Argo es una película interesante porque en ella pueden ‘leerse’ varios niveles o podemos ir quitando distintas capas a la cebolla. Argo tanto en lo bueno como en lo malo no deja indiferente y genera debate. Es una película para analizar y profundizar en ella. Lo que no hay duda alguna es que cuando te sientas en la butaca, el relato cinematográfico de Ben Affleck te atrapa. El actor-director siempre sabe poner en marcha argumentos interesantes y en sus tres obras cinematográficas (Adiós pequeña, adiós, The town y la que nos ocupa) detrás de la cámara muestra un pulso narrativo y un ritmo que engancha al espectador.
Argo plantea la apasionante dicotomía entre lo verosímil y lo realista tanto en su argumento como en la forma de ‘contarnos’ esa historia. Nos narra un ‘hecho real’ que ocurrió en 1979 cuando la embajada de Estados Unidos en Teherán fue ocupada por un grupo de estudiantes iraníes (tras la revolución) y tomaron como rehenes a diplomáticos, funcionarios y ciudadanos norteamericanos para pedir el regreso del Sha de Nueva York (el Sha impuso un reinado de terror cuando dio un golpe de estado, apoyado por Estados Unidos, para terminar con la reciente democracia iraní. Esta democracia no era ‘adecuada’ para los intereses de Estados Unidos en Irán) para que fuera juzgado y condenado. De este hecho Affleck se centra en seis funcionarios que se escaparon en el momento del asalto y se ocultaron en casa del embajador canadiense y en cómo fue su rescate por parte de la CIA, el gobierno de Estados Unidos en cooperación con el canadiense. Este ‘rescate’ fue clasificado y salió a la luz en 1997 y permite a Ben Affleck desarrollar una trama sobre cine dentro del cine (o mejor dicho sobre la representación y el disfraz, ‘el construir una ilusión o una mentira’ para poder huir de una situación de peligro o de reclusión o de ocultación… vayámonos a argumentos tan míticos como Ser o no ser de Ernst Lubitchs o lleguemos a la sátira política La cortina de humo de Barry Levinson).
¿Y qué pinta el cine dentro del cine o la representación en un rescate de seis funcionarios ocultos en el hogar del embajador canadiense? Porque el plan más verosímil que desarrolla un experto en rescates de la CIA, Tony Méndez (con el rostro de Ben Affleck), es el de ‘simular’ que se va a llevar a cabo una película canadiense de ciencia ficción, Argo, y que todo un equipo (guionista, directora artística, director, productor…, cada uno de los seis funcionarios) va a Irán para buscar los exteriores adecuados para esta producción… y después toman el avión para regresar a su país… Y para que toda esta simulación sea creíble para las autoridades iraníes cuenta con la ayuda de dos ‘personajes’ de Hollywood, que conocen bien las entrañas de un mundo de ilusiones, engaños y apariencias: un maquillador (John Goodman) y un productor (Alan Arkin).
Y este nivel es lo más interesante y original de la película de Affleck. Lo que te mantiene en un estado de tensión continúo que no decae ni un segundo (y eso que son dos horas de película que pasan como un suspiro, por lo menos para servidora).
