Diccionario cinematográfico (128)

Léolo: porque sueño, yo no lo estoy.

Porque sueño, yo no estoy loco.

Y tomo nota en un cuaderno. Y escribo a la luz de una nevera.

Mi familia no está bien. Mi entorno no está bien.

Sólo mi madre, enorme, que me cobija en sus brazos y grasas me puede dar cierta tranquilidad. Pero no basta.

Yo sufro cada día.

Porque mi padre es un hombre desgraciado al que no puedo admirar. Porque mi abuelo es un hombre degradado. Porque mi hermano mayor, tierno, oculta sus miedos entre sus músculos. Porque mis hermanas se encierran en paraísos que no existen. No regresan.

Yo voy creciendo.

Trato de soñar, de creer que no pertenezco al mundo donde he nacido. Que vengo de otras tierras, de la lejana Italia. Que estoy enamorado de una bella Bianca. Que escucho canciones de amor.

Nadie, nadie resuelve mis dudas. Nadie, nadie calma mis miedos. Algunas veces me tranquiliza la mirada o sonrisa de mi madre, fuerte. Nadie me cuenta por qué podemos ser crueles. Nadie me motiva para que siga soñando, escribiendo o leyendo. Nadie me indica una puerta de salida a un puerco mundo que me ahoga.

Y sólo soy un niño.

No encuentro salida.

Porque sueño, no lo estoy.

Pero llegó el momento que hasta me costó soñar. Que la mierda me arrastró. Y preferí, como mis hermanas, perderme en paraísos donde difícilmente puede que vuelva. Ya no regreso.

Últimas hoja del cuaderno de Léolo recogidas por el ladrón de palabras.

El único que quizá pensó que Léolo sabía soñar y crear.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.