Alps de Yorgos Lanthimos

Hay directores que se crean un universo propio a través de su filmografía. Y así lo está creando el realizador griego Lanthimos. Un universo complejo, cruel con mucha dosis de humor negro que sin embargo provoca que salgas con una sensación de pesar, tristeza y pesimismo de la sala de cine. Si Canino fue sorprendente, Alps es la confirmación de ese universo especial. Que camina entre el patetismo y la crueldad.

Lanthimos en Alps va dejando señas de identidad que ya aparecían en Canino: referencias cinematográficas al cine americano (de los 70 a la actualidad), empleo de la música (y piezas elegidas especialmente) en momentos puntuales y de manera diegética, actriz-musa que desencadena el conflicto y provoca una violencia seca y brutal (Aggeliki Papoulia), representación dentro de una representación…

Pero sobre todo unos personajes enfermos emocionalmente, como si estuvieran aquejados de una especie de autismo emocional o síndrome de Asperger. Unos personajes con los cuales es muy complejo empatizar que arrastran un patetismo exacerbado y llevan hasta el extremo una ‘representación’ de la realidad que les hace complejos. Una ‘representación’ mecánica donde el cuerpo es un instrumento fundamental.

Y al agitar todo esto en una coctelera o por ejemplo en Alps es capaz de generar distintas emociones y momentos de catarsis al espectador que observa su historia. Provoca una serie de sentimientos y reflexiones que hacen sentirte incómodo y reírte de situaciones que resultan tremendamente tristes o patéticas.

Lanthimos se mete de lleno en una comedia-mazazo negra, negrísima, donde la muerte revolotea. Sus mecánicos y emocionalmente enfermos personajes crean una sociedad secreta en la que con unas normas rígidas y brutales se convierten en los ‘sustitutos’ de personas irremplazables, de los seres queridos que se van y mueren. Así se genera una serie de situaciones dramáticas con humor negro y cruel (sí, cruel) en la que cada uno de los individuos pierde su identidad para ser sustitutos de… y se les va la vida en ello o es lo único que da sentido a sus grises vidas.

Sus personajes, como en Canino, carecen de nombre. Si en Canino eran llamados por el parentesco (padre, madre, hija…) aquí son las profesiones lo que nombra a los personajes: la gimnasta, el entrenador, el conductor de ambulancias y la enfermera. Y son también protagonistas de otro de los platos fuertes de Lanthimos y es en el uso y empleo del lenguaje (los signficados toman otro camino) que ayuda también a ‘esa representación’ continúa de los personajes.

Así en el universo Lanthimos de Alps recoge de nuevo escenas que se graban en la retina… y escenas de un patetismo y una tristeza que duele… pero que a la vez provoca carcajada y eso incomoda. De tal modo que logra que en algunos momentos quieres que te sustituyan como espectadora… por lo que te está generando.

Es difícil olvidar la escena de la maza, la discusión representada en la tienda de las lámparas, los bailes de la gimnasta, la reunión del grupo de Alps para representar a celebridades… Y como en Canino nada explica el porqué de esta situación o de estos comportamientos e incluso deja elementos para el misterio, como ese padre de la protagonista que nunca sabemos si es una ‘sustitución’ de ella o un padre real. Todo fluye entre lo absurdo y lo patético.

… espero otra continuación del peculiar universo de Lanthimos. Que no deja indiferente. Siempre soprendente.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

4 comentarios en “Alps de Yorgos Lanthimos

  1. Hildy, magnífico comentario, que además comparto. Su punto de vista y su humor son totalmente insanos, una película que caricaturiza la crisis de identidad en ese mundo que crea Lanthimos donde personajes y sentimientos aparecen robotizados, vacíos. Pasados unos días después de verla y relacionándola con Canino, creo que por ahí van los tiros de lo que pretende representar el director. Y pensando, así, pasados esos días que dejan madurar lo que una ha visto, creo que tiene más méritos en cuanto a montaje y planificación de escenas de los que aparenta y los que ha valorado la crítica en general. Me llamó mucho la atención cómo utiliza el desenfoque de los planos de fondo para crear esa distancia entre el personaje y su entorno, pero también entre lo que cuenta y el espectador. Porque pretender implicar al espectador, uf!… sería horrible. Creo que es su tercera película, pero seguro que estoy atenta a sus futuros trabajos. Lo dicho, guste más o menos, seguro que no deja impasible a nadie.

    Saludos 😉

  2. … como bien dices Babel Alps es de esas películas que según pasan los días no se olvidan sino que se recuerdan más y te hace pensar-reflexionar y volver a ella una y mil veces. Y efectivamente es imposible que deje impasible. Y es cierto que también toma decisiones ‘técnicas’ sobre cómo rodar su historia que crean una atmósfera y unas sensaciones determinadas.
    Efectivamente son tres los largometrajes de Lanthimos pero el primero Kinetta no lo he visto.
    … esperaremos su cuarto trabajo… aunque cueste ser un espectador en su sala… Lanthimos remueve e incomoda pero también atrae por lo que provoca en la mirada.
    Besos
    Hildy

  3. Ok, tomo nota. «Canino» me interesó, pero no lo suficiente como para seguir a este director. Me interesa más tu comentario y, por lo que veo, puede que ésta me guste más que la anterior.
    Besos

  4. Mi querido Alfredo,lo que sí es cierto es que tanto Alps, como Canino, guste más o menos, interese más o menos, no deja indiferente. Y Lanthimos es de esos directores que al hacer una película provoca que días después para bien o para mal sigas pensando en ella.
    Besos
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.