La huida (The Getaway, 1972) de Sam Peckinpah

¿Por qué La huida se encuentra en el imaginario cinéfilo?, me pregunto ante el espejo cual madrasta mala (ahora que distintas versiones de Blancanieves invaden las pantallas cinematográficas). ¿Será por ser una de Sam Peckinpah? ¿Será por su temática? ¿Será por su pareja protagonista? ¿Será por cómo está contada? ¿Será por algún personaje secundario? ¿Será por la estética? ¿Será contradictoria? ¿Será…? Y todas las preguntas responden a la primera pregunta. No es la mejor de Peckinpah, no es la mejor de McQueen, no es el mejor road movies visto en la pantalla blanca, no es la mejor película de acción, no hay nada nuevo bajo el sol… No importa… te quedas enganchado de principio a fin. Es de esas extrañas películas que perduran en el tiempo y en la retina del espectador. No la olvidas. No es la mejor, ni la peor… pero se meten de lleno en el imaginario cinéfilo… Y si las ves de vez en cuando, no decepciona.

¿Cuáles son esos ingredientes mágicos? Hay una escena clave en La huida: Doc y Carol (Steve McQueen y Ali MacGraw) en uno de los tramos de su trepidante huida terminan en un camión de la basura… que precisamente echa toda su carga en un vertedero… incluidos a los dos protagonistas. En este momento hay un punto de inflexión en la relación entre los dos personajes principales, entre la basura. Esa relación que estaba a punto de romperse vuelve a fortalecerse… pero el sitio elegido es un auténtico vertedero como el mundo en el que habitan. Un mundo donde no hay ni un solo personaje positivo…, nadie en quien confiar (a no ser que sea la una en el otro y la otra en el uno… como deciden que así sea). Ni siquiera ellos, los protagonistas, se salvan de la quema. Su moral es otra… El público se siente sin embargo al lado de estos dos fuera de la ley, fuera del sistema, porque dentro de todos los personajes representados poseen unos “ciertos principios”.

Doc y Carol siguen esa estela de parejas fuera de la ley que siempre ha poblado el cine pero que se impuso, de nuevo, a finales de los años sesenta con Bonnie and Clyde. Bonnie and Clyde se convirtieron en símbolo de esos nuevos tiempos de jóvenes airados contra el mundo establecido. Parejas de fugitivos que desafiaban el sistema. Sin embargo estas parejas casi siempre contaban con un destino fatal y trágico que siempre veíamos imprimido en cada uno de sus pasos… sabíamos que nunca iban a llegar a la frontera. Que su amor estaba condenado a perecer. Que nunca alcanzarían sus sueños de libertad…

No les ocurre lo mismo a Doc y Carol que después de una espiral de violencia se encuentran en su camino a una especie de personaje benévolo (en el que ambos confían) que les ayuda a pasar la frontera. Y es este mismo personaje el que les augura un feliz final sin continuan juntos y ‘forman una familia’ tradicional. Eso es lo que quieren nuestros dos protagonistas ser una pareja normal y corriente con sus problemas económicos ya solucionados y empezar de cero en el terreno de la legalidad. Un final poco progre pero, en su momento, un final con éxito… puesto que los fugitivos no son castigados sino que formarán una pareja domesticada y nueva en el sistema.

Doc es un antihéroe perfeccionista, violento y puntilloso más hombre enamorado, soñador, leal, cumplidor de su palabra y celoso. Llega un momento que se siente traicionado por esa esposa soñada que para sacarle de prisión se ha acostado con el mediador… Doc no soporta estar en prisión, cree que perderá la cordura (como refleja ese principio que revela pautas de la personalidad del protagonista que se consume en la rutina diaria de la prisión). Así que pide a su esposa que vaya a ver al hombre que puede sacarle… Y es precisamente ese mediador corrupto el que pone un precio a esa libertad (además de llevarse a la dama a la cama) y es que la pareja lleve a cabo un robo minucioso a un banco con dos hombres que él también les proporciona (y no muy fiables). Por supuesto el robo es un caos… y empieza el conflicto y la huida. Así McQueen crea uno de sus héroes de pocas palabras de espíritu romántico a su manera (con poesía a su manera… como esa escena en la que imagina un baño con Carol ambos vestidos… y después cumple su fantasía) con una fuerte estética visual. Imposible olvidarle con traje de chaqueta negro, camisa blanca y enorme escopeta (ya vimos en Mátalos suavemente que esto sigue funcionando)… dando a la galeria otro delincuente bestia más bestia enamorada…

Su compañera, Carol, es morena, hermosa y puede llegar a ser igual de violenta. También le ama aunque le cabrea que no confíe en ella. Se muestra dura, sensual y a la vez sumisa esposa. El rostro es de Ali McGraw, la actriz de moda en aquel momento pero con falta de carisma. Da belleza y posee bastante química con Steve McQueen (saltó el amor en el mundo real entre los dos actores… y terminaron con sus respectivas relaciones para casarse a continuación) creando momentos de intimidad y sensualidad en las situaciones en las que pueden estar con un poco de calma.

