Cine y teatro (III)

Eugene O’Neill y el cine

No he leído toda la obra dramática de O’Neill pero la que he leído me ha tocado. Las obras de O’Neill fueron llevadas al cine y también él ha sido convertido en personaje cinematográfico. Además a lo largo de su vida estuvo relacionado por distintos motivos con el cine.

La filmografía que adapta obras literarias de O’Neill es abundante y también desconocida (muchas no he podido verlas todavía). Sin embargo, hay tres películas (una de ellas para TV pero que puede verse en DVD) muy interesantes que ayudan a acercarse a su obra y personalidad. Dos son adaptaciones de dos de sus obras teatrales y otra presenta a O’Neill como personaje desencantado, cínico y romántico que sobrevive durante el periodo de entreguerras en EEUU, momento de convulsión social, cultural y política.

Dos obras que me encantan y dos buenas adaptaciones cinematográficas muy cercanas a las obras de teatro (recreaciones muy fieles). Es un espectáculo interpretativo disfrutar de Larga jornada hacia la noche (1962) de Sidney Lumet, una oscura y tremenda historia familiar con apuntes autobiográficos donde están inmensos Katherine Hepburn, Jason Robards, Ralph Richardson y Dean Stockwell. También atrapa esa historia tremenda que transcurre en un local de mala muerte habitado por un grupo de perdedores en la adaptación televisiva que realizó John Frankenheimer de El repartidor de hielo en 1973 con un reparto increíble: Lee Marvin, Jeff Bridges, Fredric March o Robert Ryan. Y la tercera presenta a O’Neill como personaje cinematográfico en la atractiva biografía que realizó Warren Beatty sobre el periodista John Reed en 1981. O’Neill, atormentado, tiene el rostro de Jack Nicholson. El dramaturgo forma parte del grupo cultural y político en el Greenwich Village de entreguerras y mantiene una historia de amor con la compañera de Reed, Louise Bryant (Diane Keaton).

Eugene O’Neill, además, fue suegro de un Charlie Chaplin que encontró la tranquilidad conyugal junto a una hija del dramaturgo, Oona O’Neill. El dramaturgo no se sintió muy feliz por esta unión y no volvió a comunicarse con su hija.

Su obra fue adaptada más veces en el cine así encontramos como el primer éxito hablado de Greta Garbo fue una adaptación de una de sus obras: Ann Christie de Clarence Brown. O como en 1940, John Ford rodó una de sus obras más olvidadas inspirándose en uno de los textos del dramaturgo, Hombres intrépidos. También, rastreando vemos como una de sus obras más famosas: A Electra le sienta bien el luto —donde el dramaturgo trasladaba la fuerza de las tragedias griegas a su mundo contemporáneo, a su época— fue llevada al cine en 1947 por Dudley Nichols con Rosalind Russell de protagonista en Moorning becomes Electra. Otra de sus obras conoció una extraña versión con una de las parejas cinematográficas más imposibles (Anthony Perkins y Sofia Loren) de Deseo bajo los olmos de Delbert Mann, un olvidado film de 1958. Y si seguimos rastreando vemos obras olvidadas que son argumentos inspirados por la producción literaria de O’Neill como otra película de Clarence Brown de los años 30, Ayer como hoy o una donde Susan Hayward se muestra como mujer que desprende amores trágicos en Pasión salvaje en 1944.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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