La leyenda de la ciudad sin nombre (Paint your Wagon, 1969) de Joshua Logan

No sé si será el cansancio o qué pero no dejo de dar vueltas a un asunto con esta película. Quizá sea algo delirante lo que voy a decir pero creo que esta especie de western, musical y comedia no hubiera sido lo mismo sin el mayo del 68. Sí, han leído bien y muy bien. 

El mayo del 68, es decir, lo que significó en muchos lugares del mundo este acontecimiento tuvo repercusiones en muchas expresiones artísticas y entre ellas como no, el cine. 

No hubo un triunfo político pero sí una pequeña apertura en el sistema imperante en algunas partes del planeta (en otras no). De pronto se pusieron en duda algunas instituciones inamovibles como el matrimonio, la familia, la educación, la religión, la sexualidad, las costumbres tradicionales…,¡¡¡pum!!! De golpe y porrazo podías cuestionarte todas estas cosas y más. 

Y así claro se entiende el nacimiento de este musical maravilloso a la par que irreverente sobre una ciudad sin nombre, sin ley, sin costumbres…, son unos buscadores de oro quienes van construyéndola a su antojo. Pero como buscadores de oro son errantes y pronto se hartarán de la propia “civilización” que van creando. Así que pintarán sus carretas y viajarán a otro lugar para seguir tras el oro que sólo es una excusa para estar libre de ataduras. 

Y en este musical que crea un barroco creador de historias de amor atípicas como Joshua Logan (Pic nic, Bus Stop, Sayonara, Camelot…) no podía faltar ese espíritu del tiempo. Del 68. Coge a un borrachín, que nació bajo una estrella errante, todo un vividor con cara de Lee Marvin con una de las peores voces de la historia del musical pero no por ello llena de encanto y personalidad. Agarra a un joven tranquilo, Socio, y ambos se crean su propio código de amistad inquebrantable, sin apenas conocerse, con el rostro de Clint Eastwood que abandona su papel de duro para convertirse en muchacho sensible que sólo pide una vida tranquila al lado de amada alguna. Y, por último, nos deja a la tercera en discordia, una bellísima Jean Seberg (diez años antes de su trágica muerte)…, símbolo de mujer moderna (no olvidemos su paso por Al final de la escapada) que nos muestra a una real hembra que ama a dos hombres y que no ve ningún problema en convivir y estar casada con los dos. Ella es quien lo decide. 

Lo demás: diversión, diálogos chispeantes rozando el surrealismo, buscadores de oro, secuestro de mujeres de vida alegre, joven granjero totalmente seducido por lo que sus padres consideran vicios, amor, alcohol, canciones bellas, predicador loco de remate, construcción, destrucción, túneles, celebraciones y entierros, hogar soñado, osos y toros, polvo de oro…, y viaje mucho viaje…, pinta tu caravana, y ven con nosotros.

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