Ocho divas francesas en 8 mujeres de François Ozon

8 mujeres es un cóctel explosivo de película policiaca, melodrama de los años cincuenta y cine musical que es puro artificio con alma. Película odiada y amada (por mí es más amada, sin duda) es protagonizada por un grupo de divas francesas que se bastan por sí solas sin necesidad de hombre alguno (al final el único hombre es el único obstáculo para su desmelene, su asesinato será el principio de la farsa) que se ven encerradas en una mansión y en una jornada atareada gritan, cantan, confiesan sus secretos más profundos y van quitándose máscaras en esa mansión sofisticada y elegante que las contiene a todas juntas.

Ocho divas de cine francés que cada una de ellas cuenta una parte de la historia del cine galo. De todas las generaciones. Ozon las junta, las relaciona, las viste, las peina, las maquilla, las convierte en bellas musas a las que regala cada x minutos una canción que ejecutan con la máxima de las elegancias (me quedo con la canción e interpretación de Isabelle Huppert y con la última canción interpretada por la mítica Danielle Darrieux). Ozon se permite también un homenaje a una diva entre las divas, a la austriaca hermosa que adoptó el cine francés, la gran señora trágica con rostro de Romy Schneider. Ella es la dama de la fotografía que se encuentra en el bolsillo del delantal de la doncella sexi con cara de Enmanuelle Béart. Así confiesa que Romy era la señora que ella sirvió y que ella admiraba.

Por eso me ha parecido buena idea jugar con ocho mujeres para crear y recordar ocho rostros en la oscuridad que son mujeres-divas imprescindibles del cine francés. Todas además en activo.

Vayamos por orden. La abuela de esta inclasificable película inmersa en varios géneros a la vez posee el rostro de Danielle Darrieux. Esta mujer empezó su carrera en los años treinta cuando protagonizó el increíble relato de Irene Nemirovsky llevado al cine, El baile. Siempre será recordada en el particular olimpo de rostros en la oscuridad por ser musa y diva de las películas del realizador Max Ophüls.

La esposa burguesa que se casa con hombre rico pero se encuentra insatisfecha a pesar de estar rodeada de buena vida cuenta con el rostro frío y virtuoso de la mítica Catherine Deneuve. Icono del cine francés que todavía sigue y sigue ofreciendo papeles en películas destacables de la historia del cine. No sólo ha trabajado con los mejores directores del cine francés sino que también su figura se proyectó internacionalmente trabajando junto a Polanski, Buñuel, Manoel Oliveira, Lars Von Trier, Robert Aldrich, Marco Ferreri… El musical no le es ajeno ya que sus primeros éxitos tuvieron relación con el género y su reinterpretación por parte del director Jacques Demy que la hizo protagonista del drama musical Los paraguas de Cherburgo y de la comedia musical Las señoritas de Rochefort. Ambas películas de los años sesenta. Deneuve es un rostro que ha paseado por el celuloide de películas de Truffaut, André Techiné, Leo Carax, Raoul Ruiz, Agnés Vardá o Jean Pierre Melvilla.

Por orden de edad nos cruzamos con la niñera negra y mujer de confianza de las damas de la mansión que también oculta secretos inesperados. Porque al final todas las mujeres aman en exceso y son complejas y por ello especiales. Ella, la que parece tiene la cabeza más en su sitio y más sentido común, tiene el rostro de Firmine Richard, quizá el menos conocido, pero que guarda un hueco en mi memoria por ser la protagonista de una bonita comedia francesa, Mamá hay un hombre blanco en tu cama.

La siguiente es la elegante, libre, rebelde, escandalosa y hermosa hermana del protagonista asesinado con rostro de Fanny Ardant otra actriz musa del cine francés que también logró su proyección internacional gracias a convertirse en la última musa del cine de Truffaut en los años ochenta. Ha trabajado junto a Alain Resnais o Patrice Leconte. También ha trabajado en cine americano, italiano y español. Pero la tengo especial cariño por dos películas, la deliciosa comedia francesa (imposible de encontrar) Todas están locas y esa película italiana de Scola que se llama La familia que es, particularmente, para mí emotiva y maravillosa.

Seguimos con la siguiente generación y nos encontramos con el enigmático rostro de Isabelle Huppert sublime en 8 mujeres como la hermana de la Deneuve: solterona, pobre, hipocondriaca e histérica, la Huppert borda el papel porque detrás de esta neurótica insufrible la Huppert le imprime un alma triste y sensible. Otro rostro imprescindible de cine francés que ha sido musa del desaparecido recientemente Claude Chabrol. Conquistó las pantallas en los años setenta y ha trabajado con Tavernier, Preminger, Cimino, Techiné, Godard, Losey, Ferreri… y una lista interminable. Jamás, sin embargo, me he sentido tan inquieta e incómoda ante un personaje femenino como el que realizó para el director Haneke en la durísima La pianista.

Ahora vamos con la sensualidad con cara de actriz parisina, Emmanuelle Béart. Como la doncella compleja que se relaciona siempre con sus jefes y señoras de manera muy especial para conseguir su particular ascenso. Tiene miradas y palabras maliciosas para todas y todos. La Béart es una sex symbol con gotas de intelectualidad. Quizá por eso su carrera es difícil de clasificar. Sin embargo a partir de los años 80 su aparición fue un brillo fresco en las pantallas que sigue aún hoy alumbrando. En los noventa se consagró con las películas de Claude Sauset: Un corazón de invierno y Nelly y el señor Arnaud. Un pequeño salto al cine de EEUU que finalmente no la interesó la llevó a Misión imposible de Brian de Palma. Continúa con carrera imparable y versátil. También ha sido protagonista de los medios por sus continuas implicaciones en luchas sociales.

Las hijas del matrimonio burgués. La bastarda reconocida por el esposo burgués enamorado de su rubia esposa. Él pronto descubrirá que su mujer nunca le amó. La niña pija que parece que no ha roto un plato en su vida pero que pronto se descubrirá que tiene varias capas que descubrir tiene rostro de Virginie Ledoyen. Rostro presente desde los años noventa que ha trabajado también en España y EEUU (La playa). Chabrol, Ivory, Rappeneau, Assayas, Guediguian han querido tener presente su bella cara con ángel. Sigue aumentando su nómina de títulos pero no ha llegado a estallar. Es promesa eterna.

Y por último la hermana pequeña que lee libros policiacos y quiere dejar de ser considerada una niña. Para ello pone en marcha su mente creativa para poner al descubierto a todas las personas a las que ama. Y ella tiene el rostro camaleónico de Ludivine Sagnier. La niña rubia del siglo XXI que es lolita, niña inocente o inquietante presente en Gotas de agua sobre piedras calientes o Swimming Pool, el trío de películas donde es musa de Ozon. Pero que sigue trabajando en carrera que quizá la convierta en nueva diva de esta generación del siglo XXI.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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