Comanchería (Hell or High Water, 2016) de David Mackenzie

Comanchería

Cuando el personaje de Alberto (Gil Birmingham), el compañero del ranger Marcus Hamilton (Jeff Bridges), a punto de jubilarse, contesta a uno de sus continuos insultos-juego (curiosa relación la que tienen establecida), expresa de manera inteligente y totalmente irónica la historia de su pueblo, su parte india, y de los colonos blancos. Habla de cuando confinaron a su pueblo a las reservas, y cómo llegaron los colonos blancos, los pioneros, a arrebatarles las tierras. Y cómo ahora a los descendientes de esos colonos les arrebatan también sus tierras las grandes corporaciones bancarias y también son expulsados de ellas sin esperanza alguna. Así en esta escena de Comanchería, de David Mackenzie, que recorre pueblos fantasmas y muertos de Texas, retrata el final de una historia injusta y dura. Pero pone de relieve también que muchos de esos colonos también eran víctimas que buscaban oportunidades y nuevas tierras, y que ahora, que siguen siendo víctimas, se las arrebatan sin miramiento alguno (como ellos no pensaron que antes pertenecieron a otros y que estaban colonizando, quitando, arrebatando). De esta manera vamos a otro momento de la película donde Tanner Howard (Ben Foster) en el casino se enfrenta verbalmente con un comanche, y este le dice que comanche es “enemigo de todos”. Y Tanner le dice que él es también comanche, enemigo de todos. Y entonces quedan indios y colonos, unidos en su papel de víctimas ante estamentos superiores que sin miramientos arrebatan sus vidas y sueños.

Comanchería es un western donde no faltan vaqueros del siglo XXI tratando de no perder sus ganados tras las llamas, donde los forajidos y ladrones de bancos siguen siendo perseguidos por los sheriffs o rangers, pero no hay épica sino una comunión de desencanto. Un desencanto que acarrea cada habitante de esos pueblos fantasmas, y una violencia que se desata en cada instante, más cuando llevar un arma es algo demasiado común, y dispararla más. Comanchería es el reflejo de un Oeste desencantado (sin esperanzas), empobrecido, furioso y hasta arriba de deudas, donde los bancos ahorcan y no dejan respiro, donde sigue imperando la ley del más fuerte y yo disparo antes de que me disparen a mí… que de pronto golpea en el rostro del espectador y pone de frente a aquellos que han podido dar la victoria al discurso lleno de odio de Trump. Porque no hay esperanza, solo furia, y pueblos que se hunden.

El reverso de Comanchería sería Cimarrón, de Anthony Mann, pues aquella epopeya (que llevaba a la pantalla otra novela de Edna Ferber) contaba la historia de esos colonos que se lanzaron a la carrera despiadada (en la que algunos encontraban la muerte) para colonizar nuevas tierras, arrebatadas antes a los indios. Esa historia que cuenta brevemente Alberto. Y cómo ya algunos de ellos se posicionaron también al lado de los indios o se dieron cuenta de que estos tenían tanto derechos (o más, estaban antes allí) como ellos a las tierras y a prosperar. Ya había uniones donde todos eran comanches, enemigos de todos, y llevaban una vida de lucha por sus derechos y dignidad.

Comanchería

Comanchería cuenta la odisea de dos hermanos perdedores, Tanner y Toby Howard (qué fuerza en la pantalla revela Chris Pine), que se rebelan contra su pobreza perpetua y contra las cadenas que forjan los bancos alrededor de sus posesiones familiares. Y cómo los persiguen los rangers, Marcus y Alberto, que arrastran también sus infiernos particulares sobre sus hombros. Durante esta odisea, sin épica, se vislumbran los lazos que les unen, el pasado que les ha llevado a ese presente desolador, los motivos de sus acciones… y el destino que lleva cada uno de los cuatro personajes protagonistas en la frente. Así David Mackenzie matiza con gotas de cine negro este neowestern. Pues todos sus personajes arrastran fatalismo así como los lugares desolados que transitan. Y vemos, por ejemplo, cómo Tanner se precipita (ninguno de los personajes protagonistas tiene nada que perder… y sí quizá un cartucho que ganar) hacia su último refugio particular porque sí tiene, por fin, un sueño… Pero para cumplir ese sueño, no puede dejar obstáculos, y hace lo que le han enseñado toda la vida, convertirse en enemigo de todos, empuñar su arma y disparar a diestro y siniestro.

