Tres momentos inolvidables

Últimamente he visto tres películas que me han dejado tres momentos inolvidables.

Cometas en el cielo (2007)

Mac Foster adapta una novela de Khaled Hosseini donde nos narra una triste historia en Afganistán. Sus protagonistas son dos niños de dos grupos étnicos diferentes unidos por una tierna amistad que se resquebraja entre otros asuntos por la difícil situación social y política del país. No me preguntéis por qué pero se me fijó una de las escenas en que el protagonista, futuro escritor, le cuenta el argumento de un cuento que ha escrito a su amigo analfabeto. El niño le cuenta que a un hombre le dicen que todas las lágrimas que lloré se convertirán en joya preciosa y le harán rico. El hombre llora desconsolado, rico, pero para producir tantas lágrimas ha matado a la mujer que ama. El niño se queda escuchándole e incrédulo le pregunta: ¿pero por qué tuvo que matar a su mujer? Podría haberse acercado una cebolla a los ojos y llorar. ¿No es genial?

Agnes de Dios (1985)

Irregular película de Norman Jewison, adaptación de un obra teatral, se me hizo interesante cierto ambiente en ese convento misterioso pero no me enganchó la trama así como que no pude superar la atracción que sienten los personajes principales por una insoportable monja entre mística y loca con cara de Meg Tilly que me resultó bastante desagradable. Sí reconozco que me gustaron algunas conversaciones entre la psiquiatra (Jane Fonda) y la madre superiora (Anne Bancroft) que en un momento determinado se relajan ambas fumando un cigarrillo y entre risas repasan la historia de santos y santas y qué tipo de fumadores serían.

La vida en rosa (2007)

La triste historia de Edith Piaf transcurre entre los pensamientos, recuerdos desordenados y sentimientos en su lecho de muerte. Siempre que la veo me arrebata la escena en que una Piaf enamorada se entera de la muerte del amor de su vida (en la película), el boxeador Marcel. Me encanta. Cómo se levanta, feliz, como en un sueño, esperando al amado que de pronto la despierta y la besa. Y ella feliz se levanta para prepararle el desayuno o para buscar un reloj que le guarda. Va de habitación en habitación encontrándose a todos sus amigos con unas caras largas mirándola con infinita tristeza y ella cada vez más nerviosa porque no entiende esas caras ni encuentra el reloj. Hasta que ella desesperada les grita que qué pasa y ellos le informan de que Marcel ha muerto en un accidente de avión…, y entonces ella se da cuenta de la realidad y grita mil veces su nombre, vomitando dolor, hasta que finalmente sale por una puerta que es un escenario para cantar lo que la desgarra.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.