Super 8 de J.J. Abrams

Era una de las películas esperadas del verano. Es la película del verano. Nos recuerda el cine como magia y espectáculo, como ya lo presentaba George Méliès. El cine, capaz de activar la imaginación y hacernos viajar a otros mundos a través de las imágenes que corren y corren veloces…

Y es también la presentación del cine como industria y fábrica de sueños. El cine como negocio pero con una diferencia… detrás del proyecto hay gente que ama este arte como los viejos magnates… atentos a la peseta pero también a realizar un buen producto, cine cien por cien.

No olvidemos que detrás está un productor-estrella a lo O’Selznick, el director de cine Steven Spielberg, al que algunos culpan como uno de los que convirtió el cine en una fábrica de blockbuster (pero no perdamos de vista que Spielberg sabe hacer cine y ama el cine). Y que la batuta de director la tiene un realizador que forma parte de una nueva generación que está adquiriendo todo su prestigio en las series de televisión, reinas de la ficción y de la audiencia (Abrams es el rey Midas de Perdidos o Fringe).

Antes de meternos en Super 8 como puro ejercicio cinematográfico, quiero resaltar que es un producto cinematográfico inteligente a nivel comercial…para atraer a todo tipo de públicos a las salas cinematográficas. La película es absolutamente nostálgica a un tipo de cine, el cine de aventuras de los años ochenta. Cine de la generación de aquellos que nacimos en la década de los setenta y que en los ochenta éramos espectadores ávidos de Los Goonies, E.T. o Cuenta conmigo… y un largo etcétera. Cine que llenaba las salas. Ahora esos adolescentes la mayoría o somos solteros nostálgicos que nos reunimos con otros nostálgicos o hemos formado nuestras propias familias y podemos tener hijos de la edad de los protagonistas…, y nos puede apetecer una agradable tarde de cine. Y ¿cuál es la mejor propuesta para nostálgicos, mayores y niños? Super 8, sí señor, muy bien pensado.

Pero Super 8 además está bien hecha. No es sólo un ejercicio nostálgico al cine espectáculo de un periodo sino además un canto de amor a ese tipo de cine. Un canto a su magia e ilusionismo. Y una buena propuesta para perder una tarde de este verano que termina.

Por ser de la generación de los ochenta reconozco más los referentes de Steven Spielberg, el productor con la sombra muy alargada, que los del propio realizador Abrams, que me muestra que sabe hacer cine pero cuyo universo lo tengo más enterrado (aunque acérrimos defensores de Abrams me han comentado que su universo está muy pero que muy presente…, es para tirarme de los pelos pero no he visto ni un solo episodio de Perdidos, así que os podéis imaginar lo perdida que ando, ¡cómo para reconocer su mundo!).

Así siguiendo la estela de Spielberg vemos producto familiar-aventurero de grupo de amigos que se encuentran en la cotidianeidad de sus días ante un hecho insólito y ese hecho insólito de alguna manera les transforma, les une más a sus familias y une más sus lazos de amistad. Por supuesto esa pandilla tiene pasiones y son las películas de zombies caseras en super 8. Corre el año 1979 y las producciones caseras de recuerdos familiares de super 8 son un mundo imprescindible. Realizadores de hoy aprovecharon, en su momento, estos formatos para ir formándose como directores de cine.

El cine de zombies llenaba los terrores de aquella generación de niños pero también, en plena guerra fría, tuvo su vigencia el cine de extraterrestres. Spielberg vio el lado ‘positivo, inteligente y bueno’ de los seres de otros planetas…, signo de que se iba saliendo de la guerra fría a otro periodo de incertidumbre histórica diferente. Y sigue insistiendo en ello. Los seres de otros planetas no tienen por qué desearnos lo peor, somos nosotros con nuestros miedos, terrores y ansias de poder los que estropeamos las relaciones con las criaturas de otros mundos.

Así Abrams y Spielberg construyen una historia sencilla pero bien contada (a mí me fallan los lazos de amistad profunda entre los protagonistas que sólo los viví en ciertos momentos… aunque muchos espectadores no están de acuerdo conmigo… me pareció que algunos miembros de la pandilla sobraban o esa hermana rubia tonta…).

La película cuenta con los suficientes efectos especiales que ofrecen espectáculo al servicio de la historia (y no viceversa como ocurre ahora la mayoría de las veces). Pero también hace un canto a los efectos especiales de antaño (muestra un accidente de tren monumental y pirotécnico y luego nos habla de los efectos especiales ‘caseros’, del cine de antes, como esa maqueta de tren que los protagonistas quieren hacer volar por los aires).

Estas películas apelaban a la emoción y a la importancia de la familia y amigos unidos jamás serán vencidos a pesar de las dificultades y las ausencias (pero siempre hay una cinta de super 8 preciosa que te trae al presente al ausente). Super 8 no es menos.

Super 8 es un cóctel explosivo de magia, espectáculo, nostalgia, pasión y amor por el cine como aventura y sin descuidar (quizá un poco en esos personajes que para mí sobran) la narración cinematográfica o lo que es lo mismo, contar en clave de cine.

