Muerte de un crítico de cine

argo

Amanezco con la noticia de que ha muerto Roger Ebert. Durante años publicó en The Chicago Sun Times y hasta el final mantuvo su querido blog muy vivo. Publicó varios libros reuniendo sus reseñas y estos libros están editados en español (y pienso que ahí están esperándome).

La muerte de un crítico supone que desaparece una mirada. Y eso es triste.

Enseguida he pensado ¿cuáles fueron las últimas películas con las que disfrutó? En su blog he indagado y me he quedado mirando la entrada en la que compartía con sus lectores su top de películas de 2012. Y entonces me reafirmo, se va una mirada. Muchas de las películas que hay en este top reconozco que no las he visto (las he dejado escapar) porque pensé que para mi mirada otras eran prioritarias. Pero ahora cuando leo esta lista me planteo ver algunas, ahora que ya están en formato dvd, para descubrir qué se esconde detrás de ellas. Los top generan discusión y riqueza. Y otro punto importante: descubrimientos. En concreto Roger Ebert me pone en la pista de dos desconocidas (las únicas que no tienen nacionalidad norteamericana).

Y también me doy cuenta lo importante que es alimentar y tener una pasión para hacer más llevaderos los obstáculos que nos pone la vida por delante. Roger Ebert luchaba contra un cáncer durante años y estoy segura de que el cine en varias ocasiones (y escribir sobre ello) se convirtió en tabla de salvación.

Su lista: su mirada empieza en Argo de Ben Afleck, se sumerge en La vida de Pi de Ang Lee, sobrevuela por Lincoln de Steven Spielberg, se detiene en Sin tregua de David Ayer, disfruta de El fraude de Nicholas Jarecki, se sobrecoge con El vuelo de Robert Zemeckis, reposa en Las sesiones de Ben Lewin, se clava en Bestias del sur salvaje de Benh Zeitlin, indaga en Oslo, 31. August de Joachim Trier y se tranquiliza sobre A simple life de Ann Hui.

Sus ojos se cierran pero ha dejado en sus textos una mirada que no desaparece…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

12 comentarios en “Muerte de un crítico de cine

  1. Pues lo siento, DEP y todo eso.
    Ahora bien, no creo en Rogert Ebert ni en ningún otro crítico americano, lo siento. Están demasiado cerca, demasiado pegados a las personas y, sobre todo, a los negocios de Hollywood, para ser objetivos e imparciales, y todos, sin excepción, pertenecen a medios cuyos intereses corporativos están reñidos o bien son coincidentes, con los de las productoras y grandes estudios. Si te das cuenta, ha pasado con todos los grandes nombres (no tan grandes) de la crítica, normalmente endiosados por ellos mismos y por quienes han pretendido sacar provecho de ellos y de su influencia. ¿Cómo, si no, puede sobrecogerse alguien con «El vuelo», que es un truño de aúpa…?
    Besos voladores

  2. Pero mi querido, querido Alfredo, mi demoledor favorito, mi apasionado cascarrabias… fíjate que yo sí creo que bastantes críticos están empapados de pasión hacia el cine. A mí es una profesión que además de difícil me parece preciosisísima y creo que como en todas las profesiones, ser buen crítico de cine es un camino complejo, arduo, apasionante y maravilloso. Yo disfruto leyendo críticas, de verdad.

    En cuanto a EL VUELO, querido mío, es de esas películas que he dejado escapar si bien tengo que decirte que en un principio la premisa de la que partía me llamaba la atención. Después he escuchado a distintos espectadores (en los que confío de sus criterios, como confío en ti)y me han devuelto interesantes miradas (sin que a ninguno le haya gustado del todo) pero que no descartan que en algún momento la vea.

    Besos
    Hildy

  3. Cuando murió Ángel Fernández-Santos quedé «huérfano» de referencias periodísticas cinéfilas, una vez desaparecido mi crítico de cabecera. Mis amigos blogueros, entre los que te cuento, son mi punto de vista en la actualidad: imparcial y comprometida. Y no me va mal.