Así Ben Affleck se mueve en la sátira política, el thriller y la intriga… pero si tomamos otro nivel o capa de cebolla Argo muestra sus debilidades así salgas de la sala de cine y empieces a pensar un poco. Y por lo que ya apuntábamos al principo: la forma de contarnos esta historia también navega entre lo verosímil y lo realista. La mirada americana de Ben Affleck que si bien en un principio muestra una crítica a la política exterior estadounidense en Irán se queda en la superficie convirtiendo después en héroes a los americanos que intervinieron en este rescate y mostrando a unos iraníes malos muy malos… y quedando el gobierno estadounidense con esta operación conjunta con los canadienses como adalides del pacifismo (¿?)…
Lo que en un principio parece que va a ser una interesante denuncia política se transforma en una intriga política donde se construyen los estereotipos (el agente de la CIA es un héroe solitario y valiente, los rehenes inocentes y víctimas son rescatados de las garras de los tremendos iraníes malvados y extremistas) del género salpimentado con ingredientes valiosos de sátira. Así Ben Affleck ‘mira’ con un estilo cinematográfico que nos recuerda a las películas de cariz político de los años setenta de realizadores como Alan J. Pakula, Sydney Pollack, Sidney Lumet o Costa-Gavras pero ‘representa’ otra cosa. Así el prólogo para situar a los espectadores que desconocen lo que se va a narrar y el asalto a la embajada denota el tono de estas obras cinematográficas… de las que pronto se aleja y se ‘transforma’ en otra cosa. Ben Affleck no cuenta desde el escepticismo ni llega a mostrar una crítica demoledora de las altas instancias (y de la política tanto exterior como interior…), tampoco refleja un espíritu de denunca como puede verse en Missing, Los tres días del Cóndor, El último testigo o Todos los hombres del presidente. Ben Affleck ‘representa’ una historia verosímil digna de análisis que no realista. Tira más hacia la sátira (y a la crítica con matices de un mundo que conoce bien, el de Hollywood), emplea los códigos de los géneros… pero no muestra una historia realista y de denuncia política (quizá porque ésa no era su intención).
… Ben Affleck sigue prometiendo sorpresas como realizador y seguiré yendo a la sala oscura para disfrutar de sus creaciones cinematográficas. En Argo muestra su arte e ingenio a la hora de narrar y su sabiduría a la hora de enganchar al espectador en historias de ritmo trepidante. Ofrece siempre una ‘mirada’ especial que no deja indiferente y que puede provocar interesantes debates y reflexiones.
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Ví el trailer hace unos días, compa Hildy, cuando fui al cine a ver Lo imposible, y su aspecto visual me resultó llamativo (sobre otros aspectos, sacar conclusiones de un trailer es complicado, mejor me abstengo); y ya había leído alguna reseña acerca de la peli, en la que no salía muy bien parada. No he visto las pelis previas de Affleck, pese a que hay elogios generalizados hacia ellas, y tengo interés por verlas. Será cuestión de ponerse un día, y, despacito y buena letra, irlas visionando: ésta, después de leer tus interesantes palabras, con especial atención…
Un fuerte abrazo y buen día.
El Affleck actor me parece muy mediocre. El Affleck escritor de guiones -incluso del oscarizado, junto a Matt Damon, «El indomable Will Hunting»- me parece demasiado atraído por los lugares comunes, por la forma exterior y poco por el fondo interior. El Affeck director me interesa.
Sus dos primeras películas, sin ser perfectas -ambas llegan a un punto en el que, creo, se le van de las manos y caen en lo previsible y facilón tras haber mantenido un buen planteamiento y desarrollo, truncado al final-, me resultan muy interesantes, a ratos incluso muy muy disfrutables (le perdono los aires de telefilme de la primera y la caída final en lo «comercial» de la segunda).
De esta me temía justamente lo que cuentas. A priori la veo más emparentada con cintas como «Syriana» que con las que comentas, pero sin la carga de denuncia y de remover la basura que tiene esta, que a mí me encantó.
Besos
PD: Me encanta cometer «sacrilegios» de esos que te escandalizan, como meterme con Scorsese o con ciertos melodramas de Sirk… Pero dime si no tengo razón, por ejemplo, si analizas el argumento de «Obsesión». Dios!!!
A mí, querido Manuel, Affleck me gusta bastante como director. Sabe qué narrar y cómo narrarlo. Creo que nos va a dar bastantes más sorpresas por este camino. Te digo también que no me disgusta como actor, me parece correcto y me agrada verle en pantalla. Pero ya demostró que tiene tal pasión por el cine que le gusta estar delante de la cámara pero también detrás o incluso al principio de la obra cinematográfica (en el guion… recordemos como él y Matt Damon saltaron al panorama con su guion del Indomable Will Hunting). Yo sigo esperando sus trabajos esté donde esté. Argo con sus virtudes y defectos te tiene atado a la butaca y genera apasionantes charlas.
