Cóctel de cine

Su seguro servidor, Orson Welles

Ayer fui al teatro de Bellas Artes para ver a José María Pou y su transmutación en Orson Welles. La obra es un monólogo donde nos encontramos con la personalidad compleja de Welles. Monólogo escrito por Richard France. Transcurre en un estudio de radio donde el realizador al final de su vida se ganaba el sustento grabando cuñas publicitarias. Espera una llamada de Spielberg para ver si le financia el Quijote… entre cuña y cuña surgen los recuerdos de su vida y como de genio fue cuesta abajo hasta convertirse en un hombre fracasado y olvidado que sin embargo sigue moviendo montañas para terminar sus proyectos. Así el monólogo está lleno de referencias, personajes históricos y anécdotas que repasan la vida de un hombre polifacético que tuvo su hueco inmortal en la radio, en el teatro, en el cine, en el mundo de la magia, y que no era sólo excesivo en su tamaño sino en cada uno de los aspectos de su vida. El testigo de su verborrea no es sólo el espectador de la sala sino un técnico de radio que le escucha pero también tiene claro que tiene que terminar su trabajo… a pesar de las batallitas… (¡Benditas batallitas!). Aunque he de confesar que iba tan ilusionada y dispuesta a la emoción que me quedé un poco fría aunque muy interesada… La obra es Pou, sin él y su transformación poco sentido tiene.

Más reflexiones sobre la risa después de El nombre de la Rosa

Hacia años, vamos desde su estreno, que no veía El nombre de la Rosa y he de decir que volví a disfrutarla y a entenderla más. La mayor carencia que tengo es que no he leído el libro de Eco pero fijándome sólo en la película me sorprendió sobre todo en su reflexión sobre la risa (después de que últimamente estoy pensado mucho en ella). La risa como poder subversivo, como puerta de conocimiento y libertad, como terapia de alejamiento del miedo… Todos los misterios de esa agobiante Abadía y sus asesinatos tienen mucho que ver con impedir la risa en un mundo negro habitado por la ignorancia en la etapa oscura de la Edad Media. Otro de los aspectos que me encantó al volver a verla es ese continuo hincapié en una sensualidad oscura y agobiante en un ambiente castrante. Durante todo el metraje lo sexual está presente de manera brutal.

Marilyn Monroe, más presente que nunca

Ahora mismo resulta que hay varios proyectos cinematográficos para llevar a la pantalla la vida de la venus rubia del cine. Quizá el que más llama mi atención es la adaptación cinematográfica de la novela de Joyce Carol Oates, Blonde. Y es que adoro a esta novelista. La novela todavía no la he leído, espero hacerlo antes de que se estrene la película.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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