusión por saber qué es lo que voy a descubrir, con qué me voy a encontrar. Sin duda uno de los descubrimientos son sus intérpretes y sus evoluciones posteriores…

    Besos
    Hildy

  3. Mi querida Milena, a mí me pasa lo mismo cuando leo a otros compañeros de aventura cinéfila y eso me causa una alegría inmensa porque me descubren un montón de buenas historias… y todo lo que me queda aún por ver.
    Besos
    Hildy

  4. Estupendo Hildy. Es un tema que me apasiona y sobre el que he dado muchas vueltas. El documental Complicated Women se basa en un libro de Mick Lassale del mismo título.
    Aunque no esté bien, voy a autocitarme. Escribí un largo texto sobre el tema en el que incluí al final una entrada para mí mítica y el propio documental. Por si tienes curiosidad solo has de pinchar en la columna de la derecha donde dice Norma Shearer.
    Tu texto es magnífico. Sin embargo, por si no pasases ya te adelanto que no comparto del todo las tesis de Munro y Lassale respecto de la implantación del código y la amputación que según ellos supuso en los roles femeninos. Y básicamente por dos razones:
    La primera es que tras la implantación del código los guionistas no variaron, eran los mismos, y creo que ni tan siquiera se suavizó el rol de la mujer.
    La segunda razón desmonta en parte todo el documental (maravilloso por cierto). Si nos fijamos, el papel femenino más transgresor y mítico de toda la historia del cine es posterior al código, de 1939 y se llama Scarlata O`hara. Y le sigue a muy poca distancia otro que se llama Jezabel, también posterior al código.
    Luego en mi opinión el periodo pre-code, siendo muy interesante choca con ciertos icebergs, y desde luego no cortó de raiz ese tipo de mujer liberada y hecha a si misma, como los que hizo Stanwick en Babe Face. No me enrollo más. El tema me apasiona y has realizado una aproximación excelente.
    Solo que yo veo a Lauren Bacall en «tener y no tener» y pienso no se so se. Es más, veo a Hildy Jhonson que es posterior al código y me hace dudar. Lo que si está claro es que en la actualidad se ha retrocedido y mucho. Un abrazo.

  5. Mi querido Victor planteas un debate apasionante. Lo primero que he hecho por supuesto ha sido ir a tu sala oscura y empaparme con el post de Norma Shearer que me ha parecido enriquecedor y como no, muy, muy bueno…

    Te comento que el periodo pre code como a ti me encanta y siempre trato de ver todas las películas que puedo (que no son por supuesto todas las que desearía). Lo que me parece interesante de este periodo respecto a los personajes femeninos (pero tampoco deberíamos olvidar a los masculinos) es que se van enriqueciendo y van apareciendo en historias y contextos cada vez más complejos (aunque si miramos el último cine silente ya nos vamos dando cuenta de esta evolución). Y esos personajes plantean temas y asuntos variados y de distintas maneras. Algunas de esas películas no tienen por qué ser buenas pero si había algo que las distinguía y es que no trataban de ser ‘políticamente correctas’ y por tanto sus personajes tampoco lo eran.

    Te doy totalmente la razón en que mujeres complejas y liberadas (huir del estereotipo y no crear personajes planos) siguen siendo creadas después del periodo pre code pero sí que creo que se corta las alas (o hay que buscar otras vías para presentar el meollo de las damas post code)al abanico de temas que se exponían o donde se movían estas mujeres.

    … ¿Te imaginas lo que hubiera dicho Mae West si hubiera sido ella Escarlata a Rhett Butler cuando le dice: Francamente querida me importa un bledo…? Quizá un: Pues no veas guapo lo poco que me importa a mí lo que tú hagas… Mañana no solo será otro día sino que encima me lo pasaré bien.

    ¿No hay más sensualidad y complejidad en Tierra de pasión… no sólo en el personaje de la Harlow sino en el de Mary Astor que en la posterior versión que llevaría a cabo Ford en Mogambo con Ava Gadner y Grace Kelly(y que conste que me encanta)?

    Otro tema apasionante es la evolución de la femme fatale en el cine negro que efectivamente hereda mucho de lo avanzado en el pre code. Así como la mujer del screwball comedy, a partir de la risa y la sinrazón había un buen discurso subversivo que los censores no llegaban a alcanzar. O resulta interesante descubrir las obras cinematográficas con menos presupuesto y a veces ‘menos vigiladas’ y por tanto más libres.

    ¡Guau, Victor, es un debate tan bueno el que expones y planteas que ya me he embalado emocionada! Y ni siquiera sé si se me ha entendido algo. Estoy de acuerdo en que el documental presenta su tesis con demasiada contundencia sin dejar un resquicio a la evolución posterior. Presenta el periodo pre code como una especie de paraíso perdido que no tuvo continuidad y que fue cortado de golpe. No, yo tampoco pienso así. Creo que el tema es mucho más complejo y rico.

    Besos
    Hildy

  6. Tengo mucha hambre de época pre-code. No he visto mucho, pero sí lo suficiente para entender las diferencias con la época del código. Tienen diferentes esencias, y puede notarse especialmente en los personajes femeninos.