Por favor bajo ningún concepto se pierdan los créditos finales…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

11 comentarios en “Super 8 de J.J. Abrams

  1. Fui a ver la peli,desde luego.Creo que el único sentido que tiene es que tanto el director como el productor se lo pasaron muy bien.El director quería realizar una peli retro y homenajear las películas más taquilleras del señor Spielberg.El productor introduce datos autobiográficos;el niño gordito que quiere ser director,las familias rotas y como esperanza;los extraterrestres.Lástima,porque la peli podría haber sido mucho mejor.El grupo de niños está muy forzado en los diálogos y no hace gracia.Aquí,no consiguen la mágia de Los Goonies.Super 8 tiene un arranque magnífico,promete.La escena del descarrilamiento del tren y el supuesto misterio.Después viene la metedura de pata:los militares y los extraterrestres.Ya digo,Spielberg le pierden esos seres.
    Un fuerte abrazo.

  2. Ja, ja, ja… sí, señor, buena crítica.

    Lo que no se puede negar es que ambos dos saben de cine y les gusta el cine y sobre todo, algo que a veces se olvida, saben contar historias (aunque ya nos la sepamos de memoria).

    Los dos saben de nostalgias.

    … y los que conocemos aquellas pelis caseras de super 8, ya nos tienen en el bote.

    Los lazos de amistad entre los niños es lo que yo vi más flojillo…

    Pero, bueno, por lo menos, se pasa una buena tarde veraniega.

    Besos

    Hildy

  3. Es una película actual producida por el rey midas de los ochenta. Con todos y cada uno de sus ingredientes buenos y malos, incluido el patriotismo exacerbado que tanta veces se critica en sus películas (el ejército americano todo lo hace). Soy de la generación que vio los Goonies y ET en sesiones dobles, y entonces disfruté muchísimo.
    Ahora me lo he pasado bien, incluso muy bien, pero tengo unas ganas enormes de volver a ver todas las películas que ésta copia. Spielberg debe estar frotándose las manos con las futuras reediciones de lujo en 3D y con sonido mejorado de sus películas.
    Qué bueno ver fotos en este blog.

  4. … me alegro que te lo hayas pasado bien.

    Yo reconozco que me metí de lleno en la aventura. Salió la niña que a veces anda escondida.

    ¡¡¡Se revisita de nuevo el cine de los 80!!!

    ¿Nos llevaremos sorpresas ante cosas que vimos?
    ¿Descubriremos tesoros que dejamos escapar?

    Sí, ya ves, alguna pequeña novedad he ido metiendo…

    Besos

    Hildy

  5. Es un buen refrito, bastante cojo, eso sí, y demasiado deudor de sus fuentes. Personalmente, me parece un producto de reciclaje de la factoría Abrams, que no me parece ni mucho menos un genio, sino un reciclador de ideas con dinero y suerte («Perdidos» no es más que puro reciclaje, cuando no copia directa, de un montón de ideas previas, empezando por «El señor de las moscas», jabalíes incluidos).
    En cuanto a Spielberg, ama el cine, sin duda, sabe hacerlo, o sabía, sin duda, pero se le ha olvidado.
    Besos

  6. ¡¡¡Toma ya!!!
    Claro y contundente.
    Y sí estoy de acuerdo con que si no existiesen ciertas fuentes y mucho del cine de los 80, Super 8 no existiría (ése es uno de los reclamos).
    Noto que Abrams no es santo de tu devoción, ¿verdad?
    Pero ¿el refrito te entretuvo un rato o te cabreó profundamente?

    Besos

    Hildy

  7. Refrito nostálgico total. La verdad es que la película está bien realizada y es entretenida y… todo lo dicho. Tambien recupera cierto conservadurismo que recorría la filmografía spilgberiana primera y unos lazos afectivos simplones y un tanto infantiloides. Marca de la casa. Había también otro cine en los 80, ¿no?. Los 80 fueron el no va más de todo esto, y de los efectos especiales, pero estas producciones han envejecido francamente mal.

    Ya he cambiado el enlace a tu blog. Saludos!

  8. ¡¡¡Gracias, Babel!!!

    Me encanta: «refrito nostálgico total».

    Bueno por lo menos recordemos esas grabaciones de super 8, a los ausentes de esas grabaciones y a esos amigos con los que jugábamos como locos.

    En todo lo que apuntas, totalmente de acuerdo.

    Tienes razón no envejecen bien pero tienen su aquel (hace poco vi Jóvenes Ocultos que en el momento de su estreno nunca la vi… y me partí con los vampiros macarras). La que quiero volver a recuperar porque en su momento me encanto y ver cómo ha pasado el tiempo por ella es El secreto de la pirámide.

    Besos

    Hildy

  9. Me entretuvo la primera mitad; luego pierde fuelle porque todo aquello que subyace, ideológicamente hablando, me tira para atrás. Pero bueno, cosas peores se han visto este verano.

  10. Gracias por la respuesta.
    Asunto aclarado.
    Sigo el cuestionario: ¿y esas cosas peores cuáles han sido?¿Las veremos próximamente en La tienda de los horrores?
    Besos
    Hildy

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