¿Por qué también nos ponemos siempre al lado de Doc y Carol además de lo ya descrito? Porque les persiguen una ristra de malos malísimos sin ningún principio ni moral (y además bien feos…). Sobre todo el asesino corpulento y malvado que les quiso traicionar durante el atraco. Ese asesino tiene un rostro que no se olvida fácilmente y protagoniza una historia paralela que hace ver cierta ‘pureza’ en la relación entre Doc y Carol. El malo malísimo tiene la cara del actor Al Lettieri. Y en su persecución toma a dos rehenes, un veterinario y su esposa. El veterinario será humillado continuamente ante la relación enfermiza y perversa que se establece entre el asesino y su mujer.

¿Dónde está Peckinpah? En la coreografía de la violencia. En esa mezcla de lirismo, basura y sangre. En el ritmo frenético y trepidante a través del montaje. En las relaciones perturbadoras entre sus personajes donde ya se encuentra la semilla de la tremenda y maravillosa Quiero la cabeza de Alfredo García. En cómo cuenta una historia y el uso de la narración cinematográfica en ella. En la tensión creada… En el desencanto pero esta vez con un atisbo de final feliz… En ser creador de antihéroes que se quedan en la retina…

Así crea momentos de tensión recordados como la recuperación por parte de Doc del maletín lleno de dinero que les ha robado en la estación de tren un timador de poca monta. Esa persecución ocurre en los vagones de un tren en marcha… intercalando imágenes de una Carol solitaria en la estación que no sabe cómo va a terminar esta historia. El propio y minucioso robo al banco. O como no el clímax peckinpahiano final con uno de sus tiroteos sangrientos donde uno a uno van pereciendo los malos malísimos… con sus brotes de sangre y cámara lenta.

La huida supuso un buen paso taquillero en la carrera de Steve McQueen y Sam Peckinpah. Y un proyecto lleno de recovecos complejos. Ambos necesitaban un éxito que pusiera sus carreras en órbita en un sistema de estudios que se derrumbaba y dejaba paso a un nuevo panorama. Así éste fue el primer proyecto que Steve ofrecía a la productora Firts Artists, una nueva simulación de United Artists, donde se encontraban Barbra Streisand, Paul Newman, Sydney Poitier… en esos momentos McQueen y más tarde también Dustin Hoffman. A Steve le gustó la novela de Jim Thompson e incluso quiso que fuera el propio autor quien realizara el guion… pero al actor no le gustó su final, un final bastante más pesimista del propuesto… y cambió de guionista dándole la historia a Walter Hill. Sam vio una oportunidad con este encargo de un éxito de taquilla… y lo tuvo. Así cotinuó reflejando su mundo… Y todo se fue encadenando de una manera u otra hasta crear La huida tal y como la conocemos hoy.

La huida no es una de las mejores road movies pero forma parte de la memoria cinéfila… Seguro que tras su visionado siempre recordaremos alguna imagen…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “La huida (The Getaway, 1972) de Sam Peckinpah

  1. A mí sí me parece lo mejor de lo mejor de Peckinpah, de McQueen y compañía. Me parece un peliculón soberbio de ese subgénero «inventado» por «El demonio de las armas» de Joseph H. Lewis. Me interesa sobremanera la forma de construcción de la violencia como simbología del sexo en las cuatro películas más famosas de este minigénero: «El demonio de las armas», en la que es la violencia, el objeto, el que excita a los amantes, «Bonny & Clyde», un impotente que solo «se pone» cuando ve a su chica con su hermano; «Malas tierras», la iniciación de una joven a la violencia y al sexo; o esta, que tú lo has dicho muy bien (no me gusta nada Ali, por cierto).
    Hala, besos & balas

  2. Pues mi comentario, al ver la peli, ha huido…

    Te decía que a mí sí me gusta muchísimo, y que me parece de lo mejor de Peckinpah, de McQueen y de todo quisque. Y también que me interesaba especialmente cómo estas películsa, que considero inauguradas por «El demonio de las armas» de Joseph H. Lewis, hablan de violencia y sexo al mismo tiempo, ya sea con la excitación mutua de «El demonio de las armas»; ya con el desfloramiento de una joven en «Malas tierras»; ya con la impotencia de Clyde Barrow, que solo «se pone» cuando ve a su chica pegando tiros en compañía de su hermano…

