Blancanieves (2012) de Pablo Berger

Blancanieves tiene una cualidad mágica: y es que te lleva al éxtasis continuamente. Te conquista desde la emoción, una emoción tremendamente hermosa. Sales con lágrimas y dando palmas… y estas dos actividades tan distintas pueden conjugarse. Porque Blancanieves es un trabajo de orfebrería, de artista cuidadoso en extremo (con colaboradores que tienen el mismo concepto de arte), para dejar al espectador una obra completa y redonda. Y algo sumamente valioso es que te lleva a cotas extremas de sentimiento pero a la vez permite un análisis profundo de varios aspectos que hacen de esta obra cinematográfica un ejercicio intelectual grandioso.

Con Blancanieves te puedes meter en varios terrenos. Y yo me quedé enganchada a tres de ellos. Aún espero volver a meterme otra vez en la sala de cine y descubrir más caminos…

En Blancanieves se mueve una identidad fantasmal de un país que tiene una historia triste (como casi todos los países), un reflejo con una serie de claves que confluyen. El desgarro y el grito de esa España que supo reflejar un Federico García Lorca que se fundía con la Argentinita, el mundo de los toros y el folclore popular. La España deformada y trágica que extrajo Goya de sus pinturas negras y Valle Inclán de sus espejos deformantes hacia el esperpento. La picaresca de Quevedo de unos seres humanos que con miseria e ironía encaran una vida sórdida. Esa España negra… la España oculta de Cristina García Rodero que con una poderosa fuerza visual hizo que surgieran unas imágenes de un país anclado en el tiempo. Esa España de pandereta, copla y toreros que fue una de las únicas cosas exportables de un país bajo la dictadura que silenciaba voces. Así el cine de antes y después del dolor de una Guerra Civil mostraba un país que cantaba, daba palmas y donde el súmmum era la historia entre el torero y la coplera. Y así llegaba nuestra imagen a otras partes del mundo… del mito de Carmen (… visión de Sevilla de un francés a mediados del siglo XIX) se unía la novela del escritor español más internacional, Vicente Blasco Ibáñez, Sangre y arena. La España del cotilleo fácil y el famoseo falso y efímero que aleja al personal de la realidad que le rodea. La España que se ríe de la desgracia ajena para alejar la suya propia. Un cotilleo que destruye y crea falsos espejos y envidias insanas. Un cotilleo que arrastra víctimas por el camino. Blancanieves desgarra con un país triste que se consume entre vítores…

Blancanieves es cine silente puro que se construye con su lenguaje cinematográfico. Ahí nos topamos con el segundo terreno. Y es también una conjunción de la historia del cine universal. No sólo es un ejercicio absolutamente medido del montaje bien hecho sino que sus imágenes destilan esencia de estilos y referencias que finalmente confluyen en un estilo único que da una coherencia maravillosa a la ‘pieza’ cinematográfica. Hacía tiempo que no veía unas transiciones tan absolutamente hermosas… como esa visión de la luna que se convierte en la ostia sagrada que toma Carmen el día de su primera comunión. O ese maravilloso plano que anuncia un cambio desgarrador en la vida de la protagonista cuando un traje blanco se mete en una tina y aparece totalmente negro. O esa imagen hermosa del paso de la infancia a la adolescencia de Carmen.

Emoción es lo que destila toda una galería de primeros planos de diferentes rostros. Desde Eisenstein a Dreyer pasando por Abel Gance. A las espaldas de Blancanieves descansa el lenguaje del melodrama con esas divas del cine mudo que eran casi diosas (Lilliam Gish y sus personajes bondadosos que sufrían toda clase de desgracias, Greta Garbo y sus sacrificios por amor o la sensualidad de Joan Crawford que es imposible olvidar en Garras humanas).

El espíritu de ese otro Hollywood, un Hollywood que destilaba poesía de lo horrible, pulula por los fotogramas de Blancanieves. Y nos viene a la cabeza, de nuevo, imágenes de otra obra maravillosa de Tod Browning, La parada de los monstruos. Otras imágenes recrean la pátina de ese Hollywood también deformante y grotesco, de grand guignol a lo Aldrich. Así el personaje de la madrastra con rostro de Maribel Verdú nos trae a la mente Qué fue de Baby Jane o ese Hollywood decadente de El crepúsculo de los dioses.

