Una risa nueva. Posthumor, parodias y otras mutaciones de la comedia. Editor: Jordi Costa. Autores varios (Nausícaä, 2010)

Siempre recibo con gran cariño y alegría libros exclusivamente de cine en el mercado editorial. Ahora está en las librerías una aventura editorial muy interesante. Se trata de Una risa nueva. Posthumor, parodias y otras mutaciones de la comedia, publicación coordinada por el crítico cinematográfico Jordi Costa con textos de diferentes autores (críticos e historiadores cinematográficos, periodistas, blogueros, escritores y también cómicos) y con la aportación gráfica (guinda-regalo para el lector) de varios historietistas que nos dejan su firma en historietas (valga la redundancia) y que aportan también su impronta sobre qué es lo cómico o qué provoca la risa. Este libro nació después de dos ciclos de nueva comedia que se programaron en 2009 y 2010 en el festival Abycine (Festival Internacional de Cine de Albacete) sobre Nueva Comedia Americana y Nueva Comedia Global.


Ésa es la clave del libro: qué provoca la risa o cuáles son las mutaciones de lo cómico en el mundo audiovisual contemporáneo (haciendo hincapié en el séptimo arte pero no dejando de lado un canal de expresión y experimentación del humor como es la televisión… o la Red). Pocas veces se trata de analizar o se trata de entender qué es la risa y qué la provoca…es un campo filosófico poco visitado y sin embargo apasionante. Ahí queda ese lejano pero a la vez todavía válido (e instrumento fundamental para analizar lo cómico en el cine —aunque el autor lo sustentó más en la literatura y el teatro—) ensayo de Henri Bergson, La risa. Ahora Una risa nueva es una nueva aportación al pensamiento, una nueva fuente de reflexión. Porque si algo evidencia este estudio formado por varios ‘estudios’ es que lo cómico es algo en continuo desarrollo y mutación. Lo cómico está irremediablemente unido a lo humano y en continuo avance. Nunca muere. Por eso aunque a veces en el terreno cinematográfico se habla de género es un concepto mucho más amplio, como lo trágico, e irremediablemente unido a los sentidos de la vida.

Son varios los valores que provocan una lectura apasionante y que atrapa (Hildy adquirió el libro el miércoles por la noche y lo ha terminado hoy cuando además tenía varios libros y frentes abiertos): primero, como ya he apuntado, el valor que lo convierte en un nuevo ensayo sobre la risa. El segundo que proporciona una interesante radiografía sobre la historia de lo cómico en el mundo audiovisual contemporáneo (sin dejar de lado los antecedentes históricos —con lo que consiguen ‘dibujar’ perfectamente la evolución de lo cómico sobre todo en el cine—). Y además delimita perfectamente el espacio temporal que abarca Una risa nueva o el posthumor: lo cómico después de Woody Allen, Jacques Tati y los Monty Python. Lo tercero que cada uno de los mini ensayos proporcionan una visión o un interés que pueden leerse de manera independiente (pero el complicado milagro es que juntos forman un conjunto, perdonen por el fácil juego de palabras). Lo cuarto, que da nombres y apellidos a los posibles protagonistas del nuevo panorama de lo cómico, aquellos que logran el continuo movimiento, transformación y vitalidad de lo cómico, aquellos que hacen posible que se provoque la risa y los sitúan en el contexto sociopolítico actual. Lo quinto apunta una teoría cinematográfica, una lectura, Una risa nueva trata de dejar clara su tesis: a qué se refiere cuando habla de posthumor y aporta todas sus posibilidades. Lo sexto abre su visión de lo considerado cómico más allá del cine americano (que ocupa la primera parte del libro) y pasea por otras cinematografías (las europeas: haciendo hincapié en la italiana y británica y paseándose por Holanda, España, Grecia, Finlandia, Suecia, Francia…y no dejando de lado una visión cómica oriental que nos lleva ni más ni menos que a Corea del Sur, Hong Kong o Japón…). Lo séptimo y para mí fundamental abre el apetito de adentrarse en esos modelos posibles y ofrece otras miradas que pintan Una risa nueva y aporta interesantes lecturas sobre obras cinematográficas que quizá muchos apasionados al cine habíamos dejado de lado (Hildy incluida e incluso confieso, sí confieso, que tenía en mi cabeza —y eso que como siempre reconozco no me gusta nada— ciertos prejuicios. Muchas obras cinematográficas que se nombran sólo guardaba ciertos recuerdos de escenas que provocaron mi risa y entretenimiento. Otras me negué en redondo a comprarme una entrada y en otras, confieso, que me atreví y salí profundamente cabreada…, ahora continuo cabreada pero entiendo otro punto de vista). Y, octavo y último, en su guinda-regalo, a través de historietas visuales breves logra aportar otros puntos de vista profundos que aportan más significados y lecturas a la pregunta fundamental: qué provoca la risa hoy en día.

