Diccionario cinematográfico (116)

Cárcel: no sólo Malamadre está entre rejas. Y no sólo él es un FIES. Tiene como compañero de celda a Garfia con cara de Alberto San Juan que se transforma y se enamora de una enfermera que es capaz de ver al hombre tras el asesino en unas horas de luz. Y no sólo ellos organizan motines que son frenados por las fuerzas políticas y las fuerzas del orden sin importar lo que se llevan por delante. Que se lo pregunten a los chicos brasileños de Carandirú y a esos suelos repletos de sangre. También, vivimos motin carcelario en directo por la periodista Tally Atwater en Íntimo y personal. Hay otros que realiza motines individuales con el apoyo de todos los compañeros que desearían ser igual de indomables que Luke, pero él es el único, que con una sonrisa que no se retira de sus labios, cuestiona y pone en vilo una y otra vez a la autoridad porque él no se somete.

De nuevo Babenco nos deja una celda, íntima y pequeña, donde se relacionan un preso político y un homosexual que a través de historias imaginarias tratan de huir de una realidad que les come la moral un poquito más cada día en El beso de la mujer araña. Daniel Day Lewis es condenado como terrorista junto a su padre bueno y trabajador y ahí en la cárcel va sufriendo transformaciones… en el nombre del padre.

Luego están los corredores de la muerte. Desde un solitario y desválido hombrecillo al que los poderes locales anuncian que hay que aplicarle sin demora la pena de muerte para obtener numerosos votos hasta que se cruza por su camino servidora, una Hildy que también sabe del cuarto poder, y pone patas arribas la prisión en luna nueva. Después con sexo masculino y una primera plana también intervendrá un Hildy con cara de Lemon. Pero ahí no acaba todo, también está el enorme negro de la Milla Verde capaz de cambiar vidas a pesar de su muerte cercana. O ese Matthew Poncelet que realiza la cuenta atrás para ser matado junto a una hermana con dilemas morales. Como también es fría la ejecución de un reo a muerte en Monster Balls donde un joven policía con padre severo no puede reprimir un sentido de la humanidad y vomitar ante el horror de una ejecución legalizada (qué terminos unidos más horribles).

Y si hablamos de afán de huida nos vamos a cárceles y a centros de detención en guerra. Y ahí la búsqueda de libertad es eterna. Y termina en drama o en comedia. Y hay joyas del cine o pequeñas piezas con alma. Si nos vamos a Francia emociona La gran ilusión o esa mano que sale a través del asfalto en la maravillosa La evasión. Desde Gran Bretaña nos lo tomamos a risa y Cattaneo crea película tierna de cárcel, teatro y fuga en Lucky Break. Y va de guerras y centros de detención donde los presos que son también soldados buscan oportunidades para escapar del encierro y ahí existe prácticamente otro subgénero que ha dado películas dispares pero fundamentales como La Gran Evasión, El puente sobre el río Kwai, Evasión o Victoria con Pelé incluido o Traidor en el infierno.

Hasta el musical se mete en prisión sea de mujeres en Chicago o sea con el rey del rock. La cárcel también crea curiosas relaciones como la que se establece entre un joven neonazi con un compañero negro que no dudará en darle la mano en más de una ocasión en esa película que llega directa al cerebro y el corazón American History X.

Este género tiene varios hitos que si alguien pide una lista nadie olvida. Así Burt Lancaster y su hombre de Alcatraz amante de los pájaros es intocable. O un Robert Redford que quiere derechos humanos en una cárcel bestia en el drama Brubaker. Otra de las más populares es Papillon con un McQueen y un Hoffman que planean huida.

Pero las cárceles no terminan aquí. Los gángster también acaban entre rejas directos a la pena de muerte, los cowboys y bandidos también dan con sus huesos en las celdas o asesinos y delincuentes comunes con mucha mala suerte o inocentes que acaban entre rejas o historias en las que se muestran cárceles inhumanas donde el hombre pierde su identidad. Entonces nos topamos con lista interminable de dramas carcelarios: Rejas de cristal, jóvenes en cárcel italiana en la que entra un profesor con otras ideas. O la maravillosa Sólo se vive una vez donde un joven Fonda ve como la cárcel le mina la vida, le destroza. O Río Bravo que transcurre gran parte en una celda mientras un joven pistolero, un sheriff, su ayudante alcohólico y un abuelo tratan de que no escape el hermano asesino de un terrateniente con poder y violencia en las manos. O El patio de mi cárcel inspirada en la experiencia de una funcionaria que desde los años 80 lleva un grupo de teatro con las internas de la cárcel de mujeres.

Son muchas las rejas de celuloide.

 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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