Un hombre soltero (A single man, 2009) de Tom Ford / I’m not there (I’m not there, 2007) de Todd Haynes

¿Por qué unir dos películas tan dispares entre sí? No, no es porque en las dos aparezca Julianne Moore. La única conexión que las une es la sensación que he tenido con ambas como espectadora. Las dos tratan a través de la forma y el estilo cinematográfico, la manera de contar una historia cinematográfica, crear dos obras de interés de dos temas tradicionales y clásicos. En la primera, una historia de redención y amor, en la segunda el biopic de un cantante mítico. Y ¿cuál es el resultado? Pues eso dos propuestas interesantes pero no redondas. En ambas muchas cosas que rescatar pero ambas fallaron en lo más importante: en el poder de fascinación de todo su conjunto. Consiguen alguna que otra imagen inolvidable y de considerable fuerza y cuentan con interpretaciones estelares…, sus fórmulas son apuestas originales pero no consiguen una obra creativa fascinante.

La primera, Un hombre soltero es el debú de un diseñador de moda que ama el cine. Por eso en su propuesta es importante el diseño y la estética de los personajes, las casas donde se mueven (los espacios), las ropas que llevan, la música que escuchan… Tom Ford se mete de lleno en los años sesenta para adaptar una obra literaria de Christopher Isherwood (encontrarán huellas del escritor y su historia en Cabaret). El espectador asiste a un día en la vida de un profesor universitario homosexual que decide suicidarse porque no supera la reciente muerte de su pareja. Y entonces el profesor se transforma y vive como no lo ha hecho en mucho tiempo porque ‘vive su último día’. Entonces todo, lo cotidiano, los encuentros, las discusiones, las conversaciones, los recuerdos se vuelven intensos…

Ford consigue imágenes bonitas y etéreas pero abusa de lo estético envolviendo su película en una frialdad que no merece la intensa interpretación de Colin Firth y de una desatada Julianne Moore, maduros que ven cómo sus sueños se han frustrado. Su propuesta podría haber funcionado si hubiera cuidado esa estética pero para recreación de unos años 60 a la manera de aquellas películas contemporáneas a la década o una estética similar a los grandes melodramas de los cincuenta. Una recuperación de la textura y forma de filmación de aquellos años y aquella época en EEUU. Ford, a veces, se va por su mundo de diseñador y elige a verdaderos modelos, demasiado bellos, demasiado fríos, para los personajes secundarios importantes para la trama creando un mundo en exceso artificial y por ello poco emocionante eso sí con buenos momentos visuales. Lo mismo le pasa con los espacios.

La manera en la que esta historia podría haber funcionado es, quizá, siguiendo el modelo que convirtió a nuestro siguiente director, Todd Haynes, en alguien a tener en cuenta. ¿Recordáis Lejos del cielo? Así me centro ahora en el último trabajo de este cineasta, I’m not there, su personal propuesta para presentar la figura de Bob Dylan en una película. Haynes huye del biopic clásico de cantante de vida agitada que canta canciones alucinantes y muestra una fórmula arriesgada de la que no sale totalmente victorioso. Se le agradece el esfuerzo de otras maneras de contar y te atrapa en diversos momentos con imágenes hermosas y siempre con una banda sonora enviadiable… pero el conjunto finalmente se resiente. Y es una pena porque la idea, sin duda, era muy pero que muy buena. Además cuenta para ello, para ese desarrollo, con actores y actrices carismáticos que se entregan totalmente a su rol. El principal fallo es que en ese original mosaico y montaje donde se construye la personalidad de Bob Dylan desdoblándolo en seis personajes ficticios diferentes no logran la sensación de obra única y milimétricamente pensada para que surja el rostro completo y complejo de Dylan. Consigue instantes perfectos, y atrapa muchos elementos de la personalidad del cantautor pero…también termina siendo una fórmula que puede dejar frío al espectador.

De los seis desdoblamientos que tratan de explicar distintas facetas y rasgos psicológicos de Dylan me quedo con el protagonizado por Cate Blanchett (el artista andrógino) que desconecta de su pasado de cantante folk y es odiado y amado a la vez. El de Christian Bale que habla, en forma documental, de ese cantante que atizaba conciencias y que se convirtió de leyenda del folk a hombre religioso retirado que convierte a sus seguidores a través de la canción. Y, por último, el de el desaparecido Heath Ledger, la estrella mediática que, sin embargo, tiene un entorno privado en el que no puede estar como él quisiera. Las otras recreaciones (siendo muy interesante e importantes para reflejar la personalidad del cantante) no se ensamblan fácilmente en el conjunto: ese forajido romántico del viejo oeste, el poeta maldito o el niño fugitivo que vive como en la depresión de los años treinta los convulsos años sesenta…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.  

2 comentarios en “Un hombre soltero (A single man, 2009) de Tom Ford / I’m not there (I’m not there, 2007) de Todd Haynes

  1. ¡Hola Hildy! Ayer vi «Un hombre soltero», con bastante sorpresa debo decirlo, e inmediatamente me pregunté si la habrías comentado y cuál habría sido tu impresión. Una vez más encontré la respuesta en tu blog. Coincido con vos en que la película se queda en lo formal, me pareció una interesante colección de imágenes y nada más (de ahí mi sorpresa, quedé esperando una magia que no sucedió), en eso me hizo acordar a «To the wonder» de Terrence Malick. Lo único que me mantuvo apegada al televisor fue el gran trabajo de Colin Firth, quien siempre resulta interesante y complejo.-
    Un beso grande, Bet.-

  2. Querida Bet, qué bueno es Colin Firth. A mí es un actor que me gusta mucho y es cierto que Un hombre soltero es él (muy bien acompañado por Julianne Moore). Y efectivamente es una propuesta que se preocupa más de lo formal. To the wonder fue una de mis grandes decepciones. Me puso bastante nerviosa a pesar de la belleza de muchas de sus imágenes y de que Malick me gusta bastante como realizador. Me había impactado tanto su anterior obra, EL ÁRBOL DE LA VIDA…

    Besos
    Hildy

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