Dos tipos de cuidado, 1952, de Ismael Rodríguez

A mi querido cuñado Enrique. En su persona forma la ecuación perfecta: raíces burgalesas más raíces libanesas = George Clooney mexicano.

Sí, prometo un ciclo de golpeadores…

A través de Dos tipos de cuidado, comedia ranchera por antonomasia, podemos acercarnos a una cara del periodo conocido como la edad de oro del cine mexicano (de mediados de la década de los 30 hasta finales de la década de los 50). Esta película es tremendamente popular en México (de esas películas que se pasan continuamente por los canales de televisión) y en su época supuso todo un hito porque unía a los dos héroes mexicanos (con permiso de otros galanes de la época): Jorge Negrete y Pedro Infante. La escena culminante de esta rítmica comedia de enredo es cuando ambos divos llevan a cabo un duelo de sones. Los dos rancheros con sus trajes y enormes gorros, con toda su gallardía, antes de empuñar las pistolas empuñan sus voces…

Y es de esas películas que siguiendo sus créditos descubres un montón de sorpresas. Dos tipos de cuidado cuenta con un ritmo adecuado que enseguida te introduce en la sencilla trama: dos grandes amigos están enamorados de dos mujeres. Jorge Bueno (Jorge Negrete) de Rosario (Carmelita González), prima de Pedro Malo (Pedro Infante), y éste está enamorado de María (Yolanda Varela), hermana de Jorge. Durante un año de ausencia de Jorge, a su regreso descubre que su mejor amigo se ha casado con su novia y que además ésta acaba de tener un bebé… y así empieza toda una serie de enredos y malentendidos, de enfrentamientos entre ambos amigos… hasta llegar a la resolución de la verdad… y cada oveja con su pareja…

Los dos charros se desenvuelven en el mundo rural mexicano de los años cincuenta entre la tradición y la modernidad (Jorge Bueno aparece con un cochazo y no en caballo… aunque los caballos siguen realizando su labor). Representan el estereotipo del hombre mexicano en aquellos años: con aficiones como el juego, la fiesta y los amores con lindas muchachas pero a la vez respetuosos y serios con las novias formales y sus familiares, leales, buenos amigos, honrados… y machistas. Son digamos la representación del ‘macho’ mexicano. Y ellas se transforman en la representación de la mujer mexicana de los cincuenta (que nada tiene que ver con el estereotipo que creo La Doña, María Félix): honradas, dignas, floreros, obedientes, bellas, celosas, buenas esposas, hijas y madres, melodramáticas…

Y entre enredo y enredo aparecen míticos actores secundarios de la época dorada del cine mexicano. Destacaremos a dos. Mientras estaba viendo esta película el personaje secundario que más me divertía y el que me parecía mejor construido es el padre de Rosario, un libanés. El suegro es un personaje divertidísimo y sus apariciones siempre preludian una risa o sonrisa. Así descubro tras su rostro a Carlos Orellana. Pues bien Orellana no sólo es actor de reparto de esta comedia sino también uno de sus guionistas junto al director de la película. Así descubrimos uno de los talentos de la época dorada, Orellana hizo de todo en el cine mexicano… actuó, dirigió y escribió. Tenía especial cuidado en la construcción de argumentos. Otro de los personajes secundarios es la madre de Jorge Bueno, una señora anciana con el rostro de Mimí Derba. Detrás de este rostro descubro la historia (desconocida para mí) de una mujer apasionante y pionera. Mimí a lo largo de su azarosa vida hizo de todo: fue empresaria, vedette, cantante, actriz, escritora… y un largo etcétera. Pero lo apasionante también es que fue una de las pioneras del cine silente en México con labores de producción, dirección, escritura de historias… y actriz. Será una gozada investigar más sobre ella.

El director-productor y guionista de la película Ismael Rodríguez también es uno de los nombres claves de la etapa dorada del cine mexicano. Rodríguez creo un cine que arrastraba al pueblo mexicano a las salas (y su cine también saltó las fronteras). Sus géneros estrellas eran la comedia y el melodrama. Y trabajó con los mejores, entre ellos Pedro Infante o María Félix.

Pero las sorpresas no terminan. Mientras veía la película sí que es cierto que veía ciertas soluciones visuales que mostraban no sólo que Rodríguez dominaba el lenguaje cinematográfico sino que detrás estaba también un buen director de fotografía. Y al leer quién era el director de fotografía me encuentro con Gabriel Figueroa. Uno de los mejores y más famosos directores de fotografía de la época que además también trabajó fuera de las fronteras mexicanas. Yo le conocí por primera vez cuando vi la impresionante película de Buñuel Los olvidados. Pero también me topé con su nombre ante una de esas películas que me entusiasman de John Huston, adaptando un cuento de Tennessee Williams, La noche de la Iguana.

