… el cine tiene algo de fantasmagórico. Podemos ver plasmadas imágenes en movimiento de personas que ya no existen. Actores que representan personajes que no son y sin embargo les dan vida…El cine hace que no se deje de creer en fantasmas y en espíritus que regresan a la vida. El cine, resucita. Me viene a la cabeza un delicioso cuento de Vicente Blasco Ibáñez, La vieja del cinema, que de vez en cuando vuelvo a leer porque me fascina. Trata sobre una anciana vendedora ambulante que ha perdido a su nieto en la Primera Guerra Mundial. Un día acude a una sala de cine y reacciona de manera irracional… La mujer se ha emocionado porque en una escena de una película ha creído ver a su nieto resucitado…
Y todo este extraño pensamiento me viene a la cabeza porque ayer disfruté con una película actual pero con una factura clásica, un cuento de fantasmas de los de toda la vida. Con una casa encantada espectacular, unos juguetes infantiles para morirse de miedo, niños en peligro, ruidos extraños, puertas que se cierran y se abren, mecedoras que se mueven, perros que ladran… y un protagonista melancólico y triste que es más sensible a lo sobrenatural. La película en sí no es ninguna obra maestra pero no es lo que persigue. Sólo es una buena historia de fantasmas con una puesta en escena inteligente y elegante. Me refiero a La mujer de negro de James Watkins con el nostálgico sello de la Hammer.
Como mientras la veía, la disfrutaba, recordé lo que me gustan las historias con fantasmas. Y por tanto lo que me gustan las películas protagonizadas por fantasmas. Y la cantidad de argumentos maravillosos y el juego que dan estas apariciones. Así echo una vista al cine reciente y los veo por todas partes. Los fantasmas no tienen nacionalidad. Los fantasmas pueblan buenas y malas películas. En el 2010 el realizador tailandés Apichatpong Weerasethakul nos trajo Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas donde los vivos conviven con los fantasmas de una manera cotidiana. Como algo natural y normal.
El cine español también últimamente ha jugado a los fantasmas. Entre lo cómico y lo trágico. Por estas tierras somos así o nos vamos al drama o nos vamos a lo cómico. Somos país de extremos. Así hace poco en Promoción fantasma, su director Javier Ruiz Caldera realizaba un homenaje a las películas de instituto y terror de los ochenta con acento fantasmal. O quedó clara la conversión de Belén Rueda en la reina del grito con El orfanato, la película de fantasmas que permitió a Juan Antonio Bayona entrar en el mundo de las superproducciones. Sin embargo fue Amenábar quien en 2001 regaló un buen relato cinematográfico de fantasmas con aires de Henry James. Los Otros he de reconocer que me atrapó totalmente. Desde ese grito que pega Nicole Kidman al principio del relato que ya te envuelve… y no te suelta. Por nuestras tierras las historias de fantasmas existen y por eso en nuestro cine están muy presentes…
Pero sin duda quien volvió de nuevo a hacernos creer en fantasmas fue M. Night Shyamalan. Estábamos a punto de cruzar el siglo XXI y nos regaló una historia que nos hizo ver que todavía nos asustaban las mismas cosas que a nuestros antepasados (que a nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos), los fantasmas. El sexto sentido… y ese niño aterrorizado que confiesa a su psicólogo que en ocasiones ve muertos… fue una vuelta de tuerca al mundo de los fantasmas. Nos creíamos libres de su influencia pero Shyamalan nos demostró que esto no era cierto…
Si nos seguimos moviendo en el terreno del miedo. De los fantasmas como algo relacionado con los sobrenatural. Con el más allá. Que provocan el pánico. Siempre regresamos a La otra vuelta de tuerca de Henry James que tiene una de las adaptaciones cinematográficas más fascinantes (son varias las versiones) en Suspense (1961) de Jack Clayton. La novela ha sido fuente de inspiración cinematográfica innumerables veces. O regresamos a otro de los grandes hitos del terror con casa encantada y fantasmas. Nos vamos de la mano de Stanley Kubrick a su terrorífica adaptación de la novela de Stephen King, El resplandor.
Los fantasmas también están unidos al amor más allá de la muerte. Así tenemos románticas historias cinematográficas donde los fantasmas campan a sus anchas. Nos podemos ir a uno de los mayores éxitos de principios de los noventa y una de las películas que peor ha envejecido de los últimos tiempos (y por ello de las más parodiadas), Ghost: más allá del amor… donde Patrick Swayze ayudaba a modelar arcilla a Demi Moore… y luego se transformaba en un fantasma que trataba de vengar su propia muerte y seguir velando por su pobre esposa que se quedaba sin su santa protección. Menos mal que el cine clásico nos deja varias obras maestras: la maravillosa El fantasma y la señora Muir… el fantasma como un ser sobrenatural cotidiano que es capaz de enamorarse locamente de la señora Muir y ella también le corresponde. La mágica Jennie, una especie de niña-mujer que en sus fugaces apariciones va enamorando poco a poco a un abatido pintor que va viendo cómo su ‘amada’ se transforma a una velocidad de vértigo. O sin duda la más gótica y romántica de todas las historias de loco amor más allá de la muerte… con fantasmas incluidos, las distintas versiones de Cumbres borrascosas.
