The Town. Ciudad de ladrones de Ben Affleck

Sí, señor. Película de género: ladrones de banco para el nuevo trabajo como realizador y guionista del actor Ben Affleck. Así como en su carrera como actor Affleck no encuentra su sitio, mete la pata y no saca provecho a sus registros (que no son muchos pero actores con menos han completado carreras interesantes), cuando se pone en plan chico creativo logra resultados. Así deja The Town donde no sólo escribe un guión y dirige con brío sino que se regala el papel protagonista y logra una película bien hecha y muy pero que muy entretenida, sobre todo para la espectadora que esto escribe.

Y es que Affleck no opta por ofrecer una obra cinematográfica original e innovadora sino que toma un género con todos sus ingredientes y ofrece una obra bien hecha con un estilo clásico pero con pulso. Así nos encontramos al chico de barrio de vida dura, atracador de bancos por tradición familiar e inmerso en este mundo por todo su entorno, pero harto de delinquir y deseoso de salir de las fronteras del barrio y afrontar una nueva vida. El chico duro con sensibilidad, honesto y de buen corazón pero que el entorno le ha hecho así, chico malote, se da cuenta de que está atrapado en su propio mundo. El chico duro está ya harto, y atisba otra vida cuando empieza a relacionarse con una chica sensible, que es directora de un banco al que han atracado y a ella misma tomaron como rehén. Esa relación es el resorte para decidirle definitivamente al cambio… lleno de obstáculos.

Así Affleck recrea una historia intimista pero a la vez llena de acción (repleta de atracos que te tienen sentada y nerviosa en la butaca de la sala oscura). Y con todos los ingredientes que hacían emocionante una película de gansters con aires de cine negro pero en el siglo XXI. Absolutamente todos. Y el que más me llama la atención es el siguiente: en los años treinta surgió con fuerza ese cine de delincuentes que presentaban a Paul Muni, James Cagney,  Clark Gable, el primer Bogart, Robinson… etcétera como hombres duros que ejercían la delincuencia a diestro y siniestro, sin embargo, el efecto que provocaron en el público estas películas fue uno de los focos de ataque de la futura censura de Hays: el público no se identificaba con los polis o con el lado bueno de las ciudades sino que se identificaban y convertían en héroes a los chicos malos y a la chicas malas (los buenos y las buenas eran seres aburridos e insulsos). Cuando se instaló el código Hays, uno de los requisitos era que estas películas tuvieran un fin moral: que se mostrara que estos hombres tenían que recibir castigo…, sin embargo, de nada sirvió, seguían teniendo más éxito los malotes. Además estos personajes permitían también el retrato del hombre o la mujer que sale de la miseria, triunfa y cae…, y claro tenían unas vidas de lo más interesantes nada lineales. Ben Affleck con The Town trabaja ese mismo concepto así el héroe que representa recibe todas los afectos del público, toda la comprensión (su amada, la chica buena, también le comprende), es un tío duro por las circunstancias pero tiene un buen fondo increíble… y sin embargo los representantes de la ley, los policias y los miembros del FBI (sobre todo Jon Hamm) reciben toda la antipatía del espectador y sus métodos nos resultan desagradables.

Por supuesto otros ingredientes que no podían faltar en este tipo de películas, además de buenas escenas de acción, son los personajes del mejor amigo del protagonista y la chica fatal así como una serie de secundarios de oro, que aparecen apenas unos minutos pero ya construyen un personaje. El mejor amigo, el otro duro, ese amigo al que se le va la cabeza pero tiene un sentido de la fidelidad al otro inalterable cuenta con el rostro de Jeremy Renner que con permiso de Affleck le roba escenas cada vez que aparece. Para él es el final espectacular entre disparos, él sí que está para siempre atrapado en el barrio y lo sabe. La chica de mala vida pero por las circunstancias de una vida siempre dura te rompe el corazón porque nadie de un lado y de otro se porta bien con ella (Blake Lively). El padre del protagonista nos basta verle una vez para reconstruir su vida, más lo que oímos de él a otros personajes, cuenta con la presencia de Chris Cooper. Y luego el mafioso malo malísimo, el que realmente da miedo, que tras su profesión legal de florista, esconde una personalidad terrorífica representado por Pete Postlethwaite.

A algunos les molesta la historia de amor. A mí no. Me parece fundamental para articular el resorte que necesita el héroe de la película para querer cambiar absolutamente de vida. Así la chica buena con cara de Rebeca Hall es el motivo para el deseo de cambio de vida para el personaje principal. Sin embargo, sí que es cierto que este héroe ve cómo el destino le depara la manera de saltar todos los obstáculos que se le ponen por delante para conseguir el cambio, así como en el cine negro al héroe el destino le pone zancadillas continuas, a Affleck el destino se lo pone a huevo para sin problemas de conciencia poder ir eliminando todos aquellos obstáculos que le impiden cambiar de vida.

Otro elemento que me gusta es el personaje ausente: la madre del protagonista cuya desaparición del hogar cuando él era niño y la reacción del padre construye mucho la personalidad futura del héroe. La fuerza y la presencia del papel de la madre (que también está siempre reflejado en esas historias de gansters de los años treinta).

A mí The Town me ha supuesto pasar una buena tarde llena de emociones con una película de género bien hecha (quizá lo que menos me convence es el final pero no puedo desvelarlo).

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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