También recorremos esa imagen de relato cinematográfico que recrea lo gótico, fantasmagórico y terrorífico. Esa imaginería de grandes mansiones y las historias desgarradas que ocurren en su interior. Como si nos topáramos de nuevo con Manderley o con Thornfield. O con los secretos tras la puerta a lo Lang.

Blancanieves pulula también por el cine patrio y desgarrado. Pinta de oscuro y poesía la España de la copla y el mundo del toreo. El espíritu de Buñuel pulula por los fotogramas pero también la tristeza y belleza de un Víctor Erice que mira a través de los enormes ojos de una niña (El espíritu de la colmena) o refleja de manera intensa la relación hermosa entre padre e hija (con ecos de El Sur). No puedo dejar de mencionar una de las escenas más hermosas, a mi parecer, que es esa niña de enormes ojos vestida de folclórica, que pone un disco donde canta su madre y baila con su padre que se encuentra en una silla de ruedas, en esa habitación prohibida.

Y el tercer terreno en el que me quedé absolutamente enganchada fue en cómo se conserva la esencia del cuento en el que se inspira. Pablo Berger introduce el universo que captaron los hermanos Grimm en su plasmación de este cuento y le dota de todo un sentido y una iconografía necesaria para trasladarlo a esa Sevilla ‘inventada’ de los años 20. Así se conservan todos los rasgos que dan identidad al cuento, no elimina la maldad implícita en los relatos populares (que sí eliminaron las versiones de Walt Disney) y deja un final entre hermoso y poético con un tamiz de crueldad, sin traicionar ni el espíritu del cuento ni de la historia que narra, que nos deja en el límite de la emoción intensa.

En esta inspiración del universo Blancanieves lo dota de sus claves (pero con estilo propio) y también deja otras huellas o ecos de otros cuentos populares (como Caperucita Roja, la Cenicienta, Barbazul u otros). En Blancanieves de Pablo Berger no falta la madrasta malvada, el cazador asesino, los ¿siete? enanitos, la manzana envenenada y un espejo muy especial, la revista Lecturas… y el elemento ‘mágico’ del cuento.

Mención aparte cada uno de los actores que encarnan a los distintos personajes de este ‘relato’ cinematográfico. Así como los innumerables rostros de extras que dejan unos primeros planos difíciles de olvidar. Pero haré mención especial a todas las generaciones posibles de actrices femeninas que tienen un rol especial e importante en Blancanieves y todas en su esplendor máximo: una madre coplera con el espíritu de las mujeres de Julio Romero de Torres con cara de Inma Cuesta, la abuela más hermosa, buena y sentida que tiene el rostro de Ángela Molina, la madrasta más perversa entre las perversas y más frívola (Maribel Verdú), una Blancanieves niña con ojos enormes (Sofia Oria) y la Blancanieves adulta con la intensidad y frescura de Macarena García. En el cuidado montaje, que tiene ritmo y rima como un buen poema, no podía faltar una cuidada obra musical de Alfonso de Vilallonga y la selección de melodías y cantos así como el descubrimiento de la voz de Silvia Pérez Cruz.

Blancanieves es una perfecta estructura cinematográfica, con todas las piezas en su sitio, que juntas disparan la emoción del espectador y le hace tocar prácticamente lo sublime, la obra bien hecha (ha sido un proyecto cinematográfico que ha costado años sacar adelante pero ahí está, vivo). Vuelvo a repetir salí llorando y dando palmas…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

17 comentarios en “Blancanieves (2012) de Pablo Berger

  1. Amiga Hildy,te diré algo que se me acaba de ocurrir. Algo tendrá esta película cuando ambos hemos volcado nuestras energía y nuestra pasión en ella. Y ambos la hemos disfrutado.
    Es cierto, tu con más entusiasmo y yo con menos. Pero eso al final creo que es lo de menos. Tal vez lo destacable es que ante un oasis en el desierto de nuestro cine como es esta película, lo más acertado sea celebrarlo como tu haces. Y plasmarlo tan bien como tu lo has hecho.
    Luego se puede entrar en unas u otras reflexiones sobre si estamos ante una obra de gran envergadura, o solo ante una buena película y porqué.
    Pero, repito, eso ya son cuestiones menores, de pura apreciación. Me parece que aunque con los matices que se pueden leer en tu texto y el mío, estamos más de acuerdo de lo que parece, ya que lo estamos en lo fundamental. Y es que esta no es una película más. Me encantó tu texto. Un abrazo.