  7. Querida Carmen… a mí también me provoca hambre esta etapa y además cada vez puede conseguirse más fácilmente el ver las películas de este periodo. Siempre provocan algún buen descubrimiento. Los personajes femeninos son especiales… pero también sorprenden los masculinos (y descubrir por ejemplo que el Gary Cooper pre code -sus personajes- nada tiene que ver con el Cooper posterior).

    Besos
    Hildy

  8. Querida Hildy, justamente estoy leyendo en este momento el libro en el cual se basa el documental que comentás. Mucho mejor es el otro libro del mismo autor sobre los hombres del pre-code. Es más parejo, si se quiere, mientras que este (hasta donde voy leyendo) habla bastante de Garbo y de Shearer y poco de las demás. Tal vez más adelante llegue a ellas…
    El de los hombres me hizo anotar muchos títulos y actores que desconocía, entre ellos Lon Chaney. Hasta ahora pude ver «The penalty» en la que encarna a un criminal al cual, siendo un niño, le amputaron ambas piernas por error (está en Youtube). Quedé muy impactada con su composición del personaje. Ahora espero ansiosa poder ver más.-
    Un beso grande, Bet

  9. Sí, querida Bet, es un periodo apasionante. Yo ahora me estoy empapando sobre él,e incluso alguna de las películas que nombre en este artículo que todavía no había podido ver, ya las he disfrutado. Es un periodo riquísimo. Apunto The penalty con Lon Chaney. Gracias, gracias, gracias. Yo de Chaney he visto varias de las que hizo con Tod Browning y son maravillosas.

    Beso
    Hildy

  10. Hay qu8e chequear los datos : La mujer del desnudo de Tarzan y su compañera era una amiga y comapañera del equipo olimpico de natacion del protagonista incluso,propuesta por el ya que Maureen O’Sullivan era una muy mala nadadora y necesitaban imagenes de nado artistico .

  11. Bienvenido, Roberto. Efectivamente la secuencia acuática censurada (que puede verse en youtube) era de la campeona olímpica Josephine McKim, la doble de Maureen cuando esta tenía que nadar. Así que es verdad que hubiese sido más correcto especificar en el texto que en el código Hays la vestimenta en tierra de Jane, en las primeras películas de la serie, con el cuerpo de Maureen, era bastante más ligerito que posteriormente… y que el desnudo, de ella nadando bajo el agua, era de su doble. Así introduces otro tema apasionante en el mundo del cine y es el de los dobles, que casi siempre son los grandes desconocidos y muchas veces la gloria de escenas de acción, músicos, bailarines… o desnudos, etcétera, se la llevaba el actor o actriz en cuestión. Gracias por señalarme este matiz y aclararlo.

    Beso
    Hildy

  12. Querida Hildy, ¿has visto «Torch singer» con Claudette Colbert? Yo la descubrí hoy en el pack de pelis pre-code que compré por «Merrily we go to hell» y me gustó bastante.-
    Un beso grande, Bet.-

  13. Mi querida Bet, no he visto Torch singer (pero pinta muy interesante), la que vi de Colbert de ese periodo fue I Cover the Waterfront (A la sombra de los muelles). Una curiosa película donde entre otras cosas hay un desnudo de la Colbert a las orillas del mar. Merrily we go to hell me encantó.

    Beso
    Hildy

  14. Querida Hildy, acabo de descubrir a Ruth Chatterton en dos pelis del pre-code: Lilly Turner y Hembra, en ambas con George Brent, mi más reciente favorito (y además marido de Chatterton por aquellos años; corazoncitos y suspiros para él). ¡Qué interesante esta actriz! Particularmente, quedé obsesionada con Hembra. ¿La has visto? Para mí, es una de esas películas a las que un día después se les sigue encontrando interpretaciones diferentes…
    Un beso grande, Bet.-

  15. Sí, mi querida Bet, he leído sobre Hembra, pero no la he visto. De Ruth Chatterton he visto poco, pero lo visto me ha gustado: Barrio chino de William A. Wellman y la maravillosa Desengaño de William Wyler. Y a George Brent, tu nuevo consentido, le tengo unido a melodramas que me entusiasman de Bette Davis. Pero me falta bastante filmografía por descubrir de él, ¡ilúminame!

    Beso
    Hildy

  16. Ay, esas dos no las he visto, aunque ya tengo Barrio Chino, solo me falta poner el DVD en mi reproductor. Desengaño está en mi lista de pendientes hace años pero sigo postergándola, debo corregir eso pronto.-
    Brent de pronto está en cada película que miro, siempre detrás de una gran estrella como Barbara Stanwyck o la propia Chatterton en su momento… y por supuesto también está en La Escalera Caracol, otra de mis favoritas. Con Davis creo que no lo he visto aún. Últimamente lo he visto en The Purchase Price, Mi Reputación y en Lilly Turner, que junto con Hembra son las últimas películas que vi (con un breve paseo por Monte Cristo porque extrañaba a John Gilbert jeje). No creo que fuera un gran actor pero sí que sabía hacer de galán
    Te mando un beso grande mientras sigo suspirando, Bet.-

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