El Skylab (Le Skylab, 2011) de Julie Delpy

El Skylab es mi primer acercamiento a la Julie Delpy directora. Y no ha sido un acercamiento del todo satisfactorio aunque sí reconozco un estilo, una forma de contar y algunos aciertos. Sin embargo no salí del cine exultante sino más bien fría ante una historia que tenía todos los ingredientes para emocionarme profundamente. Existe prácticamente un subgénero que es el de las reuniones familiares y que ha dado frutos en el cine europeo como Una partida de campo de Jean Renoir por irnos al terreno de lo clásico o siguiendo la misma senda la maravillosa La familia de Ettore Scola o si nos topamos con el presente, La prima cosa bella. Hay reuniones familiares escalofriantes como la que muestra Vintenberg en Celebración. Y así un largo etcétera. Delpy opta como La prima cosa bella por la nostalgia. Y nos traslada a un largo día de un verano de 1979.

A mi parecer el primer ‘pero’ de esta obra cinematográfica es la premisa de la cual parte para retroceder en el tiempo en un largo flash back y hacer entender al espectador que el punto de vista que va a predominar es el de la niña Albertine. Una premisa totalmente insustancial, tan insustancial que es una escena absolutamente prescindible al igual que la escena final del regreso del flash back. Los dos signos de paréntesis con los que se abre y cierra la película carecen de fuerza e interés… con lo cual ya no entro con emoción ni salgo con la nostalgia en la mirada. Me desinflo en un segundo.

Pero una vez que nos vamos al pasado… hay algo que me encanta en la manera de rodar Julie Delpy este día en la casa de la tía Suzette para celebrar el cumpleaños de la abuela… Es casi como si pusiera una super 8 en funcionamiento y a rodar… Así consigue una atmosfera amateur donde todos se comportan de manera espontánea y natural… al igual que todo lo que acontece y nos traslada a esos años 70 y en concreto a un día determinado: 11 de julio de1979, día en que la estación espacial estadounidense Skylab cayó sobre territorio australiano.

Así como ocurría en esas grabaciones familiares en super 8 hay momentos que merecen la pena, que son divertidos, nostálgicos, frescos (como el cuento de la dorada en el coche)… y otros que no tienen interés alguno. Con El Skylab de Julie Delpy ocurre lo mismo. Aparte me ocurrió algo… no empaticé con prácticamente ninguno de los personajes adultos. A mi parecer lo más conseguido por Delpy y lo más logrado es su reflejo del mundo de la infancia y la adolescencia. Es decir el mundo que rodea a Albertine y sus primos. Las peleas rápidas, las reconciliaciones más veloces aún, los juegos que son siempre aventura, el vivir el sexo a través del juego de manera totalmente limpia y natural, los amores veraniegos, los primeros desengaños, las carreras, los baños en la playa, los primeros guateques, el descubrimiento de la muerte, el amor por los más mayores, las reuniones en la tienda de campaña, las historias de miedo…

En El Skylab es la caracterización del mundo adulto y los conflictos (en exceso condensados) lo que menos me llegó. Sin embargo no faltan las grandes comilonas, los momentos de viva la familia y los momentos de no los aguanto, las discusiones políticas, las bromas, las confesiones… y las pinceladas de algunos personajes que te llegan como el tío abuelo Albert o las dos abuelas.

… Sin embargo como aquellas películas de super 8 las empiezas a ver con emoción y pronto te van cansando o resultando un poco pesadas…. Algo así me sucedió con El Skylab en algunos momentos estaba absolutamente metida en la trama, y me decía, “ya estoy metida plenamente en la historia”… y de pronto salía bruscamente y tenía ganas de mirar el reloj…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

7 comentarios en “El Skylab (Le Skylab, 2011) de Julie Delpy

  1. Coindicencia total; según iba leyéndote, iba pensando que es justo la misma sensación que tuve yo. Y mira que Delpy me parece hasta cierto punto una presencia «original» en esto de hacer películas, también en Europa…
    Por cierto, déjame que te recomiende una de ahora, para que no te creas que solo me interesa lo antiguo: «El irlandés». El final es un poco western, pero vale la pena.
    Besos

  2. Querido Alfredo, yo tenía muchas ganas de El Skylab y me dejó una sensación agridulce. Sí, la Delpy es una presencia original. Parece que llega una nueva generación de directoras francesas que además también son actrices que están llevando a la pantalla grande propuestas frescas e innovadoras. La de El irlandés la tengo apuntada en mi lista desde ya.
    Beso enorme
    Hildy

  3. Pues una vez mas estoy plenamente de acuerdo ccn Hildy…y lo que ya no es tan habitual, con 39 escalones (me encanta ese seudónimo)en la valoración de esta película… Tardé en «meterme en ella» y hubo ratos que estuve a gusto en la fiesta…pero otros deseaba marcharme.
    Por supuesto me quedo con Albertina niña y huyo de la señora «marimanda» del tren…

    Gracia Hildy por hacernos reflexionar sobre lo visto. Eres un raalo para los amantes del cine

  4. … María siempre me sacas los colores.
    Lo que está claro es que El Skylab es una obra cinematográfica interesante pero que no nos ha logrado llegar o llenar del todo. Aun así esperemos que Delpy siga tras las cámaras porque sí que hay una mirada y una manera de contar que puede deparar sorpresas en el futuro.
    Besos
    Hildy

  5. No la he visto, compa Hildy, pero le tengo (aún a pesar de tus reticencias y las de los compas que han comentado previamente) bastantes ganas. La Delpy actriz me resulta muy atractiva, y de la directora ví, casualmente, 2 días en París, una comedia muy simpática y nada pretenciosa con la que me pasó algo curioso: empecé a verla con cierta desgana, y con la sensación de que se trataba de una pijotería caprichosa de la starlette metida a menesteres mayores, y, según avanzaba el metraje, me iba enganchando, enganchando gracias a su humor socarrón y tremebundo, hasta ganarse mi buena estima. En fin…

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

  6. … Me quedé con ganas de ver 2 días en París (y ahora con lo que cuentas más todavía) y la premisa de Skylab no deja de ser atractiva pero su visionado me dejó, como comento más arriba, un sabor agridulce. No me metí en ese día que ‘ruedad’ la directora porque no logré empatizar con casi ningún adulto. Sí me interesó más el retrato del mundo infantil… El Skylab no deja sin embargo de ser una película interesante para ver y comentar (esos debates y tertulias que sabes me gustan tanto, amigo Manuel).
    Besos
    Hildy

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