Feliz Navidad. La cerillera (La Petite Marchande d’allumettes, 1928) de Jean Renoir

La cerillera, un triste cuento de Navidad.

Recuerdo que una de las cosas que más disfrutaba en soledad cuando era una niña, era leer un buen libro de cuentos o estar en el cuarto encerrada con mi magnetofón escuchando un casete de cuentacuentos. En esos buenos momentos, disfruté de varios relatos relacionados con la Navidad, y uno de ellos fue escrito por Hans Christian Andersen, uno de mis escritores de cuentos favoritos. Me estoy refiriendo a La cerillera.

El director francés Jean Renoir adaptó libremente este breve y triste cuento navideño y realizó en 1928 un hermoso y poético mediometraje. La protagonista fue Catherine Hessling, una de las últimas modelos del padre del cineasta, el pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir, que se convirtió también en la actriz principal de los primeros trabajos cinematográficos de Jean Renoir, el segundo hijo del pintor.

El cuento de Andersen narra la última noche de una pequeña cerillera, que al no vender su mercancía teme regresar a casa y recibir una reprimenda, y en plena Nochevieja, decide quedarse en la calle. La niña tiene hambre y frío, y se queda acurrucada, sentada, junto a la pared de una casa. Helada, intenta calentarse con los fósforos y los va encendiendo uno a uno, teniendo visiones agradables sobre la Navidad: un rico banquete, un precioso árbol decorado de Navidad, estrellas y su querida abuela. Finalmente, la niña quiere marcharse con su abuela y la anciana la coge de la mano para que su nieta vuele junto a ella. Y así es, la niña fallece en la calle helada.

Algunos cuentos de Andersen tenían siempre una connotación poética, religiosa y celestial. La cerillera era uno de ellos. Jean Renoir conserva lo poético y espiritual, eliminando la connotación religiosa. El realizador se recrea en el rostro y el cabello largo de Catherine Hessling y el mediometraje cuenta con unos primeros planos bellísimos. Su protagonista es más bien una adolescente y la cámara del cineasta la acompaña en esa noche fría en la que nada vende.

La cerillera se fija en un apuesto joven que entra en un lujoso restaurante y mira a través del cristal cómo los comensales disfrutan de un sitio bonito lleno de manjares. Es parecida la sensación de tristeza, soledad, pero también de disfrute de la belleza de la muchacha a la reflejada en otra película mítica. La que sentía ese Charlot abandonado por su amor, mirando la diversión de Fin de año desde la calle, en La quimera de oro (1925). Después un joven policía para a la cerillera y juntos ven un bonito escaparate de juguetes. Este último le recomienda que se vaya a casa, pues no lleva ni siquiera un calzado adecuado. No para de nevar.

Cuando la joven decide no regresar, porque no ha podido vender ni una cajita de cerillas, se queda en la calle. Entonces trata de calentarse con los fósforos y, como dice en el subtítulo, el hambre y el frío hacen que tenga alucinaciones. Y ahí Jean Renoir crea para la cerillera una vanguardista, lírica y onírica historia donde ella trata de huir de la muerte. La muerte es un hombre uniformado que viene a buscarla. La muchacha recibe la ayuda de un hermoso soldado. El soldado tiene el rostro del joven apuesto y la muerte cuenta con la cara del buen policía.

Catherine Hessling se pasea por el escaparate de juguetes en versión gigante y huye con el apuesto soldado en un caballo, pero la muerte los persigue y finalmente vence al joven, que cae al vacío, y se lleva a la cerillera hasta un paraje desolado, al lado de una cruz. La muerte se desprende de un rizo de la chica que vuela hasta la cruz, que desaparece en el acto para convertirse en un rosal, donde las flores, hermosas, brotan… Los pétalos caen sobre la joven y se confunden con los copos de nieve. La cerillera ha muerto.

Jean Renoir también deja un bello cuento navideño.

Pequeñas alucinaciones por la llama de una cerilla…

Mis cerillas

Como todos los años os deseo Feliz Navidad. Y esta vez voy a encender diez fósforos con buenas alucinaciones para el próximo año.

Primera cerilla

Buena gente a raudales, porque la hay. Ganas de rodearse siempre de esas personas que permiten un flujo de energía bonita y positiva. Los vampiros, los que chupan la energía, para las películas. Mejor estar junto a esa gente que tiene ganas de reír y de construir, pero que también están al lado de uno cuando las cosas se tuercen. Lo bueno se pega y se expande.

