Una lista de seis curiosidades cinematográficas

1.- En plan devoradora de libros me encuentro ahora enfrentada a Los libros arden mal de Manuel Rivas. Y, por cierto, me está encantando. En varios pasajes de la novela recupera a la familia de Santiago Casares Quiroga y hace especial hincapié en la hija, la luego famosa actriz María Casares. A María Casares con su rostro especial, la recuerdo en dos películas del cine francés y en su última aparición cinematográfica. Merece la pena esta filmografía: Les enfants du Paradis (1944) de Marcel Carné, Orfeo (1950) de Jean Cocteau y La otra américa (1994) de Goran Paskaljevic. 

2.- El otro día volví a ver La ley del silencio (1954) de Elia Kazan. Una de mis películas favoritas. Y me centré en la atmósfera, en las imágenes entre realistas y poéticas en blanco y negro del director de fotografía, Boris Kaufman.Este hombre cinematográficamente hablando tiene una filmografía impecable de hermosas imágenes entre el realismo, la belleza y la poesía. Su participación en una serie de películas son un lujo y las eleva a categoría de arte. Kaufman nació en Polonia y vivió en Rusia, uno de sus hermanos fue un cineasta y gran teórico del cine ruso, Dziga Vertov. Emigró de Rusia y a finales de los años 20 terminó en Francia. Trabajó en la obra cinematográfica del efímero Jean Vigo: Cero en conducta (1933) y L’Atalante (1934). Cuando viajó hasta EEUU, también se dedicó al mundo del cine y fue el responsable de la fotografía de otras dos películas de Elia Kazan: Baby Doll (1956) y Esplendor en la hierba (1961). Trabajó con otro gran director, Sydney Lumet: Doce hombres sin piedad (1957) y Larga jornada hacia la noche (1962). ¿Merece la pena recorrer y ver su filmografía?

 3.- Se habla mucho de las carreras de Penélope Cruz y Antonio Banderas en Hollywood (que para mí podrían ser mucho mejores y me parece que como actores, no como estrellas, están bastante desaprovechados). Así como ahora se está señalando el despegue de Paz Vega o Elsa Pataky por esas tierras norteamericanas. Pero conviene no olvidar que ya ha habido españoles en la meca del cine. Y no me refiero –y a veces se olvida– a Sara Montiel que logró trabajar con Gary Cooper, Joan Fontaine o Burt Lancaster. Vuelvo a recordar a un grupo enorme de españoles que probaron suerte en Hollywood, antes de descubrirse el doblaje, al principio del cine sonoro cuando los americanos realizaban sus películas en distintos idiomas con actores, guionistas y directores de otras nacionalidades. Algunos dieron un salto y se incorporaron a las producciones norteamericanas. Otros quedaron como protagonistas de estas películas reliquia por curiosas. Recordemos algunos de sus nombres: Antonio Moreno, Pepe Mora, José Crespo, Conchita Montenegro, María Alba, José Nieto, Julio Peña, María Fernanda Ladrón de Guevara, Fortunio Bonanova, Félix de Pomés, Andrés Perelló de Segurota, Ernesto Vilches, Helena D’Algy (Antonia Infante), Rosita Díaz Gimeno, Luana Alcañiz, Manuel Arbó, Miguel Ligero, Juan de Landa, Rafael Calvo, Catalina Bárcena, Ana María Custodio, Luis Llaneza, Pablo Álvarez Rubio… 

4.- La película argentina de Sur (1987) de Fernando Solanas la vi a mediados de los noventa en un interesante seminario de cine latinoamericano. Al poco tiempo la pasaron a la filmoteca. Y ya no he vuelto a verla. No sé explicarlo pero me dejó en el sitio. Me pareció bellísima y sobre todo me dejé llevar por los hermosos tangos que ocupaban la banda sonora de la película. De esa manera descubrí a Miguel Ángel Solá. Uno de los tangos inolvidables, María, lo pude recuperar después en la voz de Carlos Montero en el café Libertad. Nunca la han pasado por televisión –que yo sepa– ni ha salido editada en vhs o dvd. No he podido volver a verla y tengo ganas…, para saber si me sigue impactando.

5.- Me encanta indagar en la vida de las estrellas de cine mudo. Y triste es la historia de Edna Purviance. Quizá así sólo con el nombre no nos suene mucho. Pero si recordamos que fue la compañera fiel de Charlot en un montón de cortos y algún que otro largometraje, todo cambia. Dicen que siempre fue una mujer triste. Chaplin la descubrió en 1915, ella trabajaba como secretaria y de pronto se vio convertida en actriz. En 1923, Chaplin regaló a su compañera en la pantalla, una película para ella sola como gran protagonista, Una mujer de París (1923). Una película exquisita donde Edna Purviance está magnífica, sin embargo, no tuvo el éxito esperado. La relación laboral con Chaplin se fue enfriando y cayó en el olvido. En algunos libros aparece que se dio a la bebida y en otros se explica que Chaplin siempre la tuvo en nómina hasta el final de sus días. La triste Purviance se paseaba por Monsieur Verdoux o Candilejas. Murió en 1958. 

6.- El cine sensibiliza y puede hacer que algunas cosas cambien. Algunos ejemplos: Cuando Ken Loach rodó Cathy come home, fue tal escándalo social el que se produjo tras su retransmisión que hizo que se revisaran las leyes para una mayor protección a la población más vulnerable en Gran Bretaña. Fue un avance en la lucha contra la exclusión social.  La reciente película Días de Gloria provocó un profundo debate en Francia sobre su historia y desembocó en un cambio de legislación. Parece ser que el presidente Chirac, tras ver la película, decidió que todos los africanos que lucharon contra los nazis en el ejército francés recibieran compensaciones. Ésta había sido una historia que se encontraba en el más profundo olvido.Ya se sabe que una película puede cambiarnos la visión sobre un tema, abrirnos los ojos sobre ciertas situaciones o incluso hacernos conocer asuntos que no teníamos ni idea y a partir de la película acercarnos a indagar. 

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