Y es que Comanchería es un viaje sin épica a la consecución de un sueño de dos perdedores que se rebelan contra su desventura perpetua… y el viaje inverso de dos rangers que van desgranando que tienen más puntos en común de los que creen en un principio con sus perseguidores. Y de fondo, desde las radios de coche, canciones que recuerdan que la vida no es fácil, ni justa, ni grata…

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14 comentarios en “Comanchería (Hell or High Water, 2016) de David Mackenzie

  1. Cuando nos decimos que ya no es posible una película en clave de western en estos tiempos, viene un director y guionista y nos dice que todavía es posible. Lo mismo ocurre con las versiones que se hacen de las novelas de Cormac McCarthy. Cowboy de medianoche es también un western tardío, y es que EE.UU es un país que en su 70% es todavía rural. Ni sabemos los pueblos situados en ninguna parte que existen en ese país que casi siempre no lo pinta con rascacielos (rascaleches decía don Pío Baroja). Comanchería es una gran película con interpretaciones sublimes y claves que nos dicen que hay que ver de nuevo este filme. Jeff Bridges está enorme, y su banda sonora me parece espléndida. Hay un momento (de tantos) que me hizo pensar. Es cuando el sheriff y su colega (no veas lo que padece este hombre con las bromitas pesadas de Jeff respecto al racismo)están sentados en esa pequeña terraza esquinera y el mestizo le pregunta si viviría allí. Yo me lo pregunto siempre que viajo a sitios que no consta en los mapas, y mi reacción es la misma que la de Jeff; le cuesta responder. También, si nos fijamos en los transeúntes, los pocos transeúntes, todos son viejos. He visto en esta película que podría haber sido firmada tranquilamente por Cormac McCarthy, el último novelista de la frontera, después del gran Larry McMurtry.

    Te espero allí, al otro lado de la frontera, mi querida Hildy.

  2. Mi querido Francisco, veo que te ha gustado Comanchería tanto como a mí. Sí, Jeff está estupendo en su personaje. Pero también su compañero de faenas y los dos hermanos (los cuatro actores construyen perfectamente sus personajes)… Los cuatro personajes crean un mapa emocional histórico sorprendente. Un western con gotas de cine negro, de forajidos que se dirigen a un último refugio, a un único destino… pues solo se vive una vez. Sí, que desoladoras son las historias de frontera.

    Beso de comanche
    Hildy

  3. Fue la primera peli del año y me dejó pegada a la butaca esperando que el resto del año esté a la altura (en cuanto a mis elecciones).
    Aunque yo sí creo que sea una historia épica, difiero contigo.Sólo que se trata de una épica de perdedores, sin ningún glamour, ajá, pero con un sacrificio «a lo grande» como es el del hermano y con una victoria al final. Y un héroe crepuscular, Bridges, que asume el destino del desenlace. «El chico contra el grande» siempre es una narracióm épica aunque tenga sabor agridulce y cierta justificación ilegal. Creo yo.

    La banda sonora la tengo desgastada, una gozada.

    Un beso, querida Hildy!

  4. Un peliculón. Hacía años que no disfrutaba tanto en un cine, que no volvía a casa tan emocionado y satisfecho. Una película radicalmente americana dirigida por un inglés que sabe mejor que los americanos lo que es de verdad América, y de paso el sistema socioeconómico que nos han exportado a todos los demás. Es de una brillantez formal y, sobre todo, narrativa (cómo una película que no contiene ni una sola nota de originalidad es capaz de resultar tan fresca, tan diferente, tan nueva) que ya no se encuentra fácilmente por ahí. El cine de género, cuando es bueno, lo contiene todo, contiene lo mejor. Qué diálogos, y qué silencios… En fin, que me ha encantado casi casi tanto como tu texto.

    Besos

  5. Mi querida Marga, qué alegría leerte. Difiere, difiere, y además lo explicas tan bien que asiento, «épica de perdedores, sin ningún glamour», ¡perfecto! Y, sí, yo estoy empezando el año muy bien, viendo películas que me están aportando un montón de cosas. Tienes razón, qué buena la banda sonora y qué bien empleada estaba en la película.

