Traidor en el infierno (Stalag 17, 1953) de Billy Wilder

Otra de las grandes desconocidas películas de Billy Wilder. La película narra la vida diaria en un campo de prisioneros de guerra alemán durante la Segunda Guerra Mundial. En el barracón donde transcurre la historia se encuentran militares norteamericanos que además de vivir el día a día tratan de idear distintos planes para huir, para mantenerse informados sobre los acontecimientos bélicos, para no sucumbir al horror…, entonces cuando mueren dos compañeros a los que todo el barracón había ayudado en un plan de huida comienzan a sospechar que quizá conviva un chivato entre ellos que informa de sus planes a los nazis. Todas las miradas recaen en el cínico y superviviente por excelencia sargento Sefton (genial William Holden, película por la que ganó su único oscar como mejor intérprete). 

Entre las críticas que siempre circulan contra Traidor en el infierno es que Wilder no consigue equilibrio entre drama y comedia. Sin embargo, al haber podido por fin verla, no estoy de acuerdo. Traidor en el infierno es una película que se adelanta a los tiempos y donde Wilder sigue haciendo de las suyas con un cinismo desbordado. 

Era una historia muy complicada de llevar a cabo pero Wilder consigue emociones (risas, suspense, lágrimas, drama, esperpento, crítica, caricaturas, solidaridad y un personaje excepcional, el sargento Sefton) y ridiculizar a los mandamases nazis. A Wilder este tema le tocaba hondo (no olvidemos que era austriaco y miembros de su familia, entre ellos su madre, padecieron en Auschwitz) y realiza una película donde deja en ridículo a los nazis y donde habla de la solidaridad entre los prisioneros de guerra y de cómo cada cual tiene su manera de sobrevivir. El sargento Sefton, un tipo que demuestra que toda la vida ha tenido que luchar para conseguir las cosas, comercia con todos, con sus compañeros de barracón y con los guardianes, consigue así privilegios y por ello, por su falta de heroísmo y por su lucha por la supervivencia con unos y con otros se convierte en el principal sospechoso. Y como tiene que sobrevivir, no duda en averiguar quién es el verdadero traidor y en finalmente comportarse como un héroe…, pero siempre sin perder de vista que es en beneficio propio y no tanto por ser el máximo héroe o patriota…, él siempre sabe de qué va la supervivencia. Otros soldados sobreviven a través del humor, no les quitan la risa ni las ganas de gastar bromas o burlarse de sus guardianes. Otros pierden la cordura. Todos tratan de encontrar buenos momentos aunque se encuentren en el peor de los sitios. 

El tono de la película desconcierta pero no olvidemos otros ejemplos de cine clásico que consiguen ese equilibrio (como El gran dictador, Ser o no ser, o Berlín Occidente –del mismo Wilder—) o, por ejemplo, otras películas más contemporáneas como La gran evasión, MASH o Trampa 22 que estoy segura tuvieron en cuenta el precedente de Traidor en el infierno. Wilder consigue ese equilibrio de sobra. 

La película cuenta con varias escenas y personajes muy bien resueltos. El descubrimiento del sargento Sefton de quién es el verdadero traidor y cómo pasa la información a los nazis, la solidaridad de los soldados cuando todos se declaran culpables de un incidente que ha cometido uno de los prisioneros y esa misma solidaridad que hace que todos los del barracón protejan al soldado que ha perdido la salud mental, las escenas de cómo tratan de pasar la vida diaria con distintos juegos, destilerías, fiestas, bromas o cómo intentan comunicarse con las prisioneras rusas que se encuentran en un centro al lado del suyo, los momentos ridículos y el comportamiento del máximo responsable nazi (impagable Otto Preminger –que además aquí conoce a William Holden y le ofrece protagonizar La luna es azul—) o del responsable nazi del barracón, el momento cumbre donde William Holden recibe una paliza por parte de todos los compañeros del barracón que le creen culpable… 

Traidor en el infierno es otra de las obras más desconocidas de Wilder a reivindicar que como siempre construyó un notable guión. Stalag 17 era una obra de teatro que Wilder decidió llevar a pantalla. También, esta película supuso su ruptura con los estudios Paramount porque éstos pidieron al director unos cambios para estrenarla entre el público alemán y el director se negó rotundamente. La discusión terminó de tal manera que el director abandonó los estudios. No volvió a rodar con ellos.

3 comentarios en “Traidor en el infierno (Stalag 17, 1953) de Billy Wilder

  1. Pingback: 'Traidor en el infierno' (1953) - elCriticon.es

  2. Bienvenido, Jorge
    Fue mientras estaba rodando «Sabrina» para la Paramount, cuando decidió que nunca más rodaría en dicho estudio por el problema que surgió y que cuento en el texto: en el estudio le pidieron que hiciese unos cambios antes de estrenar Traidor en el infierno para el público alemán y Wilder se negó rotundamente. Y así rompió con el estudio.

    Beso
    HIldy

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