Pero también los fantasmas pasearon por el humor. Así de los años ochenta nos vienen también los míticos Cazafantasmas, que volvieron a revivir en la entrañable Rebobine, por favor. Pero ya había antecedentes: quién no recuerda la mítica emisión en televisión española de la película de Abbott y Costello, ¡Agárrame ese fantasma! (1941), en el programa de Chicho Ibáñez Serrador, Mis terrores favoritos, un 28 de diciembre. Por ahí también pululan fantasmas alborotadores como Bitelchus. O algún espíritu burlón femenino capaz de hacer la vida imposible a la nueva y viva enamorada de su marido novelista…
Los fantamas generan también ternura como ese niño que se pasa todo un secuestro disfrazado del fantasma Casper en la maravillosa Un mundo perfecto de Clint Eastwood. También el cine nos quiere hacer creer en fantasmas que no existen como en las maravillosas Vértigo, Rebeca o Las diabólicas. Los fantasmas como ya he dicho antes no tienen nacionalidad, sin embargo, hay culturas que conviven con más naturalidad con ellos. Y ahí está el cine oriental, el chino, el japonés o el coreano para demostrarlo… tienen metros y metros de fotogramas con fantasmas.
No hay duda los fantasmas siempre están presentes en el cine. Incluso el propio cine… los actores y actrices vivos o muertos que son ‘reflejos’ de infinitos personajes en la pantalla blanca tienen una cualidad de espíritus que seguirán siempre vivos a través del movimiento. Que seguirán siempre vivos en la retina de los espectadores…
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En «La mujer de negro» el mayor fantasma es el protagonista…
Uf, tema complicado. Buenas historias algunas, otras muy malas, muchas más desaprovechadas, estropeadas por ansia de morbo o de asustar. Hablemos de fantasmas no declarados, como el Clint Eastwood (que también echó una mano en «Casper», por cierto, para devolver el favor de «Un mundo perfecto») de «El jinete pálido», que no es un predicador, sino un espectro. O falsos fantasmas, como Lon Chaney en «El fantasma de la ópera» (la de 1925, por favor). O, más canónicos pero más cómicos: «La pareja invisible» o «La pareja invisible se divierte», o también «Un espíritu burlón», de David Lean. O Paul Scofield, Hamlet padre, diciéndole a Mel Gibson, Hamlet hijo (con rímel en los ojos, por cierto, en la versión de Zefirelli), eso de «Recuérdame». Y esos fantasmas «modernos» o no tanto, del cine japonés: «El imperio de la pasión», de Oshima, por ejemplo, con ese marido asesinado que vuelve para atormentar a los amantes criminales, o esos espíritus de ojos rasgados y amarillentos y piel de ceniza… O, ya puestos a fantasmear del todo, hablemos de Brad Pitt, de la Jolie, de Russell Crowe, de Leo DiCaprio… Esos sí que son fantasmones…
Mi favorita de fantasmas, Mankiewicz aparte: «Al final de la escalera».
Besos fantasmales con theremin de fondo
Este es un buen tema para departir,mi querida amiga.Mi película favorita de fantasmas es El fantasma y la señora Muir,de Mankiewicz,es una maravilla y Jennie de Dieterle.Los fantasmas malos me los dejo para la literatura,soy más del tío Wilder que inauguró para siempre lo que representaba el fantasma para los nuevos tiempos con su magnífico relato El fantasma de Canterville;el pobre y bueno de Canterville,y,El fantasma de la ópera.Pero volvamos al cine.Mira,te cuento.Todos sabemos que los fantasmas se sienten tristes y atraídos por un mundo que dejaron atrás.Miran ese mundo al que pertenecieron a veces con odio y a veces con nostalgia.Pues bien,nosotros los espectadores vamos al cine para ver otro mundo a través de la pantalla lo que nos convierte en fantasmas.Los fantasmas somos mosotros y si la película es buena nos diluimos nada más salir de la sala con el contacto de una realidad que no nos complace.
Besos desde mi castillo en ruinas.
No he visto «L amujer de noegro» Pero reconozco que «Los otros» me dejó clavado en la butaca del cine, igual que ese final de «El sexto sentido» Pero si me tengo que quedar con un fantasma será siempre el de Jennie. Es que más que una película es un sueño. Como es apelícula no se ha filmado a día de hoy nada parecido. «El fantasma y ñla señora Muir» con la bella Gene Tierney, me parece otra película inolvidable. Rex Harrison es, probablemente el fantasma que mejor ha caído al público junto a Casper (el de la serie de dibujos no el de la película) Y «agárrame ese fantasma» es una película delirante. ¡Cómo me río siempre con la escena de la vela sobre la mesa! Vaya pareja Abbot y Costello. Besos.
