Diccionario cinematográfico (96)

Romántico: qué es cine romántico.

Un día rojo frente a Tiffany. Un desayuno con diamantes y una Holly con un gato sin nombre. Un escritor, que en algo se parece a su hermano. Y bajo la lluvia, en un día rojo, te amo. Da igual que sea día blanco, rojo o azul. Siempre encontraremos un momento en que tú puedas hacer algo que nunca hayas hecho o yo también. Terminaremos con caretas de gato, mirándonos a los ojos, y culminemos, tal vez con un beso.

Una actriz harta de su éxito que un día se mete en una pequeña librería de Notting Hill y de pronto, el librero despistado se transforma en el hombre con el que huir de una vida de glamour y fama. Te amo sin ruedas de prensa, sin tener que se amable y bella porque sí. Te amo porque ríes, porque disfrutas de cena tranquila con amigos. Porque eres patoso y no me supone problema alguno serlo yo también.

Qué es cine romántico.

Una ascensorista con amante de esos que prometen dejar esposa e hijos, pero que nunca cumplen. Un solitario que deja el apartamento para los ligues de sus jefes para quizá algún día subir puestos. Una noche de desengaño amoroso. Y ambos solitarios se encuentran en pequeño apartamento. Yo me quito la vida y tú me la devuelves de manera sencilla. De momento no nos queremos apasionadamente, pero quizá terminemos una partida de cartas.

Un viaje en vespa por Roma entre una princesa cansada de protocolos y un periodista desengañado. Yo, princesa, me oculto en las callejuelas. Me corto el pelo, corro, juego, flirteo, me río y hago travesuras. Nada importa. Yo, periodista, dejo la noticia a un lado. Y no me enamoro de una exclusiva o de una princesa. Me enamoro de una mujer que me hacer reír.

Una historia de Filadelfia a tres voces. Una aristócrata que tiene miedo de dejar de ser mujer estatua, mujer-diosa. Con miedo a transformarse en mujer de carne y hueso. Millonario juguetón y de vuelta de todo con algún problemilla de alcohol pero seguro de que no se equivocó al enamorarse de mujer que no admite fallo alguno. Él la ama, sea diosa o mujer. Y periodista desencantado y fracasado escritor que ve en la mujer-diosa un atisbo de la vida puede ser bella. Puedo enamorarme, desenamorarme y crear. Y los tres somos felices y comemos perdices y nos revolvemos unos a otros para cada uno acabar con quien seremos felices. Pero antes nos hemos emborrachado, hemos perdido la cabeza, nos hemos equivocado…, hemos amado ciegamente.

Qué es cine romántico.

El día de la marmota se repite una y otra vez. Y una y otra vez intento conocerte y amarte. Trato de saber tus gustos, tus sentimientos, tus miedos…, y te querré siempre aunque el día se repita una y mil veces. Y siempre encontraré el momento de quererte como el primer día o el último que te conocí.

O ese amor más allá de la muerte. Que yo soy un fantasma y tu la señora Muir. Pero te amo aunque no podamos siquiera tocarnos. Aunque tu envejezcas y yo siempre sea un espíritu andante.

Qué es cine romántico.

Yo soy una cabaretera y tengo en mi poder el lenguaje y vocabulario que te interesa. Las palabras de la calle, de los suburbios, de la vida perra… y tú eres ese científico tímido y frágil… pero enamoradizo. Y yo te amo con todos los sinónimos que quieras encontrar. Y te los digo al oído. Y te provoco y me enterneces.

Te amo desde el día que bajaste de un trapecio, bella cortesana. Satine. Yo que siento que el aire me falta en los pulmones, me encuentro atrapada en los brazos de un escritor bohemio, inocente y bello. Y cantamos una melodía que no morirá nunca. Un secreto que todo el mundo sabe. Que bello es amar y ser correspondido. Eso nos pasa. Aunque yo sea cortesana, y tú un pobre escritor. Aunque tú seas una bella mujer atrapada en su trapecio y yo un escritor en busca de musa.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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