El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (The assassination of Jesse James by the coward Robert Ford, 2007) de Andrew Dominik

Sinceramente me he llevado una sorpresa con la película del australiano Andrew Dominik. Ya sabemos que el Oeste ha sido fruto de mitos y leyendas de bandidos fuera de la ley pero también existen documentos de que la vida ahí no era como nos la han mostrado en la mitología del cine-western. Era una vida solitaria, dura, violenta y lenta. Y los forajidos tenían personalidades mucho más complejas que su posterior leyenda. Y, ya en los setenta empezó un cine del Oeste desmitificador pero a la vez melancólico, hermoso y duro (quizá valga de ejemplo esa belleza que tiene por título Los vividores de Robert Altman o más cercano el Sin perdón de Eastwood). 

Esta vez nos desgranan el asesinato del bandido Jesse James, que junto con su hermano Frank, lideraban una banda famosa en atracos de trenes y bancos durante mediados del siglo XIX. Jesse James fue asesinado, por la espalda, por dos miembros de su banda, el joven Bob y su hermano Charley Ford. Y ambos no alcanzaron la gloria por asesinar a un bandido y matón sino que fueron señalados como destructores cobardes de una leyenda. Complejo, ¿verdad? El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford es una película larga, melancólica y para mí hermosa. Sus casi tres horas pasaron para mí como un suspiro. No se me hizo en absoluto pesada. Su disección minuciosa y su estudio psicológico de cada uno de los personajes me resultó envolvente. 

Toda la película recoge retazos y situaciones para ir construyendo como un puzle un asesinato o ¿suicidio? anunciado. Jesse James tiene el rostro de un carismático Brad Pitt; la composición de un joven complejo y con miedo, Robert Ford, con una admiración patológica por el forajido, cuenta con la buena interpretación de Casey Affleck; un duro, reflexivo y atractivo Frank James nos trae de nuevo al dramaturgo Sam Shepard en una de sus espaciadas interpretaciones cinematográficas y un triste personaje, Charley Ford, cuenta con el rostro de un actor a tener en cuenta, Sam Rockwell. 

El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford nos narra no sólo los caracteres de los forajidos, de hombres de frontera, sino que hace un análisis de vidas solitarias, violentas y duras de unos hombres que apenas llegaban a los cuarenta con el cuerpo y la mente castigados por la lucha por la supervivencia, la violencia de balas y cuchillos y con mentes confusas. De asesinos y ladrones que formaban bandas que, finalmente, se traicionaban unos a otros para seguir viviendo. Hombres que, a veces, se dividían en una doble vida, la familiar, y la de forajidos que robaban y mataban al que se cruzaba por el camino. Una vida que pronto les traía la vejez y el cansancio. 

A Jesse James, le baja del pedestal su propio admirador, un joven y ambicioso (ambicioso de convertirse en leyenda) Robert Ford, que descubre que es un ser humano complejo como todos. El asesinato melancólico y poético descubre a un James, que quizá no estaba tan desprevenido de su suerte, un James quizá cansado y asustado de su propio carácter a veces incontrolable. Limpia un cuadro, un cuadro con un cristal en el que ve reflejado lo que ocurre a su espalda. Robert y Charley viven arrastrando su pasado, los asesinos de un Jesse James desprevenido… y se ganan la vida poniendo en escena un momento único en sus vidas que lejos de redimirles, les destroza por dentro.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. 

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