Segunda cerilla

Bosques, senderos, montañas, ríos, mares, flores variadas, plantas, árboles, pájaros, gatos, perros… y toda la buena fauna que se nos ocurra, porque hay ganas inmensas de paisajes inolvidables y de respirar aire puro. Porque como se titula una preciosa novela de Irene Solà… ¡Canto yo y la montaña baila!

Tercera cerilla

Estanterías en bibliotecas, en librerías valientes que siguen al pie del cañón y en casas de amigos donde nos esperan un montón de libros para disfrutar en este nuevo año, porque la vida sigue y las lecturas también.

Cuarta cerilla

Reciclar, reutilizar, reducir…, porque otra manera de consumir es posible. El planeta donde vivimos necesita que arrimemos todos el hombro y nos lo tomemos bien en serio. Ojalá los desastres naturales, los colapsos apocalípticos y las crisis brutales sirvan solo para alimentar ficciones

Quinta cerilla

Una habitación propia donde uno pueda cuidarse a tope física, espiritual y mentalmente… Y luego salir para comerse a bocados el mundo.

Sexta cerilla

Salas de exposiciones de pintura, fotografía, literatura…, de todas las artes posibles. Teatros, escenarios y bambalinas. Títeres. Conferencias. Arte en las calles y en los muros. Grandes y pequeños conciertos de esas canciones que al final forman parte de las bandas sonoras de nuestra vida. Celebrar el arte, celebrar la vida.

Séptima cerilla

Una galería donde se encuentra el disfrute de los pequeños momentos: un amanecer, un vaso de agua si uno tiene sed, una sonrisa cuando no se espera, un paseo tranquilo, una brisa suave, un cielo estrellado, una reunión de amigos, una buena conversación, un desayuno delicioso en una terracita, un rayo de sol en la cara…

Octava cerilla

Una mesa con unos cuadernos, unos bolígrafos, un ordenador… y un teclado que no deje de sonar. Es bonito poder dedicar tiempo a lo que a uno le apasiona…

Novena cerilla

Una ventana siempre abierta. No perder el norte definitivamente, saber que un día podemos estar hechos polvo y al día siguiente levantarnos, llorar cuando lo necesitemos, pegar un grito o decir una palabrota en alto, podemos equivocarnos y también pedir perdón, no pasa nada por pedir ayuda o por no saber algo, no ocurre nada si queremos estar una temporada solos… Hay días oscuros y otros luminosos. Días en que no queremos levantarnos de la cama y otros en los que no pararemos de dar saltos. Pero dejar siempre esa ventana abierta…

Décima cerilla

Pantallas de cine, de todo tipo y en todas partes, donde podamos ver películas diversas que nos toquen la cabeza y el corazón… y muchas ganas de compartirlas con todos vosotros, que hacéis que este blog tenga todo el sentido del mundo.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Feliz Navidad. La cerillera (La Petite Marchande d’allumettes, 1928) de Jean Renoir

  1. Hola Hildy
    Esas historias tan tristes de Navidad eran muy duras, como los tiempos hace cien años. Aunque las viésemos a través de la mirada de Renoir. Menos mal que nos has encendido esos diez «mistos» que nos devuelven al calorcito y la luz de ahora.
    Felices Fiestas con montones de sonrisas y muchas pantallas alucinantes. Manuel.

  2. Manuelllll, muy felices fiestas, muchas risas y buenos banquetes. ¡¡¡Y a ver películas geniales!!!
    Al calorcito de las cerillas, espero que no dejes nunca de ser el mago de los juegos de palabras.
    ¡¡¡Te espero aquí, ya sabes, para brindar con champán y palabras!!!

    Besos con burbujas
    Hildy

  3. Hola Hildy. Gracias por encender esas diez cerillas para todos. Ese cuento de Andersen es bonito pero tristisimo. No recordaba que Renoir lo hubiese adaptado.
    Feliz Navidad.

    Un beso.

  4. Queridísimo Luis, Felizzz Navidad.
    Es verdad que La cerillera es un cuento muy triste, pero es tan bello, como el medimetraje de Jean Renoir.
    Y deja esa imagen tan hermosa de las visiones a través de las cerillas.
    Felices fiestas… y muchas más películas compartidas
    Beso
    Hildy

  5. ¡Muy feliz Navidad, queridísima Hildy!
    No he visto esta película y podés creer que nunca leí el cuento, más allá de que conozco su trama porque ha trascendido a la cultura popular. Además, es el protagonista de una bellísima escena de Luna de Avellaneda, de Juan José Campanella, en la que Valeria Bertuccelli le cuenta este cuento a un Eduardo Blanco enamorado, en un entorno natural imposible.-
    Brindo por tus diez cerillas, porque se mantengan siempre encendidas y porque se multipliquen.-
    Te mando un abrazo inmenso, Bet.-

