Los actores detrás de la cámara (III)

Kevin Costner Despacito y con buena letra, Kevin Costner estaba conquistando su reputación como actor y sex symbol en los años 80. De pronto, cambia la década y sorprende cuando decide ponerse tras las cámaras. Revive el género del western y ofrece un blockbuster llamado Bailando con lobos (1990).

De sus trabajos como actor, yo me quedo con el Kevin Costner de Un mundo perfecto (1993) pero el papel de Butch Haynes no le dio el éxito. Haynes es un peligroso e inteligente asesino que toma como rehén a un niño de seis años, Philip, entre los dos se establece una relación de admiración, cariño, amor y ayuda mutua. Ahí, Kevin Costner me cautivó. La única vez. Supo mezclar como nadie el papel de asesino duro y peligroso, sin piedad, y el hombre que nunca tuvo cariño ni suerte, dulce y comprensivo con un niño de seis años con mucho miedo a la vida y al mundo adulto.

Sus papeles más populares fueron El guardaespaldas (1992), JFK (1991) y Robin Hood (1991). Se le empezó a considerar estrella durante su interpretación en Los intocables de Eliot Ness (1987). Actualmente, anda de capa caída, sigue estrenando películas que funcionan más o menos…

Sin embargo, volvamos a 1990 y a Bailando con lobos. Retomando la estela que dejó en 1970 Pequeño gran hombre de Arthur Penn, Kevin Costner dirigió una historia donde se daba otra imagen de los indios. Aquí no son los malvados y los colonizadores los buenos que tienen que enfrentarse a ellos. Cambian los papeles. Da la vuelta a la Historia. Y se acerca, de una manera más clásica, al sufrimiento del pueblo indio que sucumbió al exterminio y al ataque a su forma de vida.

La película narra la historia de un oficial de la Armada americana que se convierte en un héroe durante la guerra civil. Al final de la contienda se le envía a un puesto fronterizo en el oeste. Un espacio desértico pero pronto descubre que no está solo. Cerca vive una tribu de indios sioux, poco a poco, el protagonista al que sus nuevos vecinos bautizan como Bailando con lobos, se va acercando a su forma de vida. Los indios y el oficial se respetan. Pronto, conoce a una mujer blanca, que fue raptada cuando era una niña, y vive entre los sioux. El protagonista verá como llega, a las tierras de los sioux, su ejército y deberá tomar la decisión de si sigue al lado de los indios, sus vecinos, o de si recoge las intenciones de destrucción de sus compañeros.Costner realizó un western majestuoso y espectacular donde plasma todos los ingredientes de una película del oeste: batallas, cacerías, historia de amor, paisajes y llanuras inolvidables, una música adecuada… La película obtuvo siete oscars y su director llegó a lo más alto.

Después, Kevin Costner dirigió dos superproducciones de ciencia ficción que fracasaron estrepitosamente y le condujeron prácticamente a la ruina. Su estrella se desinflaba. Los despropósitos fueron Waterworld (1995) y Mensajero del futuro (1997) que servidora ha sido incapaz de ver por el sopor y el aburrimiento que la abrumaban en cada pase televisivo.

Sin embargo, Costner en 2003 volvió a apostar por un western crepuscular y acertó. Sin duda es su género. Open Range no le devolvió el éxito pero sí le situó de nuevo como un buen narrador clásico con una historia del oeste de las de siempre. Kevin Costner es el solitario Charley Waite. Vive con un grupo de hombres que como él tratan de dejar atrás el pasado. Se dedican a andar libres por las praderas guiando al ganado. Sin embargo, en una visita a una ciudad de la frontera donde la corrupción y la tiranía son las principales protagonistas, nuestros héroes tienen que cambiar sus vidas y pasar a la acción. No falta la chica del Oeste, la vital y alegre Sue Barlow. Los personajes son clásicos: el desencantado y solitario, el maduro experimentado, el joven impulsivo, el buen compañero pero algo torpe… mucha acción, violencia en la frontera y una buena historia de amor. ¿Alguien da más? 

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