  2. Para nada me imaginaba que esta «Blancanieves» diera tanto de sí. Desde la historia de la España Negra hasta «La parada de los mosntruos» y «El crepúsculo de los dioses»… De Lorca y Goya a Wilder…¡casi nada! La veré. Besos.

  3. Querido Victor, ¡qué razón tienes! Me encanta el colofón final de tu comentario: «Y es que esta no es una película más». Sí, eso creo yo.

    Yo también he disfrutado muchísimo leyendo tu texto. Pero mucho, mucho.

    Je, je, je… a mí mira que el gallo Pepe me cae bien… además permite un homenaje tétrico a Qué fue de Baby Jane, ¿no?…

    Besos
    Hildy

  4. ¡Marcos, cuánto tiempo sin saber de ti, y que alegria volver a leerte!
    … si vas a ver Blancanieves, cuéntame qué te parece. A mí hay momentos en que me parece todo un poema visual. Ya me dirás.
    … Da muchísimo de sí… para verla varias veces… y todo se conjuga en un estilo propio que provoca una buena obra cinematográfica que te hace sentir (o por lo menos yo sentí muchísimo)

    Besos
    Hildy

  5. Pues el otro día hablando con un crítico de Madrid me dijo que era aburridísima; o mejor dicho, que había baches y lagunas casi casi soporíferamente insoportables, y que el final era ya la repanocha. Obviamente, aún no la he visto. No sé si lo haré. Nada me atrae de las carteleras de hoy.
    Besos

  6. Mi querido Alfredo, es curioso las miradas tan diferentes que se pueden lanzar sobre una película… obviamente no coincido con la apreciación del crítico con el que hablaste…

    Yo ya te digo que este fin de semana probablemente vuelva a verla… En fin. Si te acercas a verla, si de pronto te entran ganas, me encantará saber cuál es tu visión…

    Besos
    Hildy

  7. Es la segunda película de Blancanieves que hay en cartelera,¿no?Y Guillermo del Toro también situó a modo de cuento de hadas en la guerra civil en El laberinto del fauno,creo recordar.Tu carácterístico entusiasmo es contagioso,amiga.Ni se me había pasado por la cabeza en ir a verla pero puede que le de una oportunidad.No estará en 3D ¿verdad?Ya sabes lo que detesto ese formato además de que no me quedan muy bien las gafas,soy bastante chato y se me caen,es más,se me quedan caladas y los compañeros de asiento me toman por un chulo y me dicen que me parezco a Sánchez Dragó en uno de sus programas mirando sobre los cristales de las gafas para dar más la sensación de intelectuá,sí,intelectuá.
    Ya te contaré.

    Besos desde el bosque con mi corazón de niño (en la mano y todavía palpitante)

  8. Confirmo tu querencia por los medios (ya que estamos con el arte de Cuchares), ese segundo terreno que de modo tan perfecto describes: ahí es donde la película brilla. En cuanto al primero y el tercero (¿te das cuenta de que has divido la faena en tercios? Cambio de tercio, toca), la esencia de la España negra y del cuento infantil, no me lleva la cinta a las mismas emociones que (me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto la película) tú has tenido la suerte de experimentar. Nos queda el final, sí, que como ya comenté fue de lo que más me gustó de la historia que cuenta la película y que leo que también te ha encantando. De hecho fue lo único que rompió una trama que a mí no me ofreció más sorpresa que esa, la postrera.
    Sí espero que esta película abra caminos que, paradójicamente, ya estaban abiertos desde hace más de un siglo pero que quizá convenga recuperar para, sin ningún miedo, ofrecérselos al público: el atrevimiento, la experimentación, el no dar por sentado lo que le va gustar al espectador y apostar comercialmente («Blancanieves» seleccionada para los Oscar: no hay tarjeta de visita similar) por nuevas (que son antiguas) formas de hacer cine: la sorpresa que buscamos en cada metraje.
    Saludos.