Y es que hay otro campo interesante en la nueva risa, otra reflexión llena de interesantes lecturas. Qué significa lo política y políticamente correcto e incorrecto…, la risa y lo cómico, como vuelvo a repetir algo indiscutiblemente unido a lo humano (somos los únicos seres vivos que poseemos el don de la risa y también y fundamental de hacer reír), se mueve en un espacio creativo y libre y por tanto carente de muros, fronteras y prohibiciones… provocar la risa entra así en el espacio de la provocación y trasgresión que puede rozar y roza lo molesto e incómodo. ¿Hay límites en lo que puede provocar risa?¿Hay límites de lo que podemos reírnos y de lo que no, de quién podemos reírnos y de quién no podemos reírnos? Hay algunos protagonistas que no creen en límites o mejor dicho se mueven sin límites y crean espacios de nueva risa que incomodan. Pero a la vez funciona como momento catártico (recordemos que la catarsis siempre está más vinculada a la tragedia) que provoca la reflexión y el desaire que es también una manera de motivar una reacción. Esto me hace pensar que los ‘límites’ se encuentran en las sensibilidades de cada espectador. Como espectadora pondré varios ejemplos: a mí no me motivaron la risa y sí un cabreo e incomodidad y un motivo de discusión pero también de reflexión (lo cual me parece un aspecto positivo pues lo que está claro es que no me dejaron indiferente) la visión de dos películas-comedias de nueva risa: Torrente, el brazo tonto de la ley (universo del personaje que encarna Santiago Segura y que hizo que no volviera a ver ninguna de la serie) y Borat (universo para gloria de Sacha Baron Cohen y que motivó una antipatía total ante los demás trabajos de Cohen, vamos que no he vuelto a ver nada). Como espectadora me sentía desconcertada que ante lo que a mí me provocaba grima o me indignaba o dañaba mi ‘sensibilidad’ y en momentos donde no me sentía cómoda sufría las risas tronchantes de la mayoría del público que me acompañaba en la sala. Pero también reconozco que ante escenas, que también me hacían sentirme incómoda no podía reprimir la risa (no sé si nerviosa, divertida o desesperada ante lo que estaba viendo) y luego a la salida pensaba de qué me había reído y nacía un sentimiento a veces culpable (¡por favor, de lo que me he reído!): y esto ocurría en Canino, Celebration o Los idiotas. Mi ‘sensibilidad’ (es que no sé si es la palabra adecuada) me había permitido la risa pero era consciente de que me reía de lo trágico…, uff vaya empanada mental.

