Decepción

Decepción es lo que he sentido ante uno de los trabajos de Sean Penn como director (no había visto ninguno de sus intentos) aunque la dirección es correcta y tiene varias escenas que merecen la pena. Se trata de El juramento (2001), adaptación de una novela de Friedrich Dürrenmatt que ya había sido llevada a la pantalla por el realizador Ladislao Vajda en 1958 con el título de El cebo.

Y señores y señoras me cautivó y sorprendió bastante más El cebo, quizá por mi desconocimiento de la historia en ese momento, que la película de Penn que me pareció un remake con giro final absurdo. Eso fue lo que me mató, definitivamente, el final.

Quizá destacaría ese triste ambiente que envuelve toda la película y alguna aparición que otra de secundarios memorables en dos minutos de actuación así como un reparto de lujo. Pero no sabría explicar muy bien por qué me dejó bastante fría hasta el triste personaje de Jack Nicholson o Robin Wright Penn con su diente mellado. No logré emocionarme ni un solo instante y eso que los temas que desarrolla la película son muy duros.

Como curiosidad, ojo al globo volador homenaje absoluto a M, el vampiro de Dusseldorf de Lang, que trataba sobre otro asesino en serie de niñas.

Diría que El juramento me ha dejado sin palabras. Será la decepción. Ha sido extraño.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. 

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