Píldoras críticas: una de culto, una olvidada, un clásico de los noventa y una película medicina…

El fotógrafo del pánico (1960) de Michael Powell

Quién me iba a decir a mí que me encontraría a Francisco José, aquel galán de las películas de Sissi (donde yo conocí a Romy Schneider), convertido en un asesino en serie con una disfunción mental provocada por los desagradables experimentos del padre científico que en su tierna infancia le grababa absolutamente en todos los estados (miedo, angustia…).

Quién me iba a decir a mí que Karlheinz Böhm iba a encajar en la aventura en solitario de Michael Powell. Y que con una cámara (pero de cine no de fotografía)…, de la que jamás se desprende, iba a plasmar el miedo de las víctimas para luego excitarse en solitario con su visión.

Lo que nadie tiene que decirme es que Powell vuelve a enredarme (aunque esta vez sea sin Pressburger) en una trama original y plasmada de manera desconcertante. Tanto los ambientes como los personajes (ay, esa madre ciega).

Si me dicen quédate con una escena: me quedo sin duda alguna con el asesinato de la pobre extra bailarina con la cara de Moira Shearer.

Y no les he desvelado nada. Todo lo que cuento se sabe desde el principio. Desde la primera escena sabemos quién es el asesino… es cómo nos lo cuenta lo que nos atrapa.

Filón de plata (1954) de Allan Dwan

… De esta película sólo conocía lo que hablaba Scorsese en su documental Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano. Y enseguida despertó mi atención.

Western en tiempo real, como dos años antes, Sólo ante el peligro. Y con la misma segunda lectura de la caza de brujas.

Un hombre acusado sin pruebas ni juicios de asesinato y robo por un enemigo acérrimo que se presenta con papeles que le certifican como un agente del estado, a través de la manipulación y la sospecha, ve cómo es rechazado por la comunidad que le acogía con los brazos abiertos… hasta que se convierte en un problema.

Dwan sin apenas medios consigue que nos demos cuenta de que sabe rodar y nos regala escenas memorables como la presentación de los malos al principio de la película (con un Duryea carismático que rara vez falla) o toda la secuencia final de un pueblo entero tras el falso culpable (John Payne) que le persiguen hasta el campanario de la iglesia…

Tan sólo creerán en la inocencia del personaje y no se dejarán llevar por el ambiente de rumores, sospechas y mentiras que va cubriendo a cada uno de los habitantes de la localidad, la mujer que le amó y la que le ama. La prostituta del pueblo y la niña rica con la que se va a casar… Ambas se unirán para intentar hacer lo imposible por que el hombre de sus vidas pueda probar su inocencia.

Beautiful Girls (1996) de Ted Demme

Sólo quiero que ocurra algo hermoso. A todos nos gustaría que ocurriera. Sólo le pido a un hombre que me diga por las noches, que duermas bien dulce niña. Pienso en lo que podría haber sido… Aquí todo seguirá igual. Espérame dentro de cinco años. Siempre será un gusto verte porque seguro que lo que hagas será increíble.

Clásico de los noventa absolutamente melancólico… sobre juventudes perdidas, desencantos, sueños rotos, miedos, amores, desamores y asunción de responsabilidades y compromisos. Y de fondo la amistad, la eterna amistad. Con macro reparto de ellos y ellas donde destacó una Natalie Portman que ya demostraba que era más que una promesa (ha sido cisne negro y cisne blanco ni más ni menos) con mucho menos de veinte añitos. Ah… y buena música.

Mis tardes con Margueritte (2010) de Jean Becker

No es película redonda… pero es película-medicina. Sobre el poder de la lectura. De la literatura. De las palabras. Sobre el placer de la lectura. Sobre las conversaciones compartidas. Sobre las relaciones benéficas entre un pobre hombre acomplejado y una elegante y frágil anciana. Terminas con una sonrisa y con muchas ganas de zamparte un bocadillo con un libro entre las manos.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

4 comentarios en “Píldoras críticas: una de culto, una olvidada, un clásico de los noventa y una película medicina…

  1. Qué buenas elecciones todas ellas. «El fotógrafo del pánico» es sencillamente excepcional, para muchos supera a «Psicosis», que es del mismo año (no para mí, por la cosa del acartonado protagonista, por más que la película lo necesite así, acartonado). Que la cámara, precisamente, sea el arma del crimen encierra en su simbolismo buena parte de la idiosincrasia de nuestro tiempo, es la consagración de aquello de Warhol sobre la fama y los quince minutos.
    Y qué te voy a contar yo de «Beautiful girls»…
    Besos

  2. … Sí, son todas películas para disfrutar… con un café calentito. Solos o en compañía. Las cuatro tienen algo que mostrar y algo que mirar. Una gozada vamos…
    Besos
    Hildy

  3. Lo cierto, compa Hildy, es que, de las cuatro, la única que conozco es Beautiful girls. Igual ni te hace falta que te diga ya, a estas alturas, si me gustó, o no (supongo que de lecturas y comentarios ya puedes deducirlo con facilidad…). La ví en pantalla grande, cuando se estrenó, y, ya ves, no pude más que sentirme profundamente identificando con el personaje de Timothy Hutton (al fin y al cabo, coincidíamos prácticamente en edad, que no en circunstancia vital). En fin…

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

  4. … ¡Qué melancólica pero a la vez bonita, Beautiful girls!, ¿verdad? Ya sé yo que te gustó, mi amigo Manuel…

    Las demás películas son también propuestas interesantes para pasar una buena tarde de frío invernal en el calor del hogar. Cada una tiene su toque especial…

    Beso enorme
    Hildy

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