El último show (A Prairie Home Companion, 2006) de Robert Altman

El último show fue la última obra cinematográfica del director Robert Altman. Un director que ha dejado una obra interesante y extensa. Su éxito arrollador empezó en la segunda época dorada de Hollywood donde surgieron varios directores que renovaron el panorama cinematográfico. Sus primeros éxitos le muestran como un gran creador de imágenes y un especialista en películas corales, su característica más reconocible. Sus películas no sólo son innovadoras sino que siempre van acompañadas de aires de anarquismo, libertad, cinismo y una visión particular del mundo. 

A Altman le he disfrutado en varias ocasiones (y confieso que me queda bastante filmografía por ver y descubrir) e incluso en sus trabajos menos redondos siempre se encuentran escenas de puro cine. Me divierte y me trae además muchos recuerdos MASH (que después se convertiría una mítica serie de televisión) en 1970. Me cautiva la belleza visual de Los vividores (1971). Me impactó con Vidas cruzadas (1993). Me hicieron pensar bastante las irregulares Cookie Fortune (1999) y El doctor T. y las mujeres (2000). Me fascinó el mundo representado en Gosford Park (2001) y me resultó muy interesante el mundo de la danza clásica según Altman en  The company (2002). 

Su testamento cinematográfico es una despedida viva. No es quizá una película redonda pero sí desborda dinamismo, pasión, humor, cariño, reflexiones sobre la vida, la muerte y mucho amor al espectáculo debe continuar. Yo la he disfrutado de lo lindo. Robert Altman lleva a cabo un guión y un proyecto del famoso showman radiofónico, Garrison Keillor (todo un descubrimiento), que durante los años 70 e ininterrumpidamente emite el mítico programa de radio A Prairie Home Companion. Radio en directo, radio en teatro frente a público, radio en estado puro… el programa es un espectáculo de variedades donde destaca además de la personalidad de Garrison, la buena música (música folk, country, jazz, blues…), el humor, sus míticos anuncios publicitarios de productos inexistentes y jingles originales y toda una serie de personajes entre los que destaca el detective Guy Noir o los vaqueros Dusty y Lefty… Allí en EEUU es programa de radio mítico, aquí en Europa bastante desconocido. 

Garrison escribe un guión en el que imagina una última emisión del programa en el teatro Fitzgerald donde varios personajes —ficticios y reales— se reúnen para realizar su espectáculo…, y la película es esta última emisión donde conocemos pinceladas de cada uno de los integrantes (un portero que se cree detective de los años 40 —un Guy Noir muy particular—, un moderador de programa siempre peculiar y de personalidad arrolladora, Garrison como Garrison, dos hermanas y una hija adolescente que llevan años en el mundo de las variedades como cantantes, dos vaqueros Dusty y Lefty que siempre encuentran un hueco para cantar canciones verdes o chistes malos, dos ancianos del mundo del espectáculo siempre enamorados, los técnicos, una coordinadora del programa embarazada y siempre avisando a los integrantes de la gran familia de que ya toca su actuación, los músicos, la peluquera y maquilladora, el encargado de los efectos de sonido, el liquidador, una gran empresa ha comprado el teatro mítico… e incluso un ángel, que admira a todos). Por lo tanto es una película caótica y viva que nos hace ser testigos de la última emisión y de todo lo que ocurre entre bambalinas. Película-pasión… en los rostros de los músicos, de los técnicos, de los actores…, con pequeños momentos mágicos y emotivos. 

Y si tienen alguna duda disfruten de los extras del dvd donde se vive aún más el ambiente de entusiasmo y buen rollo por parte de cada uno de los actores (y personal de la emisión real de radio).  

Como película coral cuenta con un grupo de actores totalmente identificados con sus personajes. Cada uno tiene su escena. Se disfruta de Garrison haciendo de sí mismo, de los buenos músicos y cantantes. Por ahí vemos la complicidad entre dos hermanas cantantes con cara de Meryl Streep y Lily Tomlin, o los vaqueros que son unos impagables Woody Harrelson y John C. Reilly. La adolescente Lola —que compone canciones y poemas sobre el suicidio cuando todo lo que la rodea es canto a la vida— con una entusiasta Lindsay Lohan. El detective de los años cuarenta fuera de época y extraño tal y como sólo puede reflejarlo el gran Kevin Kline o el ángel enamorada de los humanos y el espectáculo, bella y etérea como Virginia Madsen…, y así una larga lista… 

El corazón finalmente salta ante el caos, ante momentos de actuaciones mágicas…, ante la despedida de un hombre que disfrutaba de lo que hacía.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.