  9. Ya quiero verla. ¿Las distribuidoras la traerán a México?
    Ojalá… Como siempre, gracias por tu texto.

  10. ¡Atiza!,no había reparado yo en esa referencia pero no te falta razón. A mi el gallo, pobre, no me cae mal, que va, sobre todo teniendo en cuenta la suerte que corre…
    Y te deseo que disfrutes del segundo visionado. Fíjate lo que te digo: Casi con toda seguridad, y pese a que yo le pongo ciertos pequeños peros a la película, si repites seguro que verás una película mejor que la que veré yo, que todavía no se cual será aaayyy…tal cual te lo digo. Otro abrazo.

  11. Mi querido Francisco: ¡es la tercera película sobre Blancanieves en cartelera! Mira qué tres madrastras: Julia Robert, Charlize Theron y Marible Verdú. Yo las otras dos películas no las he visto pero por los tráileres veo que cada una ha tomado su camino a la hora de llevar este cuento popular a la pantalla cinematográfica.

    Y efectivamente fue Guillermo del Toro quien llevó El Laberinto del Fauno por derroteros de cuento infantil tenebroso… también con Maribel Verdú con un buen personaje.

    ¡No es en 3D sino que recupera el lenguaje cinematográfico del cine silente! Así que si, por un casual, decides ir no tendrás que ponerte las gafas.

    Besos de cuentacuentos
    Hildy

  12. Querido Licantropunk me ha encantado el comentario y sobre todo su segundo párrafo que creo es clave y no tiene desperdicio alguno:

    1.-Atrevimiento en las obras cinematográficas
    2.-Experimentar nuevos caminos
    3.-NO DAR POR SENTADO LO QUE LE VA A GUSTAR AL ESPECTADOR (me parece un punto fundamental)
    4.-Apostar comercialmente por nuevas formas de hacer cine…

    … Totalmente de acuerdo.

    Besos
    Hildy

  13. ¡Pobre gallo Pepe!, ja, ja, ja…

    Sí, Victor, voy a intentar repetir este fin de semana y si no puedo, el que viene…

    Yo tengo alguna en la cartelera que he dejado atrás y me apetece ver. O veré alguna de otros tiempos en la sala oscura de mi hogar…

    Besos con cine en las venas
    Hildy

  14. Me dejas alucinada con tu texto tan rico en matices, parece que tiens la película en la mesa de operaciones y la estás diseccionando…¡¡una cirujana de cine es lo que tú eres!!

    Yo fui a verla animada por tí, de cuyo «olfato cinematográfico» me fio mucho pues como sabes en principio no me atraía mucho…¡y salí fascinada!…Tanto que voy a volver con una amiga a la que también he «animado» pues no estaba en ello…

    Montones de escenas que quiero volver a disfrutar (¿la abuela bailando con la nieta?)…Y las preciosas caras de Blancanieves niña y Blancanieves joven… Mi querida Chelo de «Amar en tiempos revueltos»,la serie donde también se refleja una España que fue en blanco y negro…o mejor dicho en un gris aplastante, demuestra que es toda una «artista»…

    Y en una galería de personajes malvados, la madrastra-Verdú se llevaría un Oscar

    Preciosa la música…y se agradece el silencio de las personas que la resalta y que nos hace pensar en cuantas palabras sobran en el mundo…

  15. ¡Me encanta tu fascinación! Qué bueno que te gustara y qué bueno que repitas, mi queridísima Maria Rosa. Ay, a mí también me encantó la escena de esa bella abuela con rostro de Ángela Molina bailando con su nieta de ficción.

    ¡Ya sabía yo que te gustaría ver a la ‘Chelo’ de Amar en tiempos revueltos en un papel tan bonito y tan bien interpretado! Y Maribel está que se sale de mala malísima…

    Tu última frase me ha encantado… y eso que yo hablo una barbaridad…

    Besos
    Hildy

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