    Beso gigantesco
    Hildy

  6. Sí, mi querido Alfredo, a mí también me ha gustado y también la he disfrutado mucho. De David Mackenzie me llamó mucho la atención en su momento Young Adam. Sí, no solo cuenta bien historia, sino también cómo la cuenta y qué es lo que refleja tan bien. Las raíces y las herencias, el peso sobre los hombros y el presente desolador. Además ha encontrado un cuarteto de actores que han construido a la perfección sus personajes.

    Beso entre indios y vaqueros
    Hildy

  7. Hildy después de leer tu magnífico artículo y los estupendos comentarios de los seguidores de tu blog, confieso que tendría que ver a película otra vez, para verla a través de vuestros ojos y de vuestra sensibilidad… Es una tontada pero ya el título no me atraía y quizá verla después de Frantz, Remordimiento y las Inocentes, me incapacitó para ver lo que ahora descubro leyendoos… y como se suele decir «me quito el sombrero» y os agradezco a todos mucho que me hayais hecho reaccionar y ver lo que en realidad es la película. La música y sobre todo sus desoladoras letras que como tú bien dices nos recuerdan que la vida no es fácil, ni justa, ni grata… Y me gusta lo que dice Marga que es una película épica aunque sea de perdedores, pero épica.

  8. Mi querida Maria Rosa, me alegro un montón que te plantees volver a ver la película en un futuro. A mí me ha pasado con películas que he visto una segunda vez y me han llegado más o han terminado apasionándome (te contaré que me pasó con todo un clásico: las primeras veces que vi Ciudadano Kane no lograba entusiasmarme por ella, ha sido en sus visionados posteriores y concienzudos, cuando he terminado amándola). O igualmente lo contrario películas que no me convencieron, vuelvo a verlas y siguen sin convencerme, pero sabes que hay algo, pero que no logras atrapar o no te llega. Y es que qué buenas también y qué interesantes Frantz, Remordimiento y Las inocentes…

    Beso
    Hildy

  9. Buenassss…que x aqui andamos…a ver, la peli solo me ha convencido en un sentido, explica muy bien y sirve perfectamente para que sociólogos varios entiendan el por qué muchos americanos han terminado votando lo que han votado…no es casualidad ni frikismo…hay que mirar esa américa profunda a la cara y verse deshauciado… el paso siguiente sucede cuando llega un tipo hosco en plan salvador que te dice «America first»…el granjero de Oklahoma, Nebraska o kentucky lo entiende a la primera…el de Greenwich Village o Beverly Hills pues no lo pilla.
    En ese aspecto la peli sirve como documento…pero si hablamos de cine me parece muy pero que muy rutinaria…carente de fuerza visual ycon una definición de personajes que se las trae…
    Dos aspectos me molestaron especialmente sobre los personajes…el primero es esa presunta camaradería entre el sheriff y su ayudante que no es tal…a Bridges le veo con el piloto automático puesto, con el agravante de que tras años humillando a su compañero, el guión nos cuela que encima cuando muere se nos pone chulito y decide que ha de ser él quien ejecute al otro infeliz, como si vengase a un amigo.
    Peor me pareció aun el hecho de que el guión se preocupa muy mucho de que uno de los dos hermanos jamás se manche de sangre, para que pueda consumar la venganza limpio de polvo y paja. Una película valiente, arriesgada y sobre todo sincera no lo hubiera permitido, y todo para que el espectador salga de la sala con la sensación de que el tipo que no ha disparado a nadie ha consumado una especie de justicia poética…muy bonito pero eso en mi opinión rebaja el valor de la película varios grados. Esto no debía ser nunca una parábola Disney con final poético….el último refugio tb es poético y sin embargo….un abrazo

  10. Pero, mi querido Victor, qué alegría leerte por estos lares. Y como siempre aportando un comentario jugoso y una buena exposición para el debate sobre Comanchería. Me parece interesante tu mirada porque planteas reflexiones. Yo como digo en el texto valoro el primer punto, y único que te convence de la película, y que me parece importantísimo a la hora de analizar la película.
    Respecto a la definición de personajes que es el aspecto que más te chirría, es curioso pero no lo miré desde esa perspectiva. Yo vi un juego de espejos entre las dos parejas (los hermanos y los rangers) y todos sus vínculos, sus formas de relacionarse entre ellos… y cómo finalmente hay más cosas que los unen de las que piensan. Me resultó interesante ese juego, la construcción de los personajes y las interpretaciones.
    Nunca dejará de sorprenderme cómo cada película (como cada libro) se transforma según los ojos que se posen sobre ella… y cómo de las múltiples miradas, surgen reflexiones de lo más enriquecedoras. De momento, con tu mirada, me he quedado pensando…

