Vals con Bashir (Waltz with Bashir, 2008) de Ari Folman

Vals con Bashir salta por los géneros y atrapa desde el primer instante con esa carrera de perros salvajes a través de una calle. Vals con Bashir es una película de animación con ingredientes de denuncia, de antibelicismo, de documental, de ficción y cruda realidad. Vals con Bashir aporta varias reflexiones y un punto de vista, el del documentalista israelí Ari Folman ante un acontecimiento: la masacre en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila durante la guerra del Líbano en 1982. Esta masacre fue una respuesta vengativa y violenta de la Falange Libanesa tras el asesinato de su líder Bashir Gemayel, las Fuerzas de Defensa de Israel fueron testigos de la matanza y no actuaron para impedirla sino que se mostraron pasivos y permitieron durante dos días una violencia feroz contra la población civil de los campos.

Vals con Bashir habla sobre la recuperación de la memoria, reflexiona sobre las responsabilidades, los recuerdos borrados, el sentimiento de culpa, la pasividad, la violencia, la crueldad, la masacre, el horror… El protagonista es el propio documentalista Ari que ha borrado de su memoria su actuación durante la guerra del Líbano cuando fue un soldado israelí de apenas 19 años. Así el propio Ari a partir de un sueño relatado por un compañero (el sueño de unos perros salvajes corriendo, 26 perros en concreto) y su posible interpretación desencadena en el protagonista un deseo de recuperar la memoria que ha borrado de su cerebro.

Así se va entrevistando con antiguos compañeros que estuvieron en la guerra con él y con expertos en el campo de la psicología que le puedan dar pistas e instrumentos para reconstruir lo que verdaderamente ocurrió. Él parte también de una única imagen. Tres jóvenes en el mar, completamente desnudos con sus armas… van saliendo a la orilla con sus metralletas. Después se visten. Y van a un espacio urbano… cuando giran una calle un montón de mujeres y niños les pasan con caras de dolor y gritos.

Durante las entrevistas con sus compañeros éstos también han creado mecanismos de olvido. Pero cada uno tiene sus propias imágenes oníricas en la cabeza. Y escuchando a los expertos, Ari Folman va reconstruyendo todo lo que ocurrió y cuál fue su implicación en los hechos históricos… con sus propias imágenes soñadas y la de sus compañeros.

Llevaba mucho tiempo detrás de esta obra cinematográfica de animación y la espera ha merecido la pena. No sólo me ha hecho conocer los hechos referidos sino que también me ha enganchado la forma en que me ha contado esta historia el israelí Ari Folman (nunca hay que olvidar que es desde su punto de vista, su interpretación y reflexiones).

Así Vals en Bashir tiene escenas muy potentes, con una banda sonora increíble, y recuerda a aquellas películas de los años setenta que recreaban la guerra de Vietnam (Apocalipsis Now o El Cazador). Y a su vez también plantea una reflexión reveladora y dolorosa que es comparar la matanza y el descubrimiento de esa matanza a lo que ocurrió en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial (y también hablar de ese silencio y olvido… un montón de testigos mudos y pasivos-activos que nada hicieron —o nada pudieron hacer, el matiz es estremecedor— por evitar la barbarie). Es decir Aron en esa comparación con Vietnam (en lo visual) y con la barbarie de la Segunda Guerra Mundial en los campos de exterminio aporta su visión de ese casi niño con metralleta que fue en la guerra del Líbano y su lucha continua a lo largo de los años respecto su verdadera responsabilidad en los actos cometidos (un tema espinoso y complejo). Y también denuncia cómo los responsables políticos pensantes y los altos mandos militares, aquellos que sí podían tomar decisiones tuvieron dos vías de actuación: permitieron el asedio y luego frenaron la masacre cuando ya era demasiado tarde. Y lo horrible es, que como casi siempre, sabían lo que estaba ocurriendo.

Vals en Bashir contiene imágenes imposibles de olvidar, entre ellas, la que da título a la película. Un soldado con una metralleta, en pleno fuego, sale a una calle empapelada con carteles de Bashir, y realiza una danza macabra disparando su metralleta a diestro y siniestro…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

9 comentarios en “Vals con Bashir (Waltz with Bashir, 2008) de Ari Folman

  1. Buen filme, me gustó también, es muy interesante todo el background, las imágenes se ajustan a la temática seria, tiene una construcción bastante buena con aquello de los sueños, los colores también que utiliza son atípicos, manchan la pantalla de un celeste verdoso por ejemplo, hay un toque artístico, y en otro ámbito se puede ver la insanía y brilla la denuncia, una forma de observar una etapa histórica en un formato nuevo, eso desvirtúa los géneros y construye un propio lenguaje, como debe ser, la creatividad no debe tener cuerdas. Un abrazo.