Paseo por una risa nueva

Así el libro permite un viaje apasionante lleno de descubrimientos y sobre todo ‘nuevas visiones’ y lecturas. Así la primera parada la realizamos con Jordi Costa que prologa este trabajo conjunto en La (im)posibilidad de una risa. Donde la comedia pierde su nombre para a partir de la ópera prima de Mel Brook, Los productores adentrarnos en el concepto de Nueva Comedia y desarrollarnos el sentido de este libro. La primera parte del libro nos adentra en las mutaciones de la Nueva Comedia Americana de la mano de Miqui Otero y su Spoof movies. Esto no es otro estúpido ensayo sobre la comedia americana donde analiza el nacimiento, la cima, decadencia, muerte y posibles transformaciones de ese universo cinematográfico que es cine dentro del cine en clave de parodia y homenaje, las spoof movies. La pareja cómica que conforman Venga Monjas realizan un original texto (Apártate tío, soy científico) sobre Bill Murray en la ceremonia de los Oscars cuando estuvo nominado por su trabajo de actor cara de palo (con aires keatonianos del siglo XXI) en Lost in translation. Así surge una radiografía de esa generación de cómicos americanos del Saturday Night Live. Después Eduardo Galán nos descubre (vamos, me descubre porque mi ignorancia era absoluta) This is (not) Spinal Tap. Los mockumentales de Christopher Guest. Así puedo entender lo que quizá encuentre en los largometrajes de Guest gracias a que Galán habla de referentes que sí he podido disfrutar. Además también ofrece el legado de Guest en obras que han podido tener a este realizador como referente. Eduardo Galán me ha ofrecido la oportunidad de conocer a un nuevo realizador para mí, claro está. El crítico cinematográfico Carlos Losilla en Historia de una deriva realiza un minucioso análisis de qué significado tiene el cine de realizadores como Ben Stiller, Todd Phillips, hermanos Farrelly o Apatow dentro de la evolución histórica de la comedia americana. Y terminamos este paseo por la Nueva Comedia en EEUU de la mano de Jordi Costa y un original ensayo sobre los límites o fronteras que se salta la nueva risa. Ese límite desdibujado pero apasionante entre lo política o políticamente correcto e incorrecto y sus artífices.

La segunda parte de esta publicación nos posibilita un paseo por el panorama de la risa nueva en otras cinematografías. Así Alvy Singer nos pinta en Bajo el influjo de los Python un completo panorama de la comedia británica y su evolución después de los Monty Python, con sus cimas, cumbres, pozos, valles y sombras. Así entre sus páginas podemos atisbar los caminos trazados en la comedia británica tanto en cine como en televisión. Juan Agustín Mancebo Roca analiza la importancia de Roberto Begnini como protagonista importante dentro del posthumor por sus aportaciones anteriores a sus éxitos internacionales que tienen sentido dentro de su evolución y su discurso cinematográfico en el ensayo En defensa de Roberto Begnini. El bloguero Señor Ausente nos lleva de la mano a través de Risas y llantos de la vieja Europa por un mapa de lo cómico y sus mutaciones en distintos países europeos así viajamos por España, Francia, Dinamarca, Alemania, Bélgica, Holanda, Finlandia, Suecia o Grecia. John Tones nos pone en la onda de Stephen Chow. Comedia radical hongkonesa para así iniciar los últimos capítulos del libro que ponen en conocimiento del lector todas las variantes de la risa nueva en el cine oriental y en los posibles extrañamientos que puede provocar en un público occidental. Tones nos da las claves para adentrarnos en el cine de un cómico oriental como Chow y dándonos la pista de que para entenderlo hay que buscar un antecedente: Jackie Chan. Roberto Cueto nos pone en contacto con la forma de hacer comedia en Corea del Sur o Sufrir es divertido (o las cosas que le hacen gracia a un coreano y maldita la gracia que tienen) dejando en evidencia la riqueza de matices cómicos o de asuntos que provocan la risa en cinematografías más inaccesibles para los públicos occidentales. Y por último Jordi Costa en Kitano y Matsumoto: fracturas de la comedia bajo el Sol Naciente aporta la visión de lo cómico de dos realizadores japones. De Kitano aporta la fractura (poco entendida) en su obra cinematográfica pero con todo el sentido dentro de su evolución y discurso como cineasta. Así es muy interesante la comparación que realiza Costa de esta ruptura y su forma de humor o de provocar la risa con un momento en la carrera cinematográfica del cómico Jerry Lewis (que también sufrió fractura…). Y también descubre (mejor dicho me descubre) la figura del realizador y cómico Matsumoto.

Como guinda final se puede disfrutar de las reflexiones que aportan sobre la risa y sobre el concepto de lo cómico los historietistas Scalerandi-Souto, Jorge Riera, Juarma López, Albert Monteys, Darío Avanti, Guillem Dols, Jonathan Millán y Miguel Noguera, Bárbara Perdiguera y Joaquín Reyes.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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