La vida secreta de Walter Mitty (The secret life of Walter Mitty, 1947) de Norman Z. McLeod

La vida secreta de Walter Mitty es un agradable entretenimiento que esconde un interesante análisis. Película a descubrir porque la metería dentro de ese género que últimamente se visita de manera tan seria (Matrix, Origen, Shutter Island, Las vidas posibles de Mr. Nobody…) pero que tiene una tradición en el cine clásico con ¡Qué bello es vivir!, La vida en un hilo o la que nos ocupa. Y se preguntarán qué es lo que une a todas estas películas: sus protagonistas, por un motivo u otro, viven otras vidas posibles además de la suya real.

Pues bien esta comedia de finales de los cuarenta nos presenta a un hombre gris. A un americano medio que trabaja en una editorial de novelas baratas de todos los géneros (terror, thriller, ciencia ficción, folletines, aventuras…) que por todas partes es dirigido sin permitirle ser él mismo. En su trabajo, su jefe que continuamente le quita sus ideas. En su casa, una madre hiper absorbente, una novia super absorbente de la que no está enamorado y una suegra mega absorbente. Sin embargo, él supera día a día su vida gris como mejor puede. Todos piensan que es un hombre despistado que se va por ahí en sus pensamientos. Y nunca mejor dicho. Lo que nadie puede dominar de Walter Mitty es su inmensa imaginación que le hace transformarse en todos los héroes posibles —alimentados por la cultura popular— como si fuera el protagonista de las malas novelas que tiene que corregir cada día. Así un día es capitán de barco, otro un bravo piloto de aviones de guerra, más tarde un jugador de cartas romántico, otro un diseñador de moda de éxito, más allá un temido vaquero…, y siempre en sus sueños aparece su prototipo de mujer ideal, una belleza rubia que suspira por sus huesos… y que no se parece en nada a su prometida.

La vida secreta de Walter Mitty es una adaptación libre de los relatos que reunió el humorista James Thurber en un libro con dicho título. Con la batuta de director se puso al veterano Norman Z. McLeod recordado sobre todo por sus películas con los hermanos Marx y las estrellas protagonistas fueron los hoy olvidadísimos Danny Kaye y Virginia Mayo. En papeles secundarios nos encontramos a Boris Karloff o Ann Rutherford. La película diferencia entre la vida gris del protagonista donde es interesante ver las calles, las casas, los centros comerciales y la empresa editorial a finales de los años cuarenta, un reflejo de la vida del americano medio; y la vida imaginada por Walter que tiene siempre la estética de película realizada en estudio con decorados y otras fantasías que adornan sus sueños donde se centran todos los tópicos de cada héroe tópico que representa Walter en su imaginación.

La película es una mezcla de comedia, musical y cine de aventuras con una pareja de estrellas muy querida por aquellos años (que trabajaron varias veces juntos). Danny Kaye era un actor cómico que encantaba sobre todo por su forma de hablar rapidísima, su habilidad, tenía un rostro agradable, uno de los pelirrojos oficiales. Fue un hombre siempre unido a las causas sociales y tuvo encontronazos en la Caza de Brujas. Sus películas fueron muy populares pero hoy han quedado bastante olvidadas. Se le puede recordar en Navidades Blancas o El fabuloso Andersen. Virginia Mayo fue más que un rostro bonito aunque la aprovecharon sobre todo como acompañante del héroe o cómico de turno participó en películas que permiten su agradable recuerdo: Los mejores años de nuestra vida, Al rojo vivo, Juntos hasta la muerte o El halcón y la flecha.

En esta historia del gris Walter Mitty, además de despertarme la sonrisa y a veces la risa, me gusta el enfoque porque me resulta muy bueno: cuando a Mitty le surge la oportunidad de ser un héroe en la vida real y con una mujer que es como la chica de sus sueños, nuestro hombre gris huye como de la peste de la aventura, él quiere seguir en su tranquila rutina y cotidianeidad, seguir cómodamente imaginando. Así se vuelve héroe a su pesar, porque tiene miedo al abandono de esa seguridad que le ofrecen sus múltiples cárceles…, sin embargo, según se va metiendo involuntariamente más y más en la aventura, huele su libertad como hombre y cada vez se queda más prendado de la mujer que se ha cruzado en su monótona vida…, por eso llega un momento en que desea, que por favor, por favor, lo que está ocurriendo no sea fruto de su imaginación sino su vida real, la que quiere vivir…

Ya les digo, La vida secreta de Walter Mitty es una sorpresa agradable.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.