¡Al final de la escalera! Guau… otra buenísima de fantasmas… y con mecedora incluida. Ay, Alfredo, qué buena historia de fantasmas. Y el bueno de Lon Chaney y su fantasma de la ópera. Inolvidable. Esa historia también me gusta mucho… Luego vino Brian de Palma y nos dejó El fantasma del paraíso…
… Sí en nuestro mundo real… ¡hay cada fantasma! Pero la vida así se vuelve más divertida identificando fantasmones que fastanmean…
Besos desde la mecedora (te juro que tengo una…)
Hildy
Pero ¡Francisco qué hermosa definición de un espectador de cine! Somos fantasmas. Joder, me encanta (he salido una fantasma muy palabrotera).
Pues mira así seguiré disfrutando con las historias de fantasmas sea en pantalla de cine, en literatura o comportándome como una espectadora fantasma… diluyéndome en las historias que me apasionan.
Hace poco (pero todo se me acumula) me compre una antología de cuentos de fantasmas de Charles Dickens. Me apasiona cuento de navidad pero no fueron los únicos fantasmas que poblaron sus páginas blancas…
Besos desde una enorme biblioteca con una chimenea encendida y una tormenta aterradora… mientras leo otro relato de fantasmas…
Hildy
Como a ti Marcos me encantaron Los Otros y El sexto sentido, cómo disfruté en la sala de cine. Qué pasada. La versatilidad de los fantasmas es asombrosa. Pueden dar miedo, mucho miedo. Pueden ser revoltosos. También ser falsos. Pueden vivir eternamente enamorados. Podemos reír con ellos. Llorar. Gritar… Incluso podemos llegar a convertirnos en uno.
… Mientras seguiremos disfrutando con historias apasionantes de fantasmas. Yo, la verdad, prefiero que sean tan majos como Rex Harrison.
Besos fantasmales
Hildy
Me encanta lo que dices del aspecto fantasmagórico del cine mismo. Nunca lo había pensado así, y estoy totalmente de acuerdo. Yo a las películas de fantasmas les tengo cuidado (cuando son de terror, jaja). Soy miedosa miedosa, pero sí entro de vez en cuando. La Dama de Negro no la he visto, pero he visto la obra. Pero por ejemplo, vi Los Otros hace justo dos semanas y me fascinó. Sin duda es una mis películas de fantasmas favoritas.
El Resplandor…. uy uy uy. Tengo que leer el libro para la escuela en unos meses, así que la película la guardaré para después (además de que no sé si estoy lista, jaja).
Los fantasmas más románticos me dejan siempre con un sabor de boca… no sé… melancólico. El fantasma y la señora Muir es una de las películas más tristes que he visto. Me encantó, igual que Cumbres Borrascosas.
Y los fantasmas que no existen… buenísimos. Hitchcock tenía el toque para esos, ¿no?
Carmen (¡qué alegria leerte por estos lares!), te confieso que yo también soy super miedosa… pero ¡me encantan las historias de fantasmas! El Resplandor da mucho pero que mucho miedo pero es una película fantástica… la novela no me la he leído, ya me contarás.
Y La dama de negro es una película de fantasmas de las de toda la vida que te hace pasar una buena tarde…
Qué casualidad que hayas visto Los Otros hace tan poco… a mí me gusta mucho.
Respecto los fantasmas románticos siempre he pensado que es agradable pensar que tienes siempre a tu lado alguien que te quiere y te envía ondas positivas… y de vez en cuando te echa una mano, ¿no? Y si encima es un espíritu enamorado…, je, je, je…
Y, sí, los fantasmas inexistentes siempre dan yuyu… Rebeca es el personaje ausente más presente que he ‘notado’ jamás.
… el aspecto fantasmágorico del cine siempre me ha fascinado… miramos sombras. Pero también lo que dice Francisco en su comentario los espectadores como fantasmas… la verdad es que de esto se puede sacar un estudio apasionante.
Un beso enorme
Hildy
De verdad que qué buen tema es este. Sí, eso es lo que me han dicho de El Resplandor. Es más, creo que el libro me va a dar mucho miedo, jejeje.
Y sí, qué casualidad que justo haya visto Los Otros. Se ve que esa película está llena de casualidades, porque también hubo una casualidad justo antes de que la viera… ¿serán fantasmas?, jaja.
Tienes razón, Rebeca es el fantasma inexistente más existente que yo haya visto también.
¡Y lo que dice Francisco es cierto! ¡Qué visión más buena!
… Carmen, sigamos entonces como espectadoras de cine fantasmas apasionadas… y contándonos lo que nos gusta el mundo de sombras de la pantalla blanca…
Besos
Hildy