Besos
Hildy
¡Sacrílego querido! qué tienes en contra de un playboy egoista que provoca la muerte de un doctor afamado dejando viuda y arruinada a una dama que va todos los días a la peluquería. Qué tienes contra ese playboy que provoca un accidente a la dama peinada y encima la deja ciega. Qué tienes contra ese playboy que se vuelve un reputado cirujano y además se enamora locamente de la señora peinada que no tiene ni idea que ama al ser origen de sus desgracias. Qué tienes en contra del apuesto playboy arrepentido convertido en buen cirujano, entregado, que es capaza de hacer operación milagrosa a la amada para que le vea con ojos de mujer enamorada… ¡Delirio, ese delirio donde no entra razón alguna, ahí está la magia del melodrama exaltado!, Je, je, je…
Argo me resulta en muchos aspectos interesante. También me gusta el Affleck director y creo que no va a dejar de sorprendernos… ¿Sabes?, no he visto SYRIANA, la tengo en mi baúl de películas pendientes.
Besos obsesivos (qué miedo)
Hildy
No es que no entre razón alguna, es que no entiendo cómo no se descojonaban todos de risa en pleno rodaje, de verdad… No es que no sea razonable o verosímil, no, es que no tiene sentido ninguno.
En cuanto a Affleck, le dices al amigo Manuel que tiene pasión por el cine. Te diré por lo que tiene pasión, más que por el cine: por hacer dinero gracias a él y vivir lo mejor posible, incluso si el cine que se hace es malo, porque el espectador medio no necesita más. Lo ha dicho él, no yo.
Besos delirantes
¡Hombre, Affleck no es tonto, y si puede hacer lo que le gusta y encima ganar dinero y no hacerlo mal del todo…!, je, je, je…
Y ¿digo yo para qué quieres tú, mi querido sacrílego, buscar un sentido al melodrama…? Yo surfeo por él. Desciendo por él. Me hundo en él. Si se descojonaban o no de la risa en los rodajes, no lo sé… quizá llegaban al mismo delirio de los personajes, y perdían la cabeza. Yo creo que no se aburrían. Ahí reían y lloraban a tope. Ja, ja, ja, a lo mejor actuaban sin el empleo de la razón… Díos, tenía que ser la locura, el sinsentido.
Besos en cascada melodramática (¿sabes cómo son? Yo no pero suenan bonitos)
Hildy
Pues es que yo, tanto para reír como para llorar, necesito un motivo. Me parto de risa con las pelis de Billy Wilder; me dejan indiferente, por ejemplo, las de Jerry Lewis. Una sensación mía muy particular es ver en el cine alguna comedia y darme cuenta de que hay muchísimas escenas en las que todo el mundo se ríe, y yo no, y que con determinadas películas ocurre justo al revés. Rarito soy, sí. Para llorar me pasa lo mismo: «Leyendas de pasión», dramón de dramones, por ejemplo, me provoca risa. Pero ver a Ben Johnson (que lo tengo listo para otra vida de película) junto al río en «La última película» con su elegía a un tiempo pasado me conmueve profundamente.
Las emociones de los melodramas, como las alegrías de los musicales, nunca me las creo, por impostadas, por forzosas. Y, en cuanto a Sirk, me pasa igual: yo veo dramas en sus películas que ni siquiera se esbozan, y se «pierde el tiempo» en cuitas amorosas de corte palaciego que, en realidad, les ocurre a gente que no tiene ningún problema de verdad, que tienen la prosperidad asegurada y viven en marcos de lujo y calidad de vida que para la mayor parte de la gente resultan inaccesibles. Simplemente, sus dramas no me los creo.
Y lo dejo ya, porque te estoy desnaturalizando «Argo». Por cierto, ¿cómo se llamará la segunda parte: «Argo pasa con Mary»?