Así que os hago una nueva recomendación para tarde veraniega delante de un chupito de tequila… y dispuestos a disfrutar de una divertida ‘guerra’ entre charros…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

10 comentarios en “Dos tipos de cuidado, 1952, de Ismael Rodríguez

  1. Vaya, vaya, compa Hildy: no hay aguas, por procelosas que sean, por las que no te atrevas a navegar. Cine mexicano, y de los años 50 del pasado siglo. No te voy a decir que no lo conozco, porque eso podría insinuar, o dar a entender, que sí que conozco otros, de otras épocas y/o lugares, lo cual dista mucho, desgraciadamente, de ser cierto. Lo que sí tengo claro, a base de ver piezas sueltas de aquí y allá, de ahora y de antes, es que buen cine se ha hecho siempre y en todos sitios, partiendo siempre de las premisas y circunstancias que cada tiempo y sitio han propiciado o permitido. Gracias por traernos aquí muestras de esa ‘apertura del abanico’: cuanto más abierto, mejor…

    Un fuerte abrazo y hasta pronto.

  2. Ja, ja, ja… navego pero con muchísimo respeto y sabiendo lo que me queda todavía por ver y aprender. El cine mexicano, argentino, chileno, cubano… siempre me ha llamado la atención y siempre he tratado de acceder a él aunque mis lagunas son importantes trato de solventarlas… y de descubrir como bien dices que en todos los lugares y en todas las épocas hay películas que hay que descubrir. Porque el cine, estoy convencida, abre puertas, ventanas… y da la posibilidad de conocer otras miradas.
    Besos
    Hildy

  3. De «El topo» y «Prometheus» prefiero no leer… de momento. Hasta que no las vea, nada, y tengo ambos títulos en la lista de espera mental. La recomendación mexicana que haces, una desconocida para mí, toma lustre en cuanto mencionas «Los olvidados» y «La noche de la iguana», por supuesto. Así que puede ser que mis precauciones iniciales ante las comedias charras (¿se diría así? Esos paisanos charritos míos del otro lado del charco) de los años 50, se vean demolidas. En cuanto a cine de México, hace poco vi «La ley de Herodes» de Luis Estrada, muy buena.
    Saludos.

  4. Querido Licantropunk: las dos El topo y Prometheus dan para hablar y debatir largo y tendido. Las dos son buenas propuestas cinematográficas con prometedora tertulia posterior.

    Dos tipos de cuidado es una obra divertida que me recuerda además a mi infancia cuando vi prácticamente todas las películas de Cantinflas y probablemente también Dos tipos de cuidado. Además es toda una sorpresa viajar por sus créditos y descubre mucho de la historia del cine mexicano. Es una obra cinematográfica representativa de la comedia ranchera y de la época dorada del cine mexicano. Ojo al duelo de canto entre los dos divos…
    Besos
    Hildy

  5. Querida cuñada, tu sapiencia en el arte del cine es enorme, eso lo tengo claro desde tiempo ha, pero ahora me dejas asombrado con lo que conoces del viejo cine mexicano. Ya no digamos a Pedro Infante y Jorge Negrete (ya quisiéramos hoy en dia que hubiera siquiera uno que se les acercara en carisma, gracia y voz, ya ni hablar de tener los dos a la vez, esto es parte del encanto único de esta película pues es la única en la que aparecieron juntos) sino que mencionas a figuras de leyenda como Carlos Orellana y Mimi Derba que aún como actores de reparto eran sensacionales.

    Me honra la dedicatoria, nomás hay que aclarar que es George Clooney quien se parace a mi (yo llegué primero…) y ojalá que las otras dos recomendaciones te parezcan merecedoras de una entrada en el blog de Hildy Johnson. Confío en que el ciclo de golpeadores llegará algún dia, yo estoy convencido de que sería un éxito en la Casa Encendida.