  4. Mi querido Licantropunk, otra mirada que perdimos… También me quedé triste cuando se fue Terence Moix (sus textos me hicieron amar más el cine).

    … Agradecida, muy agradecida, por tu frase final. Mi amigo Licantropunk ya sabes que soy fiel seguidora de tu morada y tu mirada cinéfila.

    Besos
    Hildy

  5. Yo es que diferenciaría (por cierto, no veas lo que duele también ver «Lincoln» en esa lista de «preferencias», qué horror…). Una cosa es ser crítico y otra escribir sobre cine. No me gusta lo primero (yo, desde luego, no me considero tal, sino comentarista, es decir, empleado por voluntad propia en eso de hacer boca-oreja, sin más), me apasiona lo segundo, especialmente cuando se va más allá de las técnicas y los trucajes y se va a hacer memoria sentimental del cine que, en realidad, es lo que nos une a todos los que nos trae locos. En ese sentido respeto a muchísimos escritores de cine, y como tú, los admiro, los disfruto y, en secreto, los envidio (fíjate que hasta he intentado copiarles, como bien sabes).
    Otra cosa es la crítica a sueldo, uséase, escribir por pasta comentando los estrenos de la semana, pontificando y creando esa jerga crítica tan abominable, al estilo de los críticos taurinos o los catadores de vino, con la que, en su propio idioma, se sueltan parrafadas con pretensión de trascendentales, invariablemente al final de las cuales uno termina por preguntarse, «¿pero veo la película o qué?».
    En cuanto a «El vuelo», todas las decisiones creativas están equivocadas, incluyendo el orden de contar la película. Cuando la veas, si quierse, hablamos.
    No veas cómo me gusta eso de ser un «cascarrabias demoledor»; me siento como Spencer Tracy y Charles Bronson, todo en uno…
    Besos

  6. Hola, Hildy, buenas tardes (y, por fin, parece, soleadas…); qué hermosísima y certera la frase con la que cierras tu reseña. Soy, como tú, un apasionado de la crítica, siempre me ha gustado leerlas, y admiro mucho a mucha gente que escribe, y muy bien, sobre cine. A Ebert, francamente, no puedo decir que lo siguiera, mi nivel de inglés no me permitía hacerlo con el nivel de fluidez suficiente como para que la lectura se me hiciera placentera, de manera que solo esporádica y puntualmente he leído críticas suyas; pero está claro que su prestigio y su nivel de seguimiento eran altísimos, y algún motivo debía haber para ello, aunque yo no esté en condiciones de valorarlo personalmente. En fin…

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

  7. Hoy es un día triste, terrible y feo como la climatología de medio país, amiga Hildy. Ha fallecido toda una institución del mundo cinematográfico; un gran crítico—escritor dignísimo y esencialmente, un periodista. En Chicago las banderas están a media asta y la redacción del Sun-Times de luto. Sus últimos, años fueron un calvario. El puto cáncer le quitó la voz y consumió el cuerpo lentamente entre metástasis de todos los colores. Él, siguió escribiendo (tenía agallas y muy grandes) todos los días. Sólo le deseo lo mejor, pues en USA hay conmoción. He leído esta tarde las principales reseñas de los mejores diarios de allí y ha dolido en lo más hondo. No era persona de grandes enemigos. Muerte de un crítico cinematográfico y hombre de letras. Un beso desde la tristeza

  8. Mi querido cascarrabias demoledor, hablas de crítica de cine y de escribir de cine… ‘dos artes’ que a mí me fascinan. Y como artes… hay ‘artistas’ más virtuosos que otros. Hay genios de la pluma y otros que no lo son tanto. Hay desinteresados y apasionados y a otros que les mueven oscuros intereses… Hay de todo en la viña. Como en todas partes.

    Pero aquí entramos, como en todo arte, los espectadores-lectores con libre albedrío y capacidad de intelecto para quedarnos con lo que realmente nos llega al cerebro y al alma.

    Y soy pesada pero te juro que yo los principios de mes y los finales de semana los espero con deleite (salen las revistas de cine mensuales, los periódicos publican sus críticas) porque sé que alguna crítica cinematográfica va a entusiasmarme. Luego, como en todo, habrá otras que no me llamen en absoluto… pero esas las olvido en cuestión de segundos.

