Donde la ciudad termina (Edge of the City, 1957) de Martin Ritt

Y sigo feliz porque el cine me sigue dando sorpresas agradables. Esta vez con el debú de Martin Ritt con película de antihéroes, de estibadores en el puerto de New York, de las duras condiciones de trabajo, de la corrupción en los sindicatos, de la ley del silencio, de los problemas raciales…

A Ritt siempre le fue la temática social y la vida de los trabajadores (¿recuerdan Norma Rae o Cartas a Iris?). En esta película cuenta una historia sólida y presenta a dos antihéroes atractivos.

Un chico joven y confundido que lleva un tiempo huyendo de sí mismo, de sus problemas familiares y que se va hundiendo en un tobogán de exclusión y soledad…, la vida le va asestando un golpe tras otro y le es imposible salir de una espiral de conflictos cada vez mayores. Así se nos brinda la oportunidad de ver a John Cassavetes, el futuro realizador pionero en cine independiente, como un actor con personaje joven rebelde y frágil, tierno en cada momento.

El otro gran personaje es la persona que, desde el primer día de trabajo como estibador, le echa una mano. Le acepta totalmente, sin límite alguno. Y se convierte en el gran amigo que nunca tuvo (desde la trágica desaparición de la persona que más quiso en el mundo, su hermano). Le hace ver la vida de otra manera, le hace ver que no puede seguir huyendo, le hace conocer gente, confiar en el otro, pasárselo bien…, es un trabajador negro con el rostro de Sidney Poitier que desde su debú en 1950 su prestigio y cotización como actor iba subiendo puntos eligiendo papeles buenos papeles. Sidney Poitier significó un cambio en los roles que normalmente asignaba la industria del cine a los actores afroamericanos. De eso su importancia dentro de la historia del cine además de demostrar, cuando pudo, que era un actor a tener en cuenta.

¿Cuál es el conflicto entre estos dos grandes amigos? Obviamente la existencia de un tercero. Del trabajador corrupto del puerto que la toma con el joven y odia a Sidney por ser negro. El actor secundario Jack Warden clava su papel de personaje odioso.

La película contiene momentos de intensa emoción y además describe de manera sensible y hermosa la amistad entre dos hombres. El personaje de Sidney Poitier, su filosofía de vida y su manera de comportarse será crucial para la evolución del joven rebelde interpretado por John Cassavetes que pronto entra en contacto con la familia de éste y con una joven del barrio.

La película refleja con realismo la vida cotidiana en los barrios de trabajadores de New York, en el puerto donde trabajan los protagonistas, en los lugares de ocio…

En un momento crucial de la película se refleja el mismo conflicto que en otra mítica película de 1954, La ley del silencio de Elia Kazan, pero éste es el único punto de coincidencia que se resuelve de manera distinta a la obra maestra de Kazan.

La película no tiene desperdicio en ciertos momentos que exhibe una emoción intensa. Las conversaciones y confesiones entre los dos grandes amigos, las conversaciones telefónicas del joven rebelde con sus padres, la pelea que supone el clímax de la película…

Buen cine social y realista de los años cincuenta que además descubre la solvencia de dos intérpretes y un director que todavía darían muchísimo que hablar en la industria cinematográfica de Hollywood en las décadas futuras.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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