Maureen O’Hara

Irlandesa de cabellera fuego. Pelirroja indómita que figuró como mujer pasional y con carácter en las películas de aventuras de Technicolor siendo compañera de héroes que la convertían en la mujer de sus sueños. Y de paso en la mujer de los sueños de un montón de espectadores. Ella fue Lady Godiva, con su larga cabellera, era la mujer más sexi, desnuda y montada en su caballo… lo único que se destaca de una olvidable película.

Maureen O’Hara, mito viviente, es de esas mujeres que dejan un bello recuerdo. Su cara hermosa pero a la vez tremendamente expresiva la hizo compañera ideal para los héroes fordianos normalmente con cara de John Wayne. O’Hara era del equipo masculino de Ford y compañía, era la camarada perfecta, la irlandesa de pura cepa.

Y O’Hara protagonizó una filmografía llena de recuerdos nostálgicos para aventureros en la sala de cine. Su cabello pelirrojo también la convirtió en heroína sensible y trabajó con los grandes Borzage, Ford, Jean Renoir, Hitchcock, Ray…

La primera persona que creyó en una joven pelirroja que quería a toda costa ser actriz fue un gran actor: Charles Laughton. De la mano del orondo y versátil actor tuvo la pelirroja indómita sus primeros papeles importantes y su salto a la meca del cine, Hollywood. Así con él viajó a La Posada Jamaica, obra británica del maestro del suspense y fue una hermosa gitana en Esmeralda, La Zíngara, una recreación del triste romanticismo de Victor Hugo y su Quasimodo. Corría el último año de la década de los treinta. Con Laughton volvería a estar magnífica en la sensible aventura americana de Jean Renoir, Esta tierra es mía.

Ya en la meca del cine los estudios la ven ideal como la compañera de aventuras. Siempre vital y viva. Así durante los años cuarenta y cincuenta su melena roja ondeó en historias de piratas, junto a caballeros de capa y espada, en mundos orientales y como no en el lejano Oeste. También supo ser la madre ideal y atribulada que siempre recupera el amor perdido con el esposo en comedias familiares con encanto.

Así que dar un paseo por su filmografía supone vivir mil y una aventuras. El bueno de Ford, cuando ya estaba despuntando, le ofreció papel bombón en su mítica ¡Qué verde era mi valle! en 1941, historia nostálgica de una familia de mineros. A partir de este momento y en diversas películas sería la fuerte heroína fordiana. La vemos así en los cincuenta en Río Grande, Cuna de héroes o Escrito bajo el sol. Pero Ford la regaló el papel por la que se encuentra en el Olimpo y por la que tiene un puesto de oro del que nunca podrá bajarse. Es la irlandesa de pura cepa, indómita y salvaje, hermosa y viva que enamora en Innisfree al rudo boxeador que tiene miedo a pelear por si vuelve a matar innecesariamente al contrincante. Ella es la Mary Kate de El hombre tranquilo y forma junto a John Wayne una de esas parejas cinematográficas míticas. Otros directores la unirían con Wayne en obras menores pero agradables de ver como El gran Malintock.

Como madre de familia atribulada pero siempre bella fue protagonista de comedias que forman parte de la memoria colectiva y que siempre se ven con agrado. Protagonista de una de las comedias navideñas clásicas imprescindibles, De ilusión también se vive (1947), o madre de criaturas que traen por la calle de la amargura a un niñero muy especial, Mr Belvedere (Clifton Webb) en Niñera moderna o madre de unas gemelas que lucharán por ver a sus padres de nuevo juntos en un hito del cine para todos los públicos Tú a Boston y yo a California en 1961.

Películas de aventuras donde la O’Hara era la más valiente y la mejor compañera de Cornel Wilde, Errol Flynn, Tyrone Power… nos hacen viajar la imaginación en El cisne negro, Los piratas del mar Caribe, Simbad el marino, Los hijos de los mosqueteros o La isla de los corsarios.

La O’Hara además es recordada también por su batalla emprendida en los años cincuenta contra la prensa amarilla y de cotilleo que difamaba con las noticias más escandalosas de la esfera privada a grandes artistas. Noticias que eran mentira y hacían mella a sus protagonistas. Noticias siempre que implicaban a actores y actrices en fiestas que eran orgías o en escandalos sexuales que no eran ciertos. Así demandó a la revista Confidencial magazine y ganó el juicio.

También hay en su filmografía dos películas que me gustaría ver pronto porque despiertan mi curiosidad: O’Hara protagonizó una de las primeras obras de Nicholas Ray junto a su esposa Gloria Grahame, Un secreto de mujer (1949) y otra película en la que actuó junto a mi amado John Garfield, Perseguido (1943), donde el héroe es un ¡excombatiente de la Guerra Civil Española en las Brigadas Internacionales.

Los espectadores de la sala oscura siempre tendrán una sonrisa para la pelirroja indómita de sangre irlandesa.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.  

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