    Hala, a ver si ahora no me falla, o cargo la escopeta de postas…

    Besos

  3. Alfredo mío, ¡vaya ciclo buenísimo sería ver EL DEMONIO DE LAS ARMAS (qué buena es… qué escenas en el coche o en medio de la niebla o…), BONNY AND CLYDE (qué muerte la de los amantes), MALAS TIERRAS (… cómo me gusta esta película y qué triste me deja)… y LA HUIDA…! ¡Qué debates buenos se generarían y cuánto amor al cine se derramaría! A Ali le falta el carisma de sus compañeras (así se demuestra la premisa de que no basta ser bella o bello para construirse una larga y solida carrera cinematográfica)… menos mal que estaban enamorados y la química sí que se consigue…
    Besos
    Hildy

  4. La mejor película basada en una novela del gran Jim Thompson que tanto tiene que ver con el viejo Peckinpah.MacQueen y Ali son una pareja perfecta.Nada más empezar la película con esas imágenes que anticipa lo que será la historia es magistral.El remake La huida Año:1994 Director: Roger Donaldson con la Kim Basinger y Alec Baldwin confirma de lo que estoy hablando.La historia es dura,pero dura de verdad y ya no es posible realizar semejante filme.
    Buen texto para una película que me marcó en su día,amiga Hildy.

    Besos desde la frontera

  5. Sí, me gusta cómo empieza con esa imagen de los ciervos en libertad y de pronto vemos la cárcel y la vida de Doc, que se intercala con los recuerdos de su vida junto a Carol y con la monotonía de los años que pasan en prisión… vemos que Doc está a punto de estallar entre rejas…

    Y Ali y Steve son los más bellos de la función… incluso en el vertedero hasta arriba de basura, sucios y sudados.

    No he leido la novela de Thompson pero creo que a Steve McQueen no le gustó el guion que realizó el propio autor sobre todo por incorporar un final pesimista.

    El remake protagonizado por Basinger y Baldwin nunca lo he visto.

    Besos fugitivos
    Hildy

  6. Sí,es cierto y Peckinpah lo modificó cuando porque pasan a la frontera de México,como que en la novela,no.Además le dan un buen puñado de dólares a ese viejo por la furgoneta.De todas maneras,con el cambio sigue siendo una gran película.En la vida real McQueen se casó con Ali y le hizo la vida imposible,tan imposible que la pobre no pudo volver al cine.
    Hace tiempo escribí un post sobre este actor.Aquí te dejo el enlace por si te interesa,y si no,discutiremos como Doc y Ali allí,en la cuneta.

    Besos

    http://fmaesteban.blogspot.com.es/search?q=Steve+McQueen

  7. … Ya acabo de pasar por tu blog y me he empapado de Steve McQueen… un hombre complejo y difícil ¿Fue el cine una tabla de salvación… momentánea? Lo que no hay duda alguna es que la cámara le adoraba y supo componer buenos personajes.
    No me preguntes por qué pero le recuerdo mucho, quizá porque me pareció tierno, en AMORES CON UN EXTRAÑO…
    Besos
    Hildy

  8. Se han hecho tres grandes adaptaciones de la obra de Thompson. Este sería el orden; 1) Peckinpah (1972) 2) Frears con la supervisión de Scorsese 1990 3) Winterbottom, injustamente tratado (2010) y 4) Burt Kennedy (1976). Peckinpah fue una cosa que pasa una vez en la vida. Como ocurrió con Picasso. Yo siempre lo recordaré por aquel monólogo de “la puta buena, la puta mala”. Le debo un especial en “Talentosos y Polémicos” del bypass. Ahora, hay un film que has nombrado. Por Dios, Hildy… El Minerva: “Quiero la cabeza de Alfredo García” (1974) y la influencia—del mismo— que ha tenido en el cine contemporáneo de estos últimos 25 años, especialmente, en esa factoría mágica de la HBO. Amiga, estás en forma. Besos Noir

  9. … A ver si no meto la pata, querido JC, la de Frears es LOS TIMADORES que me impactó en su momento pero no he vuelto a verla. ¿La de Winterbottom, EL DEMONIO BAJO LA PIEL…? No la he visto todavía. ¿Y la de Burt Kennedy UN ASESINO DENTRO DE MÍ?… ¡Tampoco la he visto!
    ¡Vamos, qué ciclos estamos organizando en unos segundos! Jim Thompson en la pantalla blanca…
    Quiero la cabeza de Alfredo García… impactante, dura, excesiva, oscura, compleja y tremendamente lírica…
    … Espero con deleite tu post sobre Peckinpah en el bypass.