  6. Mi amado cuñado, feliz me dejas con tu presencia en este mi humilde blog. Me ha llamado profundamente la atención la vida de Mimí Derba. Tanto que me han dado ganas de investigar más sobre su figura. La dedicatoria es la que te mereces y es cierto, es George Clooney el que se parece a ti.
    Lo de los golpeadores es una propuesta que puede crear colapso de espectadores… Ya sabes pon un hombre duro en tu vida y todo cambiará… Si alguien te trata mal o es borde contigo… ahí está el golpeador para meter un buen corte, una bordería a tiempo o si es necesario una buena hos… Aquí ya van a estrenar LOS MERCENARIOS 2…
    Tus otras dos propuestas de Cantinflas y Tin Tan me están esperando. Y también Vanishing Point (no te creas, nunca me he olvidado de ella). Y no sabes lo que me interesan las tres pronto lo verás…
    Besos
    Hildy

  7. Mi querida Hildy, tienes toda la razón en una cosa: que hay excelente cine iberoamericano en las décadas «clásicas» del cine. Pero yo no incluiría esa presunta «edad de oro del cine mexicano» precisamente, ni títulos como el que mencionas. En el cine mexicano hay un antes y un después de la llegada de Buñuel, a diferencia de otros cines, como el argentino, que han mantenido un nivel de producción y calidad más o menos uniforme con el paso de las décadas (especialmente memorable la de los 50, a pesar de los avatares políticos y de las limitaciones censoras). Pero, leyéndote, no me queda más remedio que acordarme de don Luis Buñuel y de su primera película mexicana, «Gran Casino», titulada también «En el viejo Tampico» (1946), una especie de western-musical de mariachis con Jorge Negrete y Libertad Lamarque, basado también en el enredo, y que es horrible excepto por un momento genial en el que el gran surrealista pudo meter una cuña de las suyas. Abomino del cine costumbrista, especialmente del complaciente, y especialmente en momentos en que el cine, el arte en general, por una cuestión de responsabilidad, no ha de dedicarse a la evasión o a la connivencia con poderes e intereses espurios, sino denunciar, combatir y pelear.
    Eso, en la teoría; en cuanto al gusto, es que no soporto las películas folclóricas en ningún sentido.
    Besos

  8. Mi querido Alfredo planteas un debate absolutamente apasionante. El cine ranchero sí es cine de folclore, cine costumbrista, cine de evasión… pero ¿por qué puede interesar? Porque a mi parecer el cine también es pura sociología, pura historia, pura filosofía… y viendo cine se puede reconstruir la Historia de manera apasionante. En ese cine de evasión que convive a la vez con un cine de denuncia, de combate y de pelea… también se pueden ver muchos tipos de vida, estereotipos, formas de vida, formas propagandísticas, formas de censura… y también puede analizarse una manera de hacer cine, unos intérpretes, unos guionistas… porque en el cine de evasión también hay calidades. Así yo con este tipo de cine (me pasa lo mismo con películas españolas) vivo en una ambigüedad absoluta. Creo que es un cine que hay que conocer y a veces te puedes encontrar con sorpresas que no imaginabas o en su defecto conocer interesantes historias entre los que hicieron dicha película, como me ha ocurrido en este caso con Mimí Debra.

    Después del rollo monumental que te he metido te diré que Dos tipos de cuidado tiene su gracia y sus momentos, que es una comedia ranchera pero bien hecha y que une por única vez a dos ídolos de la pantalla y canción mexicana, pero también presenta sus estereotipos bien perfilados. Pero sigo con el rollo. Efectivamente el cine latinoamericano nos aguarda con su historia pasada y presente. Yo creo que hoy me voy a ver ELEFANTE BLANCO de Trapero.

    Y respecto a Buñuel en México es una historia absolutamente apasionante. Yo de su filmografía mexicana (aunque aún no he visto toda) no olvidaré EL ÁNGEL EXTERMINADOR, NAZARÍN, ABISMOS DE PASIÓN (ya sabes que siento adoración por Cumbres borrascosas) y LOS OLVIDADOS (con uno de los finales más tremendos…). No he visto GRAN CASINO, su obra cinematográfica con Jorge Negrete.

    Un placer como siempre debatir con vos
    Besos
    Hildy

  9. Que interesante: como aficionado a la música ranchera y del cine mexicano de la época de oro. esa película la he visto varias veces. pero siempre recuerdo a los dos actores de moda del momento y no he ido más allá del melodrama de Jorge y Pedro. sin embargo este recuento me lleva a profundizar en que hay detrás otros muchos actores escritores y demás personal que hacen posible este excelente trabajo en equipo. y como pichón de escritor voy a tomar como linea (LP) de partida esta nota para seguir el hilo conductor (Jorge Negrete-Pedro Infante-Javier Solis) en mis cuentos y anécdotas de Pedro Infante cuando estuvo en Venezuela (1953-1956).

  10. Gracias, Hugo. Me alegra que te haya parecido interesante el texto sobre Dos tipos de cuidado. El cine tiene una magia especial pero también hay todo un equipo humano detrás. Hay algo que me encanta que es leer los créditos de las películas…, ahí descubres y entiendes muchas cosas de por qué la película es de una manera o de otra. Y qué bueno que estas sencillas palabras te hayan inspirado.

    Beso
    Hildy

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