    Beso… y pásate más con tu caballo al galope a este lado de la frontera, ya sabes que me gusta leerte.
    Hildy

  11. Cómo no alegrarse, Hildy, de que el western siga vivo en el siglo XXI aunque este director no sea Clint.
    No he visto la película pero encuentro iluminador tanto lo que dices tú como lo que ha comentado algún otro lector.
    Eso sí, si la intención es tan obvia de «los malos son los banqueros, etc.», eso me da que sospechar. Una película ha de ser buena por la síntesis de elementos que ofrece, la coherencia de su propuesta, la variedad, la complejidad. La intención en sí, o el «mensaje», en fin, de la película espero que sea algo sutil y que «surja» del «todo» que vemos, que no esté metido con calzador; porque que si todo se reduce «qué malo es el sistema capitalista» sin matizar mucho, en fin, entonces no creo que me interese el film demasiado.
    Está bien la referencia a Trump y su populismo, aquí nos suena también: la casta es mala, la gente es buena, creación de un enemigo, líder carismático, idealización de la «gente normal»… Lo dijo Trump el otro día, que él gobernaría para el «pueblo», no para las élites de Washington.

    Me ha interesado lo que ha dicho Víctor sobre «una película valiente, arriesgada y sobre todo sincera» en relación al guion. Yo también encuentro en bastante cine contemporáneo rutinariamente calificado como «valiente», «arriesgado», etc. unas inercias tanto de guion como de estética e intenciones (¡ay, las intenciones!) que me hacen sospechar mucho: pienso en Larraín, el horrible Lanthimos, Ostlund… O, sin ir más lejos, el aclamado «Paterson» de Jarmusch sobre el que publicaré unas líneas un día estos; en fin, lo dejo para otro momento.
    Muy sugerente, todo.

  12. Pues sí, querido Luis, creo que Comanchería es un neowestern con gotas de cine negro a cuestas que merece la pena. Y creo que no deja una lectura únicamente de «los malos son los banqueros», sino que las huellas y raíces son bastante más profundas. Indaga más, bajo mi parecer. Ya te leeré seguro cuando la veas qué sabor de boca te deja y qué es lo que opinas sobre ella.

    Siempre digo que me encanta debatir e intercambiar opiniones. Y me gusta la diversidad de miradas, pues enriquece y hace pensar. Así te digo que los directores contemporáneos que no te agradan, a mí me han abierto una senda interesante. Lanthimos desde Canino es un director que sigo, Larraín igual (aunque aún no he visto Neruda) y Paterson de Jarmusch, no publiqué nada sobre ella en su día, pero sí la metí en un decálogo que regalé para Navidad, pues me hizo sonreír durante todo su visionado, y me habló de poesía en la cotidianidad. Lo que si está claro con todos estos directores que has nombrado es que su cine, para bien o para mal, no deja en absoluto indiferente. Mueve y remueve, y genera debates y reflexiones seguro que siempre apasionantes.

    Beso
    Hildy

  13. saludos desde Venezuela, estoy disfrutando tu blog. Muy buen análisis de Hell or High Water, de verdad yo quedé fascinado con lo que pudo aportar Chris Pine demostrando que no es una cara bonita más y eso anima mucho de cara al futuro. Con Ben foster me pasa al reverso, si bien hace una excelente interpretación ya se me vuelve constumbre ubicarlo en papeles del loser loco que está dispuesto a todo claramente un sociópata. En general un film muy agradable

  14. Bienvenido Jose, sí, para mí también fue una sorpresa Chris Pine en esta película, pues era un actor que yo apenas conocía, ya que no he visto ninguna de la moderna saga de Star Trek. Y me parece que tiene una fuerza brutal en la pantalla. También me encantó reencontrarme con un viejo conocido, mi adorado Jeff Bridges. Y, bueno, me gusta mucho el personaje pasado de rosca de Ben Foster.

    Gracias por pasarte por aquí y por tu comentario

    Beso
    Hildy

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