    Besos
    Hildy

  10. Lo dicho, Hildy estás en forma como la orquesta de Glenn Miller. Bingo, 4 de 4 contanto «La huida». Lo haré, no sé cuándo porque es costoso. Tengo los esbozos y el andamio diseñado. A ver la agenda y el tiempo…Me lo debo y os lo debo. Besos Noir

  11. En esta ocasión creo que voy a coincidir casi contigo. Desde luego no me parece la mejor película de Peckinpah (ma salen varias mejores comenzando por «duelo en la alata sierra» por decir una.
    Tampoco me parece un film redondo, aunque sea vibrante. Sin embargo haces una pregunta retórica muy interesante. Las razones de que una película interesante, pero a mi juicio irregular y fallida sea recordada.
    Pues es, creo, más sencillo delo que parece.La actual cartelera (salvo honrosas excepciones) palidece ante películas y actores como estos. Y ante esa forma de narrar. Para ello solo hay que echar un vistazo a la versión de Roger DOnaldson, muy light y azucarada. Cuando esta es como un trago de ron seco. No será el mejor ron pero es mil veces preferible. Un abrazo

  12. … querido Victor, genial tu frase sobre que LA HUIDA (1972) es como un trago de ron seco…

    Y, sí, siempre me ha llamado la atención esas películas no redondas que sin embargo quedan en el imaginario cinéfilo. Y efectivamente dos de los motivos son los que mencionas: carisma de actores y formas de narrar cinematográficamente… y creo que una tercera es el total disfrute por hacer cine, quien hace este tipo de películas (y muchos de los que le rodean), casi seguro que ama el cine y esta forma de expresión… y eso termina transmitiéndose.

    Besos
    Hildy

  13. No me da la vida para revisar de nuevo las películas que se comentan y mi memoria es frágil….
    Os sigo atentamente.

    Un abrazo
    Margot

  14. ¿Te imaginas que el día tuviera 48 horas… y varias de ellas consagradas a revisar películas, libros, canciones, obras de teatro…?
    Yo guardo películas en mi viejo baúl y seguro que llegará el tiempo o la oportunidad de disfrutarlas de nuevo… Aunque de algunas es tan bonito el recuerdo que se guarda…
    Besos
    Hildy

  15. A mí esta película me gusta mucho y,teniendo en cuenta que Peckinpah no es de los cineastas que más me apasionan, pues el mérito es doble.
    Yo creo que la diatriba fundamental que dirime la película reside en la pérdida de la confianza del personaje de McQueen hacia su mujer y así se lo expone en una secuencia. ¿Por qué, pues, ante algo tan esencial en una pareja y que el director lo desarrolla con soltura y una solvencia modélica, se la ha considerado como un film menor? Posiblemente por ese final impuesto y por ser Peckinpah el más famoso francotirador cinematográfico de la poesía de la violencia, el cineasta especializado en contar historias en torno a las amistades traicionadas y en desarrollar personajes que rozan (o sobrepasan) las fronteras.
    Pero si sabemos separar el grano de la paja descubriremos que, ante semejante cuestión, el cineasta podría codearse con Nicholas Ray o Stanley Donen (Antonioni y Bergman, con La noche o Secretos de un matrimonio respectivamente, los dejaremos aparte). ¿He rizado mucho el rizo? Puede, pero si logramos dejar a un lado (por un momento) las impecables escenas de acción (pero sin olvidar la subtrama protagonizada por Al Lettieri y el matrimonio prácticamente descompuesto), ¿qué es, si no, la película más que una variante, en clave de género, de En un lugar solitario y Dos en la carretera? Nótese que hasta el titulo de esta última tiene la feliz coincidencia de concordar con este film.

    Si te parece que mi teoría resulta descabellada (y tal vez lo sea) lo puedo entender. Es que a una le gusta siempre ir más allá de las apariencias y, a veces, es posible que me pase de kilometraje (nunca mejor dicho), jejeje.

    Besos!

  16. Me encanta tu teoría argumentada, querida Isis, y no me resulta descabellada sino muy interesante, y llena de referentes.Me has provocado ganas de ver otra vez la película y mirarla con ojos de Dos en la carretera, una película que adoro (al igual que En un lugar solitario). La falta de confianza como centro de la trama… Genial mirada.

    Beso
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.