Darling me lleva a repasar filmografía de John Schlesinger y…

El otro día vi Darling cuando una joven Julie Christie se convirtió en musa de los años 60. Cuando se llevó Oscar por película sobre rubia de cuento que se convierte en princesa pero va dejando al descubierto a una mujer con una incapacidad absoluta de ser feliz y comunicarse que se mueve en un mundo frívolo, mediocre, feo e hipócrita que jamás la llena. Ella es la primera que no se gusta en absoluto. Película sobre vacío existencial. Se deja ver aunque no es obra maestra pero tiene momentos interesantes sobre todo en la manera de contar la historia (la voz de la protagonista que cuenta su historia para una revista, una historia de cuento, y la realidad que muestran las imágenes. La película juega a los contrastes ya desde los títulos de crédito). Los sesenta fueron una época en que varios directores de cine hablaron del vacío existencial, de la incomunicación y la frivolidad de las clases sociales medias y altas que no saben qué hacer con todo lo que tienen y que sobre todo se aburren soberanamente. Uno de los mejores retratos de estos seres lo hizo, para servidora, Fellini y su envolvente La dolce vita. Ahh, Marcello, qué grande eres.

John Schlesinger, siguiendo el camino del free cinema, consigue retrato triste aunque sin vida en Darling de una heroína con rostro bello… y alma vacía. La rodea de un Bogarde intelectual coñazo, un Harvey que va de perverso con sus caras de malote y de que tiene gustos raros —vaya reuniones— y extravagantes pero na, de na, un rollo y un Vilallonga con su apostura de aristócrata aburrido, aburrido, aburrido… Ah, entre medias hay un fotógrafo homosexual que va de loca por la vida pero es bastante buenecilla, algo traviesa, y que comete el asesinato de los pececillos de la protagonista en una escena cruel…, uff. Creo que por el tono que va adquiriendo la crítica no me gustó demasiado. Aunque no me arrepiento ni de la compra del dvd ni de haberla visto… porque jugo, desde luego, se la puede sacar.

Pero sí que hay películas de Schlesinger que me conmueven o por lo menos me interesan. Una de ellas es Cowboy a medianoche y la otra Marathon Man. Aunque muchas hay del principio de su carrera que me quedan por ver (las últimas de su producción poco me atraen). Y cual es mi sorpresa, y por lo que escribo este post, cuando veo que Schlesinger adaptó para el cine con guión de Waldo Salt (uno de los profesionales que se vieron afectados por la Caza de Brujas), la novela que me encantó y lei recientemente de Nathanael West (El día de la langosta y que escribí post reciente en la sección Escribir de cine). Y como me suele ocurrir me muero de ganas por conseguir el dvd (Como plaga de langosta, 1975) y verla. Sobre todo para empaparme y ver cómo queda reflejado ese personaje triste de Homer Simpson (nada que ver con la serie animada) con cara de Donald Shuterland. O esa otra cara de Hollywood donde se quedan los que no llegan a estrellas o grandes profesionales… los que se quedan en el camino.

Así que como ven Darling me ha regalado también un nuevo descubrimiento y una nueva película que suspiro por ver…, ya saben que a veces me gusta ser exagerada.

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