    Besos
    Hildy

    Mi querídisimo Manuel: yo tampoco soy seguidora asidua de Ebert pero sí sabía de su persona y su trabajo como crítico cinematográfico. Así como tenía conocimiento de su blog. Lo que sí me apetece es conseguir sus libros editados aquí que muestran una recopilación de sus críticas para hacerme más a la idea todavía de su mirada. Pero como te decía la muerte
    de un crítico cinematográfico significa que se cierran unos ojos que no verán más películas…

    Besos de otra apasionada de la crítica cinematográfica
    Hildy

    Mi querido JC: hay algo de lo que creo estar seguro y es que sin duda la profesión y pasión de Ebert: el cine, le pudo servir hasta al final como tabla de salvación hacia los estragos de una enfermedad que cuando se empeña no perdona. Se quedó sin voz pero no sin mirada.

    Besos
    Hildy

  9. Mi querida Hildy,sobre todo mi más sentido pésame por la muerte de Roger Ebert.Tengo en la sección de mi biblioteca un montón de libros sobre cine,pero me parece que ninguno de ellos pertenece a ningún crítico.Hablar de cine, escribir de cine,me apasiona sobre todo cuando los escriben los mismos directores;el cine dentro del cine.La crítica nunca me ha inspirado confianza y eso que he leído a Andre Bazin,posiblemente uno de los más grandes,pero nada.Académicos,sesudos,puntillosos,etc.No estoy hablando de Ebert,sino en general.Por otra parte tengo una buena colección de críticas sobre películas que en su momento fueron execradas por la mayoría de los críticos;películas que hoy están consideradas obras maestras indiscutibles.Siempre he creído que escribir o valorar una película o, una novela recién estrenada o publicada me parece una soberbia. ¿Te has fijado en las carteleras actuales? Todas llevan una escueta frase diciendo: «Una obra maestra». ¿Cómo se puede denominar obra maestra a una peli que solamente han visto los críticos antes de su estreno? La etiqueta solo puedo ponerla el tiempo.Es el tiempo quien denomina semejante proeza,amiga Hildy, y no la impronta de unos tipos que están contratados para ver cinco películas a la semana para clasificarlas en el periódico con estrellitas.Me repito,no estoy hablando de Ebert,sino de la crítica en general.Además la frase «obra maestra» se ha incorporado en el lenguaje de los cinéfilos domingueros.Vas y le preguntas a un tipo que ha visto una peli: ¿Qué te ha parecido? Y te responde de inmediato: «Es una obra maestra.» No sé, pero creo que este tema da para mucho,amiga Hildy,¿no crees?

    Besos bajo la mirada de un tipo que después dirá: Ese beso es una obra maestra.

  10. Ahí, en eso que señalas querido Francisco, en este apasionante debate, es donde está creo yo el problema de la cuestión. Efectivamente esas frases, que se dicen sacadas de críticas, que acompañan los carteles de las películas: «¡Espectacular!», «Obra maestra», «Sorprendente», «No habrás visto nada igual»… ¡eso, por supuesto, que no es crítica cinematográfica! La crítica cuando es propaganda, publicidad o marketing… no es crítica… Yo no estoy hablando de eso sino de CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA con letras mayúsculas. Aquel crítico o crítica que devuelve una mirada, que muestra unas claves, unos caminos para destripar lo que encierra una película, las posibilidades que presenta su visionado.
    A mí no me dice nada la crítica cinematográfica que se limita a Sorprendente o Basura sino la que me despierta curiosidad, extrañeza o ganas de indagar en la proyección de una sala oscura…

    Te devuelvo con mucho cariño UN BESO que es ¡una obra maestra!, ¡Magristral!, ¡Sorprendente!, ¡nunca recibirás uno igual!
    Hildy

  11. Sí, yo siempre, querido Marcos, he creído en esa frase, el cine como tabla de salvación. A mí me ocurre a veces. Y hay historias preciosas alrededor de esta idea.

    Besos
    Hildy

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