Besos en tirabuzón melodramático cucurbitáceo cretácico
No, no… va a titularse Argo me pasa en el alma… porque Ben Affleck va a tirar hacia el melodrama…
Ja, ja, ja…
Estas discusiones sacrílegas dan mucha risa y energía…
Marchando argo de besos
Hildy
Me gusta Affleck como director, sabe hacer cintas muy entretenidas, the town me encantó, me sorprendió bastante aunque tengo predilección por lo de los asaltantes (the heat de Michael Mann, Tarde de perros de Lumet o Punto de quiebre de Bigelow me parecen obras maestras, no digo Le llaman Bodhi que el titulo es horrible), hace algo comercial con calidad, es ingenioso. Mañana veré Argo y voy avisado sobre observar que escapa de la denuncia, aunque me espero eso ya que no veo a Affleck en un cine comprometido sino algo masivo y ligero, el cine comprometido es algo pesado aunque hay excepciones como en Sidney Lumet. Feliz halloween. Besos.
Querido Mario, cierto, Affleck sabe contar historias y sabe cómo dejar que el espectador se quede quieto en la butaca. Me pasó lo mismo que a ti, me gustó mucho The Town.
Argo está muy bien contada y respecto lo de cine comprometido lo nombro por la manera en la que está rodada que incita a pensar que vas a ver ese tipo de cine cuando los derroteros van por otro sitio pero también interesantes. Es un película para luego tener un buen debate cinéfilo. Ya me dirás qué te parece.
Besos… de miedo
Hildy
PD: Me encanta el matiz Punto de quiebre en vez Le llaman Bodhi. Esta película me gusta.
Pues creo que no he visto ninguna de las que ha dirigido. Esta parece buena opción para iniciarse, ¿no? Y a ver si de paso el chico, que ya es todo un hombre, se luce también delante de la cámara, porque hasta ahora en mi opinión ha dejado mucho que desear.
Saludos.
Querido Licantropunk, yo la verdad he disfrutado las tres. Creo que Affleck escoge lo que narrar cinematográficamente y como narrarlo. Las tres me han parecido propuestas interesantes y en las tres me lo pasé bien en el cine (Adiós pequeña, adiós, The Town y ésta, Argo). En la primera película que dirigió el protagonista era su hermano. Y en las otras dos es él en dos papeles que le van bastante bien.
Beso
Hildy
Creo Hildy que expresas muy bien el estado de ánimo con el que se sale de esta película. Estamos ante una película aparentemente irregular, pero que como tiene muchas capas,el espectador corre el riesgo o el acierto de quedarse solo con una.
Si se hace eso creo que el film es fallido.Si se saborean todas las capas me parece intersante, aunque con tremenda mala uva por parte de un director que tiene cosas que decir.
Cuando salí del cine lo hice a medio gas. Fue después cuando la película fue ganando. Y sobre todo cuando leo lo que dices rerspecto a las capas de cebolla, esa figura me dio la clave y coincido bastante contigo. En esta película hay mucho más que rascar de lo que parece.
Se me olvida la más elemental cortesía.Un abrazo.
Querido Victor… es exactamente lo que pienso, como has expresado en tu comentario, que Argo tiene donde rascar. Que se puede ver desde varios niveles y capas y entonces ahí se convierte en una obra cinematográfica interesante, que con sus cosas buenas y malas, genera análisis, reflexión y buen debate.
Besos
Hildy
La primera buena noticia, en estos meses desde esta crítica, es que vi «Adiós pequeña, adiós» y me gustó. O sea, resulta que el mediocre actor que es Ben Affleck, nunca apreciado por la crítica ni por el que escribe este comentario, se le da mejor el otro lado de la cámara (para la actuación que deje a Casey, el actor con talento de los Affleck, sin ninguna duda). Luego el ¿increíble? éxito de «Argo» parece no ser flor de un día. Tendré que ver «The town». En cuanto a «Argo»… ¿la mejor del año? Vaya año entonces. Como dices, se libra la subtrama del montaje cinematográfico, esa tapadera tan estrafalaria, pero como película de… ¿espías?, tiene muy poco que ofrecer. En fin, que tu penúltimo párrafo coincide con mi crítica más de lo que una sospecha de plagio permite hacer dudar, je, je. Y encima nombras ahí cuatro títulos que si los sumo a los míos, «Argo» queda a la altura del betún.
Saludos.