  2. Es una película tan buena en tantas cosas que me dio lástima que fuera de animación (género que a mí jamás me ha parecido, y menos ahora, verdadero cine). Me habría gustado ver esa misma historia en los lugares auténticos, con caras de verdad, silencios de verdad, miradas de verdad.
    Besos

  3. … Construir un lenguaje propio, una creatividad sin fronteras…, sí, Mario (qué bien verte por estos lares), Vals con Bashir permite mil y un análisis interesantísimos tanto por lo que cuenta como por la forma de contarlo.
    Besos
    Hildy

    Mi queridísimo Alfredo, me resulta muy interesante que no gustándote el cine de animación (yo no no soy ninguna experta pero he de reconocerte que disfruto muchísimo con el cine de animación y me encanta no perdérmelo) sin embargo la película te pareciera buena, buena, buena… Y es que Ari Folman en su búsqueda de contarnos un hecho histórico concreto ‘crea’ una buena narración propia que plasma en la pantalla blanca. Y es cine de animación pero con imágenes muy pero que muy potentes… y con una historia que irremediablemente (y tristemente) te atrapa.

    Besos y más besos
    Hildy

  4. Imagnees potentes las que transmites con tus palabras, Hildy. Otra película que no he visto. Y la lista aumenta. Seguiremos por aquí, anotando recomendaciones. Besos.

  5. La verdad, Marcos, es que es una película que llevaba bastante tiempo detrás de ella y no sólo me ha gustado sino que me ha interesado muchísimo y me ha acercado a un tema y a un conflicto muy complejo. Vals con Bashir creo que merece bastante la pena porque no sólo es lo que cuenta sino cómo lo cuenta. Y, es cierto, está llena de imágenes muy potentes.
    Besos
    Hildy

  6. Me he explicado mal. Me refería a que no considero la animación como auténtico cine en el sentido más técnico del asunto. Creo que hay tantas diferencias técnicas, ya desde la premisa creativa, y hasta la práctica del rodaje, pasando por un montón de fases intermedias, artísticas y técnicas, entre la filmación de una película convencional y una de animación que, simplemente, yo prefiero considerarlas campos distintos. Pero no es que no me guste la animación, sino que la considero otra cosa, parecida al cine, pero que no es cine. Pero hay un puñado de películas de animación que me encantan, como la primera mitad de «Up», por ejemplo. El problema es que ya se han convertido en una fórmula comercial, y que todas, en sus argumentos, desarrollos y conclusiones, son prácticamente idénticas.
    Besos

  7. Mi querido Alfredo te has explicado estupendamente. Ahora entiendo muy bien tu posición respecto al cine de animación y es un debate (como siempre) interesante… Yo sí que pienso que es cine aunque desde la premisa creativa sea diferente. Vamos para explicarme bien: para mí la poesía es literatura y una novela también es literatura y sin embargo la premisa creativa, los lenguajes y las técnicas empleadas son tremendamente diferentes.
    Besos gigantescos
    Hildy

  8. Gran película. El tema que aborda, llevado a la animación, le aporta un plus onírico. ¿»The wall» de Alan Parker? Podría ser una referencia temática, mira por dónde. Ahondando en la «discusión» que leo con 39 escalones, hay una película anterior, del director Richard Linklater, «A scanner darkly», basada en la novela de Philip K. Dick, a la que la estética de animación de «Vals con Bashir» recuerda, pero no tienen nada que ver. Aquella de Linklater se «pintó» sobre los actores, pero «Vals con Bashir» no: puro arte: séptimo arte, sí: imagen en movimiento. Si el cómic y el cine están en intima relación (encuadres, planos, etc: el story board), entre animación y cine yo creo que se puede hablar de identificación completa.
    Saludos.

  9. Querido Licantropunk. Sí, Vals con Bashir me pareció una gran película.

    Me encantan cada una de las apreciaciones que apuntas que no hacen sino enriquecer el apasionante debate abierto por 39 escalones.

    En su día me quedé con muchísimas ganas de ver A scanner darkly del interesante Linklater, que efectivamente pintaba sobre los rostros de Winona Ryder y Keanu Reeves. Creo que va a ser una de mis próximas tareas el verla.

    El cine de animación es un filón inagotable y rico que aborda muchos mundos que alcanzar…

    Besos
    Hildy

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