  6. Queridísima Bet, recuerdo perfectamente esa secuencia de Luna de Avellaneda, una película que me gusta un montón. Qué bella es. Llevo tiempo queriendo volverla a ver.
    Muy Feliz Navidad.
    ¡Seguiremos leyéndonos sin parar, compartiendo a nuestros consentidos (Cary Grant, John Garfield, Robert Donat, John Gilbert, Gente Kelly… y muchos más, jajaja) y sintiéndonos muy cerca!
    Beso
    Hildy

  7. Hola Hildy!
    Vaya, me has traido muy bueno recuerdos con lo del magnetofón (¡que bonita palabra!…) y aquellos casetes de cuentos. Realmente era mágico, a mi me encantaba escucharlos en cama, en la oscuridad y en aquel sonido mono acababas viajando a infinidad de lugares. El botón del play estaba duro como una piedra…jeje
    Pues no he visto esta película, otra que añado a la lista…
    Me ha encantado lo de las diez cerillas, brindo por eso…
    Besos y feliz navidad!

  8. Queridísimo Fran, sí, qué buenos recuerdos, ¿verdad? ¡Así que compartíamos afición! Ayyyy, qué bueno lo de ese botón del PLAY.
    La cerillera de Jean Renoir es un mediometraje precioso. Creo que te va a encantar.
    ¡¡¡Sí, brindemos por esas diez cerillas!!!

    Beso enorme y Feliz Navidad
    Hildy

  9. Acabo de leerte y me ha encantado como nos cuentas el trriste cuento de la cerillera…y hoy también he visto en la tele a Charlot pasando mil calamidades en «La quimera del oro», pero sin perder nunca la bondad de su corazón… La literatura y el cine nos han abierto ventanas a la bondad que se encuentra en tantos corazones, pese a tantas dificultades como les surgen en el camino…
    Muchas gracias Hildy por enseñarnos y emocionarnos tanto contandonos maravillosas películas. Que tengas unos felices días navideños. Te los mereces.

  10. Queridísima María Rosa, gracias por tu precioso comentario y por ser una lectora tan maravillosa. Yo también te deseo unos días muy felices durante estas fiestas. «La quimera del oro» tiene un momento que conecta totalmente con «La cerillera». Charlot y la cerillera miran la felicidad de otros a través de un cristal… Y ellos se sienten tan solos…

    Beso
    Hildy

  11. Feliz Navidad y feliz año.
    Hildy, no sé si te gustaría decir qué películas de este año te han gustado más.
    Un saludo.

  12. Una de esas películas pequeñas pero con un encanto especial, realmente muy apropiadas para esta época del año. ¡Felices fiestas y por un próspero y cinéfilo año nuevo!

  13. Querido Luis, feliz año nuevo.
    Qué bien que te pases por aquí.
    Pues hay varias películas que me han gustado este año. Te voy a decir las que me vienen directamente a la cabeza. Las que sentí que algo me removieron: La peor persona del mundo de Joachim Trier, Alcarràs de Carla Simon, Ennio Morricone de Giuseppe Tornatore, Vortex de Gaspar Noe, Blonde de Andrew Dominik, Elvis de Baz Luhrmann, Un héroe de Asghar Farhadi, Licorice Pizza de Paul Thomas Anderson, Belfast de Kenneth Branagh, El poder del perro de Jane Campion.

    Beso
    Hildy

  14. Querido Doctor Mabuse, qué bien lo has dicho. La cerillera es una película con un encanto especial y cómo se disfruta a pesar de su tristeza. Qué imágenes más bellas esconde.
    Feliz año, doctor. No tenga duda de que seguiré disfrutando de su gabinete.
    Beso
    Hildy

  15. Querida Hildy, espero que hayas tenido unas fiestas fantásticas, y que lo que queda vaya en consonancia, con los Reyes Magos que te mereces.

    Menos mal que te ha dado por las cerillas, con los precios que lleva la luz… Las tuyas andan a la par con la maravillosa joya de Renoir.

    Besos, y un espléndido 23.

  16. No me puedo quejar, mi querido Alfredo. Lo he pasado bien. Ahora esperando a los Reyes, jajaja.
    ¡Celebremos esas cerillas! ¡Qué momentos tan bellos revela esta película de Renoir!

    Beso
    Hildy

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