Viva la libertad (À nous la liberté, 1931) de René Clair

Hay películas que suenan más por una anécdota que las ha hecho inmortales que realmente porque tenga una buena distribución o se tenga la oportunidad de revisitarla de vez en cuando.  Y esto ocurre con esta película francesa de 1931 que todavía cabalga fresca entre el cine mudo y el sonoro. Todo aquel que haya leído algo de esa joya que se llama Tiempos modernos (1936) y repase el anecdotario de Charles Chaplin sin duda alguna se encuentra con el nombre de Viva la libertad y de René Clair.

Y son cosas del cine, que también es industria, y también en sus arterias hay personas que piensan más en hacer dinero mucho dinero que en hacer arte. Y ocurrió que cuando el genio creo Tiempos modernos, la productora alemana que apoyó en su día a Viva la libertad y que en esos momentos estaba en manos nazis metió en un juicio largo y duradero a Chaplin culpándole de plagiador. Unos diez años duró el litigio. René Clair no quiso saber nada del asunto, es más se puso al lado de Chaplin, y expresó que para él era un honor si su película verdaderamente había inspirado en algo al genio.

Así muchos amantes del cine conocemos Tiempos modernos, la hemos visto una y otra vez y también es cierto que su distribuición ha sido mejor. Y sin embargo Viva la libertad la conocemos por la anecdota. Ahora, he tenido la oportunidad de visionarla…, y disfrutarla.

Viva la libertad es una película alegre, dinámica, tierna, pícara, anárquica, libre, espontánea…, que funde el lenguaje del cine mudo siguiendo la tradición del cine cómico y el vodevil y además ya emplea el sonido incorporando sobre todo una banda sonora y unas canciones que hacen sonreír.

El maravilloso valor de Viva la libertad es que tras la sonrisa, la gamberrada y lo políticamente incorrecto, se esconde una agradable visión de la vida que apuesta por la libertad, la amistad, las cosas sencillas y la alegría de vivir y deja por los suelos a la clase media o burguesía, la deshumanización de la era industrial, la hipocresía de las buenas formas o instituciones como el matrimonio y expresa que el poder, el éxito y el dinero no tienen que ir unidos necesariamente a la felicidad del hombre…

Viva la libertad se deja ver con una sonrisa y fluye de manera espontánea esa amistad entre dos presos que planean una huida. Y esa huida es fallida para uno de ellos. El que huye prospera y el que sufre condena nunca pierde su libertad y por donde se mueve, causa el caos de la vida, de lo espontáneo, de lo bello…, no se rige por las inflexibles leyes de la era industrial, de la empresa capitalista salvaje que trata a los trabajadores como máquinas. Ambos vuelven a encontrarse, y su complicidad sigue intacta. Su humanidad, su forma de ser, sus virtudes y sus defectos, su diferencia. Es lo que les hace libres y porque no, felices. Ya lo dice continuamente una canción que acompaña a los protagonistas desde la cárcel hasta la fábrica o hasta más allá de su liberación…

¿Y veo plagio? No. Veo a dos cineastas que en un momento dado hablan de un mismo tema pero ambos lo expresan a su manera. La era industrial, las deshumanización en las cadenas de montaje, la importancia de la libertad, el personaje que trae el caos y desestabiliza, la amistad… y como los personajes terminan de espaldas recorriendo un largo camino que no sabe donde les llevará…

Viva la libertad o una película gamberra y anárquica que sabe que la amistad puede ser fuente de momentos felices…

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